sábado, 26 de septiembre de 2015

MAFIA



El cardenal Danneels admite haber creado una ‘mafia’ para dirigir la Iglesia


El arzobispo emérito de Bruselas reconoce que él y otros cardenales unidos por el deseo de ‘modernizar’ la Iglesia (Kasper, Martini y Lehman), formaron una “mafia” para influir en las elecciones de los papas. De probarse, los cardenales podrían ser excomulgados.
Godfried Danneels (nacido en 1933) ha sido uno de los cardenales europeos más influyentes de los últimos años. Entre 1979 y 2010, fue presidente de la conferencia episcopal belga y arzobispo de Malinas-Bruselas. En 2010, Benedicto XVI le aceptó su renuncia por motivos de edad.
Esta semana Dannels presentó en Bruselas una biografía suya autorizada y reconoció, como se explica en el libro, la existencia de un grupo de cardenales centroeuropeos que desde 1996 se confabularon para controlar la sucesión de Juan Pablo II e impedir que accediera a la silla de Pedro el cardenal Joseph Ratzinger.
Los miembros de lo que Danneels define en el vídeo como “mafia”, aunque también recibía el nombre piadoso de Grupo de Saint-Gall/Sankt Gallen por la abadía suiza en que celebraba sus reuniones, eran, aparte de él, que se incorporó en 1999, el cardenal arzobispo de Milán, Carlo Mario Martini (fallecido en 2012) y su compatriota Achille Silvestrini, los cardenales alemanes Walter Kasper y Karl Lehman, el británico Basil Hume (fallecido en 1999) y el obispo holandés Adriaan Van Luyn.
 En vida de San Juan Pablo II, a Roma llegaron los rumores de que algo maquinaban los cardenales que se reunían en Saint-Gall y se envió al cardenal Camillo Ruini a investigar, pero éste dijo no haber encontrado nada sospechoso.

Los acuerdos entre cardenales para elegir papa, prohibidos
Cuando Ratzinger fue elegido papa en 2005, la “mafia” no se deshizo, sino que decidió oponerse a él y preparar la sucesión del pontífice alemán, comportamiento prohibido por el Derecho Canónico. Para ello, no dudaron en criticar en público a Benedicto XVI y reclamar que la Iglesia debía ser más ‘alegre’ y menos ‘antipática’.
Las maquinaciones y acuerdos entre los cardenales para elegir papa están prohibidos por la constitución apostólica ‘Universi Dominici Gregis’, promulgada en 1996, y cuyo artículo 79 reza así:
“Confirmando también las prescripciones de mis Predecesores, prohíbo a quien sea, aunque tenga la dignidad de Cardenal, mientras viva el Pontífice, y sin haberlo consultado, hacer pactos sobre la elección de su Sucesor, prometer votos o tomar decisiones a este respecto en reuniones privadas”.
En el artículo 81, esos compromisos se castigan con la excomunión.

Alegría de Danneels por el matrimonio homosexual
El objetivo de la “mafia” de Saint Gall era ‘modernizar’ la Iglesia católica para adaptarla a los tiempos de hoy, lo que implica modificar la doctrina sobre el aborto y la ideología de género.
En la biografía, que pondrá a la venta el 29 de septiembre, se desvela también que Danneels escribió en mayo de 2003 una carta al primer ministro belga Guy Verhofstad felicitándole por haber introducido en el país el matrimonio para los homosexuales y terminar, de esta manera, con la discriminación para las parejas formadas por personas del mismo sexo.
Esta actitud de Danneels contrasta con la que tuvo el actual papa cuando era arzobispo de Buenos Aires. Al discutirse en Argentina la aprobación del matrimonio para los homosexuales, el cardenal Jorge Bergoglio mandó a cuatro monasterios de su diócesis una carta en las que se pronunció así: “No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una ‘movida’ del Padre de la Mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”.
En abril de 2015, al cumplirse 25 años de la aprobación de la ley del aborto en Bélgica, dos políticos, Philippe Moureau (socialista valón) y Mark Eyskens (democristiano flamenco), afirmaron que el cardenal Danneels trató de convencer al rey Balduino de que, como católico y monarca, podía promulgar la ley. Cuando se le preguntó al religioso, éste contestó con un “No hay comentarios”.

Protegió a un obispo pederasta
Las revelaciones sobre el deseo por parte de este grupo de cardenales centroeuropeos de controlar los últimos cónclaves no son nuevas. En 2014, el periodista inglés Austen Ivereigh, que fue subdirector de la revista ‘The Tablet’, director de las relaciones públicas del cardenal Cormac Murphy-O’Connor, arzobispo emérito de Westminester, y doctorado con una tesis sobre la Iglesia en la política de Argentina, publicó una biografía del papa Francisco, El Gran Reformador. En ella, su autor afirma que, en los días precedentes al cónclave de 2013, cuatro cardenales, Murphy O’Connor, Kasper, Daneels (quien ya no podía participar en el acto debido a su edad) y Lehmann, se aseguraron el consenso del cardenal Bergoglio para su eventual elección y después pusieron en marcha una campaña para conseguirla.
Entonces, los cardenales señalados respondieron que era mentira lo publicado. Según declaró el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, en teletipo recogido por Zenit el 1 de diciembre: “Puedo declarar que los cuatro cardenales arriba mencionados niegan explícitamente esta descripción de los hechos, tanto en lo relacionado con la petición de un consentimiento previo por parte del cardenal Bergoglio, como en lo relacionado con la conducción de una campaña para su elección, y desean que se sepa que están sorprendidos y decepcionados por lo publicado”.
Unos meses después, uno de los señalados en ese libro, el cardenal Danneels, reconoce que esa “mafia” o logia existía y, por tanto, que él mintió en 2014.
Pese a estar implicado en el encubrimiento de un caso de pederastia cometido por el obispo de Brujas (Danneels se negó a creer las primeras quejas y más tarde, en 2010, la víctima le grabó pidiéndole que retirase su denuncia), el papa Francisco le nombró por voluntad personal miembro del Sínodo sobre la Familia celebrado en 2014 y le ha vuelto a designar para el que se celebrará a finales de este año.
Otro de los señalados por Danneels, el Cardenal Walter Kasper, ha sido el principal promotor de la idea de dar la Sagrada Comunión a los divorciados vueltos a casar. Para ello, en el Sínodo de 2014, lideró una campaña para lograr apoyos para su propuesta, algo que choca frontalmente con la doctrina católica sobre el Matrimonio y la Eucaristía.
Fte. Infovaticana

