martes, 31 de mayo de 2016

LA BATALLA POR EL PETROLEO ARGENTINO


Por: EDUARDO LINARES DAHL


La noticia no podía pasar desapercibida; la empresa británica petrolera Rockhopper Exploration, declaraba haber descubierto un yacimiento petrolífero en la cuenca de la isla Gran Malvina, con un potencial de 1000 millones de barriles (1), esto es, algo así como las reservas petroleras de Guinea Ecuatorial, país que se encuentra 38 en el ranking que lidera Venezuela con 293.350 millones de barriles (2), esto es, las reservas probadas de fósil crudo en el mundo. Curiosamente, la Argentina ni siquiera figura en ese listado difundido por la OPEP y la CIA, entre otras fuentes. Sobre el caso venezolano, bolivariano, es bueno consignar que PDVSA, como lo indica su sigla, no es una sociedad del Estado, sino una sociedad anónima, luego, sus gigantescas riquezas, sólo han servido para enriquecer a una casta de burócratas, nunca al pueblo venezolano.

En el lugar 22, se encuentra Noruega, con 6680 millones de barriles de reservas. El informe de la CIA del año 1975, hablaba de que en la cuenca de Malvinas, se encuentra una reserva petrolera cinco veces superior a la del Mar del Norte, reserva que hace rica a Noruega, en donde gracias a la visionaria y perseverante tarea de Estatoil, en donde el Estado y el Pueblo noruego son dueños de sus riquezas submarinas, con un ingreso promedio anual per capita que supera los 100 mil dólares. Es verdad, los noruegos son tan sólo 5 millones, contra 40 que somos los argentinos, pero, para tener en cuenta, se hablaba ya en 1975 de una reserva cinco veces superior a la de los noruegos. 

Hago una lectura retrospectiva del informe de los norteamericanos: en 1975, las reservas del país nórdico no eran las mismas que en 2009, fecha de la data de los más de seis mil millones de barriles de reservas, han pasado algo así como cuatro décadas desde entonces. No es aventurado entonces inferior que las reservas petroleras de Malvinas, como lo hemos publicado siempre en este modesto blog de barricada, serían las terceras del planeta, detrás de Venezuela, Arabia Saudí, antes de Canadá, con 178 mil millones de barriles. La renta per capita de la Argentina, luego de una década ganada, no supera los 15.000 dólares anuales, tan sólo 14.715; supera a otro fracaso del populismo, en el colmo del grotesco, por 300 dólares, hablo de los hermanos venezolanos, con una renta anual de apenas 14.414 dólares; pueblo condenado al absurdo de no haber logrado en dos décadas de socialismo del siglo XXI, ni siquiera producir sus propios alimentos. ¿Qué nos impide tanto a argentinos como a venezolanos ser ricos?. La traición, la corrupción, la ignorancia, la mistificación de la política. La mentira sistemática. El fracaso de dos movimientos populares pseudo revolucionarios, envilecidos por la corruptela hasta los tuétanos; chavismo y peronismo. Títeres y funcionales del Imperio al que se desgañitan denostando.

También, los pronósticos del Wall Street Journal de esos años, década de los 70, hablaba de la Argentina como un país con un potencial para estar en unos años (es de 1978 la nota) entre los diez primeros de la OPEP. Hoy no figuramos ni entre los 100 primeros. Esta cruda realidad, contrasta de manera brutal, obscena, con los 72 millones de pesos (unos cinco millones de dólares) con que ha sido indemnizado el ex CEO de YPF Sociedad Anónima, Miguel Galuccio, por los servicios prestados para entregar los yacimientos de Vaca Muerta, 22.500 millones de barriles estimados, a la Chevron (Standard Oil Rockefeller), con un contrato leonino secreto, que, a pesar de haber un fallo de la Corte Suprema de Justicia ordenando su difusión por los medios en diciembre de 2015, continúa siendo ocultado. Reitero, suena extraño que la indemnización de Galuccio, 72 millones de pesos, sea poco menos que todo el patrimonio declarado por Mauricio Macri, Presidente de la Nación, fruto del trabajo empresarial familiar de unos treinta años, hace horas. Galuccio no estuvo al frente de YPF ni cinco años. ¿Qué misterio esconden semejantes cifras?; queremos descubrirlo. ¿Será posible que los intereses multinacionales de la Chevron-Standard Oil estén por encima de una sentencia de la Corte Suprema de una nación supuestamente independiente?. La repuesta, obvia, indigna, subleva. Apremia.

En menos de mes y medio estaremos festejando el Bicentenario de la Declaración de la Independencia Argentina, "libres de la Corona de España y de toda dominación extranjera". Lo cierto es que la epopeya de la liberación de la Patria, inciada por Martín de Alzaga de 1806, rechazando las invasiones inglesas, aún no ha culminado.  Los argentinos tenemos la pésima costumbre de dormir siestas homéricas, interminables, con la salvedad de que al despertar, no recordamos qué estábamos haciendo, en el peor de los casos. A veces, reflexiones como esta, o similares, sirven como ayuda memoria, suerte de bitácora, o astrolabio, que nos oriente en procura de esas estrellas, que, junto con la Cruz del Sur, parecen haber desaparecido de nuestros cielos hace rato. 

