Llega a nuestra mesa de trabajo este informe que dice ser secreto o reservado, del 18 de abril. Aunque no estamos acostumbrados, ni nos agrada, la acciòn psicologica, lo publicamos por que tiene alguna información de cierto valor como para saber algo de lo que realmente ocurre en estos tensos dias
Crece la preocupación por la crisis política
Crece la preocupación por la crisis política
El clima de incertidumbre comienza a agudizarse en círculos políticos, empresarios y financieros. Cada vez se escuchan más versiones sobre la debilidad política del kirchnerismo. Los rumores hacen referencia a la estabilidad psicológica de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y una variada gama de cambios de gabinete.
Algunos dicen que Néstor Kirchner podría remplazar a Alberto Fernández en la jefatura de Gabinete por ese este funcionario habría amenazado con su renuncia. Otros prefieren darle credibilidad a las versiones que avalan el eventual ascenso del ministro de Planificación, Julio De Vido, o la inmediata salida de Martín Lousteau del Palacio de Hacienda. Demasiados rumores alentados intencionalmente o no dejan entrever la perdida de credibilidad y poder del oficialismo.
Evidentemente el matrimonio K ha ingresado en una pendiente muy peligrosa para la estabilidad institucional. Los antecedentes históricos demuestran los riegos que corre un gobierno cuando comienza a desgastarse en medio de un proceso inflacionario y una fuerte insatisfacción de la opinión pública. Las últimas encuestas posteriores al levantamiento de las medidas de los productores agropecuarios ratifican el mal momento político de la pareja presidencial.
Casi todas las mediciones muestran que, tal como lo adelantamos hace un mes, la imagen de Cristina ha sufrido un grave deterioro y genera grandes rechazos en la sociedad. La soberbia, los gritos y el vestuario suntuoso son elementos que han desgastado a la presidenta, quien no sufre discriminaciones de género como suele decir en sus últimos discursos públicos, sino que tiene un serio problema con las mujeres de casi todos los sectores sociales.
Según el consultor Julio Aurelio, la jefa de Estado genera antipatía mayoritaria en el segmento femenino de clase media, alta y también en sectores bajos. Gran parte de los encuestados que dicen respaldarla son hombres. Es decir que el padrón masculino se divide a la hora de expresar su opinión sobre la señora de Kirchner. En cambio las mujeres masivamente han asumido una postura negativa. No la quieren y además muchas no la ven como una igual. Obviamente, esta tendencia se inicio en los sectores medios porteños y del Gran Buenos Aires pero ha se extendido a las grandes ciudades urbanas y también a las zonas rurales.
Como lo comentamos la semana pasada Cristina sigue aumentando su imagen negativa en la ciudad de Buenos Aires y en el primer y segundo cordón del GBA, especialmente en la zona norte. Pero en otras provincias la caída es realmente alarmante: casi el 70% de los cordobeses rechazan su figura. En una de los distritos más importantes del país la jefa de Estado no lleva al 30% de imagen positiva. Algo parecido se registra ciudades en Rosario, Mar del Plata o Bahía Blanca.
En ambientes políticos bien informados cada vez se escucha más que el exótico proyecto del “doble comando” ha fracasado. Se dice que la presidenta se muestra incómoda en su rol de intérprete de las órdenes de su esposo. Tal es así que la mayoría de los encuestados admiten que la decisión de aumentar las retenciones fue tomada por K pero el deterioro cae sobre ella. La gente ya se da cuenta que el poder lo sigue ejerciendo el santacruceño pero la bronca y el malestar por la inflación y la inseguridad sólo golpean la figura de la ex Primera Dama.
También la sociedad muestra un evidente hartazgo frente al manoseo de las cifras del INDEC o al patoterismo de Luís D´Elía o el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Este estado de ánimo se percibe tanto en zonas urbanas como rurales. Incluso, en los últimos días se dice que crece el malestar en las ciudades vinculadas a la actividad agropecuaria. No se puede descartar el regreso de las medidas de fuerza una vez que concluya la tregua iniciada el 2 de abril. Sobre todo porque las idas y vueltas en las negociaciones están poniendo nerviosas a las bases que siguen atentamente los movimientos y gestos de sus dirigentes.
Aparentemente entre los pequeños y mediano productores ya se debaten dos cursos de acción a seguir. Están los “duros” como Alfredo De Angelis quienes se inclinan por volver con la metodología de marzo: paro agropecuario con cortes de rutas. Pero otros prefieren implementar un “plan B” que no vuelva a generar desabastecimiento en las ciudades. Temen que la reiteración de esa situación podría ser funcional al oficialismo para enfrentarlos con las sociedades urbanas.
Por eso están analizando medidas de protesta más vinculadas a la movilización permanente. Plantean marchas en todas las ciudades vinculadas al sector frente a las respectivas municipalidades para luego confluir en las capitales de provincia frente a las sedes gubernamentales. La idea es presionar más a los intendentes y gobernadores con sus reclamos. Saben que la mayoría de ellos se sienten obligados a acompañar la demanda del sector por cuestiones políticas y electorales.
El escenario de marchas y tractorazos en las capitales de provincia provocarán más incomodidad a muchos jefes comunales y especialmente a los gobernadores oficialistas como Juan Schiaretti (Córdoba), Jorge Capitanich (Chaco), Daniel Scioli (Buenos Aires), Sergio Urribarri (Entre Ríos) y Oscar Jorge (La Pampa). Posteriormente especulan con una gran marcha federal sobre la Plaza de Mayo. La idea apuntaría a movilizar a una multitud de productores de las más diversas actividades con caballos, tractores, camiones y demás medios de transporte como una clara demostración de poder frente al kirchnerismo.