ORIGEN DE NUESTRO FEDERALISMO

Por Ricardo Font Ezcurra
El  brindis de Duarte no fue sólo  efecto del alcohol, ni el diplomático alejamiento de Moreno, en su doble significado, fruto de superficiales disidencias. La necesidad de crear un gobierno que indispensablemente debía sustituir al destituido, dividía a los integrantes de la Junta de Mayo en dos tendencias irreductibles y antagónicas: monárquica una y republicana la otra, dentro ambas del más riguroso centralismo.
La transición pacífica y substancial de súbditos de la monarquía española a ciudadanos independientes del ex monarca, realizada jurídicamente en cuatro días y sin que ningún acontecimiento cruento o espectacular sirviera de rotunda solución de continuidad, fue fundamental  pero poco perceptible.
Por eso se continuó sin violencia la tradición colonial, al hacerse extensiva a todo el virreinato la nueva autoridad que en Buenos Aires había sustituido al Virrey. En algunos decretos de la Junta se lee: “Y en consecuencia ha expedido por reglas generales de invariable observancia de todas las provincias las siguientes declaratorias...”. Y la expedición "que debía auxiliar a las provincias interiores” y la de Belgrano al Paraguay, Corrientes y Banda Oriental, tuvieron como principal y casi única finalidad, someter a los remisos en prestarle acatamiento.
Ese unitarismo o centralización, contra el que chocó desde el primer momento la extensión y configuración geográfica del inmenso virreinato, contó con el asentimiento general de los hombres de Buenos Aires, concretándose su disidencia a la opción entre la monarquía y la república.
La Junta Grande reducida al Triunvirato y concretado éste en el Directorio, y el Estatuto Provisional sancionado en reemplazo del Reglamento Provisorio realizaban esta aspiración unitaria y centralista.  (1)
Y esta forma unitaria de los gobiernos iniciales se hubiera perpetuado, y tal vez impuesto en definitiva – sobre todo de adoptarse el régimen monárquico virtualmente  aceptado en el Congreso de Tucumán –, a no haber hecho su aparición un elemento nuevo, auténtico producto de nuestra nacionalidad en potencia que, encarnando el ideal republicano, habría de gravitar profundamente en nuestra estructuración institucional.
Este elemento nuevo que aparece a partir de 1810 es el núcleo-provincia, esas numerosas entidades autónomas que se formaran en las distintas comarcas teniendo como centro las ciudades, y en que se fragmentará el Virreinato del Río de la Plata, sin que autoridad alguna les hubiera determinado sus límites territoriales ni sus derechos políticos, y cuya resistencia a Buenos Aires haría fracasar las reiteradas tentativas de dar forma constitucional a ese régimen unitario de la primera hora.
¿Cuál es la causa de la aparición de estos entes autónomos? ¿Qué origen tuvo el núcleo-provincia? ¿De dónde procedían sus elementos integrantes y cuáles fueron las causas que presidieron a su desarrollo, que, juntamente con el prestigio de sus gobernadores o caudillos, debía darles esa consistencia autonómica definitiva que alteraría profundamente la fisonomía política del antiguo virreinato?
La cédula ereccional de 1776 que elevó la Gobernación de Buenos Aires a Virreinato del Río de la Plata, integró territorialmente a éste con las siguientes ciudades y regiones: GOBERNACIONES: Buenos Aires, que comprendía el Uruguay, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, La Patagonia, y parte del Chaco; Asunción y la Provincia de Guayra; Córdoba del Tucumán, constituida por Salta, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Córdoba y parte del Chaco. Y las PROVINCIAS: del Alto Perú (Cochabamba, Potosí, La Paz y Chuquisaca) y de Cuyo (Mendoza, San Juan y San Luis).
Todas estas ciudades y pueblos diseminados en dilatadas comarcas y distantes entre sí, fueron puestos por Real Cédula, bajo el gobierno inmediato del virrey, gobernador y capitán general y supremo presidente de la Real Audiencia, con residencia en Buenos Aires. Carecían de derechos políticos o de representación ante éste y sólo existía en ellas un cuerpo colegiado para su administración edilicia y judicial: el Cabildo. El virreinato español es la concepción más rigurosa de centralismo o unitarismo. La autoridad del Virrey no reconocía más limitación que la del Rey.
Durante sus treinta y cuatro años escasos de vida, la autoridad virreinal se hizo efectiva en toda esa enorme extensión. Ocurrida la caducidad de ésta y reemplazado el Virrey por la Junta de Mayo, ese territorio que el dominio español había mantenido unido y sometido fue disgregándose paulatinamente y desconociendo cada vez más, la autoridad de Buenos Aires.
Puede decirse que al movimiento emancipador de Mayo siguieron numerosos movimientos emancipadores locales. Estos que no fueron de resistencia a la revolución, sino a la hegemonía de la Junta (2), se acentuaron luego a raíz de la expulsión de los diputados del interior que habían concurrido a la capital en virtud de la circular del 27 de mayo de 1810, y que dejaba a las ciudades que ellos representaban, sin participación alguna en el gobierno revolucionario.
Rechazado el Reglamento Provisorio y triunfante el golpe de estado del Triunvirato que decretó la disolución  de la Junta Conservadora, los diputados del interior, que pasaron a integrarla al disolverse la Junta Grande, fueron compelidos con palabras injuriosas y en término perentorio a dejar Buenos Aires y regresaron a sus respectivas ciudades, llevando a ellas la señal de alarma contra las ilegítimas aspiraciones de dominación porteña.
Las ciudades del interior reaccionaron contra esa usurpación y esta resistencia, que fue el toque de dispersión, es el hito auténtico que marca el punto inicial de nuestro federalismo.
El origen de nuestro federalismo, inorgánico y revolucionario, reside exclusivamente en el levantamiento de las ciudades del interior contra Buenos Aires, en su reacción disociante e igual y contraria a la centralizante, contra el absolutismo porteño.
No es exacto que su punto de partida sea la creación de las Juntas Provinciales, dejada luego sin efecto, que, al establecer diferencias jerárquicas entre ciudades principales y subalternas, provocó el levantamiento de unas contra otras. Las Juntas Provinciales creadas por la Orden Superior de 10 de febrero de 1811 se constituyeron hacia la mitad de dicho año y los diputados fueron expulsados el 7 de diciembre. En los pocos meses que mediaron entre uno y otro hecho, no se produjeron en el país “levantamientos” de ninguna ciudad contra otra y que pudieran influir o trascender en nuestra organización futura.
Por lo demás, el art. 2°. de la extensa “Orden Superior” que las creaba, establecía lo siguiente:
“Que en la Junta residirá in solidum toda la autoridad del gobierno de la Provincia, siendo de su conocimiento todos los asuntos que por las leyes y ordenanzas pertenecen al Presidente, o al Gobernador Intendente; pero con entera subordinación a esta Junta Superior”
Esta “entera subordinación” de las Juntas Provinciales a la de Buenos Aires, aleja toda idea federal.
Algunos autores por equivocada inferencia analógica pretenden que nuestro federalismo tiene su origen remoto en las autonomías regionales españolas, lo que es absurdo. Nada tiene que ver el fuero  de Aragón o el estatuto vascongado, con nuestras  ciudades cuya legislación  y ancestralismo étnico era uniforme.
Creen varios que su causa reside en la acción de los Cabildos. Sin considerar imposible que éstos hayan asumido en el primer momento la dirección de la resistencia a Buenos Aires, lo cierto es que nuestro federalismo se consolidó después de su abolición.
Otros admiten y sostienen una extraña semejanza con los Estados Unidos de Norte América. Nuestro origen federal difiere profundamente  del norteamericano. En el nuestro, un todo grande el Virreinato, se dividió en numerosas partes pequeñas, algunas de las cuales por virtud de un Pacto Federal, el del 4 de enero de 1831, se unieron luego, formando la actual Confederación Argentina.
Es decir que primero hubo disociación total y luego asociación parcial. En Norteamérica, numerosos estados pequeños y algunas provincias quitadas a los estados vecinos formaron un todo grande.
La ilusoria aspiración bonaerense de gobernar por sí sola todas las demás ciudades unida al acentuado carácter monárquico de sus directivas que equivocadamente la ”minoría ilustrada” le había impreso, acrecentaron, principalmente en el litoral, esos focos de franca y abierta resistencia a Buenos Aires que fueron creando alrededor de las ciudades núcleos comarcanos con fisonomía propia que adquirían día a día una autonomía proporcionada a sus posibilidades económicas y que, la impotencia o incapacidad de la autoridad nacional para mantener el orden general y jerárquico y la necesaria cooperación entre capital y provincias y frenar las ambiciones separatistas de éstas, consolidaría definitivamente.