Esta historia, como casi todas las que valen la pena de ser contadas, empezó hace unos cien años; digamos, 94 años, 16 de octubre de 1922, con la creación de YPF, yacimientos petrolíferos fiscales, sociedad del Estado. Mosconi, como es sabido, era militar, como tal, analizaba al realidad económica en función de variables militares; la reciente experiencia de la primera guerra mundial,le  había enseñado que para salvaguardar los intereses nacionales, con probabilidad de éxito, incluso en el caso extremo de una campaña militar, era imprescindible garantir el autoabastecimiento del petróleo; hoy día, la Argentina vive la paradoja brutal de tener que importar el gas de Chile, siendo, como siempre ha sido, que hemos sido proveedores del gas para el hermano país trasandino. Que estas políticas energéticas las avale un gerente de la Shell, no nos exime de todos los comentarios que iremos desgranando. 


I


El 5 de julio de 1807, los vecinos de Buenos Aires, baten heróicamente al invasor inglés, al mando del General John Whiteloock, con una tropa de 14 mil hombres, algo nunca visto desde la guerra de la independencia de los Estados Unidos, hasta un buque con prostitutas irlandesas incluía la flota invasora inglesa. Es bueno destacar que en ese entonces, los habitantes de Buenos Aires, no eran más de 40 mil, siendo el 25% de ellos negros esclavos, residentes sobre todo en el barrio de Montserrat. Con esto, queremos decir que la segunda invasión inglesa fue una decisión crucial de la Corona británica, bajo el cetro de Jorge III de Hannover, quien luego de la pérdida de los Estados Unidos y el fracaso de las invasiones inglesas, muere loco años más tarde, supuestamente por causa del arsénico, víctima de una enfermedad conocida entonces como perfidia. Disponer una fuerza invasora de esa magnitud, 14 mil hombres, la mitad de las enviadas para recuperar el territorio nacional de Malvinas, en 1982, habla de la importancia que tenían para Gran Bretaña estas tierras. Las tropas organizadas al mando de Santiago de Liniers, habían sido derrotadas en los primeros combates regulares. Son los milicianos de la ciudad, el pueblo en armas, incluyo en esto a la población esclava, los negros, quienes organizados por Martín de Alzaga, derrotan al invasor inglés y lo rinden el 7 de julio. En la negociación, Martín de Alzaga le impone al derrotado General Whiteloock el retiro asimismo de la ciudad de Montevideo.

Casi cinco años más tarde de esas jornadas históricas, Martín de Alzaga era acusado de conspirar contra el gobierno patrio, el Triunvirato, presidido por un emir de la masonería inglesa, Bernardino Rivadavia. Alzaga es detenido el 6 de julio de 1812 y fusilado y ahorcado al día siguiente, en un juicio sumario que no tolera la defensa, junto con cuarenta "conspiradores" más, la mayoría no se conocían entre sí. Las ideas políticas de Martín de Alzaga, empresario y hombre de fortuna que tiene la calidad del visionario, se inspiraban en el movimiento libertario de las Juntas de Sevilla; era republicano por decantación, habida cuenta de la decadencia de la monarquía española y sus incapacidad de enfrentar tanto al invasor napoleónico como a la monarquía protestante sajona. Menos, proteger a los súbditos del Virreinato del Río de la Plata y sus intereses económicos, su elemental bienestar. Su libertad. 

Meses antes del asesinato de Alzaga, había sido envenenado su abogado defensor y hombre de confianza, integrante de la Primera Junta por disposición del empresario vasco, Mariano Moreno. Quince días luego de la partida del buque inglés Fama, rumbo a Londres, con Mariano Moreno, Manuel Moreno, Tomás Guido a bordo, enviados por Cornelio Saavedra, para comprar armas para el movimiento independentista en ciernes, el gobierno de Buenos Aires, el mismo Saavedra y Funes, firma un convenio similar al mandado Moreno, con el contrabandista norteamericano David Curtis de Forest, en donde se menciona de forma sorprendente, la eventual muerte de Moreno. Dicho y hecho. La masonería inglesa ya operaba de forma descarada con sus pares criollos, serviles, corruptos, sátrapas del Imperio. 

El capitán del Fama, Walter Barthurst, envenenará a Moreno con cuatro gramos de antinomio tartarizado. Al poco tiempo de ser fusilado Martín de Alzaga, el Directorio nombrará al mismo David de Forest encargado de confiscar sus bienes, dándole como comisión el 2,5% de los mismos, dineros que le permitirán al aventurero norteamericano armar una flota de corsarios ingleses y norteamericanos, para atacar buques españoles. De Forest se quedaba con el 10% de ese botín, el resto, era destinado a armar la flota patriota. Para ese entonces, ya operaban en Buenos Aires 55 empresas británicas. Lo que no habían logrado por las armas, lo lograban con la traición, la corrupción y el crimen. Diez años más tarde, Rivadavia, fundaba la deuda externa con el empréstito de la Baring Brother.
Alzaga se inspiraba en el modelo republicano de los Estados Unidos; él es quien propone con éxito el nombre de Provincias Unidas del Río de la Plata, luego declaradas Provincias Unidas en Sud América en el acto de la Independencia del 9 de julio de 1816. En materia económica, Alzaga era enemigo del libre comercio, se declaraba proteccionista. Todos los bienes de Martín de Alzaga, son confiscados; era la mayor fortuna de entonces. Todos los regimientos creados a partir de 1806, luego de la primer invasión inglesa, fueron financiados de su peculio. Él había puesto al mando de las tropas patriotas en 1806 al capitán Santiago de Liniers. El asesinato de Martín de Alzaga, el más grande de la historia argentina, según el historiador Enrique de Gandia, se perpetúa. (4)
No es casualidad que Alzaga haya sido asesinado cinco años más tarde de derrotar a los ingleses de una forma tan dramática. No es casualidad que haya sido "el sapo del diluvio", como llamaba San Martín a Rivadavía, el operador político de semejante hecho aberrante. No es casualidad que el 7 de julio, Día de la Reconquista, no sea fecha patria, "feriado nacional", y que no se aproveche para festejarlo junto con el 9 de julio con una semana de algarabía argentina. Nada de esto es casualidad. Ni una calle de la ciudad lleva el nombre de este vasco colosal. Sólo un monumento olvidado, en una plazoleta de macramé, frente a la embajada de los Estados Unidos, ni conocida ni visitada por nadie. 

