Para finalizar con el tema de la década de los 70, subo este artículo escrito hace mas de ocho años. Todo lo que afirma el mismo queda confirmado luego de la visita de Obama. El mito de los desaparecidos es el dogma basal del sistema que domina y somete politica, económica y culturalmente a la Argentina. Es reverenciado de derecha a izquierda por toda la casta política que lo gobierna.
"22.000 MENTIRAS (como mínimo)
Por:
Guillermo Rojas
Los
que crean que la cuestión es de cifras solamente se equivocan, pero
indudablemente se redondea con una cifra. Y también comienza con un
conjunto de números que se barajaron en los momentos finales del último
gobierno militar. Ya existían para aquel entonces los denominados
“grupos de Derechos Humanos” que son en la actualidad -y más aún lo eran
en aquel entonces, principio de los 80- el cadáver parlante de la
guerra revolucionaria, los residuos de la guerrilla o la mimetización de
la misma, transformada en organizaciones humanitarias, el castrismo
residual.
Historia Oficial
Era el puntapié inicial de la
Argentina del revés, de la patria progresista: los terroristas
transformados en humanistas y defensores de las libertades públicas, los
marxistas trocados en progresistas, los partidarios de la dictadura del
proletariado mutaban en demócratas, los gloriosos combatientes en
víctimas inocentes y lo que era peor, nadie movía un dedo para decir lo
contrario, para refutar, para desenmascarar. Era el discurso único.
Hacer una investigación seria sobre la guerra revolucionaria, era muy
difícil, la única literatura era la escrita por los castristas y sus
amanuenses. Ni intentaras recurrir a quienes habían combatido al
castrismo porque salvo contadísimas excepciones, se hacían los
misteriosos, ponían cara de póquer y... “de eso no se habla”; "no es
conveniente”, decían.
Tuvo que pasar mucha agua debajo del puente y
mucha destrucción de las instituciones de las que formaran parte, para
que se decidieran a hablar; con el agua al cuello (por llamarle agua).
Nadie me lo contó. Yo lo viví cuando escribí mi primer libro. No solo no
recibí la más mínima ayuda de muchos que sabían como era la mano, sino
que hasta me miraban con sorna como diciendo ¿qué quiere hacer este
boludito…?, como si vieran al agente Mulder investigando sobre los OVNI.
Hoy no se deben reír tanto, seguramente. Me pregunto cuánto mal se
hubiera evitado, hablando y refutando a tiempo las mentiras, haber
esclarecido a muchos argentinos en el momento que correspondía…Hoy es
tarde para lágrimas.
Si, no se asombre, la guerrilla existió…
Porque, aunque parezca mentira la guerrilla Castrista existió, produjo
más de 21.000 atentados, robos, secuestros, tomas de pueblos, saqueos de
arsenales militares y policiales; tomas de cuarteles y fabricas. Hasta
formó una zona liberada en Tucumán. Mató cerca de 2.000 personas. No
comenzó en 1969 como pretenden los que la atribuyen a la “falta de
democracia”, sino en 1959, diez años antes y con un gobierno
constitucional. No nació para luchar contra la dictadura militar de
1976, sino que ésta fue, en cierto modo, consecuencia de su accionar.
Nació con la tiranía militar de Castro. Es historia -hasta aceptada por
el mismo Fidel- Pero... de esto, ¿quien se acuerda o esta enterado?
Muchos argentinos nacidos del 83 en adelante ni conocen estos
“entretelones”. Piensan que las Madres y las Abuelas son nada más que
viejitas justicieras que buscan a sus hijos y nietos, o que Verbitsky
-si es que han oído hablar alguna vez de él- es un periodista preocupado
por la vigencia de las leyes, la equitativa administración de justicia,
y los derechos individuales. Tienen una vaga idea de lo que fue la
guerrilla: los muertos de un lado o de otro fueron consecuencia de algo
parecido a una catástrofe natural, y los desaparecidos terminaron sus
días así, porque en marzo de 1976 unos militares locos tomaron el poder,
matando a un conjunto de jóvenes que luchaban por un mundo mejor.
Creen también que los jóvenes fueron 30.000, y la mayoría o por qué no
todos, inocentes, ¿Que podían ser sino unos chicos que querían ayudar a
los pobres?
Cualquier cuestionamiento a dichos dogmas, es por lo
general respondido con un encogimiento de hombros la más de las veces, y
el desvío de la conversación. Al común de la gente el tema le importa
un bledo, pasó hace más de 30 años... para qué engañarnos...