En los primeros años de su aparición en nuestra historia, las palabras unidad y federación no tenían la acepción que se les atribuye actualmente y que adquirirían mucho después.  La primera era sinónimo de monarquía y la segunda de república.
El lema o divisa  de los caudillos provinciales “Viva la Federación”  no significaba otra cosa  que “Viva la República”, porque era expresión de esa resistencia democrática de las ciudades del interior a la política absorbente y monarquizante de Buenos Aires.
Algunos años más tarde, don Juan Manuel de Rosas, con su clara perspicacia política, puntualizaría en carta a Fecundo Quiroga esa divergencia encuadrándola en esas dos palabras antagónicas:
“Por este respecto, que creo la más fuerte razón de convencimiento soy yo Federal, y lo soy con tanta más razón cuanto de que estoy persuadido que la Federación es la forma de gobierno más conforme con los principios democráticos con que fuimos educados en el estado colonial, sin ser conocidos los vínculos y los títulos de Aristocracia, como en Chile,  Lima, etc., en cuyos Estados los Marqueses, los Condes y los Mayorazgos constituían una jerarquía, que se acomoda más a las máximas  del régimen de unidad y la sostienen”.
En la sesión celebrada  el 19 de julio de 1816 en el Congreso Nacional reunido en Tucumán, se trató la forma de gobierno que debía adoptar la nueva nación, cuya independencia se había proclamado diez días antes. El diputado Serrano se opone al sistema federal (pag. 237, Tomo I, A.C.A.) y convencido de la necesidad del orden y la unión propone la monarquía temperada. La mayoría de los diputados  se inclina hacia la monarquía y el restablecimiento de la Casa de los Incas (Azevedo, Castro, Thames, Ribera, Pacheco, Loria, etc.)
En la sesión del 6 de agosto de 1816 (pág. 242) se renovó la discusión sobre la forma de gobierno y el diputado por Buenos Aires doctor Tomás Manuel de Anchorena pronunció un discurso político exponiendo los inconvenientes del sistema monárquico y señaló como el único medio de conciliar todas las dificultades, “en su concepto”  la federación de provincias.
En el Congreso de Tucumán ningún diputado habla de República. Los que no eran monárquicos dicen: Federación.
“En abril de 1836 -dice Pradere” (“Iconografía de Rosas” pág. 33)- se izó en el Fuerte una bandera con las inscripciones siguientes: “Federación o Muerte”, “Vivan los Federales”, “Mueran los Unitarios”, y adornada con los gorros de la Libertad”. Estos en realidad no eran otra cosa que los gorros frigios que simbolizan la República.
La decidida resistencia de las ciudades del interior revela a la “minoría selecta” su impotencia para imponer su premeditada dominación, impotencia que hacen extensiva a todo el país. Y en la infundada creencia de que el pueblo  argentino no contaba con elementos suficientes para organizar un gobierno propio que pudiera sostener y consolidar la independencia y dominar eso que ellos llaman “anarquía”, intentaron traer ese gobierno “de afuera”. (3)
Y como no era posible importar un Director o un Presidente extranjero, pensaron, con toda lógica dentro de ese orden de ideas, en el protectorado y  la monarquía.   
Primero fue la misión de Rivadavia y Belgrano a Europa en procura de un rey.
Luego la de Manuel José García a Río de Janeiro a mendigar el protectorado inglés. “En 1815 el Director, General Carlos M. de Alvear le escribía al ministro inglés en Río de Janeiro: La experiencia de cinco años había hecho ver de un modo indudable a todos los hombres de juicio y de opinión que este país no estaba ni en edad ni en estado de gobernarse por sí mismo” y concluía diciéndole: “que se necesitaba de una mano exterior que lo dirigiese y contuviese en la esfera del orden. Fundado en estas consideraciones y en el odio que todos manifestaban por la dominación española, proponía convertir a las Provincias Unidas en Colonia autonómica de la Inglaterra, si ésta se dignaba recibirlas como tales”. (4)
Y más tarde las gestiones de Valentín Gómez en Francia en busca de un príncipe coronable en estas provincias.
En la orientación dada a la política nacional por medio de estas misiones originadas en el presunto complejo de inferioridad argentino y en la correlativa necesidad de traer el gobierno “de afuera” se prescindió invariablemente de las demás provincias. La presuntuosa minoría unitaria-monárquica, la oligarquía directorial bonaerense, decidía por sí y ante sí de la suerte futura de la independencia de la nueva nación que ella era incapaz de defender, llegando en su medrosa incomprensión hasta considerar posible, no ya el humillante protectorado, sino también la incorporación de las Provincias del Río de la Plata  a la monarquía del Imperio del Brasil.
Así lo demuestran las “Instrucciones Reservadísimas” votadas por el Congreso, trasladado de Tucumán a Buenos Aires, el 4 de septiembre de 1816, a los dos meses  de haberse declarado la independencia:
“Si se le exigiese al Comisionado que estas Provincias se incorporen a las del Brasil se opondrá abiertamente manifestando que sus instrucciones  no se extiende a este caso, y exponiendo cuantas razones se presenten para demostrar la imposibilidad de esta idea, y de los males que ella produciría al Brasil. (Pero si después de apurados todos los recursos de la política y del convencimiento insistiesen en el empeño, les indicará [como una cosa que sale de él, y que es lo más tal vez a que podrán prestarse estas provincias] que formando un estado distinto  del Brasil, reconocerán por su monarca al de aquél  mientras mantenga  su corte en este continente, pero bajo una Constitución que les presentará el Congreso; y en apoyo de esta idea esforzará las razones que se han apuntado en las instrucciones que se le dan por separado de éstas y demás que puedan tenerse en consideración). Mas cualquiera que sea el resultado de esta discusión lo comunicará inmediatamente al Congreso por conducto del Supremo Director”. (5)
Este hecho demuestra que la minoría unitaria de Buenos Aires consideraba que el país carecía de los medios necesarios para realizar el pensamiento de Mayo, y explica su impresionante impasibilidad ante la desmembración territorial.
El monarquismo imperante en Buenos Aires desde las postrimerías del Triunvirato dista mucho de ser una exagerada leyenda, un “subterfugio diplomático” para ganar tiempo, una “simulación” para salvar la independencia, como se ha pretendido y asume formas precisas y caracteres profundos bien distintos de los que habitualmente se le atribuyen.
Belgrano de vuelta en Buenos Aires de la misión que juntamente con Rivadavia lo llevara a Europa, informa al Congreso lo siguiente:  
 “…Segundo, que había acaecido una mutación completa de las ideas en la Europa en lo respectivo a la forma de gobierno: Que como el espíritu general de las naciones en los años anteriores, era republicarlo todo, en el día se trataba de monarquizarlo todo: Que la nación Inglesa con el grandor y majestad a que se ha elevado, no por las armas y riquezas, sino por una constitución de Monarquía temperada había estimulado a las demás a seguir su ejemplo: Que la Francia la había aceptado: Que el Rey de Prusia por sí mismo, y estando en el goce de un poder despótico había hecho una revolución en su reino, y sujetándose a bases constitucionales, iguales a los de la nación Inglesa; y que esto mismo habían practicado otras naciones”.
“Tercero, que conforme  a estos principios en su concepto la forma de gobierno más conveniente para estas provincias sería la de monarquía temperada“. (6)
Y en la sesión secreta del 12 de noviembre de 1819 el Congreso resolvió aceptar la forma monárquica de gobierno admitiendo como monarca de estas provincias, el príncipe adquirido en Europa por Don Valentín Gómez.
El acta respectiva dice así:
“Reunidos los señores Diputados en la Sala de Sesiones a la hora acostumbrada, los Señores Diputados encargados en comisión de formalizar el proyecto de las condiciones bajo las cuales había de admitirse la propuesta hecha por el Ministerio de Negocios Extranjeros de París para establecer en las Provincias Unidas una Monarquía constitucional cuyo punto había sido ventilado con la mayor detención en las tres sesiones anteriores, y resuelto en la última la admisión de aquél condicionalmente, hicieron presente a la Sala hallarse en estado de dar cuenta de su comisión. Leído por tres veces el proyecto que presentaron por escrito, se hicieron en general algunas observaciones y se procedió enseguida a considerar separadamente cada condición de las nueve que aquél contenía…”
