Ricardo Martin Bustamante
La ideología de los aliados sigue
como si nada, incólume.
Como fachada y como se diría de
entre casa Pa los giles, existe una
contradicción derechas-izquierdas, pero la real contradicción es fascismo-antifascismo o nacionalismo-
Sistema de Dominación, pues los valores del Sistema a derecha- e izquierda) son los mismos.
El “fascismo”, el nacionalismo es
el enemigo real, los sionistas califican de islamofascistas a los supuestos
enemigos del Poder Mundial, mientras que, por el otro lado, los herederos del
marxismo califican de proto-fascistas o de fascistas a secas a los sionistas.
La unidad del imaginario se
mantiene así a pesar de ocupar los interlocutores posiciones presuntamente
opuestas en el mismo. De algo pueden hablar, hay un sustrato compartido que no
aparece, que está detrás y que es a pesar de este segundo plano lo más
importante.
Todos ellos aceptan que el “fascismo” (nacionalismo, falangismo etc.)
es el mal radical y en este punto se
apoya el verdadero consenso del mundo occidental.
Pero el fascismo es ante todo un
significante, no un significado, tal es la ambigüedad del término que lo
aplican incluso se lo arrojan unos a
otros a la más mínima oportunidad, porque "fascista" connota
"asesino". La denotación está vacía. Así para los K, el liberalismo,
la derecha conserva o los partidarios
de la ideología militar, son
fascistas o fachos. Muy común es, que
éstos últimos ridiculicen a los K comparándolos con Goebbels o haciendo
dibujos y subiendo fotos a las redes sociales donde se ridiculiza a Moreno o a
Cristina disfrazados de Hitler.
Hay un código simbólico de base
que ni siquiera los presuntos críticos del Sistema violan, es el código común
de derecha (el Pro, los conservadores y
los Procesistas) e izquierda marxista (trotskismo, socialismo y todo el zoológico
zurdo). Por tanto hay que entender
que la verdadera "ideología" del sistema es el “antifascismo”.
Los zurdos
pseudo antisistema son figurantes del sistema representando, de forma
controlada, el papel asignado por el mismo Régimen para ese lado del espectro.
La verdadera "tiranía” (con la que la derecha suele calificar al
kirchnerismo hoy en día) no es policial, sino aquella que define porque puede definir mediante el dominio de los procesos de
socialización y construcción de imaginarios, incluso los términos de su propia
oposición, lo mismo que la derecha hace la izquierda.
Así,
quienes creen "enfrentarse" al sistema en el fondo van a donde el
sistema ya ha previsto que tienen que ir para resultar inocuos, ya hay un
perfil de rebelde, de opositor, preparado para ellos por el sistema oligárquico
y que los oligarcas toleran y sostienen en última instancia como la mejor de
las inversiones.
El rebelde aparece por la tele y
le entrevistan como rebelde, nótese que siempre el periodismo está bien
predispuesto hacia ellos aun que ejerzan el más crudo vandalismo, serán siempre
“jóvenes” que protestan o que defienden sus derechos. El rebelde hace
de rebelde. Nunca se nos explica cómo puede ser rebelde si una empresa capitalista
le está promocionando como al CELS lo promociona el Estado Británico o
fundaciones libres de impuestos de
supermillonarios norteamericanos y europeos, de la misma manera que Herbert Marcuse nunca
explicó por qué la Fundación Rockeller financiaba sus libros o por qué este
supuesto gran ideólogo de los estudiantes contestatarios había trabajado para
la CIA.
A James Petras no le quemarán la cara con ácido, no le
darán una paliza, no lo meterán en la cárcel o asesinarán, como ha ocurrido con
no pocos revisionistas y nacionalistas realmente antisistema.. Los disidentes
reales han sido encarcelados, ignorados, insultados y desacreditados de mil
maneras y hundidos en el ostracismo social, pero no pasa nada y ningún "rebelde"
protesta por esa descarada vulneración de las "libertades", de los
derechos humanos y de las garantías constitucionales. Esa es la realidad última
del Régimen.
Tanto Petras como en otro caso
Chomsky, que realizan una crítica atendible al capitalismo y al sistema que lo
sostiene a escala global, ambos se detienen ante lo intocable o sea los mitos
que cimentan la ideología antifascista, por que de eso no se habla.
basado en un posteo de nacional-revolucionario.blogspo.com
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