sábado, 30 de marzo de 2013

ACTIVIDAD MILITANTE

CORDOBA
Panfleto que se reparte en Córdoba


Ante un nuevo 2 de Abril desde la Agrupación Nacionalista Lacebrón Guzmán, Córdoba, nos hemos hecho presente en las calles de nuestra ciudad, con una campaña de panfletos en los que le planteamos algunas preguntas al vecino. Desafiando y poniendo a prueba su real conocimiento sobre la historia de las Islas Malvinas y la guerra de 1982.
La idea es que el ciudadano sienta interés por conocer a fondo el por qué de nuestro legítimo derecho de soberanía sobre las Islas Malvinas y el proceso que siguió con la guerra de 1982.
Para ello hemos elaborado el siguiente artículo con el que el lector podrá informarse sobre nuestra causa Malvinas, un tema que más de un argentino desconoce profundamente.


Reparto callejero de los volantes por miembros de La Lacebrón Córdoba

BUENOS AIRES Y LA PLATA
 
Panfleteadas
Se continúa con el reparto de panfletos referentes a la Inseguridad, tema que preocupa sobremanera a la comunidad que día a día ve caer asesinados a mansalva a muchos de sus integrantes, cuando no son robados o maltratados de mil maneras por una delincuencia que goza de "Derechos Humanos" y "Garantías" de la mas variada índole. ya desde hace bastante tiempo hacemos esta campaña permanente para que la sociedad comprenda cual es el origen que tiene este verdadero caos delictual que vivimos y cuales las formas de ponerle un freno. 
Se pone en conocimiento a cualquier compatriota que quiera ayudarnos en esta tarea, que no tiene mas que escribirnos a redpatrioticargentina@gmail.com y manifestarnos su deseo de colaborar
 
Panfletos que se reparten en Buenos Aires y La Plata
 
Centro Vecinal
Se encuentra muy avanzada la formación de un Centro Patriótico Vecinal en la localidad de Olmos, vecina a La Plata. El mismo es iniciativa de los militantes de la División La Plata de La Lacebrón, y contará con la intervención de vecinos del lugar  preocupados por las labores que hacen al aumento de la calidad de vida de los vecinos y el control del cumplimiento de obras de infraestructura que hacen al bienestar comunitaria. Desde ya las puertas están abiertas para que colaboren los militantes y los vecinos de la zona interesados en estas tareas.

Campamento
El 1 de abril dará comienzo el campamento "Heroes de Malvinas", en homenaje a nuestros compatriotas caídos heroicamente en la Gesta del Atlantico Sur. Se realizarán dos charlas alusivas; al Nacionalismo y a la Guerra de Malvinas. Se realizará una marcha de 24 km, habrá un fogón y vigilia bajo las estrellas para recibir el día 2 de abril aniversario de la recuperación de las Islas de manos de los usurpadores colonialistas. Finalmente se festejará con un asado criollo.


