miércoles, 16 de febrero de 2011

ECOTERRORISMO

El otro dia conversaba con un amigo sobre las actividades de Greenpeace y como tratan de frenar los proyectos de plantas nucleares para su uso en la energia (uno de los metodos mas limpios y menos perjudiciales), de represas hidrolectricas y otros.
Mi amigo argumentaba que a Greenpeace la apoyan economicamente las petroleras, yo sostengo que a ONGs ecologicas como Greenpeace la apoyan economicamente organismos gubernamentales de paises desarrollados para que los paises en vias de desarrollo, no puedan prosperar
Les recomiendo leer el siguiente informe y tambien pueden leer el genial libro "Ecologia: Mitos y Fraudes" del Sr. Eduardo Ferreyra, haciendo click aqui


"Del ambientalismo al ecoterrorismo"
Los movimientos ambientalistas, surgieron en el hemisferio norte hiperdesarrollado.
Como consecuencia del empobrecimiento de la calidad de vida de sus poblaciones, derivadas de la contaminación producida, por el crecimiento industrial, impulsó a éstas, a organizarse en protesta contra ese estado de cosas.
Estas protestas sociales originales fueron copadas por las clases adineradas, quienes por medio de las donaciones, lograron orientarlas, conducirlas y dirigirlas en el sentido conveniente a sus intereses.
Lo que empezó siendo un llamado de advertencia por las consecuencias colaterales negativas del crecimiento industrial y tecnológico, terminó siendo un enemigo del mismo, predicando el crecimiento cero y el regreso a la naturaleza.
Luego, filiales de éstas organizaciones cruzaron la línea del ecuador y aparecieron en nuestros países, así como también nacieron otras organizaciones autóctonas que replicaban simiescamente lo ocurrido en el hemisferio norte.
Es decir, sus protestas estaban dirigidas a los males del exceso de tecnificación, industrialización e hiperconsumo, mientras que nosotros precisamente lo que sufríamos y sufrimos es la falta de tecnificación, industrialización y de consumo.
Muchos de los problemas ambientales que sufrimos los países semicoloniales, son por déficit y no por exceso de tecnología. “Fenómenos altamente destructivos del medio natural obedecen, más que a la intervención del hombre, al hecho de que él no esté presente con los medios necesarios para brindarle su protección”.
Por ejemplo,en caso de grandes incendios forestales, al no contar nuestros países con suficiente infraestructura para prevenir y combatir los siniestros, los incendios duran días y días y destruyen nuestra riqueza forestal, llegándose al extremo, en nuestro país, de tener que alquilar a países como Canadá y Chile los aviones bomberos necesarios por carecerse de ellos.
Otro ejemplo es la erosión eólica de los suelos, que lleva a la desertización, la que afecta a millones de hectáreas en todo el mundo, pero especialmente en los países semicoloniales, que al no contar con recursos para implantar barreras forestales que actúen como cinturones verdes, rebajar médanos y realizar las tareas de praderización, irrigación y toda la tecnología utilizada por Israel para hacer reverdecer el desierto del Neguev, ven acentuarse éste problema día a día.
Otro ejemplo es la erosión hidráulica, que afecta gravemente a nuestros países semicoloniales, mediante inundaciones continuas que afectan a millones de hectáreas de buen suelo, ya sea por desbordes de los ríos o por problemas en el escurrimiento.
Ocurre lo mismo que en los otros ejemplos, por falta de recursos, o mejor dicho, por usarlos con otras prioridades, la ausencia de obras de defensa de ribera, infraestructura de desagüe, canalizaciones, regulación de caudales, etc., que prácticamente no se hacen, dejan improductivas grandes áreas potencialmente explotables.
Estos y otros ejemplos pueden consultarse en el excelente libro de Roberto Ferrero Ecología e imperialismo.
¿Ecología ó “ecologismo”?
La respuesta a ésta pregunta es fácil: la Ecología es una Ciencia Natural rigurosa, cuyo objeto es el estudio de las relaciones entre los organismos vivos y su entorno natural, mientras que el “ecologismo” es una tendencia política e ideológica, no obstante sus declaraciones de apoliticismo.
Lo que ocurre es que el “ecologismo” toma categorías y estadísticas elaboradas por la Ecología, pero su ideología subyacente no proviene de ella, sino de los centros mundiales del poder.