“Se examinaron por su orden la tercera y cuarta condición y fueron aprobadas en los términos siguientes: 3°. “Que la Francia se obligue a prestar al Duque de Luca una asistencia entera  de cuanto se necesite para afianzar la monarquía en estas Provincias y hacerla respetable…4°. Que estas Provincias reconocerán por su monarca al Duque  de Luca bajo la constitución política que tienen jurada; a excepción de aquellos artículos que no sean adaptables a una forma de gobierno monárquico hereditaria; los cuales se reformarán del modo constitucional que ellas previenen”. (7)
La “máscara” de Fernando VII se transformaba por imposición directorial en un rey de carne y hueso.
En el libro “Rivadavia y la simulación monárquica”, editada por la Junta de Historia y Numismática Americana, su autor Don Carlos Correa Luna pretende que las gestiones de Rivadavia y Belgrano no fueron otra cosa que una “habilísima simulación” para salvar la Revolución de Mayo. Don Vicente Fidel López, por su parte, las llama “vergonzosa comedia”.
En presencia de estas actas secretas y de las instrucciones Reservadas y Reservadísimas, redactadas y votadas para los “de casa”, no es lícito hablar de simulación. Era mucho simular. Pero si Rivadavia, Belgrano y Valentín Gómez estaban realmente  representando una comedia, es de justicia reconocer que actuaron con tanta eficacia que lograron desencadenar a las Provincias contra Buenos Aires.
El mismo día, 12 de noviembre de 1819, que en Buenos Aires el Congreso Nacional daba principio de ejecución a sus proyectos monárquicos votando, como queda probado, la aceptación del Duque de Luca  para monarca de las Provincias Unidas del Río de la Plata, en el otro extremo del país Don Bernabé Aráoz derrocaba al gobernador directorial y asumía el mando de su provincia que a poco convertiría en “La República Independiente de Tucumán”.
Nuestras guerras civiles se reducen en lo principal, siendo lo accesorio lo que en ellas puso la pasión o el interés local, a la lucha por imponer su predominio, entre estas dos tendencias: la unitaria-monárquica representada por los hombres de Buenos Aires y la republicana-federal que sostenían los núcleos provinciales por medio de sus gobernadores o caudillos que ellos mismos se habían dado.
El proceso de esas luchas se había mantenido latente, diferido podemos decirlo, a la necesidad de combatir unidos por la gran causa de la independencia. San Martín, con muy buen criterio, prefirió combatir a los realistas que bajar al litoral a presentar batalla a la montonera.
Y cuando la independencia se hubo consolidado por esta “desobediencia”, los federales-republicanos “invadieron la provincia de Buenos Aires para libertarla del Directorio y del Congreso  que pactaba la coronación  de un príncipe europeo  en el Río de la Plata contra la opinión de los pueblos”, y al materializar victoriosamente su oposición en la Cañada de Cepeda, su doctrina adquirió forma precisa en el Tratado de Pilar.
El motín de Arequito, primera sublevación en masa de un ejército nacional, es seguramente el hecho más importante de nuestras guerras civiles, que al restar la fuerza al Supremo Director, hizo posible el triunfo de las montoneras en Cepeda y la desaparición, para siempre, de las pretensiones unitario-monárquicas. Y no puede dudarse, de que sus funestos errores, lógico fruto de su permanente divorcio con la masa popular en la que nunca creyó y siempre despreció  sinonimándola  con la barbarie, conducían fatalmente a la disolución nacional, este hecho precipitó en forma incontenible los acontecimientos.
Su causa determinante no fue otra que la enunciada por uno de sus principales autores, el general José María Paz: “Entre tanto; ¿qué se proponía el gobierno abandonando las fronteras del Perú y renunciando a las operaciones militares, tanto allí como en los puertos del Pacífico? ¿Era para oponerla a algunos cientos de montoneros  santafecinos, o para apoyar la coronación del Príncipe de Luca?”
A raíz de la sublevación de Arequito: “Luego que en Córdoba se supo el cambio del ejército, el Gobernador Doctor Don Manuel Antonio Castro abdicó el mando y fue elegido popularmente el Coronel Don José Díaz como Gobernador provisorio. Casi al mismo tiempo, y sin que hubiera habido acuerdo ni la menor combinación, sucedía en Santiago del Estero  el movimiento que colocó en el mando  al Coronel don Felipe Ibarra, que rige hasta hoy en aquella provincia, y en San Juan se sublevaba  el batallón núm. 1 de Los Andes. El Coronel Alvarado ocurrió desde Mendoza con el Regimiento de Granaderos a Caballo, para sofocar la rebelión, pero tuvo que volverse de medio camino y ganar Chile a toda prisa, temeroso de que se comunicase el contagio. En Mendoza y demás pueblos hubo también cambios de gobierno, reemplazando a los nombrados por el Gobierno Nacional, los elegidos por el pueblo. Los pueblos subalternos imitaron a las capitales y se desligaron enseguida constituyéndose en provincias separadas. De este tiempo data la creación de las trece que forman la República, hasta que vino a aumentarse este número con la de Jujuy,  que se separó últimamente”.
A lo referido por el General Paz, quien ha escrito lo que antecede en sus MEMORIAS, hay que agregar  la “República Independiente de Tucumán” de don Bernabé Araoz, la Provincia de Santa Fe, los Litorales y la Oriental, con que el Patriarca de la Federación, el Supremo Entrerriano y el Protector de los Pueblos Libres, habían combatido exitosamente la política extranjerizante del Directorio.
Con el triunfo de las armas federal-republicanas, desapareció para siempre el gobierno nacional unitario de los primeros años, el que a pesar de sus transformaciones   sucesivas -Junta de Mayo, Junta Grande, Triunvirato y Directorio- y de estar desempeñado y asesorado por los “hombres de las luces” –Moreno, Rivadavia, Pueyrredón, etc.- no logró en el decenio de su predominio, 1810-1820, imponer ni prestigiar su autoridad, ni dar cohesión propia al inmenso territorio bajo su mando.
Tal es la causa, sin que esto importe negar la existencia de otros factores concurrentes, de la acefalía nacional y de los acontecimientos que la historia escrita por los hombres de Buenos Aires, desvirtuando intencionalmente su profundo significado, denomina erróneamente “Anarquía del Año XX”, cuya consecuencia inmediata y trascendental fue la consolidación del federalismo.
No hubo tal anarquía, a no ser que se dé este nombre al desorden y desconcierto de la minoría unitaria monárquica ante la inminencia de su derrota. En el año XX   las ciudades del interior enfrentaron decididamente a Buenos Aires y definieron a favor de los republicanos la lucha entre las dos tendencias en que se había bifurcado la Revolución de Mayo.
Por lo demás, en caso de haber existido ésta realmente, una anarquía triunfante supone siempre del otro lado un gobierno impotente o desprestigiado.  La historia es la depositaria de la reputación de los hombres del pasado, no es posible entonces, lícitamente, seguir imputando la responsabilidad histórica de esta guerra civil a los “anarquistas” Artigas, Ramírez, López, Bustos, etc., que en realidad no hicieron otra cosa que acaudillar al pueblo en su legítima rebelión contra los hombres de Buenos Aires que pretendieron frustrar su destino.
Y la antigua inmensidad virreinal cuya “autoridad superior” asumiera en fecha memorable la Junta de Mayo, se desmembró exactamente  a los diez años, en numerosas “soberanías” independientes entre sí, quedando como único vestigio de la omnipotencia de Buenos Aires, una precaria y provisoria delegación para los asuntos internacionales y de Paz y Guerra.
Así nació y se desarrolló nuestro federalismo. Buenos Aires había emancipado de España el Virreinato del Río de la Plata y las comarcas que integraban a éste se independizaron, a su vez, de Buenos Aires.
Notas:
1)    Con ser aparentemente sinónimas ambas denominaciones, el Estatuto  Provisional era típicamente unitario y el Reglamento Provisorio de tendencia provincialista.
2)         Los diputados venidos a Buenos Aires en virtud de la circular citada, reclamaron su inmediata incorporación a la Junta, invocando entre otras, la siguiente razón: “La capital no tiene títulos legítimos para elegir por sí sola gobernantes que las demás ciudades deben obedecer”. Es de hacer notar que el diputado, que lo era el Deán Funes decía ciudades y no provincias. Esta palabra se usaba entonces, como sinónimo de comarca.
3)        A. Saldías, “La Evolución Republicana durante la Revolución Argentina”. Página 57. Buenos Aires 1906.
4)       Clemente L. Fregeiro, “Estudios Históricos sobre la Revolución de Mayo”. Edición de la Junta de la Historia y Numismática, Tomo VII, página 100.
5)      “Asambleas Constituyentes Argentinas”, Tomo I, pág. 500. Lo contenido entre doble paréntesis fue suprimido en sesión del 27 de octubre de 1816, Pág. 512.
6)        “Asambleas Constituyentes Argentinas”, Tomo I, página 482.
7)        “Asambleas Constituyentes Argentinas”,  Tomo I, pág. 576.

