miércoles, 15 de julio de 2020

MANIFIESTO POR UNA INDEPENDENCIA PENDIENTE

En el marco de las celebraciones por el día de nuestra Independencia, el Circulo Nacionalista de Santiago del Estero manifiesta su honda preocupación por los últimos acontecimientos públicos, que por su gravedad institucional, opacan la celebración que da lugar al nacimiento soberano de nuestra nación Argentina un 9 de Julio de 1816, donde el pueblo criollo tomó, la dolorosa pero necesaria decisión, de realizar un acto de autodeterminación legítimo con respecto a la Corona de España de Fernando VII.

Las diversas corrientes historiográficas siempre han mostrado a la Independencia Nacional como un acto de ruptura total con nuestro pasado hispánico,  como si fuésemos niños rebeldes, que envalentonados desde el 25 de Mayo de 1810, decidimos enfrentar a nuestra Madre Patria para liberarnos de su “yugo opresor”, rompiendo de ese modo con unas cadenas que desde la fundación de Santiago del Estero, nos sometían y ultrajaban. Nada más que puro sofismo liberal.

Ni el 25 de mayo de 1810 fue tan revolucionario, ni el 9 de Julio fue tan independista. Así como Mayo fue un acto autonómico realizado en perfecta lealtad con el rey ausente; el 9 de Julio fue la decisión legítima de emancipación ante ese mismo rey que -vuelto al trono- se negó a reconocer lo que hicieron sus leales vasallos.

Fue esa realidad la que llevó a los pueblos de las Provincias Unidas del Rio de la Plata a iniciar el camino de la independencia política de España y de toda nación extranjera. Sin embargo ese hecho no significaba una independencia de nuestro pasado ni de nuestra cultura fundacional. La Argentina seguía siendo fiel depositaria del espíritu de la hispanidad católica. Seguía siendo fiel a su tradición histórica; y fue tan así que solo luego después de la caída del gobierno de don Juan Manuel Rosas que comenzó a imponerse en nuestro país una falsa tradición liberal, materialista y laicista.

En definitiva, lo que los congresales de 1816 declararon en Tucumán fue nuestra independencia política, no el abandono de nuestra Tradición Hispano Criolla y católica. El proyecto iluminista masonico y anti argentino se instalara recién después del 3 de Febrero de 1852, con la derrota nacional de Caseros.

Es por eso que hoy en día nuestra nación se encuentra en un estado total de postración, en lo político y económico, pero sobre todo en lo cultural y espiritual. Porque hemos perdido nuestra independencia política y porque hemos renegado de nuestra autentica Tradición nacional.

Un ejemplo, pequeño pero muy significativo de ello, es lo sucedido tan solo hace unos días, cuando un colectivo minoritario pero poderoso izó en una plaza pública su bandera multicolor reemplazando a nuestro pabellón nacional celeste  blanco, prenda de unión de todos los argentinos sin exclusiones. Y otro ejemplo más –también sucedido hace poco- fueron las expresiones de un ex gobernador de la provincia de Mendoza y actual legislador nacional, quien descaradamente propuso la secesión de su provincia del resto de nuestra nación.

Pero hay que decir que a pesar de todos estos signos de oscurantismo y de perdida de nuestra independencia, existe todavía una esperanza, un haz de luz que se ve reflejado en el Nacionalismo Argentino y en el espíritu patriótico de los argentinos sencillos y anónimos que buscan hacer brillar de nuevo esta Independencia opacada por el error y la confusión.

Es por ello que frente a esta independencia opacada e incompleta es nuestra obligación renovar aquel compromiso de nuestros congresales de 1816, fortalecer nuestro federalismo más que nunca, y levantar de nuevo los estandartes de batalla donde la Cruz y el Celeste y Blanco vuelvan a flamear juntos, al son de clarines y tambores, al compás de espíritus altivos y dignos, de almas ardiendo consagradas a Cristo y a la Patria.

POR UNA AUTENTICA INDEPENDENCIA NACIONAL, POR NUESTRAS TRADICIONES AUTENTICAS

¡VIVA CRISTO REY! ¡VIVA LA PATRIA!.