Un poco de historia

Hagamos una advertencia inicial: tanto la Ecología como el “ecologismo” son productos del hemisferio norte industrializado.
El efecto depredador del capitalismo europeo y norteamericano, al desarrollar una sociedad industrial, realizada considerando solamente los fines de lucro, sin tomar en cuenta otras consideraciones como lo social y lo ambiental, prohijaron una reacción de las poblaciones contra ese camino.
Esta reacción se justifica: cursos de agua dulce convertidos en cloacas donde miles de fábricas vertían sus desechos industriales sin tratar, lluvias ácidas generadas por la emisión sin control de dióxido de azufre por las centrales termoeléctricas, ciudades con atmósferas irrespirables fruto de las emisiones gaseosas industriales y vehiculares, bosques devastados por la industria del papel y de la construcción, costas contaminadas por derrames de petróleo, etc, etc.
Es decir, los problemas e inconvenientes que el uso intensivo de la tecnología, en una sociedad industrial que promueve el consumo hasta el nivel de despilfarro, que afectan la calidad de vida, generaron una reacción de la población, que advierte sobre las consecuencias negativas del camino elegido por las burguesías industriales europeas y norteamericanas.
Esto ocurría hacia los años 70, recordarán aquello de “back to nature” vuelta a la naturaleza, que eran las leyendas que aparecían en los posters de las manifestaciones del movimiento ecologista en los EE.UU. Estos ecologistas eran vistos al frente de manifestaciones callejeras antinucleares, y lo que parecía, en aquel entonces, como posiciones extremistas, se ha transformado hoy, en la corriente principal.
Esta ideología “ecologista” ha impregnado a las instituciones estadounidenses a todo nivel, desde directores de grandes corporaciones hasta la Reserva Federal, el Congreso, la EPA (sigla en inglés de la Agencia de Política Ambiental), las iglesias, los hogares, las escuelas y recientemente a la Casa Blanca.

¿Cómo lo lograron?

“Dime quién te financia y te diré quien eres”.

El folklore de las publicaciones del movimiento “ecologista” afirma que el movimiento emergió de las entrañas del pueblo.
Lo que no dicen es de qué bolsillos salieron y salen los fondos que los mantienen.
Tampoco dicen de qué usinas provienen sus líneas ideológicas.
La verdad, sin embargo, es que la financiación y los lineamientos políticos provienen de las instituciones más prestigiosas del “establishment liberal”, siendo el centro el New York Council for Foreign Relations (Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York), e incluyen a la Comisión Trilateral, al instituto Aspen y una gran cantidad de fundaciones familiares de las élites de “sangre azul”.
Durante las últimas tres décadas éstas fuentes han inyectado miles de millones de dólares por año, en campañas antiindustria, y de control de la población, de cientos de grupos ambientalistas de “interés público”.
Miles de millones adicionales se han utilizado en auspiciar departamentos de universidades de “estudios ambientales”, que hoy provee de miles de “ecologistas” profesionales cada año. Muchos de éstos profesionales actúan en base a una ideología política y no en la ciencia dura.
Con estos fondos masivos bajo su control, no es de sorprenderse que el movimiento “ecologista” haya sido capaz de imponer una agenda de política nacional en los EE.UU. y luego imponerla a nivel planetario.
No existe en el mundo ninguna asociación de comercio con los recursos financieros y el poder que pueda igualar al lobby “ecologista”.
Además, tiene el apoyo de todos los medios de comunicación del planeta. Las opiniones opuestas y las refutaciones científicas a los terrores ecológicos que difunden, son simplemente ignoradas u ocultadas.
Las fundaciones que hacen las más grandes donaciones a las organizaciones “ecologistas”, son las de las familias patricias más importantes de los EE.UU. como la Fundación Ford, la Fundación Rockefeller, etc.
Estas familias canalizan miles de millones de dólares en las organizaciones y causas que desean apoyar cada año, y ejercen en consecuencia, enormes presiones políticas.
Al decidir quién y qué será subsidiado, ellas determinan los asuntos políticos que serán discutidos en Washington, y que serán luego votados por el Congreso.
Las fundaciones están compuestas por los individuos más poderosos de los EE.UU. y siempre se superponen con los operadores del poder en el gobierno y la industria.
También contribuyen a financiar al movimiento “ecologista” las grandes corporaciones: esto no debería ser una sorpresa, durante los últimos treinta años, las grandes corporaciones han descubierto que usando las regulaciones “ecológicas” pueden hacer quebrar a la competencia, a las compañías pequeñas y medianas que son parte más activa y tecnológicamente innovadora de la economía de los EE.UU.
Muchos de los terrores “ecológicos” difundidos, lo son, a efectos de hacer negocios.
Además, muchas de éstas corporaciones tienen departamentos que venden asesorías, servicios y equipos para control ambiental.
El cumplimiento de las regulaciones “ecológicas” es también un enorme negocio.
Podemos hacer una pequeña síntesis de ésta cuestión mediante los siguientes seis puntos:

Cómo nace el movimiento “ecologista”.

Fue creado, financiado y dirigido por las principales familias aristocráticas de los EE.UU. y Europa, especialmente Gran Bretaña.
Esto comenzó en los años 70 y actualmente hay, sólo en los EE.UU. varios miles de grupos involucrados en “salvar la tierra”, divididos en cuatro gupos: los relacionados con los problemas ambientales, control de la población, derechos de los animales y trusts de tierras.
La creencia general es de que éstos grupos son de “interés público” y “sin fines de lucro”, por eso toman la forma de ONG o de Fundación.
¿De dónde obtienen su dinero los grupos “ecologistas”?
Los ingresos totales de éstos grupos son del orden de u$s 10.000 millones al año, sólo en los EE.UU. El 50 % proviene de tres fuentes: los fondos iniciales, con los cuales las ONG se establecen y comienzan sus operaciones, provienen de algunas de las fundaciones de élite, como la Fundación Ford o la Fundación Rockefeller, la segunda fuente es el gobierno de los EE.UU., la tercera, las grandes corporaciones empresarias como British Petroleum, Conoco y Phillips Petroleum y Exxon Oil.
El 50 % restante, es aporte ó contribución de los miembros.
Algunas de las organizaciones más conocidas reciben los siguientes ingresos anuales en dólares estadounidenses:

Greenpeace International 100 millones,

Nature Conservancy 255 millones,

Population Crisis Comite 4 millones,

WWF/Conservation Foundation 52 millones,

Sierra Club 40 millones,

Trust for Public Land 23 millones,

Planned Parenthood 45 millones,

Zero Population Growth 1,3 millones,

Natural Resources Defense Council 16 millones, etc.

Exportación de la ideología.

En junio de 1990, la Fundación Rockefeller anunció su programa global de ecología de 50 millones de dólares.
El propósito específico era crear un grupo de individuos de élite en cada país, cuya misión era la de implementar y reforzar los tratados internacionales sobre el ambiente.
Kathleen Teltsch informó en el New York Times (24 de julio de 1990): “…el programa ayudará a cientos de jóvenes científicos y formadores de políticas de países en vías de desarrollo a crear una red mundial de líderes ecologistas entrenados, …a través de la red internacional, la Fundación quiere alentar los esfuerzos para que la protección ambiental sea transformada en planteamiento económico a largo plazo de los gobiernos”.
En 1991 se crea en la República Argentina la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable dependiente del Poder Ejecutivo, bajo el modelo de la SPA de los EE.UU.

Ideología de los “ecologistas”.