Temores, realineamientos e incertidumbre
Sea como fuere, la mayoría de los datos expuestos previamente han provocado un notable cambio de humor en sectores dirigenciales de los más variados orígenes. La crisis política y los problemas económicos son un cocktail peligroso que le quita el sueño a muchos hombres poderosos. Sólo esto explica la toma de distancias de muchos personajes influyentes frente a un gobierno que hace poco defendían a rajatabla. Incluso, algunos ahora se animan a ser más duros en público o reconocer su pesimismo.
En el establishment impactó mucho el análisis descarnado que realizó el martes en C5N el economista Miguel Ángel Broda. Entrevistado por Marcelo Longobardi, el consultor más respetado por empresarios y banqueros anticipó un final catastrófico si el gobierno no reacciona. Sostuvo además que el preocupante desborde de la inflación puede deteriorar aún más a los kirchneristas. Un gobierno con alza de precios suele tener mayores inconvenientes políticos y puede ingresar en un círculo vicioso donde la inflación estimule la perdida de poder y viceversa.
Por eso ya algunos sectores industriales afines al gobierno han comenzado a discrepar tibiamente con la política económica vigente. En la Unión Industrial Argentina aseguran que el alza de precios conspira contra la rentabilidad del sector. Ni hablar del mal humor de las huestes de Techint frente a la pasividad de la presidenta ante la polémica decisión del venezolano Hugo Chávez de nacionalizar la empresa Sidor. “No hicieron nada porque dependen del régimen bolivariano para sobrevivir fiscalmente”, dicen en el holding que dirige Paolo Rocca.
En este contexto debe interpretarse el giro dialéctico del titular de FIAT, Cristiano Ratazzi, al criticar ayer las retenciones al campo. El empresario automotriz aprovechó la ausencia de la jefa de Estado a la ampliación de una planta en Córdoba (tal como lo anticipamos Cristina pegó el faltazo para no mostrarse junto al rebelde Schiaretti) para tomar distancias de la Casa Rosada. Hasta ahora se había mostrado como uno de los ejecutivos más cercanos al kirchnerismo durante el conflicto con lasa entidades rurales.
Pero en esta ocasión optó por no quedar tan involucrado con el oficialismo, sobre todo por su condición de productor agropecuario y además las cosas no están del todo bien en la fabricación de automotores. Se dice que se ha frenado la demanda de unidades y encima la falta de insumos ha comenzado a golpear a varias empresas. Por el momento la más perjudicada es Renault que ha debido anunciar la suspensión de más de 1000 operarios.
También llamó la atención la nota pesimista que firmara el miércoles en el diario El Cronista su director, Guillermo Kohan, quien venía fijando una línea editorial de “apoyo critico” al kirchnerismo, especialmente al sector gubernamental que lidera De Vido. Sin embargo, Kohan esta vez describió sin anestesia la preocupación que reina en el mundo empresario y financiero por el creciente deterioro de la economía luego del paro agropecuario. Incluso, pronostica serias consecuencias para el último trimestre si las autoridades no reaccionan. Casi un calco del diagnóstico de Broda.
Algo parecido intentó expresar esta semana Elisa Carrió luego de mantener largas reuniones con su equipo económico que lideran Alfonso Prat-Gay y Pedro Lacoste. Los ex titulares del Banco Central le pintaron a la jefa de la Coalición Cívica un panorama preocupante debido al agotamiento del actual modelo económico. Voceros confiables aseguran que Lilita se asustó tanto ante el panorama negativo que le brindaron que su participación en el programa “A dos voces” fue de una prudencia poco habitual para su estilo tan polémico.
Más señales negativas en la economía
En síntesis, el análisis de la mayoría de los economistas hace hincapié no sólo en el proceso inflacionario sino también en la cuestión fiscal. Dicen que cada vez resulta más evidente que el empecinamiento K por no ceder en el aumento a las retenciones tiene que ver con el gasto público. La sensación que se percibe es que ya comenzaron a observarse las primeras dificultades de caja y financiamiento en el Estado.
A pesar del superávit de las cuentas públicas, que se ubican en alrededor del 3,2% del PBI y de los intentos del oficialismo por mostrar solvencia fiscal, lo cierto es que los números no son tan espectaculares como parecen. El panorama muestra que este año el gobierno debe hacer frente a vencimientos totales de deuda de casi 4.900 millones de dólares, una cifra abultada si se tiene en cuenta la desaceleración en la recaudación y ciertos síntomas de freno en la demanda. Ayer se conocieron los números del INDEC de febrero: la actividad económica sufrió un retroceso del 0,4% en relación a enero. Tendencia que parece agravarse en marzo y en los que va de abril.
El otro frente que preocupa tiene que ver con el constante aumento del gasto público. El año pasado la suba superó el 30% por razones estrictamente electorales. Pero los pronósticos para el actual ejercicio indican un incremento del 25%. El horizonte es incierto. Sobre todo cuando se sabe que el kirchnerismo no tiene muchos recursos a la hora de recurrir a fuentes de financiamiento para cumplir con sus obligaciones de deuda.
Desde que el oficialismo decidió desvincularse del Fondo Monetario Internacional las necesidades de financiamiento fueron solventadas por la compra de bonos por parte de la Venezuela de Chávez, a través de emisión de títulos en el mercado local y por artilugios extraños como los autopréstamos dentro del Estado por parte de la AFIP, del ANSES y del Banco Central hacia el Tesoro.