No es casualidad de que a pesar de haber derrotado a los ingleses en tres oportunidades, 1806, 1807, 1846 (4 de junio, batalla de Punta de Quebracho; el jefe de las tropas de la Confederación, Gral. Lucio Mansilla, derrota al invasor anglofrancés luego de su expedición de libre comercia a Asunción del Paraguay). De haber estado a punto de derrotarlos en Malvinas, de no ser por la traición de un cobarde, el Gral. Mario Menéndez, quien la niega al Capitán de Navio Carlos Robacio la tropa fresca del BIM 2, infantería de Marina perfectamente equipada y entrenada, la mejor tropa de combate argentina que tenía en Puerto Argentino para su custodia personal, mientas cenaba en la casa del gobernador, usando la vajilla inglesa con el escudo de la Casa de Windsor, cuando en Monte Tumbledown, Robacio había parado al invasor inglés en su loca carrera para llegar a Puerto Argentino porque se había quedado sin logística ni pertrechos al ser hundido el Atlantic Conveyor el 25 de mayo de 1982 (3). Digo, no es casualidad de que a pesar de ir ganando 3 a 1, hablando con los recursos barriales del fobal, los dirigentes entreguen el partido, cuando está para la goleada. 

No es casualidad que Carlos Menem, Domingo Cavallo y Margaret Thatcher firmaran en Madrid, unos Acuerdos de Paz, contra lo que dispone la Constitución Nacional, rubricados en 1989 y 1990. En honor a la verdad, es importante consignar que estos acuerdos son fruto de la gestión diplomática del gobierno radical de Raúl Alfonsín y su canciller Dante Caputo, y que Menem es el responsable de su firma habida cuenta que la renuncia del presidente Alfonsin, adelantando las elecciones, abonó tal coyuntura. Es bueno señalar que tenían una vigencia de 10 años, tiempo después del cuál podían ser protestados por ambos gobiernos. Nada de esto ha sucedido. La esencia de esto virtuales tratados de paz, luego ilegales, deben de ser ratificados por el Congreso, como la Constitución lo indica, cosa que no ocurrió nunca, impone dos condiciones de hierro. La entrega de las empresas del Estado a capitales ingleses, vía privatizaciones, el súper objetivo desde ya que era la empresa petrolera estatal de bandera, YPF; el monitoreo  de las Fuerzas Armadas por parte de autoridades militares británicas con destino en las islas en conflicto. Esto, puntal el texto reproducido en el block de notas, ha ido mutando, como una enfermedad crónica, la cual ha derivado en el estado de indefensión que hoy padece la Argentina, con el desmantelamiento de su industria bélica.  (5) (6) 

En el caso de la los logros de la década ganada, a tales fines, nos quedamos espantados cuando hemos visto escorar y hundirse en un dique de Mar del Plata,  a la fragata misilística Santísima Trinidad, por falta de mantenimiento; o cuando nos enteramos de la orgía perpetua llevada a cabo por LaCampora al frente de Fabricaciones Militares, con gastos delirantes de jeques árabes. Sin ir más lejos, hoy día, en Córdoba, la Fábrica Militar de Aviones, con un personal de 2000 hombres capacitados técnicamente, no produce absolutamente nada, teniendo un presupuesto mensual en sueldos de 40 millones de pesos. Porqué nos hemos quedado sin Fuerza Aérea?; el papelón relatado en la nota anterior, de haber tenido que pedir prestados aviones F16 a Chile, para escoltar al avión presidencial de los EEUU al ingresar en el territorio aéreo argentino nos humilla. Porqué se especula con comprar aviones reciclados israelíes, chatarra repintada, cuando están las condiciones dadas para desarrollar y fabricar en serie al SAIA-90, caza interceptor polivalente argentino, entre otros desarrollos factibles de aviónica de última generación en Córdoba. 

Vamos a intentar, desde este modesto blog de barricada, que cuando menos, los Acuerdos de Madrid, ya vencidos, no exigir como correspondería, que sean protestados, eso sería un movimiento político inviable con esta clase dirigente que tiene figuras tan destacadas como José Ottavis, o Máximo Kirchner, o Elisa Carrió, o Graciela Caamaño, o Victoria Donda, o Juan Manuel Abal Medina, por nombrar a algunos. Lo que sí vamos a exigir, por estos medios a nuestro alcance, las redes sociales, es que sean difundidos. Le exigimos al actual gobierno la publicidad de los mismos; resulta imposible acceder al texto completo del Tratado, mal llamado Acuerdo o Declaración, en la web de la Cancillería. Pasados 26 años de su rúbrica, los argentinos no podemos ignorar qué firmó un presidente argentino con su par inglés, como "declaración de paz", luego de la guerra de Malvinas, nada menos; que se nos oculte tan acuerdo, no suena a otra cosa que a entrega, a traición a la Patria. 