martes, 26 de marzo de 2013

EL NUEVO PAPA: UNA LECTURA POLÍICA


¿Cómo se explica- a la sola luz de la razón, se entiende- el insólito nombramiento por el Colegio  Cardenalicio de Jorge Mario Bergoglio como Papa Francisco ?
Porque, como es notorio, fue una decisión que sorprendió al mundo entero, no pronosticada por nadie.
Hasta la reunión del Cónclave, según todos los periodistas apodados “vaticanistas”, había acuerdo entre los cardenales acerca de:
  1º El perfil del nuevo Pontífice: por oposición al renunciante Benedicto XVI, el próximo Papa debía ser joven y fuerte para poder enfrentar los problemas que habían abrumado a Ratzinger.
  2º Que el Papa sería un “conservador”, del tipo del Cardenal Angelo Scola de Milán (favorito de Ratzinger) u Odilo Scherer (con el favor de la Curia romana, Bertone); o, aún, el canadiense Mark Ouellet.
Nadie, absolutamente nadie, mencionó al Cardenal  Bergoglio como un “papabile”, porque no reunía ninguna de las dos condiciones anteriores, salvo a. tornielli como lejana posibilidad. Además, en su contra operaban tres factores:
  1º La edad, 76 años, con un físico débil (le falta un pulmón), y con ninguna experiencia en el tipo de problemas (financieros y sexuales) que se agitaban por la renuncia de Benedicto XVI.
  2º Haberse significado en el anterior Cónclave como el rival del cardenal Ratzinger, hacia quien se derivaron los votos progresistas que en primer término votaron por el cardenal Martini.
  3º  Por motivo de la edad, debió haber cesado tiempo atrás como Arzobispo de Buenos Aires y haber quedado como mero Administrador Apostólico. Ese hecho fue un poco cubierto por Benedicto XVI. Pero podía considerárselo como un jubilado.
  Por esas razones, resultó absolutamente inesperado el nombramiento papal de Bergoglio.
  Y por eso mismo es necesario tratar de hallar una explicación. Que es lo que pasamos a hacer. 
  Hay una base social, que marca un tipo humano.
  Se trata del proceso de asimilación de ciertos descendientes de la emigración. Proceso que está en evolución.
  El “fare l´America” está aún presente en la Argentina.
  Son hijos y nietos de emigrantes- laicos o religiosos- que dedican su vida a sólo dos objetivos: conseguir dinero y obtener poder (político o social). Lo demás, es lo de menos.
  Junto a lo anterior va la acción de cubrir esos objetivos con el disfraz humanitario. Por ejemplo, el ansia de poder se recubre de un deseo de hacer el bien del pueblo, por vía democrática. Es lo que estilan los políticos argentinos.
  Ahora, si se trata de un clérigo, la lucha por el poder se suele teñir de “opción por los pobres”. Se muestran humildes, simpáticos, al tiempo que ganan espacios de poder. Para tales operaciones no suelen exponer referencias teológicas, sino argumentos de orden social, de “promoción humana”, dicen. Lo cierto es que hay muchos hombres de Iglesia que no están muy atentos a la difusión por la Fe, sino- más o menos subrepticiamente-  a la acumulación de poder.
  Si es un Obispo, esa búsqueda terrenal se expresará tratando de extender su dominio a otras jurisdicciones (intentar colocar a sus favoritos en otros obispados, caso Zecca), a la vez que reducir o eliminar los grupos o las personas autónomas (que conociendo las Escrituras, la Tradición y el Magisterio, y  adecuándose a esas fuentes, se animan a pensar por su cuenta).
  ¿Por qué el católico común no advierte esas conductas?
  Porque la enorme falta de doctrina en los cristianos de hoy hace que se muevan en puros planos afectivos o clericales. La ausencia de formación catequística se la cubre con un sentimentalismo subjetivista (típico del Modernismo). En el segundo caso, basta que hable un Obispo para que se tome su palabra como  una Biblia. Clericalismo que en su máxima expresión se traduce en la “papolatría”.
  Unos políticos arribistas como los Kirchner han aunado dinero y poder, sin rubor, porque el electorado no se los reprocha. El “fare l´América” sigue siendo ley no escrita de la sociedad argentina. Por eso, tampoco se percibe nada de extraño en el hecho de  que un Obispo, durante años, se haya aplicado a acumular poder institucional, descuidando ostensiblemente la propagación de la Fe (tan decaída en las últimas décadas en la Argentina y, en particular,  en la diócesis de Buenos Aires).
  Tal vez, por eso mismo, se ha dado el choque entre los representantes del poder temporal y el espiritual. Por la ley de la impenetrabilidad de los cuerpos (si yo quiero sentarme en esa silla, antes tienes que salir tú, que estás sentado en ella). Como decía Carlos V de Francisco I de Francia: “mi primo y yo estamos completamente de acuerdo: los dos queremos el Milanesado”. Sin ese factor de poder- divisorio- es inexplicable que Bergoglio y los Kirchner no se hayan entendido; porque todo indicaba que se iban a llevar complementariamente.
  Bien. Primera conclusión. Politiquería y clericalismo están sobre el tapete en estos hijos del “fare l´América”.
  En el mundo presente, en especial  en el sector occidental, y más particularmente, en el latinoamericano, el registro del predominio norteamericano es incontestable. La “real-politik” indica que si un aspirante al poder en Sud América quiere trepar alto y lo más rápidamente posible, lo mejor que puede hacer es ponerse a buenas con los intereses yanquis.
  Si en la Argentina no hubiéramos presenciado el caso del patilludo Carlos Menem, quien electo Presidente, se entregó atado de pie y manos a las directivas estadounidenses, nos asombraríamos ahora con la acción de otros sujetos que buscan igual sombrilla protectora. Pero ya sabemos de estos caballeros que montan por la izquierda y bajan por la derecha (de paso, recordemos que Menem, tan religioso él, fue uno de los primeros en felicitar a Bergoglio).
  Dando por conocido ese fenómeno, pedimos que se lea con cierta atención el mensaje de felicitación de Barack Obama  a Bergoglio. Entonces alguien nos aclarará si fue redactado por el Presidente de USA o por el Camarlengo Vaticano. Un Presidente que en su país goza de la fama de un pagano irredento, que ha apoyado cuanta medida antinatural y anticristiana se haya ventilado allí, y que,  en dicho mensaje, queda transformado en un devotísimo feligrés católico, lo menos que mueve es a suspicacia.
  No parece demasiado suponer que ahí hay gato encerrado. Felino que podría llamarse “Latino América”. Porque los mandos estadounidenses están preocupados por las convulsiones que se detectan al sur del Río Bravo, y quizás, crean que con un Papa de esta región pueden contar con una buena baza para enfrentar esos problemas. Se nos dirá que esa hipótesis fue esgrimida por un sujeto absolutamente desacreditado como es Luis D´Elía. Así es, pero también, admítasenos que cabe preguntarse qué pajarito le sopló al oído dicha teoría. Por ese lado aparece Fidel Castro, quien no es ningún novato en estas cuestiones de poder mundial, y puede estar bien informado. Un politólogo de izquierda, Claudio Fantini, acaba de escribir al respecto:
  “Algunos esperan que Bergoglio sea para los populismos de Latinoamérica lo que Wojtila fue al comunismo europeo. Ciertamente…para los liderazgos personalistas de la región no fue una sorpresa agradable. Esperaban alguien       que les resultara indiferente y apareció un hombre al que sienten como un cuestionador o, lisa y llanamente, lo que en su jerga califican de “enemigo” (“Todos los frentes del nuevo Papa”, en: “Noticias”, nº 1890,16 de marzo de 2013, p. 34).
  En la misma revista se insiste: “Juan Pablo II contribuyó a derrumbar el comunismo. Bergoglio nunca ocultó su aversión al populismo” (id., p. 33).
  Lo seguro, lo tangible es que los Estados Unidos han recibido con enorme beneplácito la elección de Bergoglio, subrayando su condición sudamericana. No sólo el Presidente Obama, sino el cardenal de Nueva York, Timothy Dolan, gran elector, considerado “el nuevo hombre fuerte de la Iglesia”, ha expresado: “Estamos muy felices con el resultado. Son emociones muy grandes” (”La Nación”, Bs. As., 16 de marzo de 2013, p. 8).  Esa es la siguiente conclusión, pues.
  Luego, al tema primero de la busca del poder, de fronteras para adentro, hay que adicionar este segundo, el de arrimar bochín junto los poderosos del mundo. Quienes entre otras cosas que pueden hacer, está la de inclinar una votación en un Cónclave.
  O sea, que hasta acá se trata de puro poder.
  Pero el poder, dijimos, hay que camuflarlo. Y si el disfraz es connatural, muy bien. De otro modo: si a la conquista del poder le podemos añadir la ideología progresista de la Modernidad, mucho mejor.
  Hemos hablado de Barack Obama. Ahora el nombre a considerar es Hans Küng.
  Este famoso teólogo suizo, enemistado con Joseph Ratzinger al punto de reclamar su destitución, es el sucesor natural de otro jesuita, Karl Rähner, que fuera la principal cabeza pensante del Progresismo Modernista Conciliar. Simplemente, este Progresismo, contrariando el “Syllabus”, quiere acordar a la Iglesia Católica con el Mundo Moderno, nacido de la Ilustración. Es la tesis expresamente condenada en la Encíclica “Pascendi” de SS San Pío X.
  Pues, Küng, separado de sus cátedras por su progresismo radical y arrogante, ha dicho ahora que:
“La elección de Bergoglio es lo mejor que le ha podido suceder a la Iglesia”.
  Los votos progresistas que enfrentaron en minoría a Ratzinger, al presente se han convertido en mayoría (quizás porque a los prelados genuinamente progresistas- varios de los cuales, se lo tenían bien calladito- se hayan unido otros, tenidos por “conservadores”, pero, que, en definitiva, suelen estar muy atentos a los consejos  y las señales de USA).
  La citada revista no-católica, apunta sobre el particular: “Para lanzar su programa de reformas, Bergoglio cuenta, en todo caso, con el apoyo aportado por Hans Küng. Hasta ahora, el teólogo suizo no había cesado de criticar a los papas y a las estructuras de la Iglesia” (idem, p. 33).
  Y hasta, citando al portavoz de la Conferencia Episcopal de Francia, Bernard Podvin, se animan a pronosticar la convocatoria a un nuevo Concilio Ecuménico, cuyo temario incluiría todos los asuntos que inquietan a los progresistas (episcopalismo, sacramentos para los divorciados, celibato sacerdotal, ministerio femenino, aborto, homosexualidad, etc.).
  Eso: ¿sería lo mejor para la Iglesia?...
  Es claro que la ideología eclesial de Bergoglio es progresista. Los “mass media” (que se sepa, no son muy cristianos que digamos), que de modo unánime han manifestado su alegría con la elección del Cónclave, lo han comparado con el Papa Juan XXIII. Más parece, en principio, emparentado con Paulo VI.
  Él está con la Modernidad; pero con ciertas salvedades. Es progresista, pero “moderado”. Porque le gusta que las cosas se cocinen a fuego lento, y porque no tiene ningún deseo de enfrentar ya a los seguidores de Juan Pablo II y Benedicto XVI.