Los expertos consideran que este esquema le permitió a las actuales autoridades ir zafando y postergando los problemas pero la situación se ha complicado a partir de que se desató la crisis hipotecaria de los Estados Unidos, que esta afectando a la economía mundial y sobre la cual aún no hay un panorama concreto sobre sus alcances y el daño que puede ocasionar a los países emergentes.
Además, la capacidad de producción de la mayoría de las industrias se encuentra prácticamente saturada por eso resulta indispensable invertir para aumentar la capacidad de producción. El tipo de cambio real se ha deteriorado por el aumento de los precios y las condiciones internacionales cambian con la crisis externa, ya no hay tanta liquidez y los precios de los commodities agrícolas han mostrado ya preocupantes retrocesos.
Y como si esto fuera poco, la inflación daña el poder adquisitivo con lo cual se viene una nueva ofensiva sindical buscando una nueva recomposición salarial. Esta vez el puntapié inicial lo da la Unión Obrera Metalúrgica que amenaza con medidas de fuerza sino obtiene a cambio un 30% de ajuste en las remuneraciones del sector. Detrás de la UOM se sumará el resto, especialmente los camioneros de Hugo Moyano.
Frente a este complicado panorama el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Economía, Martín Lousteau, idearon el incremento de las retenciones para financiar el exceso de demanda de gasto público. Decidieron que el ajuste lo hiciera un sector hasta ese momento muy pasivo, no previeron obviamente la crisis y además saben que con esa movida tampoco podrán financiar el incremento del gasto previsto para este año.
Por eso voceros gubernamentales sostienen que Fernández y Lousteau, sobre todo este último, se juegan en esta etapa la continuidad en sus cargos. “Ahora ustedes me sacan de este despelote”, dicen que les dijo K muy ofuscado. Luego de que trascendieran esos rumores surgió la versión de que el jefe de Gabinete le habría presentado la renuncia hace un par de semana atrás. Lo cierto es que la situación no esta definida y el pronóstico es reservado.
La reacción de los opositores
El dato más sobresaliente de la semana surgió dentro del propio peronismo. El cuestionado diario Clarín publicó el domingo que Eduardo Duhalde esta dispuesto a presentarse como candidato en la provincia de Buenos Aires en los comicios legislativos del año próximo. Según fuentes confiables, el anuncio del ex presidente fue apurado por la ansiedad del multimedio más poderoso del país por eso sacudió el tablero político.
La cuestión surgió durante el peor momento del paro agropecuario en un encuentro que mantuvo Duhalde con el titular del Grupo Clarín, Héctor Magnetto. El ejecutivo ya sabía que el kirchnerismo preparaba una andana contra el holding que conduce y quería saber la postura del ex hombre fuerte de la provincia de Buenos Aires. Y finalmente escuchó lo que quería oír: el caudillo de Lomas de Zamora le ratificó su actitud opositora y sus deseos de competir electoralmente en las legislativas.
Obviamente la confesión de Duhalde ante su interlocutor era absolutamente “off the record”. Pero las necesidades de Magnetto para molestar al oficialismo lo llevaron a acelerar los tiempos políticos de la candidatura del ex gobernador bonaerense. “Me tiraron a la cancha para que me pelee con Kirchner”, le dijo a un viejo colaborador suyo. Por eso no salió a desmentir ni ratificar la versión a sabiendas de la necesidad de Clarín de “inflar” a cualquier dirigente que se pare frente a la Casa Rosada.
Lo cierto es que el trascendido periodístico generó un fuerte impacto dentro de la estructura del PJ. Es cierto que no impactó en la opinión pública ya que el ex presidente no tiene un buen vínculo con la sociedad sobre todo con aquellos que lo responsabilizan por haber puesto a K en la presidencia de la Nación. Pero los peronistas se vieron conmovidos y pasaron infinidad de referentes políticos, sindicales y agropecuarios por sus nuevas oficinas de la calle Hipólito Yrigoyen.
Intendentes, senadores, diputados y sindicalistas fueron a visitar al caudillo para comprobar sus aspiraciones y de paso manifestarle su aval ante la intención de este de pelear por la provincia de Buenos Aires. Hasta el gastronómico Luís Barrionuevo y el sindicalista rural Jerónimo Venegas se reunieron con el antecesor de Kirchner. Dicen que también conversó telefónicamente con el gobernador rebelde Mario Das Neves con quien tiene una buena relación desde hace años. Todos quieren saber hasta donde esta dispuesto a llegar en su enfrentamiento con el gobierno.
No cabe ninguna duda que Duhalde se va a tomar su tiempo porque esta convencido de que el kichnerismo seguirá en baja y esa situación va a seguir modificando el panorama político y la relación de fuerzas dentro y fuera del peronismo. Sus allegados dicen que el año próximo se pone en juego mucho poder y que la tendencia no resulta muy favorable para el gobierno. Saben que las cosas no pintan bien en la ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
Por esa razón la provincia de Buenos Aires cada vez pasa a tener más importancia. Los duhaldistas creen que Kirchner jugará su candidatura en el principal distrito del país si las encuestas lo favorecen. Pero sólo se presentaría para la Cámara Alta. En ese caso los bonaerenses elegirán una banca de senador: lo harían renunciar a Eric Calcagno que fue designado como cónsul en Nueva York. El economista fue como suplente en la boleta de Cristina en los comicios de 2005 y ante su llegada a la casa Rosada se vio obligado a cubrir su banca.