Y que se nos informe si el mismo incluyó cláusulas secretas, ya que no se condice el texto del mismo, con la supuesta rogativa que la Canciller Malcorra llevaría a Londres, a fin de que se nos autorice a poder comprar aviones de combate fuera de uso, por ejemplo. Suena ridículo, propio de mentecatos, que la supuesta cláusula secreta tuviera su razón de ser en el desarrollo del misil Cóndor, con capacidad de portar cabezas nucleares, cuando la Argentina adhiere al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares desde 1995. El proyecto del misil Cóndor había sido desmantelado por Menem, siendo imposible el desarrollo del mismo con fines militares nucleares, por la firmado del TNPAN. (7). Esto no es óbice para impedir el desarrollo del vector para fines de autodefensa, en variables tierra-tierra, tierra-agua. Recomiendo la lectura de la data 7, ya que la misma recoge divulgada por la CIA. 

Se han vencido en 16 años estos acuerdos espurios de entrega y siguen tan vigentes como nunca. El objetivo de Gran Bretaña, la más ansiada presa de la Corona, por la que enloqueciera inclusive Jorge III, el botín de Malvinas, la tercera reserva petrolera del mundo. Vamoas a aclarar que toda la Argentina, en su zonas precordillernas, de norte a sur, subyace un gigantesco mar de petróleo. Otro tanto en el mar continental. No es tan sólo la cuenca de Malvinas. Destruir YPF ha sido el objetivo de la Standard Oil desde el golpe de 1930, operador por la oligarquía salteña, en el primero que participara Juan Perón, con el grado de Capitán de Infantería.

Ya en 1975, la misión a Malvinas de Lord Shackleton, informaba de la inconveniencia de que la explotación petrolera de la cuenca de las islas tuviera como terminales bases y depósitos en territorio insular. La inconveniencia, con ese rigor que imponen siglos de Imperio y domino colonial, era minuciosa y precisa. Tal explotación requería miles de obreros y técnicos especializados radicados en las Islas, duplicando cuando menos a la población local. Muchos, la mayoría, serían argentinos, por proximidad y experiencia petrolera. Ganarían dos o tres veces más que los kelpers. El conflicto social y político, era una bomba de tiempo que podría estallar por la vía sindical, cuando menos. Recomendaba, sin hesitar, la instalación de bases en territorio argentino. En tal sentido trabajaba entonces, ya en 1975, Alfredo Martínez de Hoz, gran amigo de Lord Montgomery, Vizconde del Alamein, para lograr acuerdos de cooperación en la explotación petrolera. 

Habrá llegado la hora de que un nuevo aventurero de la política, hombre de negocios de dudosa argentinidad, no, no es Martín de Alzaga, aunque soñaría serlo, decida cruzar esa delgada línea roja y entregue definitivamente el petróleo argentino al pirata inglés. No lo sabemos. Lo que sí sabemos, es que haremos todo, repito, todo, lo que esté a nuestro alcance para impedirlo. El indicador de poner al frente del ministerio de Energía a un gerente de la Shell, como de Aranguren, habla por sí solo. Que la copa del campeonato de fútbol que alzara ayer el club Lanús fuera la copa Axion, ex Esso, así se presentan así mismos, otro tanto. Ni qué hablar de las disculpas del gerente financiero del gobierno, Prat Gay, disculpando en nombre del gobierno a las empresas españolas "mal tratadas" durante la década pasada, lamentándose por la "nacionaliación" de YPF (sic), dicho sea de paso, nada más falso. Tal el panorama. 

II

No es casualidad que en la block de datas de la nota, en el punto 5, haya linkeado un artículo publicado en el órgano editorial del Partido Comunista Revolucionario, firmado por Eduardo Lualdi, al quien felicitamos, desde ya. Junto con el análisis firmado por el Dr. Julio César González, de quien ya hablamos en la nota anterior, a propósito de los 40 años del golpe del 76, golpe petrolero pro británico, abre un abanico de referencias, en donde el espectro político, a veces en apariencia antitético, se unifica. Así lo entendemos no pocos. Malvinas y el petróleo argentino, es la única bandera nacional detrás de la cual se pueden encolumnar todos los argentinos de buena fe; esto incluye incluso a militantes de los movimientos populares que han traicionado y fracasado, hablo del radicalismo y el peronismo. No pueden faltar hombre generosos en esta patriada. Eso sí, por favor, que no pretendan dar lecciones de nada. Y digo que la cita no es casualidad, porque Lualdi menciona la obra en cuestión del más esclarecido investigador, hombre del nacionalismo revolucionario, el Dr. Adolfo Silenzi de Stagni: Las Malvinas y el Petróleo.

Para quienes no están al tanto, Silenzi de Stagni, siendo profesor titular de la cátedra de Derecho Minero de la carrera de abogacía de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, denuncia en 1955 los contratos petroleros firmados por Perón con la California (Standard Oil), a según los cuales le entregaba a los norteamericanos para su explotación 48 mil kilómetros cuadrados en Tierra del Fuego por 40 años, . La conferencia la dicta en una colmada aula de la Facultad de Derecho, con capacidad para casi mil personas. Es detenido a los pocos días por alterar el orden público. Corría el mes de mayo de 1955. Silenzi de Stagni denunciaba también la falsedad de las estadísticas brindadas por Perón al inaugurar la Asamblea Legislativa en marzo de ese año sobre la productividad de YPF. Años más tarde, en 1975, Silenzi de Stagni, hombre lejano como el que más al accionar de la guerrilla, fue amenazado de muerte por la Triple A y debió exiliarse en el Brasil. (8). Su obra, focalizada en la cuestión de YPF y el petróleo argentino, es tan científica como apasionada. (9). 