* Revista del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas n° 6, Buenos Aires, Diciembre de 1940. Aparecido en blog "Crítica Revisionista"

viernes, 25 de septiembre de 2015

"NO NOS CREYERON"

La tarde del viernes 16 de septiembre,  en el salón de la biblioteca Agustín Alvarez, tal como estaba previsto, se llevó a cabo la presentación del libro “No nos creyeron” del ex mayor del Ejercito Hugo Reinaldo Abete. La misma estuvo a cargo del Sr. Patricio Videla Balaguer y de su autor.
A la cita concurrió una buena cantidad de público, convocado por el Circulo Nacionalista de Santiago del Estero, la cual siguió con sumo interés y emoción las palabras de los oradores.
El acto comenzó con una invocación religiosa elevada con la intención de que Nuestro Señor Jesucristo nos conceda pronto la gracia de reconquistar la Patria, y pidiendo así mismo por la recuperación nuestro Ejercito, por los prisioneros de guerra en manos de la subversión, y por las familias argentinas.
En primero lugar el contador Marañon hizo uso de la palabra para destacar la presencia en nuestra provincia del mayor Abete y del Sr. Videla Balaguer; y para agradecer también la colaboración en la organización del acto de los amigos santiagueños del coronel Seineldin, entre los cuales cabe mencionar a don Luís Razzolini, Augusto Juarez y Sergio Pereyra.
Acto seguido Patricio Videla Balaguer se refirió a la tarea de Hugo Abete como escritor; tarea que este hombre de armas se auto-impuso con el fin de transmitir la verdad sobre aquellos hechos historicos que protagonizaron los militares carapintadas; lo cual –según sus propios dichos- vino a ser también una forma de continuar la lucha luego de que este fuese separado del ejercito.
El presentador mencionó y comentó rápidamente algunos de los trabajos del autor, entre ellos sus libros: La Patria indefensa, Por que rebelde, y Testimonios, escritos todos ellos para explicar los motivos de los pronunciamientos, denunciar el desmantelamiento de las Fuerzas Armadas, y alertar sobre el trágico destino de nuestra Patria.
Luego Videla Balaguer se refirió mas concretamente al libro que en la oportunidad se presentaba, el cual contiene los alegatos pronunciados por los jefes rebeldes ante la Cámara Federal que los condenó con graves penas por su participación en los hechos del 3 de diciembre de 1990. Dijo que a pesar del tiempo transcurrido la difusión de los dichos de aquellos hombres tienen una gran actualidad por su carácter profético; destacando además el valor del libro como fuente documental para todos aquellos historiadores que quieran conocer lo ocurrido en esos años.

A su turno Abete aclaró que si bien el autor del libro era él, sin embargo al ser este una compilación de escritos de varios de sus camaradas, este debía considerarse una obra colectiva de los Jefes juzgados en 1991, entre ellos el coronel Seineldin, el coronel Baraldini, los mayores Romero Mundani, Mercado, Fernandez, Rafael, y el capitán Breide Obeid; y que en definitiva la autoría del libro le pertenece a todos los carapintadas.
Así mismo comentó que cuando los carapintadas se decidieron a escribir sobre los hechos que protagonizaron se propusieron evitar que sus dichos tuvieran la forma de la antipática expresión del “yo te lo dije”; aunque hoy por el tiempo transcurrido y a la vista de todo lo que nos pasa a los argentinos, el titulo “No nos creyeron”, expresión similar aunque menos directa que el “yo te lo dije”, era inevitable.
Luego se refirió a algunos pormenores en torno a la gestación de su obra, a la tarea de su difusión y a la personalidad de quienes de un modo y otro están relacionados con esta.