Si los números no le garantizan un triunfo apabullante el santacruceño no aceptaría el convite y Calcagno seguiría siendo senador por más que viva en Miami. En ese contexto la estrategia K apuntaría a “provincializar” los comicios de Buenos Aires. Como sólo se elegirían diputados nacionales le daría la orden al vicegobernador Alberto Balestrini para que encabece la lista. De esa forma le bajaría el precio a la contienda y cualquier escenario de fracaso sería responsabilidad del gobernador Daniel Scioli.
El diputado Francisco De Narváez no recibió con beneplácito el anuncio de Duhalde porque conspira contra sus aspiraciones de liderar la oposición peronista, además venía manteniendo contactos con la representante bonaerense de la Coalición Cívica, Margarita Stolbizer. Si bien esta incluido en el proyecto del ex presidente, lo cierto es que De Narváez perdería su rol protagónico y también vería peligrar su coincidencias con las huestes de Elisa Carrió.
Pero los duhaldistas han tratado de tranquilizar los ánimos del empresario periodístico. Le comentaron que Carrió esta a punto poder perder la querella por calumnias e injurias que le iniciara el ex gobernador. El fantasma de la condena sería el elemento de negociación que utilizaría para evitar que Lilita intente abortar los contactos para conformar una coalición más amplia en el principal distrito del país. Incluso, dicen que ella ha mandado emisarios para evitar que la querella prospere.
Mientras tanto, Mauricio Macri consolida aún más su proyecto de gestión y toma distancias del armado político de la oposición. Pese a que mantiene su alianzan con De Narváez, lo cierto es que el jefe de Gobierno porteño no quiere cruzar la Avenida General Paz y sólo piensa en el distrito metropolitano. Prospera de esta forma la iniciativa desdoblar los comicios del año próximo y convocar a una convención constituyente. Quiere adelantar la elección de legisladores locales para obtener un triunfo importante y desentenderse de la movida electoral a nivel nacional.
La guerra santa contra el Grupo Clarín
El conflicto entre el gobierno y el Grupo Clarín tiene varias aristas para la interpretación. No cabe ninguna duda que la cobertura de los medios del holding sobre el paro agropecuario enfurecieron a Kirchner, especialmente el canal de noticias TN. El slogan de “paro histórico” al pie de la pantalla fue uno de los motivos de la bronca del santacruceño, además de la difusión de los cacerolazos.
También en el gobierno le echan la culpa a Clarín por la postura dura de dos medios afines como Crónica TV y el Canal 26. En la Casa Rosada dicen que Héctor García esta en negociación con Magnetto para vender esa señal de noticias o una parte del paquete accionario. En cambio dicen que Alberto Pierri, dueño de Telecentro y Canal 26, es un aliado del holding más poderoso del país a través de la relación con Duhalde.
Si bien es cierto que el kirchnerismo quiere amedrentar a Clarín por que no soporta el más mínimos atisbo de independencia periodística, también es cierto que se ha desatado una pelea de intereses mucho más profunda que se venía gestando desde hace tiempo. El mejor ejemplo es que los máximos referentes del holding venían teniendo una excelente relación con destacados funcionarios, entre ellos Alberto Fernández.
Pero también conviene recordar que Magnetto nunca olvidó que el gobierno, aprovechando su ausencia del país por su enfermedad, intentó comprar parte del paquete accionario de ese grupo periodístico. Evidentemente el nuevo conflicto también encierra el interés del santacruceño por comprar ese holding o adquirir un multimedia similar. Por eso Rudi Ulloa hizo una oferta muy seria por quedarse con Telefe.
En cambio en la Casa Rosada sostienen que les preocupa el interés de Clarín por quedarse con Telecom. Según voceros muy confiables, el ex presidente ha mostrado a algunos interlocutores desgrabaciones de pinchaduras telefónicas realizadas por la SIDE a directivos de ese grupo donde surgen las especulaciones sobre la movida que buscaría controlar a la compañía telefónica. “Néstor esta obsesionado con Clarín, quiere saber todos los movimientos de Magnetto y su gente, que dicen y con quienes se reúnen”, sostiene un habitué de Puerto Madero.
Voceros del grupo aseguran que la ofensiva del gobierno “esta vez va en serio” y que ellos harán todo lo posible para defenderse de la hegemonía kirchnerista. No sólo esperan un pronto tratamiento legislativo de una nueva ley de radiodifusión, sino que además saben que se viene una fuerte ofensiva en el juicio por la identidad de los hijos de Ernestina Herrera de Noble, dueña de la mayoría accionaria de Clarín.
Dicen que K le dio instrucciones concretas al procurador general Esteban Rigui para darle un nuevo impulso a esa causa que hasta ahora estaba casi archivada. Tampoco descartan que las organizaciones de derechos humanos (especialmente las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo) tomen partido y realicen un “escrache” contra el holding porque los hijos de la señora de Noble habrían nacido en cautiverio y sus verdaderos padres estarían desaparecidos. Por el momento los chicos se vienen negando a la prueba de ADN.
De todas formas, la guerra entre el gobierno y Clarín ha comenzado a generar repercusiones y reacomodamientos en el mapa de los medios de comunicación. Mientras La Nación mantiene su alianza con el holding, Jorge Lanata -desde su flamante diario Crítica- ha salido a dar la pelea contra Magnetto. Dicen que el fundador de Página 12 tiene un acuerdo político con el kirchnerismo muy disimulado pero ahora ha salido a despotricar contra el holding.
Hasta Mario Pergolini, desde Telefe, también criticó duramente al Canal 13, especialmente por la presencia de su archienemigo, Marcelo Tinelli. Todos juegan su propio partido. No cabe ninguna duda que la tensión reinante no le conviene a nadie sobre todo cuando la información más seria indica que el oficialismo hará todo lo posible para tener su propio holding periodístico, quedarse con Aerolíneas Argentinas y la mayoría del negocio de las telecomunicaciones, entre tantos negocios pendientes.