Ante la inminencia de una situación de hecho, esto es, 150 de posesión sin protesta material, producto de la táctica británica de negociaciones eternas, esto iba a ocurrir en 1983, Silenzi de Stagni le recomienda al almirante Jorge Isaac Anaya, jefe de la Marina, elaborar un plan para ocupar las islas, ya que nunca los británicos las iban a entregar de forma pacífica ni producto de una negociación, habida cuenta de que ya se tenía desde 1975 la data cierta de que sus reservas petroleras superaban a las del Mar del Norte unas cinca veces. A tal fin, en enero de 1982 se edita Las Malvinas y el petróleo, edición que se agota en semanas. El plan de la invasión ya estaba en cuirso. Lo demás es historia no tan conocida. (10). El segundo volúmen de la obra, por problemas con el editor del primero, se edita recién en 1983, finalizada la batalla por el petróleo argentino del Mar del Sur. 

Quiero discernir el punto de ocupación militar de Malvinas, llevada a cabo por el Almirante Büsser y efectivos del BIM 2 de manera impecable, con el desembarco de buzos tácticos en las Islas el 1° de abril de 1982, con la guerra en sí misma, decidida de manera brutal y unilateral por Margaret Thatcher, al ordenar el hundimiento del crucero Gral. Belgrano fuera de la zona de exclusión de Malvinas, incluso en contra de la vocación negociadora de la bancada opositora del Partido Laborista en el Parlamento británico, ante la factible aprobación de la propuesta del presidente del Perú, Pérez de Cuellar en la ONU, Margaret Thatcher precisaba de la guerra. Se ha manipulado la realidad durante décadas, fruto de las condiciones socio políticas del status quo colonial, el cual ha contado con el apoyo de la prensa masiva, los movimientos de DDHH manipulados por Gran Bretaña a través de representantes de la inteligencia exterior, el MI 6, como es el caso de Horacio Verbitsky, patentizado de manera dramática durante la gestión ante el Ministerio de Defensa por parte de un cuadro de Montoneros, Nilda Garre, adscrita el jefe de Inteligencia de la organización armada creada por la Inteligencia militar del Gral. Lanusse, y sectores del progresismo kirchnerista. Recién hará un par de años que se escuchan voces esclarecidas del populismo, caso del psiquiatra y cineasta Abudara Bini, o el periodista de Investigación Federico Bernal, por citar a algunos, reivindicando la gesta malvinera. Bernal incluso es autor de un libro titulado Malvinas y petróleo, tal cual la obra señera de Silenzi de Stagni. 

El fenómeno de la prueba invertida o espejo, se repite como leit motiv denigrante, para bastardear una epopeya heroica, como si los militares para lo único que pudieran haber servida fuera para vapulear a una guerrilla delirante y patética, convencida de que iba a tomar el poder por la vía armada, seguida por una masa fanática; nada más alejado de la verdad histórica, en todo y en parte. El descrédito del gobierno conservador de Margaret Thatcher, en los albores de 1982, era absoluto. Hacía un año que su gobierno se erizaba por las huelgas mineras, producto de las privatizaciones llevadas a cabo por sus políticas monetaristas neoliberales. Provocar un incidente bélico con la Argentina, gobernada a su vez por "dictadores sangrientos", le venía como anillo al dedo. 

Lo cierto es que Malvinas era y es una causa nacional más allá del gobierno de turno; al asumir la gobernación militar de Malvinas el General Mario Menéndez, nadie podía presuponer la traición que cometería mes y medio más tarde, fruto de su profunda cobardía, lo acompañaron dirigentes de primera línea de los partidos políticos mayoritarios, PJ, UCR, PI, incluso de la izquierda nacional, como el FIP, más el secretario general de la CGT, Saúl Ubaldini, quien había convocado a una marcha mutisectorial de repudio masivo a la dictadura de Galtieri, días antes de la toma de las Islas. No eran los militares quienes precisaban de la guerra, lo era la líder conservadora, a punto de caer su gobierno de ajuste y miseria. Así mandó a la guerra a una fuerza de más de cien buques y una tropa de 28 mil hombres, que estuvieron a 48 horas de morder el polvo de la derrota. (11) 

La razón jurídica del Dr. Silenzi de Stagni, con el plan compartido por el Almirante Anaya, los altos mandos del Ejército y la Fuerza Aérea, de ocupar las islas antes de 1983, había hecho prescribir la situación de hecho de una ocupación ilegítima, ilegal y violenta. Que queda aún más expuesta a partir de las violaciones a los combatientes rendidos, violaciones y fusilamientos, denunciados radicada ante el fiscal federal de Río Grande, en Tierra del Fuego, como corresponde a los crímenes de guerra. (12). Y por la pretensión británica de explotar, robar, el petróleo argentino yacente en la cuenca submarina de Gran Malvina, dentro de la plataforma continental de la República Argentina, conforme el fallo sobre plataforma continental Argentina, de las Naciones Unidas, de marzo de 2016.(13) -el matutino La Nación confunde 1.700.000 km2 de ampliación con 1.700.000 metros; no hay caso con la masonería mitrista, no aprenden nunca... el error más que grosero es vergonzoso, y, desde ya, mal intencionado-.  