  Su condición de progresista deviene también de su carácter de jesuita. ¿No ha llamado la atención que los medios masónicos y liberales del mundo entero, que en otras circunstancias hubieran puesto el grito en el cielo, al presente se limiten a registrar la Orden regular a la que pertenece Bergoglio, sin añadir ningún calificativo despectivo?
  Es que en el medio está la historia posconciliar. Está la reforma de la Compañía de Jesús efectuada por el Padre General Pedro Arrupe, que transformó ciento ochenta grados la Orden creada por San Ignacio de Loyola. Quien quiera informarse acabadamente al respecto, que lea el libro de Malachi Martin, “Los Jesuitas contra la Iglesia”. Diversas intervenciones, dispuesta por Juan Pablo II no pudieron torcer ese signo progresista. Lo cierto es que los jesuitas han liderado la revuelta eclesiástica para acomodar la Iglesia al Mundo.
  Pues, Bergoglio es un jesuita. No típico, no. Ha tenido sus más y sus menos con la conducción impuesta por Arrupe; pero, en definitiva, ni ha sido echado  de la Compañía, ni él se ha sublevado contra esa orientación.
  El periodista Claudio Fantini observa: “Sucede que el trayecto de Bergoglio hasta el trono de Pedro no fue por la vereda del ala reaccionaria de la iglesia… nunca fue un acérrimo enemigo de los curas tercermundistas. Y en las dos contiendas que lo tuvieron como papable, se encolumnaron tras él los sectores más renovadores, mientras que lo enfrentaron los más recalcitrantes” (idem, p.34).
  De ahí que sea un progresista “moderado”, que, en principio, no esté pronto a reimplantar las tesis latinoamericanistas de Medellín y Puebla, sino muy tamizadas. Y que su tercermundismo, también muy moderado, haga relucir el slogan de la “opción por los pobres”, pero sin la consiguiente revolución de las “estructuras” capitalistas. Configuración que dejará muy contentos a los “bien-pensantes”, del tipo de Mariano Grondona. No es muy muy, ni tan tan.
  Es probable que quiera mostrar su ruptura con la tradición papal, adoptando actitudes de hombre llano, cercano a la gente común (como dejando de usar los zapatos rojos que corresponden a su cargo, para continuar con sus viejos zapatos negros). En ese tipo de conducta, Bergoglio ya ha dado muestras de singular astucia demagógica (viajando en subterráneo, en lugar de un taxi, etc.).
 Bergoglio tiene una excelente relación con el judaísmo. Hay mil pruebas al respecto, varias de ellas consignadas en el libro “El Jesuita” (del 2010), del que son autores Sergio Rubin y Francesca Ambrogetti. Obra de lectura necesaria hoy; pero siempre que esté seguido de las glosas de Antonio Caponnetto, en su libro “La Iglesia traicionada”.
 Hace poco, al promover la entrega del doctorado honoris causa al rabino Abrahan Skorka en la UCA (Universidad Católica Argentina), Bergoglio permaneció impasible cuando el doctorando concluyó anunciando que “todos ahora esperaban la venida del Mesías” (Bergoglio no sólo no interpuso su objeción, sino que aplaudió al orador. Además, ha acrisolado esa amistad con el libro “Jorge Bergoglio y Abraham Skorka: sobre el Cielo y la Tierra”, y compartiendo con Skorka un programa televisivo, durante el 2012).
 Quizás eso explique que la primera felicitación que partió de la Argentina, días atrás, fuera la de la DAIA, y que el primer político que lo saludó fuera Daniel Filmus (quien, a diferencia del resto de sus conmilitones, que estuvieron esperando la reacción de la Presidenta, para luego imitarla, se adelantó por su cuenta y riesgo, a enviar su telegrama).
 Si a esto se le añade la felicitación que le remitió a Bergoglio la Masonería Argentina, posiblemente el cuadro ideológico complete su color.
  Antonio Caponnetto atribuye el sionismo entusiasta de Bergoglio al ansia de hallar aliados en la pugna que mantiene con su enemigo jurado, Horacio Vertbisky. Este sujeto, que desde el CELS ejerce un poder inmenso en la actualidad, en diversas oportunidades ha denunciado a Bergoglio de haber contribuido a la detención de los jesuitas pro-montoneros Orlando Yorio y Francisco Jalics. Como las principales tratativas de Bergoglio al respecto se dieron con el Alte. Emilio Masera, ya muerto, el asunto no parece fácil de aclarar. En todo caso, lo que llama la atención son los testimonios vertidos a favor de Bergoglio. Adolfo Pérez Esquivel, el “Chino” Fernando Navarro, la atea militante Graciela Fernández Meijide, Monseñor Hessayne, Alicia Oliveira, Eugenio Zaffaroni, Miguel La Civita, y tantos más, cuyas simpatías izquierdistas son obvias, han salido de inmediato en defensa del Cardenal argentino.
  De esa suerte, el inefable Verbistky, tan temido, ha quedado casi en solitario con su denuncia (ha recibido un tibio apoyo de Estela de Carlotto y Hebe de Bonafini). Ni el kirchnerismo más radicalizado, que lo suele consultar, pareciera estar dispuesto a acompañarlo en su aventura (de hecho, el vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, Mariotto, referente de “la Cámpora”, se ha declarado satisfecho con la elección del Cónclave).
  No obstante, dada su conducta habitual, es probable que la ultra-izquierda prosiga con sus ataques al Papa electo.
  Casi se diría que en estas condiciones, esa agresión le viene bien a Bergoglio, porque contribuye a situarlo en la “centro-izquierda” del espectro político, que es donde él desea estar, para ser considerado “políticamente correcto”.
  Una buena pregunta es: ¿cómo fue posible que Bergoglio consiguiera la mayoría de los votos en el Cónclave?
  Volviendo al comienzo de esta nota, digamos que existían otros candidatos con mayor aprobación.
  El citado Fantini indica: “está claro que la curia romana prefería a Angelo Scola, también favorito de Comunión y Liberación, la organización más poderosa de la Lombardía que, como el Opus Dei, tiende a mirar con recelo a los jesuitas…Pero el “partido de la curia” también tuvo sus favoritos entre los papables extra europeos. El brasileño Odilio Scherer tenía más apoyo en la burocracia de Roma que entre los sacerdotes y obispos de su país. También el canadiense Mark Ouellet era aceptable para los enemigos de las reformas. La opción más radical del reformismo era el norteamericano Sean O´Maelly, mientras que la más moderada fue Bergoglio, quien finalmente se convirtió en Papa” (idem, p.35). A pesar del consabido hermetismo que rodea el Cónclave, la periodista María Antonieta Calabro, del “Corriere della sera”, ha podido penetrar en ese enigma del cambio del escrutinio. En tal sentido ha escrito que: “Pero ¿con qué acuerdos, alianzas y paquetes de votos de los “grandes electores” se logró la elección del cardenal Bergoglio? Por decirlo de una manera un poco sintética y brutal, el nuevo papa es fruto de un acuerdo entre el decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, aunque no sea elector; el cardenal Giovanni Battista Re;  la curia del actual secretario de Estado, Tarcisio Bertone (que había apuntado a Odilio Scherer, pero que después de las críticas de Scherer al cardenal Re en la congregación general debió “retirar” su candidato) y los cardenales norteamericanos… Los italianos sólo se unieron para excluir al arzobispo de Milán, Angelo Scola…, el gran favorito de un grupo de cardenales reformistas, que buscaban limpieza y transparencia después de un período de escándalos” (“En el cónclave, un acuerdo que ayudó a superar los 90 votos”, en: “La Nación”, cit., p. 8).
  Por peleas internas, y por  el temor a investigaciones en la Curia, se dejaron de lado los candidatos “normales” se diría. Así los hombres fuertes de la Curia, unidos a los cardenales norteamericanos consiguieron volcar la votación, y producir este resultado asombroso.
  Algo queda en claro.
  Por supuesto que no todos salen ganando con la elección de Bergoglio.
  Los católicos ortodoxos, los cristianos tradicionalistas, nada pueden esperar del Pontificado de Bergoglio. No hablamos de los “sede-vacantistas” o los “lefevristas”, que ya arrastraban sus problemas con la Santa Sede. No. Acá mentamos la extensa gama de movimientos laicales y religiosos, nacidos en  estas últimas décadas, y que, a pesar de la falta de apoyo episcopal, han tenido un desarrollo extraordinario. No los vamos a individualizar para no aumentar su congoja y el peligro que pueden correr. Pero cualquiera que haya estado atento a las regulaciones en esta materia, de la Comisión Episcopal del país, en tiempos de la conducción de Bergoglio, habrá enseguida advertido que el Cardenal y sus adláteres han hecho cuanto han podido para hacer desaparecer esos movimientos. No sólo por detestarlos ideológicamente por no ser progresistas, sino, principalmente, por celos. En efecto: mientras los movimientos tradicionales colectan abundantes miembros y seminaristas, los Seminarios episcopales- salvo unos tres o cuatro, que, precisamente, no son progresistas- están vacíos. Y esos Obispos no han querido sacar la conclusión obvia que cualquiera en su lugar sacaría: esto es, que si ellos también adoptaran las mismas normas formativas filosóficas y teológicas clásicas que los aludidos movimientos, tendrían, como ellos, sus vocaciones. Pero eso, jamás. Creen que basta con cerrar el paso de los jóvenes a esos movimientos, para que  no les quede otro camino que ir a sus desiertos seminarios. Tampoco advierten otra nota evidente: que para hacer antropología o sociología en los barrios marginales, o reclamar por los derechos humanos en los ámbitos políticos- especialidades progresistas-, no hay necesidad de ser célibes, es decir, sacerdotes. Bueno, sin posar de agoreros, creemos que asistiremos al agravamiento de la Crisis de la Iglesia Católica, que desató el Concilio Vaticano Segundo. Para quienes creían que ya había pasado lo peor, le dejamos ese aviso.
  Por supuesto, más allá de estos análisis está la obra del Espíritu Santo, que puede escribir derecho sobre renglones torcidos. En este sentido nos viene a la memoria el caso histórico del Pontificado de Pío IX. Mastai Ferreti subió al trono papal entre las aclamaciones de los masones quienes lo consideraban uno de los suyos. Y luego, por obra sin duda alguna del Espíritu Santo, cambió de dirección, dictó el “Syllabus” y la “Quanta Cura” contra el Modernismo, y así, hoy, está en los altares. En todo caso sobre esa acción del Espíritu Santo, por naturaleza desconocida por nosotros, resulta interesante  la siguiente aclaración del cardenal Joseph Ratzinger, efectuada años atrás. Le preguntaron sobre el dato de si era el Espíritu Santo quien elegía al Papa. Respondió: “No diría que es así, en el sentido de que es el Espíritu Santo quien elige… su rol debería ser entendido en un sentido más laxo… probablemente como única garantía de que la cosa no se arruine por completo” (”La Nación”, cit., p. 8). O sea: una reiteración de la promesa de que las puertas del Infierno no prevalecerán.
  Mientras tanto, y para que no impugnen con facilidad este somero examen, asentamos expresamente nuestro acatamiento a la Sede Apostólica, y rezamos para que Dios ilumine la gestión de Francisco.