Algunos dicen que Néstor Kirchner podría remplazar a Alberto Fernández en la jefatura de Gabinete por ese este funcionario habría amenazado con su renuncia. Otros prefieren darle credibilidad a las versiones que avalan el eventual ascenso del ministro de Planificación, Julio De Vido, o la inmediata salida de Martín Lousteau del Palacio de Hacienda. Demasiados rumores alentados intencionalmente o no dejan entrever la perdida de credibilidad y poder del oficialismo.
Evidentemente el matrimonio K ha ingresado en una pendiente muy peligrosa para la estabilidad institucional. Los antecedentes históricos demuestran los riegos que corre un gobierno cuando comienza a desgastarse en medio de un proceso inflacionario y una fuerte insatisfacción de la opinión pública. Las últimas encuestas posteriores al levantamiento de las medidas de los productores agropecuarios ratifican el mal momento político de la pareja presidencial.
Casi todas las mediciones muestran que, tal como lo adelantamos hace un mes, la imagen de Cristina ha sufrido un grave deterioro y genera grandes rechazos en la sociedad. La soberbia, los gritos y el vestuario suntuoso son elementos que han desgastado a la presidenta, quien no sufre discriminaciones de género como suele decir en sus últimos discursos públicos, sino que tiene un serio problema con las mujeres de casi todos los sectores sociales.
Según el consultor Julio Aurelio, la jefa de Estado genera antipatía mayoritaria en el segmento femenino de clase media, alta y también en sectores bajos. Gran parte de los encuestados que dicen respaldarla son hombres. Es decir que el padrón masculino se divide a la hora de expresar su opinión sobre la señora de Kirchner. En cambio las mujeres masivamente han asumido una postura negativa. No la quieren y además muchas no la ven como una igual. Obviamente, esta tendencia se inicio en los sectores medios porteños y del Gran Buenos Aires pero ha se extendido a las grandes ciudades urbanas y también a las zonas rurales.
Como lo comentamos la semana pasada Cristina sigue aumentando su imagen negativa en la ciudad de Buenos Aires y en el primer y segundo cordón del GBA, especialmente en la zona norte. Pero en otras provincias la caída es realmente alarmante: casi el 70% de los cordobeses rechazan su figura. En una de los distritos más importantes del país la jefa de Estado no lleva al 30% de imagen positiva. Algo parecido se registra ciudades en Rosario, Mar del Plata o Bahía Blanca.
En ambientes políticos bien informados cada vez se escucha más que el exótico proyecto del “doble comando” ha fracasado. Se dice que la presidenta se muestra incómoda en su rol de intérprete de las órdenes de su esposo. Tal es así que la mayoría de los encuestados admiten que la decisión de aumentar las retenciones fue tomada por K pero el deterioro cae sobre ella. La gente ya se da cuenta que el poder lo sigue ejerciendo el santacruceño pero la bronca y el malestar por la inflación y la inseguridad sólo golpean la figura de la ex Primera Dama.
También la sociedad muestra un evidente hartazgo frente al manoseo de las cifras del INDEC o al patoterismo de Luís D´Elía o el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Este estado de ánimo se percibe tanto en zonas urbanas como rurales. Incluso, en los últimos días se dice que crece el malestar en las ciudades vinculadas a la actividad agropecuaria. No se puede descartar el regreso de las medidas de fuerza una vez que concluya la tregua iniciada el 2 de abril. Sobre todo porque las idas y vueltas en las negociaciones están poniendo nerviosas a las bases que siguen atentamente los movimientos y gestos de sus dirigentes.
Aparentemente entre los pequeños y mediano productores ya se debaten dos cursos de acción a seguir. Están los “duros” como Alfredo De Angelis quienes se inclinan por volver con la metodología de marzo: paro agropecuario con cortes de rutas. Pero otros prefieren implementar un “plan B” que no vuelva a generar desabastecimiento en las ciudades. Temen que la reiteración de esa situación podría ser funcional al oficialismo para enfrentarlos con las sociedades urbanas.
Por eso están analizando medidas de protesta más vinculadas a la movilización permanente. Plantean marchas en todas las ciudades vinculadas al sector frente a las respectivas municipalidades para luego confluir en las capitales de provincia frente a las sedes gubernamentales. La idea es presionar más a los intendentes y gobernadores con sus reclamos. Saben que la mayoría de ellos se sienten obligados a acompañar la demanda del sector por cuestiones políticas y electorales.
El escenario de marchas y tractorazos en las capitales de provincia provocarán más incomodidad a muchos jefes comunales y especialmente a los gobernadores oficialistas como Juan Schiaretti (Córdoba), Jorge Capitanich (Chaco), Daniel Scioli (Buenos Aires), Sergio Urribarri (Entre Ríos) y Oscar Jorge (La Pampa). Posteriormente especulan con una gran marcha federal sobre la Plaza de Mayo. La idea apuntaría a movilizar a una multitud de productores de las más diversas actividades con caballos, tractores, camiones y demás medios de transporte como una clara demostración de poder frente al kirchnerismo.
Temores, realineamientos e incertidumbre
Sea como fuere, la mayoría de los datos expuestos previamente han provocado un notable cambio de humor en sectores dirigenciales de los más variados orígenes. La crisis política y los problemas económicos son un cocktail peligroso que le quita el sueño a muchos hombres poderosos. Sólo esto explica la toma de distancias de muchos personajes influyentes frente a un gobierno que hace poco defendían a rajatabla. Incluso, algunos ahora se animan a ser más duros en público o reconocer su pesimismo.