Finalmente los asistentes pudieron ver y escuchar un fragmento de los dichos del coronel Seineldin ante el tribunal que lo juzgó, lo cual como era de espera embargó de emoción al auditorio que dio vivas al coronel. Cerrándose así este emotivo acto, que esperamos se repita a lo largo del país..- EAM
 
 http://nacsgo.blogspot.com.ar/

miércoles, 23 de septiembre de 2015

HUMOR NEGRO

"El Papa Francisco expresó el agradecimiento a Cuba por su contribución a la paz y a la preservación de la especie humana en un mundo saturado de odio y agresiones"


domingo, 20 de septiembre de 2015

INTERNACIONALIZACIÓN DEL CONFLICTO

 Tropas terrestres iraníes llegan a Siria y se unen a las tropas rusas aterrizadas en Jablah
Tropas terrestres iraníes llegan a Siria y se unen a las tropas rusas aterrizadas en Jablah

Irán esta semana envió sus primeras tropas terrestres a Siria, a unos 1.000 marines y tropas de élite de la Guardia Revolucionaria de Irán (IRGC). Se trasladaron directamente a Ghorin, una pequeña instalación aérea militar al sur de la ciudad portuaria de Latakia, y conectaron con los infantes de marina rusos que acaban de aterrizar en Jablah. Hace tres semanas, Debkafile comenzó a informar sobre la intervención militar ruso-iraní en marcha para salvar el gobernante sirio, Bashar Assad, que siguió el 1 de septiembre mediante la primera revelación de la acumulación de militares rusos en Siria.
Nuestras fuentes militares informan ahora que Moscú está a punto de enviar un cargamento de sistemas de misiles de defensa aérea avanzados S-300 para el despliegue en Jablah, la base que los rusos han construido fuera de Latakia para el abastecimiento de las tropas rusas. Los sistemas S-300 también protegerán la instalación iraní de Ghorin.
Jablah se ha convertido en un depósito lleno para las tropas rusas que siguen llegando en Siria, combatientes de las unidades de las Brigadas Marinas 810 y 336.
Aviones interceptores rusos MiG-31 están desplegados en la base aérea de Mezza en el aeropuerto de Damasco y ofrecen la protección a la fuerza aérea combinada ruso-iraní. Al oeste, el gigante submarino nuclear Dmitri Donskoy TK-20 está en camino a las aguas sirias.
Latakia está, por tanto, en un rápido crecimiento y convirtiéndose en un poderoso enclave militar ruso-iraní, capaz de acomodar a los altos funcionarios y al régimen de Assad si se ven obligados a abandonar Damasco.
Según nuestras fuentes militares, es demasiado pronto para determinar la función exacta de este enclave, ya sea defensivo o si después de instalarse, las fuerzas rusas y / o las iraníes están planeando ir tras los territorios ganados por los rebeldes sirios y del Estado Islámico en el norte Siria.
No hay evidencia que corrobore la curios información que fuentes de defensa de alto rango dieron a corresponsales militares israelíes el jueves de que las tropas iraníes entrantes han venido a reforzar las unidades de ejército sirio y de Hezbollah a gran escala, que han estado sin éxito atacando a los combatientes rebeldes que sostienen la ciudad clave de Zabadani durante casi dos meses. Nuestras fuentes encuentran a las unidades iraníes y rusas totalmente ocupados por ahora en la ampliación y equipamiento de sus nuevos cuarteles en Ghorin y Jablah.
Fuente: debka

lunes, 14 de septiembre de 2015

HACIA OTRO ESTADO



Por: Guillermo Rojas


No pregonamos la abstención patriótica y revolucionaria sino como un medio de lucha contra un sistema fraudulento que nos ha llevado a casi la desaparición como entidad soberana. Una Nación a la deriva y carente de todo poder propio.

Muchas veces se nos ha planteado que el nacionalismo es solamente una reacción, pero que en el fondo no existe en ella ningún contenido, ni una idea propia con referencia a lo que haríamos estando en el poder. Que somos solo reacción contra un estado de cosas pero que no hay ideas concretas sobre que estado de cosas querríamos instaurar. Una negación que claudica al tratar de producir una afirmación. En lo que hace a la concepción del poder propio y la idea de proyectar ese poder hacia fuera, carecemos de concepciones concretas. Eso se dice.
En la práctica la idea de poder propio significa tener en crecimiento una masa crítica de gente sobre la que influyamos y que siga nuestras ideas con la esperanza de llegar en algún momento a tomar el poder para ponerlas en función desde el Estado. También en crear la idea en los que son ajenos, de la posibilidad de que en algún momento seamos poder. Es también, por que no, el crear el temor en el régimen a dicha posibilidad
Así visto, construir el poder propio está en directa relación con la capacidad de atraer a diferentes grupos sociales convenciedolos al mismo tiempo para integrar esa tarea común que nosotros desde aquí llamamos Recuperar la Patria. Lo agonal de la política se da explicando y difundiendo que es lo que haríamos en la etapa arquitectónica. Primeramente la construcción de una estructura que nos contenga y embrión al mismo tiempo de un sistema opuesto a éste, el de la globalidad sin fronteras, síntesis finisecular de los dos flagelos que azotaran a la humanidad, el capitalismo y el marxismo.

Enemigos de ayer y de hoy
A decir verdad esas dos ideologías siempre fueron enemigas del nacionalismo en cuanto que ambas son dos gradaciones de las concepciones filosóficas de la denominada modernidad. Lo que ocurre es que estas concepciones del mundo, fueron las vencedoras en la Segunda Guerra Mundial, que determinara el fin de los sistemas y gobiernos nacionalistas. Cuando llegó la hora del enfrentamiento entre estas dos concepciones modernas, el nacionalismo hizo hincapié en el combate contra el marxismo, por que vio en ella mayor radicalidad. Pero jamas dejo de lado la idea de que el liberalismo en definitiva, por ser la ideología base de esa modernidad era el génesis de todos los males y el origen del marxismo. Hoy esto se presenta patente en una síntesis el Nuevo Orden Internacional. Nuevo ordenamiento polifacético, cuya cabeza es el Imperialismo Internacional del Dinero, dueño y señor del país más poderoso de la tierra y de sus potencias aliadas: EEUU y Europa Occidental Israel. Este orden reúne: liberalismo económico basado en la usura y el dinero, izquierdismo cultural (progresismo) y democracia de masas a escala planetaria. Es el sistema que se nos ha impuesto. Para la Nación un enemigo mortal a combatir.

Armas para la lucha
Surge de la realidad lo desigual del combate y de allí la posición de muchos que afirman que nada se puede hacer. Esa posición derrotista no cuenta con tres cosas: en el plano sobrenatural la intervención de la Providencia y en el natural la existencia de resquicios que el mismo sistema de dominación da por la imposibilidad material de controlarlo todo y más allá de esto la voluntad de aquellos que se apliquen a combatirlo. Esas tres son nuestras principales armas para la lucha.
Pero seremos más concretos en referencia a esto. Hace falta un elemento que sirva para ese combate que esta pendiente. Ese elemento es la organización, el grupo o movimiento que encarne nuestra idea. Lograr un grupo humano fundacional con absoluta coherencia entre lo que se dice y lo que se hace y una férrea convicción, para luego proyectarse hacia el exterior, al combate que hoy más que nunca es un combate por la mente y el alma de los argentinos.