CIRCULO NACIONALISTA DE SANTIAGO DEL ESTERO


domingo, 12 de julio de 2020

MOVILIZACIÓN DEL NACIONALISMO II




Por Marcos María Esquivel
Sigo con el tema de la nota anterior y sin animo alguno de pretender pontificar sobre nada sino de emplear mínimamente el sentido común digo que me alegra sobre manera ver el nacionalismo movilizado detrás de consignas justas que tienen tanto que ver con la conservación y defensa de nuestra Patria como del pueblo todo.
Manifestar por el fin del encierro irracional y contra la ruina de tantos compatriotas sin trabajo es lo mínimo que se puede hacer como argentino de bien. Manifestar y protestar contra este gobierno de la cipayeria mundialista que nos impone esta cuarentena sin fin y este mito de la pandemia no es manifestar en favor de Macri y su recua de ladrones de guante blanco, tan ladrones como los que gobiernan hoy. No es manifestar por la constitución de 1853 o en favor de una empresa vaciadora y evasora que extranjerizo millones de dólares argentinos. No es manifestar por la democracia que desde hace cuatro décadas nos viene destruyendo material y espiritualmente. Ni es llorar por el libre mercado conculcado por el socialismo, como lo hace el boludaje liberal. Es decir a voz en cuello que hoy tocamos fondo, que esto no es un movimiento anticuarentena como lo llama el periodismo basura por boca de sus payasos de los medios. Es la necesidad de otra Argentina que se junta primero por imperio de la circunstancia para luego continuar  de forma orgánica
Es manifestar por la salud de la Argentina (ya que la apelación a la misma hoy está de moda) es manifestar por los obreros despedidos, los comerciantes cerrados y fundidos, los chicos sin colegio, los templos clausurados y los pobres que en cuatro meses recibieron migajas para subsistir o son confinados con centinela a la vista. Es manifestar contra esa frase insidiosa de la “nueva normalidad que no es otra cosa que la miseria Francamente enorgullece ver al nacionalismo como “un ir directo a las cosas” que es lo que necesitamos de forma apremiante.
Lógicamente esa hermandad de la calle, lugar donde en definitiva se lucha y se dirime la política puede ser importante para posteriores acciones al interior del movimiento, como el hecho de estrechar filas y tender a lo que siempre a tendido fallidamente el nacionalismo, o sea la unión la conformación de un movimiento con un proyecto político claro que dará como resultado un programa concreto, creo humildemente que ello debe descansar sobre principios comunes que nos unen, dejando entre paréntesis otros que finalmente nos llevan a la ruptura y a divergencias sin fin. Para eso tendremos que tener en cuenta las palabras de un experto camarada:
"Al nacionalismo argentino lo mato Perón en los 40 y remató lo que quedaba en los 50... lamentablemente. Siguen habiendo nacionalitas pero con peso y organización política de consideración no hay. Yo estuve ahí y lo intente 12 años. Lamentablemente el peor enemigo del nacionalismo son otros nacionalistas. Normalmente la grieta Perón Si vs Perón No y Nacionmismo Católico si vs Nacionalismo Católico no... ni hablar el centralismo porteño... Y hoy los liberales se disfrazan de patriotas y nacionalistas, confundiendo aún más las cosas. Asi andamos… perdidos"
Queda bien en claro con ello que debemos dejar de lado al momento de intentar la unidad posible: el peronismo, sin hacer antiperonismo tan cerril como ridículo  y anacrónico y la religión sin apartarnos de los principios rectores que alumbraron nuestra nacionalidad e informan nuestra cultura.
A ello se agrega marginar a los delirantes y conspiracionistas partidarios de teorizaciones aberrantes que solo nos desacreditan como ya lo dijimos en el artículo pasado.
Una tarea ardua, difícil pero a todas luces acuciante para rescatar a una Argentina cautiva

viernes, 10 de julio de 2020

MANIFESTACIÓN CONTRA LA CUARENTENA


DISCURSO (9 DE JULIO 2020)