En el establishment impactó mucho el análisis descarnado que realizó el martes en C5N el economista Miguel Ángel Broda. Entrevistado por Marcelo Longobardi, el consultor más respetado por empresarios y banqueros anticipó un final catastrófico si el gobierno no reacciona. Sostuvo además que el preocupante desborde de la inflación puede deteriorar aún más a los kirchneristas. Un gobierno con alza de precios suele tener mayores inconvenientes políticos y puede ingresar en un círculo vicioso donde la inflación estimule la perdida de poder y viceversa.
Por eso ya algunos sectores industriales afines al gobierno han comenzado a discrepar tibiamente con la política económica vigente. En la Unión Industrial Argentina aseguran que el alza de precios conspira contra la rentabilidad del sector. Ni hablar del mal humor de las huestes de Techint frente a la pasividad de la presidenta ante la polémica decisión del venezolano Hugo Chávez de nacionalizar la empresa Sidor. “No hicieron nada porque dependen del régimen bolivariano para sobrevivir fiscalmente”, dicen en el holding que dirige Paolo Rocca.
En este contexto debe interpretarse el giro dialéctico del titular de FIAT, Cristiano Ratazzi, al criticar ayer las retenciones al campo. El empresario automotriz aprovechó la ausencia de la jefa de Estado a la ampliación de una planta en Córdoba (tal como lo anticipamos Cristina pegó el faltazo para no mostrarse junto al rebelde Schiaretti) para tomar distancias de la Casa Rosada. Hasta ahora se había mostrado como uno de los ejecutivos más cercanos al kirchnerismo durante el conflicto con lasa entidades rurales.
Pero en esta ocasión optó por no quedar tan involucrado con el oficialismo, sobre todo por su condición de productor agropecuario y además las cosas no están del todo bien en la fabricación de automotores. Se dice que se ha frenado la demanda de unidades y encima la falta de insumos ha comenzado a golpear a varias empresas. Por el momento la más perjudicada es Renault que ha debido anunciar la suspensión de más de 1000 operarios.
También llamó la atención la nota pesimista que firmara el miércoles en el diario El Cronista su director, Guillermo Kohan, quien venía fijando una línea editorial de “apoyo critico” al kirchnerismo, especialmente al sector gubernamental que lidera De Vido. Sin embargo, Kohan esta vez describió sin anestesia la preocupación que reina en el mundo empresario y financiero por el creciente deterioro de la economía luego del paro agropecuario. Incluso, pronostica serias consecuencias para el último trimestre si las autoridades no reaccionan. Casi un calco del diagnóstico de Broda.
Algo parecido intentó expresar esta semana Elisa Carrió luego de mantener largas reuniones con su equipo económico que lideran Alfonso Prat-Gay y Pedro Lacoste. Los ex titulares del Banco Central le pintaron a la jefa de la Coalición Cívica un panorama preocupante debido al agotamiento del actual modelo económico. Voceros confiables aseguran que Lilita se asustó tanto ante el panorama negativo que le brindaron que su participación en el programa “A dos voces” fue de una prudencia poco habitual para su estilo tan polémico.
Más señales negativas en la economía
En síntesis, el análisis de la mayoría de los economistas hace hincapié no sólo en el proceso inflacionario sino también en la cuestión fiscal. Dicen que cada vez resulta más evidente que el empecinamiento K por no ceder en el aumento a las retenciones tiene que ver con el gasto público. La sensación que se percibe es que ya comenzaron a observarse las primeras dificultades de caja y financiamiento en el Estado.
A pesar del superávit de las cuentas públicas, que se ubican en alrededor del 3,2% del PBI y de los intentos del oficialismo por mostrar solvencia fiscal, lo cierto es que los números no son tan espectaculares como parecen. El panorama muestra que este año el gobierno debe hacer frente a vencimientos totales de deuda de casi 4.900 millones de dólares, una cifra abultada si se tiene en cuenta la desaceleración en la recaudación y ciertos síntomas de freno en la demanda. Ayer se conocieron los números del INDEC de febrero: la actividad económica sufrió un retroceso del 0,4% en relación a enero. Tendencia que parece agravarse en marzo y en los que va de abril.
El otro frente que preocupa tiene que ver con el constante aumento del gasto público. El año pasado la suba superó el 30% por razones estrictamente electorales. Pero los pronósticos para el actual ejercicio indican un incremento del 25%. El horizonte es incierto. Sobre todo cuando se sabe que el kirchnerismo no tiene muchos recursos a la hora de recurrir a fuentes de financiamiento para cumplir con sus obligaciones de deuda.
Desde que el oficialismo decidió desvincularse del Fondo Monetario Internacional las necesidades de financiamiento fueron solventadas por la compra de bonos por parte de la Venezuela de Chávez, a través de emisión de títulos en el mercado local y por artilugios extraños como los autopréstamos dentro del Estado por parte de la AFIP, del ANSES y del Banco Central hacia el Tesoro.
Los expertos consideran que este esquema le permitió a las actuales autoridades ir zafando y postergando los problemas pero la situación se ha complicado a partir de que se desató la crisis hipotecaria de los Estados Unidos, que esta afectando a la economía mundial y sobre la cual aún no hay un panorama concreto sobre sus alcances y el daño que puede ocasionar a los países emergentes.
Además, la capacidad de producción de la mayoría de las industrias se encuentra prácticamente saturada por eso resulta indispensable invertir para aumentar la capacidad de producción. El tipo de cambio real se ha deteriorado por el aumento de los precios y las condiciones internacionales cambian con la crisis externa, ya no hay tanta liquidez y los precios de los commodities agrícolas han mostrado ya preocupantes retrocesos.