Encarnar otra concepción
Mientras el enemigo trata de profundizar la dominación mediante la usura y una economía basada en el dinero, con el hombre a su servicio; nosotros pondremos énfasis en una economía basada en la producción y creación de riquezas al servicio del hombre, teniendo al dinero en el lugar que le corresponde como elemento útil para el intercambio de bienes y servicios y como elemento para aumentar la producción de los mismos y no como una mercancía escasa con precios inflados según las necesidades de las usinas financieras mundiales. Contra la economía de la usura, la especulación financiera y la concentración de riquezas en pocas manos oponer una basada en la producción y su redistribución equitativa, con la máxima difusión posible de la propiedad privada. Contra la república de la pauperización y la explotación económica y la exclusión la de la equidad y la justicia y la inclusión. Una REPUBLICA SOCIAL.
El progresismo representa en la cultura, entre otras cosas, un triple desarraigo, necesario para la lograr el hombre globalizado, masificado. Es el desarraigo de la religión. La ruptura con Dios. El hombre se torna un ser sin trascendencia. Representa una ruptura con la tierra y la heredad con la identidad y la Patria. El hombre individual se torna un ser por y para el poder mundializado. Finalmente el desarraigo se extiende a la familia a la que intoxica con pansexualismo, ruptura de la autoridad y dialéctica de enfrentamiento entre padres e hijos, la consume en el individualismo. Desarraigado el hombre se torna fácil instrumento sea de la explotación económica o de la idiotización mediática instrumentada para su dominación por el poder mundial. A esta concepción debemos oponer los valores tradicionales y la restauración de los principios religiosos y patrióticos que hacen a nuestra identidad. Contra la república del desarraigo opondremos la REPUBLICA PATRIOTICA.
Finalmente la cuestión que plantea la denominada “democracia de masas”, una de las grandes estafas que se inventara en estos últimos años. Un sistema de elección de los gobernantes a pedir de boca para la globalidad, donde un individuo vale un voto y donde los candidatos son salidos de partidos políticos ocupados en forma permanente por bandas de delincuentes y vividores que son elegidos a dedo por el capanga de turno para integrar listas kilométricas de personajes a los que nadie conoce ni sabe de sus capacidades o incapacidades. Donde elegir a un gobernante es una suerte de lotería, donde reina el sufragio inorgánico y donde se le plantean al elector preguntas que por sus conocimientos jamas podría contestar. Contra esa república del número y el anonimato, donde se elige lo que no se conoce, planteamos la inmediatez entre elector y elegido, reivindicamos la representación corporativa, tanto de base municipal como de base gremial que converja en la cúspide en un gobierno nacional fuerte y a su vez representativo de las expresiones sociales de la Nación, de la diversidad que conlleva ello. Contra la república del caos, de la masa y de la globalidad oponemos la comunidad organizada, la REPUBLICA ORGANICA

Un nuevo Estado
Bosquejado el tipo de Estado que queremos diciendo que ese nuevo Estado será el instrumento de la Nación, la expresión de esa unidad de destino que es la Patria, digamos que ese Estado estará como instrumento, a favor de la Nación no como el actual que esta en contra radicalmente
Una de las preguntas que al nacionalismo le han hecho, formulado insistentemente, es la referente al acceso al poder. De que nos valeremos para llegar a la construcción de ese Estado y de esa república. Como lograremos tener el dominio del poder político. Fuera del sistema y de su legalidad no estaría más que la toma del poder por la fuerza, se nos suele decir. La cuestión no es ni tan drástica ni tan simple como eso. Primero veamos el “con que”, luego veremos el “como”.
Si bien no desechamos ninguna estrategia para acceder al poder, existen formas que están mas cerca de nuestra manera de ver la política que otras y en esa convicción y con esa orientación se deberá construir el instrumento mas apropiado para dicho acceso.
Hoy, cuando la democracia universal cubre casi todo el planeta, para el hombre común moldeado por los medios de comunicación del sistema, es una herejía pensar la política y el poder que no sea mediante una concepción partidocrática, donde el universo de la misma sea un reflejo del sistema económico y filosófico liberal. Un mercado de las ideologías. Al mismo tiempo crear un partido político del régimen equivale, según esta misma inclinación a abrir una suerte de fondo de comercio que recibirá mas prebendas dentro de las transacciones que se desarrollan en dicho mercado, de acuerdo a la aceptación que tenga entre la masa de consumidores.
Los que se avienen a embarcarse en una estructura de esta naturaleza saben que deberán dar (materialmente hablando), para poder recibir (apoyo, votos, financiación). Todo se desenvuelve en un entorno de rédito económico y clientelismo de la peor especie, que explota las necesidades de una amplia franja de personas que este mismo sistema de despojo, - cuya expresión política es justamente la democracia de masas- ha arrojado a los márgenes y a la miseria permanente. Esa es la actual esencia de la partidocracia regiminosa

Resistencia – Secar la legalidad burguesa
Mao Zedong el líder comunista chino al referirse a las guerrillas decía que debían moverse entre la población como el pez en el agua. En realidad lo que decía este tirano es válido para cualquier expresión política. Sin un substrato social mínimo que la contenga y apoye èsta deja de ser una expresión colectiva. Podrá ser un cenáculo o una secta, pero si su finalidad es trascender de lo meramente teórico o testimonial, si su finalidad es cambiar la agobiante realidad, deberá contar con apoyo de la gente.
En la actualidad el apoyo de la gente a este sistema y más después de lo ocurrido en el 2001 es condicional y francamente acotado. Pero aun no ven claro algo que pueda ser una opción de reemplazo. Las heridas dejadas por 25 años ininterrumpidos de vigencia del régimen han provocado un escepticismo extremo y pánico a perder lo poco que se ha podido conservar. La desmovilización hoy es más que evidente, el conformismo también. La prueba esta en que aquellos que pedían que se fueran todos, se conforman y resignan con que gobiernen todos los que se tenían que ir.
No obstante eso, queda demostrado en cada acto electoral la indiferencia y la repulsa de no pocos argentinos a dejarse manipular por este estado de cosas. En la última compulsa casi el 40 por ciento del padrón no concurrió a las urnas. Allí esta el primer bolsón de resistencia pasiva a la legalidad burguesa. Contra los políticos que dicen que nadie puede ser prescindente, están los que afirman que si se puede serlo y obran, consciente o inconscientemente, en consecuencia por diferentes motivos. Es la realidad horizontal de la política, donde los aparatos de la partidocracia no han podido penetrar. Muchos son integrantes de los sectores mas castigados por la pobreza. Trabajar sobre esos sectores será fundamental en adelante si se quiere armarlos moralmente para que la resistencia oscura y confusa que realizan tenga una dirección determinada y correctamente orientada a oradar la de representatividad forzada y falsa que exhiben los aparatos partidocráticos del sistema. Sacarles paulatinamente el agua donde nadan los negociantes de la política.