Los más
ideologizados (por llamarlos de alguna manera) improvisan una suerte de
sorpresa y escándalo, (parecen las comadres del barrio) dicen siempre
infaliblemente “¿Cómo después de todo lo que acá pasó, cuestionás…?” Los
mismos que critican la justicia pedorra que tenemos dicen “¡¡¡La
justicia ya se pronunció…!!!” como si fuera un pronunciamiento Ex
cathedra.
Ya sabemos, los dogmas son incuestionables porque el
cuestionamiento derrumba el sistema que se edifica sobre ellos. De ese
sistema aun comen muchos. No conviene que caiga a pesar que esté
cimentado en patrañas solamente creíbles para cretinizados.
Hasta
los mismos jefes de la guerrilla que aun viven, son concientes que el
sistema convirtió esa historia en una historieta para personas aburridas
por falta de materia gris. El mismo Firmenich lo afirmó hace muy poco.
Pero dejemos esto para después y veamos como se forja el mito y se hace
dogma.
El logotipo
Volvamos a la cifra emblema. Quien dice
hoy desaparecidos dice 30.000. Es una imagen forjada por campañas de
propaganda como el “Anímate a más” de Pepsi, o “Me encanta” de Mc
Donald, o “Imposible is Nothing” de Adidas, o “Do it” de Nike. Frases
penetradas en el inconciente colectivo. Pero estas frases mencionadas en
segundo termino son fruto de la inventiva de los creativos de la
publicidad, que muchas veces las toman de cuestiones triviales o surgen
de esas cuestiones, y son elegidas por los técnicos en marketing por que
“pegan” como quien dice. La primera frase también pega por que es
justamente un porcentaje exacto de la población de nuestro país en ese
momento histórico (éramos 30 millones de habitantes). ¿Pega o no pega?
Esa frase hace a la “construcción” de la memoria, como llaman los
progresistas a las verdades, las racionalizaciones y los vulgares
inventos penetrados por campañas de acción psicológica. Ya sabemos que
para ellos la realidad y la verdad no existen, se construyen con el
discurso. Y ese discurso hace a la “construcción” del Holocausto
Argentino. Hoy los militares son los nazis del subdesarrollo y los
crímenes que se les atribuyen, justifican la destrucción del principio
de autoridad (laxitud general de la disciplina, la moral y la ética
familiar y social) y la dilución del poder del Estado (Indefensión,
Inseguridad, falta de controles etc.). Dentro de la permisividad progre
nadie quiere ser represivo como la Dictadura, que causo 30.000
desparecidos
El laboratorio
Hablamos de lo que se deriva
de trivialidades y que explotado y trabajado por profesionales de la
publicidad deviene finalmente en slogan y en identificación de un
producto, en un sinónimo, que queda grabado para siempre. Esta sería
finalmente la mecánica para grabar la famosa Memoria.
Pero... ¿De dónde salió el número? ¿Cómo se fabricó el slogan, el logotipo?
Todo se inicia con un conjunto de hipótesis vagas, imprecisas. Cifras
tentativas y fantasmagóricas que se repetían aquí y allá. Todo en el
aire. Veamos lo que explica Moreno Ocampo, fiscal del Juicio a las
Juntas, fiscal de la Corte Internacional de Justicia y una suerte de
apóstol de la transparencia, a pesar de que sus asesoramientos al Estado
y empresas privatizadas por Menem, no hayan sido muy onda glasnost que
digamos.
En su Libro “Cuando el Poder perdió el Juicio” este
personaje nos dice en referencia a la cifra logotipo: "Primeramente
surgieron un conjunto de números, divulgados por el grupo de personas
que estaban encargadas por el Estado de investigar el tema o sea la
famosa CONADEP".
El parlamento español barajaba una cifra de 7.000
desaparecidos, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos sostenía
que había unos 5.700, Alfonsin en enero de 1984 tenía informes de que
había unos 10.000. La embajada argentina en Suiza en febrero del 84
dejaba trascender que los desaparecidos podían ser unos 10.000. El
obispo marxista brasileño Evaristo Arns decía que podían ser unos 5.700;
el New York Times aventuraba una cifra de 6.000. Hilario Fernández
Long, miembro de la CONADEP decía en octubre de 1984 que había 8.400
desaparecidos. El CELS siempre moderado, cantaba 20.000.
Finalmente la CONADEP determino por medio de denuncias, que había 8.900 desaparecidos.