Tte.Cnel.Prudencio  Garvás
                                                                                                        
http://nacionalismo-catolico-juan-bautista.blogspot.com.ar/2013/03/tte-cnel-prudencio-garvas-sobre.html

viernes, 22 de marzo de 2013

TODOS Y TODAS 0...


TODOS Y TODAS, LENGUAJE Y ESTUPIDEZ A LA MODA

 LA ESTUPIDEZ UNIVERSAL

 JOSÉ VICENTE PASCUAL
  
Hace un par de años, después de soltarle un rollo breve pero intenso a una sobrinilla sobre cómo deben comportarse los niños en la escuela, la pequeña, que me había escuchado atentamente a pesar de todo (es decir, a pesar de ser el típico tío-raro-de-narices que de vez en cuando viene con chorradas y sermones), me preguntó muy interesada:
-¿Y las niñas?
En ese momento lo supe todo perdido.
Han ganado y por goleada. Si las leyes de la Bondad y Estupidez Universales han conseguido imponerse hasta mediatizar la forma de ver el mundo y comprender la realidad de las indefensas criaturas de nueve años que acuden a la escuela, entonces poco queda por hacer. Callar y resignarse al silencio en todo caso, una actitud más digna que pasar lo que me quede de vida tirando piedras al mar, significándome como un antiguo y un facho (o peor aún, un machista), denostado por los (y las) biempensantes, colocado en el poste de la infamia en ocasiones, ignorado y ninguneado la mayoría de ellas (por antiguo, facho y machista); y en fin para qué seguir. A batalla perdida, retirada en orden. O como decía mi padre, un hombre muy práctico que no hizo el servicio militar por el mismo motivo que yo, falta de espíritu castrense: “Hijo mío, piensa que el soldado que se esconde vale para otra guerra”.
La Estupidez Universal es imparable, siempre se abre paso, es la fuerza más terca del planeta, mucho más poderosa que la contaminación, el calentamiento global, el nacionalismo catalán, las guerras tribales en África, la injusticia social en Polonia, el fundamentalismo islámico y la dictadura castrista. Las plagas antes mencionadas tienen remedio. La Estupidez Universal, no. Nunca se rinde. Nunca se cansa. Nunca afloja. Es recurrente, se regenera a sí misma, se nutre de millones de nuevos militantes cada año. Incorpora generaciones enteras a sus filas, en masa, radicalmente educados (y educadas) en la doctrina más perversa que mente alguna pudo concebir, pues su poder inmenso radica en que no impone ideas concretas sino la forma de pensar. La bestia controla lo humanamente básico, la conciencia anterior, primigenia, inalienable de cada persona, de la que surgen las ideas propias de cada cual. Hasta ahí han llegado sus tentáculos, y en esa caverna sagrada de la individualidad ha adherido la pegajosa seda de araña y no piensa retirarse jamás.