Tienen un conjunto de creencias que considera que el problema “es la gente”, es “la humanidad” que perjudica con sus actividades a la naturaleza; que los animales y los insectos son más importantes que los seres humanos, que la población del mundo, especialmente la de piel más oscura, debe ser drásticamente reducida a lo que se llama, eufemísticamente, niveles “sustentables”.
Esta ideología fue impulsada por la Comisión Trilateral desde los años 70 y su punto de partida fue el famoso informe de Kissinger acerca del peligro del crecimiento de la población mundial y como afectaría negativamente a los EE.UU., el consumo de recursos del planeta que ellos consideran sus reservas.
Ejemplo de ideólogo del calentamiento global y del ecologismo.
Maurice Strong propulsor del movimiento “New Age” y del movimiento “Verde”, activista del ecologismo desde los años 70. Asesor de Kofi Annan, Secretario General de la Naciones Unidas.
Fue el que presidió las reuniones en Kyoto, Japón y el motorizador de los famosos protocolos de compromiso de reducción de gases invernadero.
Opina: “Podemos llegar al punto donde la única manera de salvar al mundo sea haciendo colapsar a la civilización industrial”.
Elaboró la idea del “Desarrollo Sustentable” el que puede ser implementado dice: “mediante una deliberada búsqueda de pobreza, reducción de consumo de recursos y la fijación de niveles de control de la mortalidad.”

Enorme negocio.

El cumplimiento de las regulaciones ecológicas y las demandas judiciales le cuesta a la economía de los EE.UU., una suma superior a los u$s 300.000 millones anuales, del orden del PBI de la República Argentina.
Año tras año se incrementa la venta de equipos y servicios para cumplir con las regulaciones.
El Natural Resources Defense Council, uno de los muchos brazos legales del movimiento ecologista, fue fundado en 1970 con una masiva inyección de fondos de la Fundación Ford.
Las batallas judiciales multimillonarias en las que interviene, están destinadas a bloquear diques, cerrar plantas nucleares en construcción, trabar proyectos de construcción de autopistas, etc., etc.

¿Qué hay de cierto en los pronósticos del “ecologismo”?

Esta respuesta también es fácil: nada. La cuestión es que cada refutación científica a sus anuncios de catástrofes climáticas con que aterran a las poblaciones de todo el mundo, son simplemente ignoradas.
El ejemplo de la teoría del “calentamiento global” producida por el incremento de las emisiones de dióxido de carbono, generadas por la utilización de combustibles fósiles, es típico.
Día tras día, van apareciendo informes producidos por científicos de todo el mundo, que pertenecen y que no pertenecen al IPCC (sigla en inglés del Panel intergubernamental sobre el Cambio Climático, dependiente de la ONU), demostrando que dicha teoría es errónea, sin embargo esto no es óbice para que se siga implacablemente con la agenda fijada por el “ecologismo”.
El bombardeo en todos los medios de difusión es incesante, como también lo son los programas en marcha en todo el mundo.
Este tipo de comportamientos, es lo que el conocido escritor Michael Crichton denomina “ecoterrorismo”: científicos dispuestos a modificar o manipular sus datos según las necesidades de las organizaciones que les subvencionan. Han falsificado de todo, pero lo más relevante han sido las temperaturas que no han crecido en los últimos diez años, lo que invalida totalmente la gran estafa del calentamiento. Una falsificación que no es nueva, porque es la que llevan haciendo décadas los marxista ecologistas, utilizando fotos de glaciares en verano con menos hielo, diciendo que son de invierno, o filmando desprendimientos de masas de hielo polar en verano, diciendo que es en invierno.
El CO2 en la atmósfera ha pasado de una media de 250 ppm a 385 ppm, pero en el Holoceno, hace 12.000 años, ese nivel era de 7.000 ppm, sin mediar actividad humana. De los gases emitidos por la centrales de de carbón, parte es CO2 y parte SO2, y ocurre que el SO2 refleja los rayos solares y, en consecuencia, enfría. El conjunto de emisiones contaminantes de las innumerables centrales de carbón, tenderá a enfriar y no a calentar en los próximos 20 años. Otra cosa distinta es el desastre ecológico en las zonas colindantes, pero eso no es calentamiento global, es contaminación local contra la que se debe luchar con todos los medios. Además, si hubiera un efecto invernadero, las temperaturas sólo podrían subir, y un invierno glacial como el actual sería imposible.
“Los hielos se derriten”, un camelo estratosférico. El Polo Sur, que contiene el 90% del hielo de la tierra, se esta enfriando, excepto en una pequeña zona. Las mediciones con radar de banda lateral muestran que la masa de hielo de la Antártida oeste crece al ritmo de 26,8 gigatoneladas año, y el hielo marino antártico dura ahora 21 días mas que en 1979. Hace dos años se produjo el invierno mas frío en 100 años en el hemisferio sur, hasta nevaría en Buenos Aires.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