Después de tantos y dispares números viene lo importante. Transcribo textualmente a Moreno Ocampo :
"Emilio Mignone (CELS) hizo un relevamiento informal y concluyó que
había un número similar que no había hecho la denuncia; Graciela
Fernández Meijide (APDH) estima que dicha cifra es menor, y Ernesto
Sábato que es mayor. De allí la cifra de 15 mil a 30 mil que se
considera fueran muertos por el Proceso."
Cuatro etapas
En
fin, llegado a este punto podríamos decir como Moria: si queres llorar,
llorá… o preguntarnos como se hizo ese relevamiento informal referente a
quienes no denunciaron la desaparición de sus familiares, siendo que
justamente no se presentaron a denunciar. De qué métodos se valió
Meijide para decir que eran menos y de cual sistema se valió Sabato para
afirmar que eran más. No lo preguntemos, porque justamente no hay
respuesta. Es todo un verso. Es más, habla de cifras que van de 15 mil a
30 mil pero se usa siempre la mayor. Parece que a Moreno Ocampo se le
pone turbia la transparencia. Aunque parezca mentira de allí sale la
cifra, del seno mismo de la Comisión destinada a esclarecer el tema. Es
el logotipo, 8.900 era poco 15.000 tambien, le mandaron 30.000, como
podrían haber puesto el doble o el triple, qué más daba… ¿Qué
historiador que no sea un chanta puede dar crédito a esta cifra
truchísima? Dejémoslo ahí, como el finadito Bernardo.
Después todo
será objeto de una campaña que seguirá los pasos de: Sensibilización:
Madres y abuelas implorando por la devolución de sus hijos y nietos;
Victimización: los gloriosos combatientes se habían transformados en
inocentes víctimas o disidentes reprimidos; Cuantificación: la cifra
mágica y Repetición permanente de de todos estos pasos por radio, TV,
diarios, revistas, libros, conferencias, reportajes. Historieta llegada
también a los planes escolares y educativos para adoctrinar a las nuevas
generaciones. Así al infinito y por años de años. Hasta hoy.
¿Y entonces…?
Entonces hubo desaparecidos, entre 6.500 que son por los que se
cobraron indemnizaciones de la llamada ley de reparación histórica
(24.411) promulgada por Menem y 8.900 que son los denunciados a la
CONADEP, (sin perjuicio de los reaparecidos que no sé cuántos son) esa
es la realidad. ¿Es importante la cifra? Indudablemente es importante,
de lo contrario no habrían hecho una campaña de lavaje de cerebros en
base a la de 30.000, que como ya dijimos, es absolutamente falsa ¿Cómo
murieron? Ejecutados clandestinamente por las Fuerzas Armadas, de
Seguridad, o Policiales, cuando los gobernantes del denominado Proceso
decidieron utilizar esos métodos para librar la guerra contra el
castrismo. Ojo, que hayan sido ejecutados clandestinamente no quiere
decir que fueran inocentes de terrorismo.
Los generales del Proceso
tenían miedo del que dirán y querían guardar la imagen impoluta de
democráticos modernos, eficientes, y estables. Aquello de que "si hay
miseria que no se note".
Si se optaba por aplicar la ley vigente y
fusilar, el manisero Carter y el Congreso Norteamericano se enojarían,
los banqueros no vendrían a darnos prestamos para fomentar nuestra
ruina, y el rabino de Nueva Yorck nos tildaría de fascistas o nazis. Los
imbeciles progresistas de Europa pondrían el grito en el cielo. El Papa
llamaría indignado
Total, después era fácil diluir la
responsabilidad en el teniente Fernández o el Cabo Mamani…los muy brutos
se excedieron en el cumplimiento de órdenes... y san se acabó. Así les
fue, tanto a los capitostes del Proceso como a los que cumplieron
órdenes.
Algunos aun piensan que fueron vencedores en aquella guerra
y que la Argentina se da el lujo de juzgar a generales vencedores. No
se cuestionan por qué si vencieron los condenan a cadena perpetua. Vence
en la guerra el que impone su voluntad al vencido. Creo que no hace
falta deducir mucho más respecto a quienes fueron victoriosos y quienes
derrotados. Eso se puede deducir por el estado en que se encuentran las
FFAA actualmente (o lo que queda de ellas).
¿A quién benefició el mito de los 30.000?
Indudablemente al imperialismo globalizador. Y sí, cuantos más idiotas
haya mejor para los dueños del circo global; se les hace el campo
orégano
Por que de última, la novelita alimenta a la globalidad,
diosa por la que muchos nabos bienpensantes se babean: democracia de
masas, capitalismo rapíñero y cultura izquierdizada o progre.