Esa es otra de sus características: nunca se arrepiente de nada, no analiza las consecuencias de nada porque la Estupidez es una implacable moral de los principios, no de la responsabilidad. Por eso nunca duda de sí misma y jamás examina sus propios errores. Al contrario, la diabólica pujanza de esta doctrina se funda igualmente en la contumacia: a más persistencia en el error, más fuerte se hace, más argumentos, más adeptos, más histeria inquisitorial hacia quienes no compartan sus postulados.
Da escalofríos pensar cómo crece ese monstruo, alimentado de su propia esencia, que es la simpleza, y del sacrifico intelectual y espiritual de todas y cada una de sus víctimas, la autoinmolación de miles de millones de seres humanos (y humanas). Es el dios más cruel, más brutal, más tiránico que hayan inventado los hombres (y las mujeres). La Estupidez Universal es la religión más opresiva de cuantas campan por el mundo, por la sencilla razón de que a las demás, más o menos, es libre uno de adherirse, en tanto que aquella es obligatoria para todos (y todas). Y quien no comulgue, aviado va...
Yo me rindo. Ni los caballos de Atila ni los ejércitos de Napoleón, ni los panzers del III Reich ni los silos atómicos de la URSS tuvieron la mitad de la mitad de la capacidad destructiva de la nueva Fe Incontestable. El monstruo crece si no se le combate, pero crece mucho más y más aprisa si se le discute. Y así no se puede. Estas mismas letras, en este humilde escrito, sólo van a servir para eso, para ofrendar nuevos argumentos, más razón, más convencimiento a los cada día más numerosos fanatizados por el mal del siglo y del milenio.
Mejor esconderse y esperar sin esperanza otra guerra.
Mejor es callar ahora y seguramente para siempre.
Callar a tiempo. Antes de que la bestia rastree este artículo, me descubra, me fagocite y me convierta en nocilla, merienda perfecta para dos o tres millones de niños (y niñas) que crecerán muy sanos con las ventosas del monstruo pegadas a sus cerebros.
Adiós. Y haced como que no me habéis visto...

sábado, 16 de marzo de 2013

EL CINE COMO SISTEMA DE CONTROL SOCIAL II



( CONTINUACIÓN)

LA DÉCADA DE LOS 70

En los años 70, el cine adquiere una fuerza enorme, con grandes avances en los efectos especiales y en las herramientas para comunicar sus mensajes. Cada vez la violencia es más explícita, se muestra cada vez a personajes más decadentes, el cine de terror se posiciona con fuerza, el sexo es cada vez más explícito y en definitiva se muestra un lado sombrío del ser humano (del nuevo hombre que desea el cine), eso si, junto a los héroes y galanes de siempre. Las relaciones sentimentales adquieren un tono más abierto, siempre impregnadas de un machismo muy presente, acompañado de una mujer en proceso de “liberación” que empieza a vulgarizarse en pro de una modernidad “cool” dónde lo irreverente es sinónimo de estar a la onda. Y evidentemente, todo lo presentado anteriormente se mantiene con igual o más fuerza. La ciencia ficción se perfecciona y se presentan títulos que marcarán un antes y un después en la mente del espectador. Algunos títulos podrían ser: El Padrino, Grease (dónde un cerebro hueco, machista, inculto, violento, inseguro, chulo e inmaduro, pero que baila muy bien, es el héroe de una princesita encantada de su amor), La Guerra de las Galaxias, Tiburón (enorme trabajo subconsciente), El exorcista (película clave en la modalidad del terror psicológico), Alien el octavo pasajero, Rocky (el gran sueño americano al alcance), Taxi Driver (arquetipo del hombre perturbado), La profecía, Alguien voló sobre el nido del cuco, El expreso de medianoche (los peligros de ir contracorriente), La naranja mecánica (apología a la violencia integral), Carrie, Mad Max (uno de los primeros Apocalipsis), El Cazador, La matanza de Texas, Chinatown, Star Trek, El imperio de los sentidos (mito pornográfico), y un sinfín más.

 LOS AÑOS 80

En los años 80, el cine se caracteriza por haber consolidado los arquetipos pasmosamente, la imagen está totalmente integrada en las conciencias, y ya existe un mundo virtual asentado en las mentes. Las películas cada vez basan más su potencial en la imagen estereotipada, en un gran paso del cine a nivel mundial. La figura del rebelde gana fuerza (ya presentada por James Dean y Marlon Brando con anterioridad), siempre un hombre marginado, decadente, autodestructivo, antisocial, alcohólico y fumador generalmente, agresivo, pero presentado siempre por los actores más deslumbrantes y siempre con un encanto sin igual, tanto para mujeres como para hombres. Claro está que este arquetipo de rebelde resulta ser el rebelde menos rebelde que puede existir, un rebelde que siempre acaba cediendo a la bondad moralista en su interior e integrándose de alguna manera a la comunidad siendo un ciudadano ejemplar, y si no, un rebelde sin “remedio” que contiene su encanto y gancho en su firmeza pero siempre pagando el alto precio de no ceder al establishment, mensaje potente donde quepa.

La ciencia-ficción y el terror siguen su progreso ascendente, tanto en medios como en cantidad. Estados Unidos se promociona aberrantemente como un país liberal, como una tierra de sueños y aventuras, la imaginería presentada en esta época es de una fuerza sin igual, los arquetipos americanos calarán hondo en la psique del ser humano bombardeado por la increíble fantasía y atractivo de las barras y las estrellas. La chulería se presenta como algo atractivo y moderno, como una característica primordial del nuevo hombre, aunque claro está, para mantener la balanza continua habiendo héroes y galanes. Se afianza la figura del poli duro, un tipo atormentado por duras vivencias, que se abre paso en la vida a través de la irreverencia, el estar de vuelta de todo, y una superioridad incontestable, siempre vestida de humildad (falsa), un humor irresistiblemente atractivo, y unas cualidades físicas cercanas a una maquina. El sexo sigue su asentamiento como presencia absoluta, y la familia se comienza a exponer como una entidad frágil, dónde el progreso natural inevitablemente debe modificarla. La adolescencia es una faceta atacada sin escrúpulos, los chicos y chicas son un hervidero de hormonas que ceden irremediable y gustosamente a unos años “mágicos” de excesos, relaciones sexuales impulsivas, frenesí encantador y vidas al límite, siempre presentados como maleducados con sus padres y vendiendo la picaresaca, el interés y la capacidad por lograr el éxito como valores primordiales, además de presentar a la universidad como el templo del conocimiento y de manera pareja como el templo del placer y los sueños adolescentes. El adolescente estereotipo es guapo, deportista, listo (que no inteligente), atormentado, y con la cabeza llena de dudas absurdas presentadas como existenciales. La chica se limita a ser la animadora novia del quarterback, y su máxima aspiración es acceder a la universidad, sacarse la carrera, conseguir el trabajo soñado, y formar la familia con el guaperas de turno que no quiere dejar de ser rebelde por ella.