III


Dentro de esta reseña ajustada y dantesca, quiero hacer hincapié en la "década ganada", con la gestión de los Kirchner en el tema del petróleo, y, tangencialmente, en el de la minería. Sobre este último me limito a una investigación que hiciéramos en el año 2010, hace demasiado tiempo, archivada sin actualizar desde entonces en el blog mapadelsaqueodeloroargentino.blogspot.com.ar. Pido las disculpas del caso, nunca supe usar wardpress, o algún otro soporte más dinámico y elegante. Sobre los Kirchner y el petróleo, hemos escrito en infinidad de notas de las más de 365 de este blog que en breve suma 250 mil entradas, un cuarto de millón de lecturas, hecho inédito en un blog independiente, argentino. Para los que han viajado por la Patagonia, coincidirán conmigo que Santa Cruz es casi sin discutir, la provincia más poco graciosa de esa región tan particular. Fea y rica, en oro y petróleo, justamente. El jurasic park argento, reservorio de millones de fósiles, gigantescos dinosaurios, hechos fuel oil por las maromas de las capas geológicas. Sí, lo sé, suena más que raro. A mi me cabe mucho más del mito de que el petróleo son los mocos del demonio, algo así, visceral, infernal, hummus del centro de la tierra, nunca paté de dinosaurios termoprocesados. De los ditritus de ese magma soliviantado, vienen los Kirchner.

Esa raigambre, más una voraz pretensión impostada, avidez de resentidos y lúmpenes, habilita a los Kirchner, una pareja llena de odios, disfuncional, violenta, recuerdo cuando Cristina contaba que con no sé cuántos años de pareja, creo que eran como cuarenta, El, nunca  le había regalado ni una cartera para su cumpleaños. Sí, el finado era un avaro tan colosal como miserable; ella le había pasado la factura, corneandolo los vendedores de Biblias. De lo más bajo de la escala patológica argentina. Esa parejita tuvo la peregrina idea de privatizar YPF en 1991, para pretender quedarse con una porción importante de sus acciones, durante la reconversión y pseuda estatización que pergeñan en el año 2012, a ver, veinte años no es nada. Esta fechoría, negada a la fecha por la masa adicta de la militancia kichnerista, sólo tolerada por una diaria ingesta de estupefacientes, sean reales o virtuales, esto es, altas dósis de Víctor Hugo, radio rebelde, 678, Brancatelli, o de las boutades del Chino Navarro y el Gato Silvestre. Convengamos, el mito instalado por los Kirchner, amén de hacerlos multimillonarios, le dio demasiado bien de comer a cientos de paniaguados y corifeos, que enhebraron un relato surrealista para soportar una mentira e impostura abrumadoras. (15)

Luego, Galuccio fue el CEO de YPF durante 4 años, para jubilarse con una indemnización de 72 millones de pesos, casi 5 millones de dólares, 1 millón 250 mil dólares al año, fruto de la entrega de 22.500 millones de barriles de crudo a la Chevron-Standard Oil, con un contrato leonino, secreto, que es tan escandaloso como para que un medio tan políticamente correcto como infobae haga una nota al respecto. Y sí, dan ganas de buscar una itaka del ropero, de adentro de un abrigo apoliyado, repleto de naftalina vencida y flaca, para provocar una carnicería, un día de furia. (14). Aquí, en este drama singular, los K se dan besos en la boca con Mauricio y Awada, la cuñada de Prat Gay. Porque a Galuccio lo nombró ella, pero la indemnización se la paga Mauricio. Y todo con el salvoconducto de que los contratos con Chevron no van a ser publicados nunca, aún que le pese al putañero de Lorenzetti.


(NOTA EN CONSTRUCCIÓN)


NOTAS
 
(1) https://actualidad.rt.com/actualidad/207997-hallar-yacimiento-petroleo-clase-mundial-malvinas


(2) https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Pa%C3%ADses_por_reservas_probadas_de_petr%C3%B3leo

(3) http://demodirecta.blogspot.com.ar/2012/02/argentina-es-parte-integrante-del.html

(4) http://www.lapaginadelujan.com/modules/news/article.php?storyid=6719

(5) http://www.pcr.org.ar/nota/pol%C3%ADtica-internacional/los-acuerdos-de-madrid

(6) http://argentinaoculta.com/tratado_anglo.htm

(7) http://www.cipol.org/pdfs/Condor_resenias.pdf

(8) http://repositoriorecursos-download.educ.ar/repositorio/Download/file?file_id=287c8d91-c142-41dc-96fc-6e31ee569fca

(9) El Banco Central y la circulación monetaria (1939), La minería en América; en especial en relación con el cobre, estaño, plomo y wolfram (1940), Jurisprudencia minera (1950), El petróleo argentino (1955), El nuevo derecho del mar (1976), Soberanía y petróleo (1978), Las Malvinas y el petróleo Vol. I (1981), Claves para una política petrolera nacional - El vaciamiento de YPF (1983), Las Malvinas y el petróleo Vol. II (1983), Repertorio de jurisprudencia minera (1985)

(10) http://www.pensamientonacional.com/index.php/component/k2/item/2114-malvinas-el-desembarco-que-no-fue