Los 30.000 desaparecidos es un mito progresista. El mito basal del sistema político y la cultura argentina contemporánea.
Una Argentina donde nadie se cuestiona por qué, por ejemplo, los
yanquis apoyaron al ejercito que combatía al “enemigo comunista” en los
60 y 70, y hoy, con apoyo yanqui, ese “enemigo comunista” gobierna,
mientras los militares de los 60 y 70 están todos presos por haberlos
combatido. Los que menos se lo preguntan parecen ser los damnificados o
sus sedicentes defensores.
El mito benefició a la yanquilandia
global, que destruyó nuestro aparato de defensa, especialmente los
emprendimientos tecnológicos misilisticos: una fuerza armada que había
combatido contra ellos (Malvinas) en definitiva no resultaba confiable.
La cultura progresista adjunta al mito de los 30.000 disolvía la sociedad
y el poder del Estado. Un territorio sin Estado es lo que más quiere el
Imperio y la globalidad. Una sociedad degradada y disuelta es pan
comido.
El fomento de la permisividad, la contranatura, el aborto,
la destrucción de la autoridad van de la mano del mito, solventado por
las fundaciones libres de impuestos norteamericanas, las mismas que
financian y apoyan de mil manera los emprendimientos progresistas y los
grupos residuales del castrismo, a los grupos de derechos humanos (CELS
por ejemplo).
No hay solicitada o protocolo que proponga el aborto y
la normalidad de la homosexualidad o las normas penales que reducen a
la nada el castigo a la delincuencia, que no esté firmada por personajes
vinculados a la Rockefeller, Fundación Ford, Banco Mundial, etc.
Sí, en última instancia todo esto es consentido cuando no promovido por
EEUU, a pesar que la embajada aquí quiera hacer amigos entre los que se
movilizan en defensa de los militares. Es la eterna dialéctica inducida:
para manejar un carro hay que tener dos riendas decía Perón.
Manteniéndonos en ese estado de caos y disolución es fácil seguir
succionando nuestros recursos: la contracara de los 30.000 desaparecidos
es la explosión de la pobreza. Mire por ejemplo, como paga la deuda al
contado Kirchner, el abanderado de los 30.000. Los gloriosos
combatientes por la revolución social, pagan la deuda externa que
crearon los genocidas supuestos aliados del imperialismo. Llevan pagado,
ellos solitos, casi el monto de deuda que dejara el Proceso en 1983.
Lesa Humanidad
En definitiva la memoria progresista termina auxiliando al
imperialismo. Hasta se ha implantado la legislación sionista de
Newremberg: los crímenes de “lesa humanidad”. Legislación que
generalmente considera única humanidad lesionable a comunistas, judíos o
yanquis. No conozco agentes del KGB presos por haber torturado y matado
durante la época del soviet; Castro o sus generales no tienen proceso
alguno abierto en base a esta normativa y ningún funcionario o militar
norteamericano o judío ha sido molestado por haber masacrado o torturado
impunemente la población de los territorios que usurpan o usurparon
(Vietnam, Irak, Afganistán, Líbano o Palestina). No sé que Bush tenga
proceso por el “centro clandestino de detención” de Guantánamo. Es
público que en Israel se tortura con aval normativo y judicial,
curiosamente nadie le llama Estado Terrorista, ni a los militares judíos
genocidas o represores.
Con este instituto jurídico sionista el
castrismo residual logró vengar su honor de chiquero apaleado y plata,
mucha plata que al parecer lo mueve en realidad: lucran de los
cadáveres. De más está decir que sostengo que todos los delitos deben
prescribir. También en este caso, los de uno y otro lado.
La
democracia se mantiene también en base a dicha mitología. Sí, esta
mierda que chapaleamos todos los días cuando prendemos la TV, escuchamos
la radio o leemos el diario. Cuando su horripilante cara queda al
descubierto como en el 2001, enseguida se hecha mano al mito para
“restaurarla”. Lo que hizo Kirchner con los militares no es nada loco,
no lo hizo por que sea comunista como creen algunos simplistas, sigue la
lógica del sistema. Nada más que eso y nada menos.
En fin quedan
mucho en el tintero pero se me acaba el espacio. A grandes rasgos estas
cosas quise decir en mi libro "30.000 desaparecidos: realidad, mito y
dogma". El Monumento a la Memoria inaugurado por Kirchner confirmo lo
que escribí. Hay 8.000 desaparecidos y 22.000 mentiras. En base a esas
mentiras se edifica día a día este régimen de oprobio y entrega. En
nosotros esta terminar con él. Enterrarlo para siempre".