El dia !7 de septiembre la Agrupación Nacionalista Lacebrón Guzmán rindió un breve pero sentido homenaje a quien fuera el primer caido del Nacionalismo Argentino. Lacónicamente como es nuestro estilo, se realizó una invocación religiosa, el Cda Hernan Capizzano, biografista de nuestro héroe, hizo una reseña de su corta pero fructífera existencia. Posteriormente dirigió una alocución a los presentes el Cda. Guillermo Rojas y se dió por cerrado el acto con la mención de todos los nacionalistas caídos en cumplimiento del deber.
Subimos a continuación la alocución del Cda Rojas
"Luego de lo dicho con respecto a nuestro héroe queda por decir lo que nos atañe a nosotros como nacionalistas hoy. Justamente lo que queremos con este acto es la reafirmación del espíritu de sacrificio de los militantes y de todos los camaradas del nacionalismo. El Camarada Jacinto es un ejemplo a seguir por todos. Pero más que nada es necesaria la comprensión del momento en que vivimos y allí es donde empalman lo evocado con lo actual.
Ya decía José Antonio que lo lógico era mirarse en el espejo del pasado para preguntarse como habrían hecho aquellos grandes hombres para solucionar cosas, problemas y cuestiones acuciantes que esta realidad de hoy nos plantea. Hablaba de ánimo de adivinación de lo que harían en nuestras circunstancias y justamente es este un ámbito para la reflexión además del homenaje.
Es que la Argentina necesita del Nacionalismo y el Nacionalismo del concurso del pueblo argentino a sus filas, única forma que podremos llevar adelante la obra de restauración y reconstrucción de nuestra Patria doliente. Necesitamos de ese concurso del hombre sencillo que tiene bien en claro las verdades que son de sentido común. Para ello la lucha que nos espera es larga y difícil y solo teniendo la ayuda de la Providencia y como faro camaradas como Jacinto, podremos atisbar el triunfo. El fracaso del Nacionalismo es el fracaso de la Argentina como nación soberana.
Eso nos queda en claro cuando vemos que en estos años álgidos de esta verdadera embestida de las sombras, son justamente los años en los que el Nacionalismo ha desaparecido de la escena política por factores que no es dable aquí analizar.
Por eso para lograr una segunda independencia, una revolución nacionalista en nuestra Patria primeramente hay que restaurar el instrumento para ello y ese instrumento no es otro que nuestro movimiento inspirado en el universo de valores de siempre, pero que deberá tomar un nuevo rumbo en lo político practico por que nuevos son los desafíos que se nos plantean y nuevas son las circunstancias de gravedad inusitada que se nos presentan. Los cambios de una sociedad dinámica nos marcan nuevas pautas en la forma de comunicarnos y de comunicar nuestros postulados a nuestro pueblo. Eso es innegable.
Debemos comprender que lo que no hagamos nosotros nadie lo va a hacer, no hay atajos, no hay senderos más cortos y expeditivos que no sean los de la lucha constante, una lucha que debemos dar en múltiples campos de batalla. Por eso lo primero es que así como estamos seguros de la identidad de nuestra Argentina lo estemos en lo referente a nuestras propias convicciones y en la propia identidad de nuestro movimiento más allá de particularidades propias en cosas opinables. Tener en claro por que luchamos políticamente que no es otra cosa que por una República que a despecho del liberalismo y el marxismo consagre la representación real, la justicia social y reinstale restaurada nuestra cultura heredera de los valores clásicos, del Catolicismo y de la España evangelizadora.
Es necesaria la formación de una nueva camada de nacionalistas, con el mismo espíritu indomable de Lacebrón pero con la preparación para nuevas circunstancias que se presentan y se presentaran en el futuro no lejano.
Debemos tener claro nuestro proyecto político, por que está tan desacreditada la política por el Sistema que ya no son suficientes las formulaciones generales para vencer las resistencias y convencer a los dubitativos. Para eso hace falta una formación constante por que de allí va a salir la futura dirigencia del Nacionalismo.
Advertimos que este Sistema de Dominación ha tratado- y en cierta forma a logrado- desterrar del alma de los Argentinos primeramente a Dios con el ateísmo teórico y practico, al mismo tiempo ha intentado imponernos que la Patria no existe, en beneficio del mundialismo o del mercado universal y que la familia es cualquier cosa menos la unión entre un hombre y una mujer junto a los hijos: Hoy el marxismo cultural proclama la unión de los homosexuales como un nuevo derecho humano
A partir de ello cualquier cosa es posible, desde la explotación económica hasta la prostitución y la droga libre serán cosas lógicas cuando no deseables en el submundo de relativismo moral y hedonismo en que dicho Sistema se mueve.
Por eso camaradas para encarar esta lucha debemos ser como Jacinto y estar dispuestos a cualquier sacrificio incluso a dar la vida si es necesario y la Patria así lo requiere. No interesa la victoria o la derrota, haber luchado por un ideal superior es lo que nos distingue. Y si llega ese momento crucial de darlo todo que sea en la trinchera y que el mundo sepa que no somos empanadas que se comen con solo abrir la boca.
Camaradas ¡Viva la Patria!
3 comentarios:
Estuve en el acto. Fue tan austero como emotivo. El culto a nuestros héroes nos enciende en la lucha cotidiana. Todos los meses debería haber eventos de esta naturaleza. No importa si van diez, cien o quinientos camaradas, allí están los que nos precedieron en la lucha. VIVA LA PATRIA: CAIDOS DEL NACIONALISMO... ¡PRESENTEEEE!
EXCELENTES PALABARAS CAMARADA GUILLERMO. TAN SOLO UNA PEQUEÑA CORRECCIÓN, MAS QUE LA PROVIDENCIA, ES DIOS NUESTRO SEÑOR QUIEN NOS GUIARÁ A LA VICTORIA Y SEGURO QUE POR LA ENTREGA DE HASTA SU PROPIA VIDA POR AMOR A LA PATRIA, JACINTO ESTARÁ A LA DIESTRA DE CRISTO REY.
DIOS Y PATRIA!!!
ENRIQUE MARAÑON
SGO. DEL ESTERO 29/9/2011
Que el Camarada Jacinto Lacebrón Guzmán interceda ante el trono de Nuestro Rey por esta Patria y que su ejemplo despierte en nosotros el espíritu de combate tan necesario en estos tiempos.
Desde Mendoza.
Daniel O. González Céspedes
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