La influencia del militarismo se acentúa, ensalzando al héroe de guerra, y presentando dramas bélicos con toque humano y de un patriotismo exagerado. Se introduce la comedia alocada, que en medio de un absoluto disparate aprovecha el aparente ambiente inofensivo del humor para introducir mensajes e inculcar actitudes nada graciosas. La figura del psicópata se aposenta para no irse jamás. En definitiva, una época gloriosa para el cine, no tanto para el ser humano. Algunos títulos de los ochenta entre muchos otros son : Regreso al futuro, Terminator (título clave para la introducción del hombre-máquina), ET el extraterrestre (grabado en el subconciente de gran parte de la humanidad), La jungla de cristal (la amenaza terrorista asoma la cabeza, precisamente en un rascacielos), El club de los poetas muertos, Superdetective en Hollywood (otro macarra como héroe), Poltergeist (impacto psicológico donde los haya) , Blade Runner, El precio del poder, Platoon, Conan el bárbaro, Cocodrilo Dundee (el tonto de pueblo encantado de ser adoptado por la gran manzana), Memorias de África, La ley de la calle, Posesión Infernal, Starman (El New Age haciéndose hueco), La Rosa púrpura del Cairo, La historia interminable, El Imperio contraataca, La chaqueta metálica, la Mosca, las Amistades peligrosas, El cartero siempre llama dos veces, Tron, Robocop (la policía como bien supremo), El secreto de mi éxito (un joven a base de mentiras consigue el éxito en dos semanas), Commando (El heroísmo de los exmilitares americanos y su gran sentido del honor), Aterriza como puedas, Indiana Jones en busca del arca perdida, Dirty dancing (dogma del egoísmo y vacuidad en nombre del amor más otro rebelde nada rebelde) El sargento de hierro, Depredador, Bitelchus, Gremlins, Arma letal, Acorralado, Los cazafantasmas, Risky Business (Tom Cruise dando lecciones de como ser un adolescente ejemplar, timando a sus compañeros, engañando a sus padres, chuleando a una prostituta y conseguir ser un tipo exitoso), Nueve semanas y media (destrucción total de la honestidad entre hombre y mujer y substitución de amor por sexo), Akira (introducción de un horizonte futuro desesperanzador), Rocky IV (vergonzoso panfleto militarista patriótico), Top Gun (más de lo mismo), El chip prodigioso, Porky’s (Biblia de la adolescencia del nuevo hombre), Golpe en la pequeña China (estereotipo por excelencia del tipo duro cabezahueca encantador), …

DÉCADA DE LOS 90

A partir de los 90, después del inmenso trabajo realizado en la década anterior, el público mundial ya es devoto de un supuesto arte que es realmente una religión. A partir de entonces, la cantidad de títulos y su distribución crece enormemente, a todos los rincones del planeta llegan los dioses de Hollywood, los actores, que son la cara visible de la maquinaria, los santos de la devoción al maravilloso mundo del cine, se convierten en referentes sociológicos y iconográficos que dibujan las tendencias de los jóvenes (y no tan jóvenes) de una manera cada vez más descarada. El cine pasa a ser un oráculo dónde aprender, una fuente de conocimiento, pues se da por sentado que son obras de arte destinadas a instruir y educar además de divertir y entretener. El cine se inmiscuye en cada una de las facetas de la vida, y se sienta en el altar de la sociedad. Los contenidos de las películas cada vez son más fantasiosos, llevando al espectador a argumentos y tramas cada vez más alejadas de su capacidad de comprensión, ampliando ese mundo virtual ya instaurado y llevándolo a nuevas dimensiones de moldeamiento. El New Age trabaja con fuerza, y la ciencia-ficción se fortalece cada vez más. A partir de aquí, la violencia ya está normalizada, por lo que se tiene que avanzar y llegar hasta límites extremos de violencia y sadismo para satisfacer al público ya acostumbrado a la violencia “común”. El mundo adolescente ya se trata de un modo decadente, dominado por las drogas, la falta total de respeto, y la perdida del horizonte. Aparece un nuevo rebelde, sobre todo para los más jóvenes, que es el adolescente marginal, de familia desarraigada. Se presenta un mundo en decadencia dónde sobreviven los mejores y más talentosos, en una lucha a la carrera en un mundo que va de mal en peor y dónde las circunstancias obligan a ser egoista. Se tratan temas históricos cargados de intenciones adoctrinadoras a base de manipulaciones y falsas o medias verdades. Y se empieza a mostrar a una mujer, ya prácticamente en igualdad aparente con los hombres, que para hacerlo ha tenido que parecerse a él y ganarle la partida en la competencia. El sexo, al igual que la violencia, adquiere una dimensión cada vez más depravada y menos humana. Se introducen conceptos tecnológicos y informáticos como nuevos principios elementales y se transmite la idea de la guerra como una verdad indiscutible e irremediable, además de necesaria.

Algunos de los títulos de esta década son : Pulp Fiction (sangre y perversión), Reservoir Dogs (más sangre y perversión), Braveheart (fascismo disfrazado de libertad), La lista de Schindler (manipulación mental absoluta), Forrest Gump, El silencio de los corderos (el lado oscuro que todo nuevo hombre debe tener), Bailando con lobos (falso moralismo), El último mohicano, Doce monos (un futuro quizá no tan fantasioso), American history X (la violencia como señal humana), La delgada línea roja, Matrix (sentando las bases del futuro falso despertar), Trainspotting (la decadencia de la juventud como señal inequívoca), Parque jurásico (Eugenesia maquillada), Seven,  American Beauty, El club de la lucha, El último boyscout, Thelma & Louise, Desafío total, Leaving las vegas (el alcoholismo y depravación como riesgos comunes), Titanic, El sexto sentido (Espiritualismo New Age adoctrinador), Salvar al soldado Ryan, El show de Truman (compañera de Matrix), Jerry Mcguire (la supervivencia del sueño americano en medio de un mundo sin sueños), Gattaca ( eugenesia en estado puro), Contact (panfleto new age de pies a cabeza) …

 SIGLO XXI HASTA LA ACTUALIDAD

En el siglo XXI, el cine parece preocuparse por un humanismo que se va perdiendo (y que el cine ha contribuido sobremanera en que así sea) buscando respuestas existenciales en medio de una vida cada vez más vacía. El espiritualismo se va fundiendo con la ciencia, y cada vez hay más argumentos que insisten en hallar un conocimiento perdido que nos defina. El cine parece volverse crítico con los poderes, y se inundan las salas de tramas de corrupciones políticas y supuestas verdades desenmascaradas. La misma decadencia que se ha ido instaurando a lo largo de las décadas se presenta ahora como una verdad terrible e indeseable a la que hay que encontrarle solución o alternativa. Se insiste en los descubrimientos sorprendentes, en avances científico-tecnológicos y en la presentación de un cambio de humanidad borroso pero inexorable. El New Age se aposenta con fuerza alejado de la fantasía y más cercano a la ciencia oficial, tanto que conceptos propios de esta corriente se convierten en verdades normales para muchos, y el elemento común utilizado por esta corriente es conseguir que el público se pregunte las bases de su realidad, que busque, dentro de esa realidad virtual ya insertada en su cerebro, nuevas respuestas a preguntas que necesita saber para dejar de ser ignorante. La tierra es un lugar en peligro, por culpa de los mismos hombres que la han maltratado, en este aspecto se trabaja mucho con el ecologismo como nueva moral del hombre para redimirse de sus malos actos para con su propio planeta que acelera su carrera hacia la catástrofe para lo cual el planeta entero debe tomar medidas. Se producen multitud de títulos catastrofistas, apocalípticos, y muchos de ellos, con respaldo militar y científico que aumentan su calado en las creencias populares.