Y como si esto fuera poco, la inflación daña el poder adquisitivo con lo cual se viene una nueva ofensiva sindical buscando una nueva recomposición salarial. Esta vez el puntapié inicial lo da la Unión Obrera Metalúrgica que amenaza con medidas de fuerza sino obtiene a cambio un 30% de ajuste en las remuneraciones del sector. Detrás de la UOM se sumará el resto, especialmente los camioneros de Hugo Moyano.
Frente a este complicado panorama el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Economía, Martín Lousteau, idearon el incremento de las retenciones para financiar el exceso de demanda de gasto público. Decidieron que el ajuste lo hiciera un sector hasta ese momento muy pasivo, no previeron obviamente la crisis y además saben que con esa movida tampoco podrán financiar el incremento del gasto previsto para este año.
Por eso voceros gubernamentales sostienen que Fernández y Lousteau, sobre todo este último, se juegan en esta etapa la continuidad en sus cargos. “Ahora ustedes me sacan de este despelote”, dicen que les dijo K muy ofuscado. Luego de que trascendieran esos rumores surgió la versión de que el jefe de Gabinete le habría presentado la renuncia hace un par de semana atrás. Lo cierto es que la situación no esta definida y el pronóstico es reservado.
La reacción de los opositores
El dato más sobresaliente de la semana surgió dentro del propio peronismo. El cuestionado diario Clarín publicó el domingo que Eduardo Duhalde esta dispuesto a presentarse como candidato en la provincia de Buenos Aires en los comicios legislativos del año próximo. Según fuentes confiables, el anuncio del ex presidente fue apurado por la ansiedad del multimedio más poderoso del país por eso sacudió el tablero político.
La cuestión surgió durante el peor momento del paro agropecuario en un encuentro que mantuvo Duhalde con el titular del Grupo Clarín, Héctor Magnetto. El ejecutivo ya sabía que el kirchnerismo preparaba una andana contra el holding que conduce y quería saber la postura del ex hombre fuerte de la provincia de Buenos Aires. Y finalmente escuchó lo que quería oír: el caudillo de Lomas de Zamora le ratificó su actitud opositora y sus deseos de competir electoralmente en las legislativas.
Obviamente la confesión de Duhalde ante su interlocutor era absolutamente “off the record”. Pero las necesidades de Magnetto para molestar al oficialismo lo llevaron a acelerar los tiempos políticos de la candidatura del ex gobernador bonaerense. “Me tiraron a la cancha para que me pelee con Kirchner”, le dijo a un viejo colaborador suyo. Por eso no salió a desmentir ni ratificar la versión a sabiendas de la necesidad de Clarín de “inflar” a cualquier dirigente que se pare frente a la Casa Rosada.
Lo cierto es que el trascendido periodístico generó un fuerte impacto dentro de la estructura del PJ. Es cierto que no impactó en la opinión pública ya que el ex presidente no tiene un buen vínculo con la sociedad sobre todo con aquellos que lo responsabilizan por haber puesto a K en la presidencia de la Nación. Pero los peronistas se vieron conmovidos y pasaron infinidad de referentes políticos, sindicales y agropecuarios por sus nuevas oficinas de la calle Hipólito Yrigoyen.
Intendentes, senadores, diputados y sindicalistas fueron a visitar al caudillo para comprobar sus aspiraciones y de paso manifestarle su aval ante la intención de este de pelear por la provincia de Buenos Aires. Hasta el gastronómico Luís Barrionuevo y el sindicalista rural Jerónimo Venegas se reunieron con el antecesor de Kirchner. Dicen que también conversó telefónicamente con el gobernador rebelde Mario Das Neves con quien tiene una buena relación desde hace años. Todos quieren saber hasta donde esta dispuesto a llegar en su enfrentamiento con el gobierno.
No cabe ninguna duda que Duhalde se va a tomar su tiempo porque esta convencido de que el kichnerismo seguirá en baja y esa situación va a seguir modificando el panorama político y la relación de fuerzas dentro y fuera del peronismo. Sus allegados dicen que el año próximo se pone en juego mucho poder y que la tendencia no resulta muy favorable para el gobierno. Saben que las cosas no pintan bien en la ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
Por esa razón la provincia de Buenos Aires cada vez pasa a tener más importancia. Los duhaldistas creen que Kirchner jugará su candidatura en el principal distrito del país si las encuestas lo favorecen. Pero sólo se presentaría para la Cámara Alta. En ese caso los bonaerenses elegirán una banca de senador: lo harían renunciar a Eric Calcagno que fue designado como cónsul en Nueva York. El economista fue como suplente en la boleta de Cristina en los comicios de 2005 y ante su llegada a la casa Rosada se vio obligado a cubrir su banca.
Si los números no le garantizan un triunfo apabullante el santacruceño no aceptaría el convite y Calcagno seguiría siendo senador por más que viva en Miami. En ese contexto la estrategia K apuntaría a “provincializar” los comicios de Buenos Aires. Como sólo se elegirían diputados nacionales le daría la orden al vicegobernador Alberto Balestrini para que encabece la lista. De esa forma le bajaría el precio a la contienda y cualquier escenario de fracaso sería responsabilidad del gobernador Daniel Scioli.
El diputado Francisco De Narváez no recibió con beneplácito el anuncio de Duhalde porque conspira contra sus aspiraciones de liderar la oposición peronista, además venía manteniendo contactos con la representante bonaerense de la Coalición Cívica, Margarita Stolbizer. Si bien esta incluido en el proyecto del ex presidente, lo cierto es que De Narváez perdería su rol protagónico y también vería peligrar su coincidencias con las huestes de Elisa Carrió.
