martes, 17 de septiembre de 2019

INFLACIÓN Y DINERO BANCARIO


Nuevo, sencillo e ilustrativo escrito del Cda. Sanchez Alonso

"La inequidad extrema, rasgo evidente del mundo contemporáneo, particularmente de América Latina, está llegando a extremos intolerables.
La concentración exacerbada de riquezas, fuente innegable de desigualdad, se alimenta de un mecanismo perverso: la emisión privada del dinero; hecho que contradice y desmantela la creencia generalizada de que la emisión del dinero es ejercida por los gobiernos a través de sus bancos centrales.
La emisión del dinero por parte de los gobiernos permitiría la prosperidad y no causaría inflación, la deuda federal se podría pagar, los impuestos a la renta podrían ser eliminados y los programas sociales podrían ser incrementados y todo esto podría hacerse sin imponer medidas de austeridad en las personas ni provocando una inflación galopante.
Las monedas y los billetes representan menos de 3 % de la oferta monetaria.
El restante 97 % solo existe como registros contables, y todo este dinero es creado por los bancos en forma de crédito.
Los impuestos en general fueron creados para que los contribuyentes paguen los intereses adeudados a los bancos sobre la deuda federal.
Si el dinero fuera creado por el Gobierno (en lugar de pedirlo prestado a los bancos) la mayoría de los impuestos no serían necesarios
La inflación no es causada por la impresión irresponsable de pesos por parte del gobierno.
La inflación es ocasionada por los bancos que amplían la oferta monetaria con los créditos, utilizando el mecanismo de reservas fraccionarias al cual hay que sumar el requerimiento de intereses.
A finales de los años veinte del siglo pasado, Josiah Stamp, quien fuera gobernador del Banco de Inglaterra y el segundo hombre más rico de Gran Bretaña en aquellos años, revelaba de manera elocuente el fundamento del poder económico:
El sistema bancario moderno fabrica dinero de la nada […] Los banqueros son los dueños de la tierra. Quítensela, dejándoles el poder de crear dinero y, con el movimiento de una pluma, crearán dinero suficiente para comprarla de nuevo. […] Remuévanles este gran poder y todas las grandes fortunas como la mía desaparecerían, y entonces este sería un mundo mejor y más feliz para vivir. […] Pero, si quieren seguir siendo los esclavos de los banqueros y pagar el coste de su propia esclavitud, entonces que los banqueros sigan creando el dinero y controlando el crédito.
Testimonios acerca de los últimos momentos de Woodrow Wilson, presidente de los Estados Unidos de 1913 a 1921, señalan que dijo antes de morir:
“Sin saberlo, he arruinado a mi país”.
Él firmó la ley de la Reserva Federal de 1913 e hizo realidad el proyecto de más de un siglo de los banqueros, que requirió la alianza de las facciones enemigas de los Morgan y los Rockefeller, para monetizar la deuda del gobierno, es decir, imprimir su propio dinero y cambiarlo por títulos públicos o pagarés.
La emisión privada del dinero conduce a una espiral de deuda perpetua."

Marcelo Sanchez Alonso

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