El cine bélico pasa a ser sumamente realista, casi documental, ya no son aventuras bélicas, sinó realities militares de crudeza extrema dónde se busca la empatía del espectador con el sufrimiento, y dónde la guerra ya no es algo que vanagloriar (dentro de la tendencia de la concienciación y auto culpa), pero sí algo que afrontar como inevitable. El terrorismo internacional irrumpe con fuerza, no en vano, a inicios de siglo ocurre el fatídico 11-S surgiendo un nuevo arquetipo del mal encarnado en el “terrorista”. Invasión de películas dónde sanguinarios grupos terroristas desean aniquilar la libertad de las grandes naciones, sobre todo la norteamericana. Se hacen películas sobre el 11-S que no son más que obras sentimentalistas y sensacionalistas cargadas de manipulación y mensaje político tanto en su versión para devotos del sistema como para los supuestos “radicales” ansiosos de verdad, los dos casos son ejemplos de manipulación y traición a la verdad. A todo esto se le une una necesidad planetaria de unión de las naciones acompañada de un discurso político que lo vende como una necesidad histórica y social.

El cine de terror amplia su campo de acción y prácticamente cualquier género puede convertirse en película de terror. El terreno espiritualista y demoníaco domina este género, produciendo títulos de un horror ilimitado que inserta en los subconscientes el “mal” como realidad inequívoca en el mundo. El género zombie se desborda y expandiéndose fuera de su ámbito, pasando a introducirse en cualquier otro género.

Los héroes del siglo XXI parecen verse afectados por este ataque de conciencia y modelan su actitud siendo ante todo, moralistas, firmes, comprometidos y siempre, sobradamente preparados. El mismo nuevo galán, a su vez, es un hombre sensible, reconocedor de su debilidad y eso es lo que le hace fuerte.

La idea extraterrestre se extiende a multitud de títulos y variedad de presentaciones, es sin duda el concepto que progresa de una manera más acelerada; es presentada siempre como una posibilidad científica,  junto con la idea apocalíptica y catastrófica y acompañada de multitud de temores supuestamente fundados sobre epidemias, plagas y virus desconocidos e implacables.
El drama se tiñe de personajes que en medio de un panorama desalentador sacan sus fuerzas de donde no las hay para adaptarse y superar las dificultades, ya sean económicas, sociales, de salud, políticas, sentimentales… la cuestión es presentar a un ser humano que como forma de supervivencia debe adaptarse a cualquier situación, dando esta por sentada e infranqueable. En este tipo de películas, a dichos personajes se les otorgan rasgos morales y espirituales como las armas de su victoria ante la adversidad, una multitud de conceptos ligados al New Age y neo-espiritualismo que se van asentando en las mentes de las gentes cada vez normalizándolos y formalizándolos más.

En las relaciones, las circunstancias definen el fin que justifica los medios. Ahora se presentan a un hombre y una mujer distanciados de manera natural, trabajando por romper una distáncia que existe por sí misma, y que va unida al estado decadente de la sociedad. Todos creen en el amor más o menos, pero la dureza de la vida les aparta de ello. Unos lo aceptan adaptándose a esta situación, y otros luchan hasta la muerte por un amor que parece no tener ya cabida sin sufrimiento. Se inundan las pantallas de comedias románticas con toques dramáticos. Todas ellas destinadas a presentar a las relaciones como un complicadísimo mundo donde las confusiones, las dudas, las mentiras, la resignación, la sumisión, y las actitudes postizas son esencia en las mismas, y que la realidad es que el hombre y la mujer deben sacrificar su libertad y naturaleza para estar en pareja.
Una relación es la aniquilación de todo aquello que es verdadero en cada uno, pero en cambio al estar en una relación se crea una nueva realidad, que anula a las dos partes pero crea una nueva. Por cierto, una nueva que lo que hace es adaptar ese tándem a un sistema  que les premia por ello. Así mismo, se aposenta la idea de la infidelidad legítima, la promiscuidad aceptada, y el reconocimiento del hombre y la mujer como un pozo de miserias que renuncian a un amor puro para aceptar el amor del nuevo hombre como una realidad “evolutiva”. El egoísmo compartido y los intereses comunes como nexo de unión entre dos personas. En el cine, para este entonces, engañar y mentir ya es algo inherente al ser humano, está en sus “genes”, ya no es nada “malo” porque es inevitable y forma parte de su naturaleza intrínseca. Una relación de pareja se convierte en algo sumamente parecido a un contrato laboral, pero vestido por unos minúsculos restos de un amor del pasado que sostienen esa balanza de los nuevos tiempos y la adaptación a ellos. La soledad se explica como una característica inamovible del ser humano, incluso como buena y signo de madurez e integridad; en un mundo de mentiras es mejor estar sólo que mal acompañado, y la manera de paliar esa soledad es a través de relaciones superficiales como satélites de ese eje de soledad. Tanto el hombre como la mujer se presentan como solteros mayoritariamente, demasiado ocupados en sus carreras laborales y/o académicas, y en el caso de presentarse matrimonios, estos son víctimas de unas crisis inevitables que o acaban por desmantelarlos liberando a las dos partes en felicidad, o uniéndolos en una resignación positiva pero enmascarando una tristeza y fracaso subliminales para los más “antisistema” y de éxito humano para los más “pro-sistema”.

El cine juvenil y adolescente presenta a unos chicos y chicas que tienen como altar el sexo, acompañado de drogas, irreverencia, falta de respeto, delirio, egoísmo, estupidez, vanidad, perdida de identidad, desenfreno, y dramas, donde la soledad y la unión a través de la ya estandarizada familia rota o en desintegración, junto con la costumbre de vivir en un mundo decadente, hace que éstos encuentren modos de adaptarse a esa decadencia. El sexo ya es un ingrediente presente en todos y cada uno de los géneros, se podría decir que es un género por sí miso que los incluye a todos, y cada vez más separado del amor. Los héroes están acompañados de heroínas sumamente atractivas y letales, siempre adheridas a un conocimiento tecnológico superior como signo de identidad progresista. Los hombres y mujeres referentes, son adictos a la moda, siguen la vanguardia de la dietética y cuidan su imagen y cuerpo como el altar del ser humano, y esto va acompañado de la nueva sabiduría: la tecnología avanzada, la informática, el espiritualismo moderno, la genética, y una filosofía nueva presentada como antiquísima pero que no es mas que una tergiversación y alteración de todos los valores y saberes tradicionales. Se atacan todas las religiones (especialmente la cristiana), y aparecen súbitamente tradiciones milenarias que dan respuestas a preguntas existenciales con un discurso encantador y mágico cargado de amor y paz universal como escudo y bandera, insinuando la necesidad planetaria de un código ético y espiritual nuevo que nos salve de la destrucción.