(11) http://edant.clarin.com/diario/2007/05/28/elpais/p-01001.htm

(12) http://www.telam.com.ar/notas/201303/10258-ex-combatientes-denuncian-a-britanicos-por-crimenes-y-tratos-inhumanos-durante-la-guerra.html

(13) http://www.lanacion.com.ar/1883832-cancilleria-presento-el-nuevo-limite-exterior-de-la-plataforma-continental-argentina-con-un-35-mas-de-superficie

(14) http://www.infobae.com/2013/10/24/1518565-la-clausula-secreta-del-acuerdo-ypf-chevron1

(15) https://www.youtube.com/watch?v=f0sVahmUAps

http://demodirecta.blogspot.com.ar/2016/05/nota-en-construccion.html





lunes, 30 de mayo de 2016

EDUCA SION EN URUGUAY

 
 
 DE COMO EL SIONISMO TRANSFORMO UN MANUAL DE ENSEÑANZA EN URUGUY
 
Marcelo Marchese
Rebelión

En la zafra de textos del 2004 la editorial Santillana retiró del mercado el manual para cuarto año “Historia. El mundo actual”. Cuando lo relanzó el pie de imprenta informaba que era la edición de 1999 en impresión del 2004, mas había algunos cangrejos debajo de la piedra en la sección 29: El islamismo y el Estado de Israel.

No podemos citar aquí todos los cambios operados, mas elegiremos cinco que responden a las ideas fuerza que el corrector quiso imprimir en la mente del estudiante.

1 - Si en la edición primitiva el encabezado era

-“El pueblo judío: la búsqueda de un territorio”, en la siguiente será

-“El pueblo judío: el retorno a la patria ancestral”.

El objeto de la nueva redacción era mostrar cómo Palestina corresponde históricamente a los judíos; una manera de legitimar el colonialismo y la práctica imperial sionista. ¿En que se basa el sionismo para asegurar que Palestina les pertenece? En la Biblia, escrita por un Dios, nada menos: “Deja tu tierra natal y la casa de tu padre y ve al país que yo te mostraré”. Este argumento es utilizado tanto por los ortodoxos como por los marxistas sionistas. Puede resultar llamativo, pero aquí un texto religioso no se interpreta como un texto cargado de simbolismos, como suele interpretarse toda mitología, sino como un documento histórico. Éste es sólo un aspecto del peso de la religión en la política de Israel. Para ampliar la entidad del fenómeno recomendamos calurosamente “Historia judía. Religión judía. El peso de tres mil años” del judío israelí Israel Shahak.

2 - En el apartado “Su relación con otros pueblos” se decía que

-“Los judíos se han encontrado a menudo con la desconfianza de los pueblos con los que han convivido. Durante la Edad Media, el origen del rechazo quizá se pueda encontrar en la postura de los cristianos, que los consideraban como herederos del pueblo que traicionó a Jesús, o en la actitud de los que presenciaban su enriquecimiento en la actividades lucrativas del préstamo a interés, a las que los cristianos tenían prohibido acceder, por mandato de la Iglesia. En el siglo XIX, por otro lado, el crecimiento de la industria llevó a muchos banqueros judíos a tener éxito y aumentar su riqueza -como fue el caso de Rothschild-, lo que agudizó las actitudes de rechazo por parte de los sectores sociales con problemas económicos. Desde las décadas de 1880 y 1890, el antisemitismo se manifestó con más fuerza. Ejemplos de ello se encuentran en varios países ”. En la edición expurgada se dirá:

-“Los judíos se han encontrado a menudo con la intolerancia de los pueblos con los que han convivido, lo cual generó violentos ataques en masa, provocados por lo que se llama comúnmente antisemitismo, basado en la judeofobia. Ejemplos de ello se encuentran en varios países”.

Aquí, amén del cambio de desconfianza por intolerancia para acentuar el drama del antisemitismo, la clave es la eliminación de su explicación histórica. Nótese que no se suplanta por otra; simplemente se la elimina. De igual forma, en los manuales sionistas, se evita cualquier explicación de índole sociológica al rechazo de los palestinos al Estado de Israel. Según este discurso, no luchan por recuperar su tierra; su actitud no es resultado de la limpieza étnica a la que fueron sometidos. Los palestinos y árabes en general, y para ser más precisos, los musulmanes, actuarían por odio, de forma irracional; son unos fanáticos acicateados por su religión. Cuando se elimina toda explicación histórica al accionar de un pueblo, queda el espacio abierto para introducir ideas como la siguiente: los judíos fueron perseguidos por Hitler, es decir, el Diablo, y si fueron perseguidos por el mal, ergo, son el bien. Así como antes fueron perseguidos por el Diablo encarnado en Hitler, hoy son perseguidos por el Diablo encarnado en los musulmanes, que no actúan impulsados por recuperar lo que históricamente les pertenece, sino por el deseo del mal. Por eso el libro de Marcos Israel “Antisemitismo y conflicto árabe-israelí”, regurgita el mantra sionista que encuentra la raíz del conflicto de Medio Oriente en el antisemitismo arraigado entre los musulmanes. En todo ataque que alguien haga a Israel, la invariable respuesta sionista será acusar al enemigo de antisemita, judeófobo y racista. Desde el momento que convierten el antisionismo en antisemitismo, transforman la lucha contra Israel en odio hacia los judíos y por lo tanto, en un deseo velado de repetir el Holocausto.   Esta añagaza logra radiar el auténtico problema, el expolio de los palestinos y de esta manera, el agresor se convierte en víctima.