ESITMADOS COMPATRIOTAS: Coincido con el hilo argumental sobre la "ecoterrorismo", pues el reparto geográfico mundial ya lo había anticipado Carl Schmitt en su genial obra "Nomos de la Tierra" y otros en cuestiones geopolíticas. ME AGRADARÍA ADQUIRIR EL LIBRO y si uds. pueden realizar el contacto o acercarlo (mediante depósito y gastos de envío) será sumamente agradecido. JORGE

Andres, Maquinista Savio, Buenos Aires dijo...

Estimado Jorge, usted puede descargar el libro de manera gratuita desde el siguiente link

http://www.mitosyfraudes.org/INDICE.html

Un abrazo!

Andres, de Maquinista Savio, Buenos Aires

TERRATOX dijo...

Parece que sabe bastante el Sr. Don Eduardo Ferreyra.

"Parece" porque no alcanzó a registrar que existimos nosotros.
Que de simios no tenemos nada. Y de imitadores menos: Lo que le ocurra al hemisferio Norte nos tiene sin cuidado. Importan nuestra familia y nuestro lugar contaminado industrialmente en un contexto donde sufrimos(y aquí sí vale la pena usarle una frase de Don Ferreyra): "falta de tecnificación, industrialización y consumo".

No nos interesan los incendios forestales, porque nos afectan y nos afectaron los incendios industriales. Tipos de incendios estos últimos que Don Ferreyra no parece estar interesado en analizar quizá para no transgredir los límites del oscuantismo ambiental global y su agenda. Ojo, que no negamos que debe ser interesante y provechoso conocerle alguna vez aunque sea un mínimo comentario acerca de los accidentes industriales: Incendios fabriles, por ej.).

No debe concluirse que somos antiindustria. Tampoco quimifóbicos aunque la mayor parte de los males que padecemos provengan de una industria química.

"Parece" que sabe, porque nunca le vimos a Don Ferreyra alguna crítica a nuestra enemiga: la empresa S.C. Johnson & Son. Quizá porque no sea la función profesional de Don Ferreyra. El mismo silencio de Greenpeace y de las otras simiescas organizaciones ambientales que no cumplen con su función ni siquiera por falsa solidaridad. Aunque, bueno es reconocer que esas otras orgas nunca nos robaron datos y mucho menos lo negociaron (porque para hacer esto último se debe tener, por lo menos, apariencia de enemigo del contaminador y las misma carecen de esa cualidad).

Acierta, Don Ferreyra, de modo general en lo atinente a la financiación de los poderosos grupos ecologistas. Pero agregamos que no solamente los grupos ecologistas reciben dinero a través de las caras buenas de las multinacionales. También los aportes de las corporaciones mundialistas (fundaciones filantrópicas) ayudan a la proliferación de videos o películas de propaganda ecologista. Tal el caso de el film: "La Historia de las Cosas" (tomado como video de formación ambiental por las poderosas agrupaciones antiminería, y hasta por ramificaciones del Partido Obrero que operan en villas y asentamientos del Gran Buenos Aires).

Da para largo.
Pero felicitamos a la Red Patriótica Argentina por plantear este tipo de asuntos (y darle a Greenpeace) y, también, le agradecemos permitirnos efectuar este comentario con la esperanza de aportar positivamente.
Salud.

Red Patriotica Argentina dijo...

Chicos de TERRATOX, pueden ser mas amplios en tratar el tema tenemos la suficiente apertura para el debate. No hay drama muchacos y gracias por intervenir.