Entre la multitud de títulos de esta prolífica década encontramos:

X men, Erin brockovich (mujer contra corporaciones corruptas), El bar coyote (marcando tendencias juveniles), El sexto día (eugenesia a más no poder), Lo que la verdad esconde, Los otros (espiritualismo de moda), Una mente maravillosa, Inteligencia artificial (futuro con extraterrestres en el horizonte), El diario de Bridget Jones, Harry Potter (la magia del corporativismo infantil y juvenil), Moulin Rouge, Black Hawk derribado, A todo gas (el machote y el coche), Training day, Lara Croft, Una rubia muy legal (se guay y tonta y tendrás éxito), Mulholland drive (realidad y sueño fundiéndose en medio de la perversión), Spy Game, K-Pax (ET entre nosotros), Evolution (el horizonte ET a la vista), La bruja de Blair (nueva técnica de terror psicológico), Batalla final: La Tierra, Skulls sociedad secreta (poniendo de moda el futuro boom iluminati), El señor de los anillos, Minority report (el futuro con una policía tecnológicamente super avanzada), La cosa más dulce (aberrante agresión a los valores), Daño colateral  padre de familia yankee contra terroristas sanguinarios), 28 dias después (plaga zombie), Lost in traslation (la soledad del hombre moderno y sus encantos), El cazador de sueños (más ET’s), El Núcleo (la ciencia y el Gobierno intentando salvar al mundo), Dos policías rebeldes (dos macarras nada rebeldes), Transformers (ejército, aliens y mezcla de símbolos), Señales (ET’s y los crop circles), La pasión de Cristo (reescribiendo la historia),  Yo Robot (la máquina iguala al hombre), 21 gramos (decadencia de la sociedad), Resident Evil, El amanecer de los muertos, Ice Age (panfleto greenpeace), El exorcismo de Emily Rose (caso presentado como real de posesión), Sr y Sra Smith (cómo ser un asesino a sueldo, egoísta, insensible y cruel puede ser lo más), Misteriosa obsesión (Aliens camuflados en el gobierno), Closer (las relaciones sentimentales como nido de mentiras), El código Da Vinci, World Trade Center  el 11-S para incautos), United 93 (el 11-S para incautos “radicales”), El diablo se viste de Prada (moda, competencia, materialismo y éxito profesional), V de Vendetta (futuro panfleto para revoluciones árabes y 15-M), Miami Vice, The Ring, Una verdad incómoda (propaganda del Climagate), La búsqueda, Soy leyenda (apocalipsis y zombies) Señales del futuro (quizá la más descarada propaganda New Age hasta el momento), Rec, Avatar (adoctrinamiento moralista ecologista y militar), Zombieland, Paranormal activity (terror psicológico afinado), 2012 (campaña política del apocalipsis Maya), The Box (Extraterrestres examinando el comportamiento humano), Infectados, Ágora (otra vez reescribiendo la historia), Distrito 9 (extraterrestres conviviendo con humanos normalmente), Anticristo, Millenium (reforzando el feminismo de Estado), Slumdog Millonaire (autoayuda humilde), Skyline (invasión devastadora de ET’S  en la tierra), La Red Social (cómo cualquiera con talento y esfuerzo puede crear algo como facebook), Saw, Buried, Origen (alterando la realidad), Crepúsculo (la nueva tendencia adolescente, y no tan adolescente), El libro de Eli (apocalipsis y nueva religión), Shuter Island (con el bisturí en los cerebros), The Road, La cuarta fase (supuesto hecho real dónde los futuros exitosos Anunnakis raptan a hombres), Contagio (plaga mundial controlada por la OMS), Super 8 (aliens y secretos militares), Resacón en Las Vegas (depravación al límite en formato inocente), Invasión a la tierra (marines contra ET’S), El Rito (el vaticano desvelando casos de posesión), Destino oculto (el hombre guiado por un poder en la cúspide en todos sus movimientos), Cisne Negro (la oscura y laberíntica psique del ser humano moderno).

No está de más recordar, pensando en el principio del cine como laboratorio, que los elementos introducidos en décadas anteriores se mantienen, sólo que en dosis más reducidas, dejando paso a las temáticas preponderantes. Es decir, que en ésta década, siguen habiendo héroes clásicos, galanes clásicos y princesas del amor, pero ya son presentados como un bonito recuerdo de un pasado que equilibra la balanza en el total dominado por la inevitable decadencia humana. También continúan las comedias delirantes y transgresoras de todo lo existente y los superhéroes en una ascensión imparable año tras año destinados a infantilizar, llenar de fantasía y refugio del dolor a la mente supuestamente adulta.

Y antes de entrar en materia de los contenidos preparados para ser introducidos a partir de este año, hagamos una pequeña parada y miremos atrás. Teniendo en cuenta que la exposición se ha hecho por décadas para poder ordenar un poco la presentación, y que el proceso del laboratorio del cine sigue su propia dinámica y agenda respecto a los años, si observamos desde el inicio la evolución de las temáticas conceptos y formas presentadas en el cine y el cambio progresivo del ser humano y su sociedad paralelamente, veremos claramente que los elementos más comunes son la degradación, la desorientación mental y sentimental, la perversión de los valores, el aislamiento respecto a sus semejantes, el egoísmo legitimizado, el miedo como herramienta imprescindible para sobrevivir y la concienciación de la amenaza de destrucción y autodestrucción, al fin y al cabo la aniquilación de los factores humanos positivos que  colaboran con todo lo relacionado con el amor en cualquiera de sus formas y vaciarlo de todo para poder rellenarlo a placer con algo  que el ser humano acabará demandando convencido de necesitarlo. Claro está, reflexionando sobre el anterior concepto expuesto de la “moda”, uno podrá creer que el cine se adapta a lo que el hombre le enseña, y no al revés. Así pues, eso será un posicionamiento que diga: “El hombre es libre y evoluciona de manera natural, y el cine refleja esa evolución mostrando los cambios paulatinos con ingredientes de fantasía para dar espectáculo y entretener”. Bien, si después de observar honesta y atentamente nuestra sociedad, su “evolución”, a nosotros mismos, y a todo lo que nos rodea en su expresión histórica y actual, se continúa pensando eso, poco más podemos decir. También remarcar, que se han añadido varios títulos a cada época con pequeñas observaciones, al igual que se hará en lo que está por venir, no como añadido cuantitativo, sino como herramienta para poder ver un gota gota en su totalidad y facilitar la visión de ese gota a gota de manera integral y así poder identificar las proporciones de los elementos utilizados. Sin olvidar que cada año, sobre todo a partir de los 90, se realizan cientos de títulos, lo cual es imposible exponer aquí, y para lo cual se debería escribir un libro (iniciativa que sería muy interesante) diseccionando los títulos detalladamente por épocas y cogiendo un número de películas significativo de cada etapa y analizarlas profundamente, con lo que las conclusiones serían mucho más contundentes y precisas.

(CONTINUARÁ)