Pero los duhaldistas han tratado de tranquilizar los ánimos del empresario periodístico. Le comentaron que Carrió esta a punto poder perder la querella por calumnias e injurias que le iniciara el ex gobernador. El fantasma de la condena sería el elemento de negociación que utilizaría para evitar que Lilita intente abortar los contactos para conformar una coalición más amplia en el principal distrito del país. Incluso, dicen que ella ha mandado emisarios para evitar que la querella prospere.
Mientras tanto, Mauricio Macri consolida aún más su proyecto de gestión y toma distancias del armado político de la oposición. Pese a que mantiene su alianzan con De Narváez, lo cierto es que el jefe de Gobierno porteño no quiere cruzar la Avenida General Paz y sólo piensa en el distrito metropolitano. Prospera de esta forma la iniciativa desdoblar los comicios del año próximo y convocar a una convención constituyente. Quiere adelantar la elección de legisladores locales para obtener un triunfo importante y desentenderse de la movida electoral a nivel nacional.
La guerra santa contra el Grupo Clarín
El conflicto entre el gobierno y el Grupo Clarín tiene varias aristas para la interpretación. No cabe ninguna duda que la cobertura de los medios del holding sobre el paro agropecuario enfurecieron a Kirchner, especialmente el canal de noticias TN. El slogan de “paro histórico” al pie de la pantalla fue uno de los motivos de la bronca del santacruceño, además de la difusión de los cacerolazos.
También en el gobierno le echan la culpa a Clarín por la postura dura de dos medios afines como Crónica TV y el Canal 26. En la Casa Rosada dicen que Héctor García esta en negociación con Magnetto para vender esa señal de noticias o una parte del paquete accionario. En cambio dicen que Alberto Pierri, dueño de Telecentro y Canal 26, es un aliado del holding más poderoso del país a través de la relación con Duhalde.
Si bien es cierto que el kirchnerismo quiere amedrentar a Clarín por que no soporta el más mínimos atisbo de independencia periodística, también es cierto que se ha desatado una pelea de intereses mucho más profunda que se venía gestando desde hace tiempo. El mejor ejemplo es que los máximos referentes del holding venían teniendo una excelente relación con destacados funcionarios, entre ellos Alberto Fernández.
Pero también conviene recordar que Magnetto nunca olvidó que el gobierno, aprovechando su ausencia del país por su enfermedad, intentó comprar parte del paquete accionario de ese grupo periodístico. Evidentemente el nuevo conflicto también encierra el interés del santacruceño por comprar ese holding o adquirir un multimedia similar. Por eso Rudi Ulloa hizo una oferta muy seria por quedarse con Telefe.
En cambio en la Casa Rosada sostienen que les preocupa el interés de Clarín por quedarse con Telecom. Según voceros muy confiables, el ex presidente ha mostrado a algunos interlocutores desgrabaciones de pinchaduras telefónicas realizadas por la SIDE a directivos de ese grupo donde surgen las especulaciones sobre la movida que buscaría controlar a la compañía telefónica. “Néstor esta obsesionado con Clarín, quiere saber todos los movimientos de Magnetto y su gente, que dicen y con quienes se reúnen”, sostiene un habitué de Puerto Madero.
Voceros del grupo aseguran que la ofensiva del gobierno “esta vez va en serio” y que ellos harán todo lo posible para defenderse de la hegemonía kirchnerista. No sólo esperan un pronto tratamiento legislativo de una nueva ley de radiodifusión, sino que además saben que se viene una fuerte ofensiva en el juicio por la identidad de los hijos de Ernestina Herrera de Noble, dueña de la mayoría accionaria de Clarín.
Dicen que K le dio instrucciones concretas al procurador general Esteban Rigui para darle un nuevo impulso a esa causa que hasta ahora estaba casi archivada. Tampoco descartan que las organizaciones de derechos humanos (especialmente las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo) tomen partido y realicen un “escrache” contra el holding porque los hijos de la señora de Noble habrían nacido en cautiverio y sus verdaderos padres estarían desaparecidos. Por el momento los chicos se vienen negando a la prueba de ADN.
De todas formas, la guerra entre el gobierno y Clarín ha comenzado a generar repercusiones y reacomodamientos en el mapa de los medios de comunicación. Mientras La Nación mantiene su alianza con el holding, Jorge Lanata -desde su flamante diario Crítica- ha salido a dar la pelea contra Magnetto. Dicen que el fundador de Página 12 tiene un acuerdo político con el kirchnerismo muy disimulado pero ahora ha salido a despotricar contra el holding.
Hasta Mario Pergolini, desde Telefe, también criticó duramente al Canal 13, especialmente por la presencia de su archienemigo, Marcelo Tinelli. Todos juegan su propio partido. No cabe ninguna duda que la tensión reinante no le conviene a nadie sobre todo cuando la información más seria indica que el oficialismo hará todo lo posible para tener su propio holding periodístico, quedarse con Aerolíneas Argentinas y la mayoría del negocio de las telecomunicaciones, entre tantos negocios pendientes.
Dicen que el ex presidente esta convencido de que el éxito de su proyecto hegemónico depende exclusivamente de la posibilidad de desarticular al holding periodístico más importante del país. Si logra comprarlo o quedarse con algunas de sus empresas considera que Clarín perdería el grado de influencia que hoy tiene en la opinión pública y por ende el poder del oficialismo ya no tendría ningún límite.
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