Embarrarse los zapatos
Desde hace años y en lo referente a la idea de ser poder, el nacionalismo se ha dividido en dos vertientes: aquellos que han tratado de influir políticamente en o dentro los sucesivos gobiernos de fuerza que se dieran desde el año 30 en adelante o los que vieran al peronismo como una variante argentinizada de los nacionalismos europeos de preguerra. Ambas maneras de hacer política y de influir o construir poder propio han fracasado siempre y caducado definitivamente por ser salidas falsas de por si, y hoy por imperio de la realidad. Ambas vertientes han ocasionado un efecto desbastador dentro de nuestras filas y producido una perdida de tiempo y una dispersión como nunca se ha visto. Ambas formas tenían y en algunos casos individuales desgraciadamente todavía tienen, una idea distorsionada de lo que eran y son las FFAA y de lo que era y es el peronismo.
De manera tal que caducadas esas dos formas, que dicho sea de paso, hubiese sido preferible que ni existieran, los nacionalistas nos veremos obligados a pescar en el enorme mar que tenemos adelante. Para eso habrá que caminar e hilvanar voluntades. Habrá que adaptar muchas cosas y tendremos que embarrarnos los zapatos, ser abiertos y reconocer la identidad con nuestras ideas que se presentan en las ideas de la gente muchas veces de forma diversa y en muchos casos en su sensibilidad, en sus sentimientos. Será solo el principio. Luego que sentemos bases la cosa se dará mas fácil. No olvidemos que en Argentina el nacionalismo primero es un sentimiento, deberemos ayudar a que ese sentimiento pase al intelecto, se convierta en idea y de la idea pase a la acción.

Cantidad y calidad
Algunos se preguntaran como haremos para conseguir ese concurso de voluntades necesario para, que una vez que tengamos organizada mínimamente una estructura fundamental y fundacional, hacerla crecer en adhesiones con la finalidad de lograr inserción en la sociedad que haga importante al movimiento, no solo desde una perspectiva meramente intelectual, sino también desde un costado político.
Mucho se ha menospreciado dentro de nuestras filas la cuestión del número, bien que ese menosprecio se dio en oposición entre la calidad y la excelencia. Pero no escapa a una observación más minuciosa, el hecho de que muchas veces se pensaba al nacionalismo como una cuestión de cenáculo, una cuestión que no podía trascender masivamente por que se creía que el común de la gente no lo comprendería Un nacionalismo así carecía de dimensión social. Tampoco se pensaba en el mismo como un movimiento político masivo. No se planteaba que pudiera prender en “las masas” de forma tal que pudiéramos en definitiva y por ese medio llegar al poder. Se especulaba que no seria necesario esto por las mismas razones que hemos analizado en el apartado anterior.

Lo perimido
Se descontaba, en un caso, el uso de la fuerza para la toma del poder, entonces la inclinación era imbuir de la doctrina necesaria a aquellos que usarían de la misma para la edificación de un nuevo orden. En teoría de allí saldría el jefe, el hombre providencial. La opción eran los militares o mejor dicho una versión distorsionada de los militares. Los militares argentinos no fueron ni son nacionalistas. Desde Caseros, fueron liberales y hoy desaparecen tambien liberales, partidarios de un occidentalismo cristiano inventado por los norteamericanos. En definiva, los únicos que hacían negocio político, con esta modalidad eran Los gorilas liberales y masones.
Usaban de los nacionalistas (algunos se dejaban usar otros solo eran conservadores) Finalmente los militares terminaban reivindicando la constitución de 1853 y colocando en el manejos de la economía a funcionarios de la finanzas internacionales que se dedicaban a endeudar al país y hacer negocios. No eran más que una continuación del régimen por otros medios, le pasaban el plumero para que después se volviera a la “normalidad institucional”.
La otra versión era la que se inclinaba a colaborar con el populismo. Allí no era necesario esperar al hombre providencial por que ya existía o había existido y su sola pancarta atraía multitudes; pero ocurría que el nacionalismo tampoco quedaba allí, a pesar de la liturgia y algunas modalidades exteriores y ciertas nociones de organización social teóricas correctas, el peronismo acabó siendo un elemento integrante de la partidocracia. Lo demostraría definitivamente a partir de la década de los 80 donde se convirtió en socialdemócrata, liberal y hoy en el partido de los derechos humanos con la ideología del Nuevo Orden Internacional en cuyo gobierno operan impúdicamente miríada de funcionarios de las fundaciones yanquis libres de impuestos, mientras sus máximos capitostes y su aparato político multiuso, integrantes de una verdadera mafia, fingen izquierdismo nacionalista mientras pagan religiosamente la libra de carne a la usura mundial. Al mismo tiempo siguen los dictados culturales de la Globalidad o sea la destrucción de la cultura.

Una opción superadora: nosotros solos
La realidad que se presenta hoy en día nos dice que esas fueron salidas erróneas, a pesar que existan algunos que continúen entregados a esos fallidos afanes, dejándose usar por los que rodean los restos de lo que fueran las FFAA o tratando formar grupos nacionalistas que luego serán líneas internas del peronismo.
Esa misma realidad muestra también que mas allá de la preeminencia de la calidad sobre la cantidad se necesita una masa critica para llegar a tener nuestro propio poder, para existir políticamente hablando y posteriormente para hacer ver claramente que somos una opción de poder. En definitiva tanto para tener nuestro propio poder, para existir políticamente hablando como para ocupar el Estado hace falta gente. Gente preparada políticamente, técnicamente y convencida. La mayor cantidad posible. De nada sirve tener la doctrina si no la conocen los hombres o solo un grupusculo sabe de ella.
Para tomar el poder no podríamos fiarnos en una masa de meros empleados o en su caso de mercenarios como hace la partidocracia que reparte cargos entre matones, pintaparedes y funcionarios del progresismo transnacional.
Nuestro criterio de manejo político del Estado es diametralmente opuesto a este Estado que esta contra la Nación desde hace mas de un siglo y medio
Se presenta entonces la necesidad, como ya dijimos, de hacer política y difundir nuestro ideario como lo marcáramos en anteriores artículos, trabajando la dimensión horizontal, esa dimensión donde no han realizado cosecha alguna las mafias del aparato organizativo de la partidocracia, donde esa partidocracia es directamente repudiada por diversos motivos. Sea al individuo aislado como a la dirigencia de los cuerpos intermedios. Y sobre esos cuerpos intermedios y núcleos sociales es donde se debe trabajar incansablemente. Llevando a la práctica lo que el nacionalismo siempre predicó
Para esa tarea primordial se debe lograr una estructura sólida con base municipal y en ciertos casos puntuales barrial por diferentes motivos: Primeramente el municipio es la expresión política organizativa primordial, es a su vez donde existe una inmediatez en política, palpable y concreta, es el sitio donde se conocen detalladamente y en el foco los problemas que enfrenta una comunidad determinada, es al mismo tiempo el lugar donde se toma contacto con el hombre de carne y hueso y por ello ese lugar es en definitiva donde finalmente la representación entre gobernante y gobernado se da con el conocimiento entre uno y otro sin intermediación ni discurso mediador de los profesionales en contar la realidad, es donde se pueden ensamblar consensos reales no ficticios ni declamatorios o medidos por encuestas interesadas y falsas. Es el sitio indicado para colocar la semilla que geminara con una organización social propia. Dicha organización desde el vamos deberá ser corporativa para finalmente converger en un gran movimiento político nacionalista
Será como plantar el árbol en tierra donde hunda sus raíces, que consecuentemente nos permitirán iniciar un camino difícil pero no imposible hacia la meta soñada de recuperación de nuestra Patria.