Queridos amigos:
Primero muchos lo sospechábamos. Muchos al principio creían en que realmente vivimos una crisis sanitaria y hoy ya están completamente desengañados. Cada minuto la gente cree menos en esta cuarentena, cada segundo que pasa hay más gente que se da cuenta de que lo han estado estafando en los últimos 100 días. Que ha sido una cuarentena excesiva, que las cifras están infladas, que hay un aprovechamiento político, que esto es una falsa pandemia. Que se presentan muertes por neumonía como muertes por coronavirus.
La acumulación de evidencias, de datos, de testimonios. Las contradicciones del Presidente de la Nación, sacándose selfies y rodeado de multitudes. Los absurdos de la OMS, que oficialmente ha reconocido que los test por coronavirus arrojan “falsos positivos” y “falsos negativos”. UNICEF diciendo que la cuarentena puede ser más dañina para algunos países que la difusión del coronavirus. El propio Pedro Cahn, médico que responde a Fundacion Huesped (abortista), diciendo que el tapabocas no es necesario y que incluso es contraproducente. Los protocolos para detección de COVID son tan amplios y tan elásticos que prácticamente todo es coronavirus. Recientemente, la propia Carla Vizzotti ha llegado a decir la barbaridad de que “hasta que se demuestre lo contrario, todo resfrío en este invierno es coronavirus”.
El absurdo que estamos viviendo lo vemos todos los días en la calle: policías que deben hacer cumplir la cuarentena hostigando a gente normal que anda en auto. La Gendarmería Nacional, reducida a un brazo del Poder Ejecutivo de Alberto –el presidente abortista y aliado de Cristina Kirchner–, le es dócil. Por lo bajo, todos, todos, nos dicen lo mismo: “Esto es todo un verso, esto es mentira, esto es un circo”. Circovid. Nadie lo cree pero muchos o casi todos se someten.
Las consecuencias son nefastas para la sociedad argentina y también para varios lugares del mundo: miles de empresas quebradas, cientos de miles de puestos de trabajos perdidos, problemas psicológicos, prisión domiciliaria disfrazada de cuarentena, familia que no se ve, que no se abraza hace meses, amigos que no pueden encontrarse, personas que han muerto sin la presencia de sus familias en el momento final. Templos cerrados y Supermercados abiertos. La insolencia de los periodistas en los medios de comunicación, que nos dicen “Quedate en casa” en el mismo momento en que ellos incumplen el distanciamiento social. Como si el periodismo fuese actividad esencial. Sí: es esencial para aterrorizarnos. Para eso sí es esencial el periodismo.
Los tribunales de justicia cerrados. Los colegios paralizados. Los profesores y docentes, en heroica labor, haciendo lo posible para dar clases a través de la virtualidad. Las prepagas han establecido un sistema infame, una estructura en la cual privilegian los posibles casos de COVID por sobre otras enfermedades de dolencias. De repente, no hay en el universo otro enemigo de la salud que el coronavirus. Si te morís por desnutrición no pasa nada. Si te morís porque te mata un delincuente liberado por Zaffaroni no pasa nada. Si se matan personas por nacer con pastillas de misoprostol, compradas por el Gobierno de Kicillof, no pasa nada. Si morís por sobredosis de drogas, sos un número en una estadística. El Gobierno Nacional puede dormir tranquilo, aunque haya desnutrición, delincuencia, aborto, narcotráfico. Esas muertes no importan.
Pero si alguien tiene síntomas, ¡Válgame Dios! ¡Que el mundo entero se detenga! ¡Que el país se congele! ¡Que todos los organismos del Estado se pongan a rastrear a ese pobre desgraciado (y a quienes ese desgraciado haya contactado)!
Todo esto se enfrenta de una sola manera: con lucidez y coraje. Tenemos que organizarnos. Ser sistemáticos. Ser ordenados. Estar unidos y trabajar codo a codo. Esto es el principio apenas. Tenemos el valor para organizarnos, para una batalla prolongada, para no aceptar migajas de libertad. Tenemos el deber de luchar por nosotros, nuestras familias, nuestros hijos, nuestra patria. Con la ayuda de Dios Todopoderoso, sigamos adelante.

JUAN CARLOS MONEDERO (H)