3- En el apartado de “La guerra de los seis días”, la edición original informaba que

-“Israel, gracias a su capacidad bélica y al éxito de sus enfrentamientos con los árabes... desarrolló con rapidez, asentamientos israelíes, sometiendo a los árabes a expropiaciones y a la posición de país invadido”. Se cambió a lo siguiente

-“Israel, por su capacidad bélica y gracias al éxito de sus enfrentamientos con los árabes... desarrolló con rapidez asentamientos israelíes, para evitar la concreción de las mismas amenazas de 1967”.

El texto posterior se inscribe en el deseo ferviente por mostrar la política de Israel como una actitud defensiva. Siempre serán los árabes los que atacan, jamás ninguna de las guerras de conquista de Israel ni los bombardeos a Gaza, serán resultado de su política expansionista. Israel busca siempre ubicarse como víctima, como una isla de democracia en medio de un mar de fundamentalismo islámico. Israel sólo busca la paz, negada rabiosamente por sus enemigos, y para asentar esa idea, se eliminaron estas palabras insertas en la edición primitiva “Anuar el Sadat... hizo un intento de paz con Israel, que fue rechazado”. Se desarrollan asentamientos israelíes, pero parecieran situarse en tierras de ningún provecho, en territorios vacíos, en el desierto. Por eso se borra la referencia a las expropiaciones sufridas por los árabes y su condición de país invadido, restando a su vez justificación histórica a la lucha de los palestinos.

4- En relación a la guerra de Yom Kippur, se decía:

-“Se produjo un nuevo enfrentamiento conocido con el nombre de Yom Kippur- fiesta de reconciliación entre los hebreos-, ya que el ataque fue perpetrado el día 6 de Octubre de 1973. Fue esta la revancha de los árabes frente al gran ejército israelí”. 

En la edición siguiente se dirá

- “Se produjo un nuevo enfrentamiento conocido con el nombre de Yom Kippur, ya que el ataque fue perpetrado el día 6 de Octubre de 1973 durante el ayuno de la población judía en Israel -máxima celebración religiosa judía” .

Israel pretende imponer dos mistificaciones con respecto a su ejército. La primera dice que es “El ejército más moral del mundo”. El lector coincidirá en el carácter ridículo de Israel diciendo de sí mismo que su ejército es el más moral del mundo. Sería como si Marcelo Marchese dijera que Marcelo Marchese es el ensayista más moral del mundo. Lo ridículo deviene en hipocresía si consideramos que el ejército más moral del mundo legaliza la tortura y ejecuta a gente que se encuentra herida, desarmada e inconsciente, y luego se aclama al criminal como un héroe; pero así funciona el ejército más moral del mundo que no ha juzgado a sus criminales de guerra, premiados con los principales cargos que se puedan desempeñar en el Estado. La segunda mistificación refiere a que el ejército israelí es invencible. Este mito comienza con la aseveración según la cual en el 48 venció a pesar de ser inferior al ejército mancomunado árabe, lo cual es un disparate descomunal. El ejército israelí es ampliamente más poderoso que el de los palestinos o sus vecinos. Sólo él tiene arsenal nuclear, amén de ser el primero en la lista de los países que reciben respaldo militar por parte de EEUU. Sin embargo, a pesar de su incomparable poderío ha sufrido algunas derrotas, lo que llevó a los autores de la edición original a escribir, “Fue ésta la revancha de los árabes frente al gran ejército israelí”.

5- En el apartado   “El peregrinaje del pueblo palestino”, que pasará a ser “La búsqueda del pueblo palestino” se decía que lograda la paz tras la invasión al Líbano.

-“los dirigentes palestinos encontraron en Túnez el último punto de su dramático peregrinaje. Su exilio se repartió entre Jordania, Siria, Líbano y Túnez. A este último país llegaron dos millones de palestinos; en las zonas de ocupación judía se instalaron otros dos millones, y dentro del propio Israel, ochocientos mil”. La edición corregida sólo dirá que

-“los dirigentes palestinos encontraron en Túnez el último punto de su exilio”.

El renovado texto se inscribe en el mecanismo de deshumanización de los palestinos, los cuales, en los manuales con que se adoctrina a los jóvenes israelíes, no tienen rostro. Aquí su dramático peregrinaje pasa a ser un exilio que no termina de quedar claro, en tanto previamente se ha tachado la referencia a ser un país invadido. Ni siquiera se sabe su número o dónde están. Se trata de evitar la empatía del estudiante con un pueblo que vive desperdigado, un peregrinaje resultado de una invasión que en última instancia sería la razón de su lucha.

Los autores del manual fueron Pilar Corral, Beatriz Amestoy, Alfredo Decia y Lydia Di Lorenzo. No estamos en posición de afirmar que fueran los responsables de los cambios a la sordina en la impresión del 2004, pues no sabemos si la editorial compra los derechos con la consiguiente libertad de introducir las modificaciones convenientes sin consultar a los autores. Si fueron ellos ¿qué los llevó a introducir estas variaciones? Si no fueron ellos ¿quién fue y a través de qué medios logró que la trasnacional modificara su manual?

Sea quien fuere el corrector, cometió al menos tres errores fácticos.

1- Las dos ediciones afirman que “Algunos judíos europeos, por su parte, provienen de los cátaros, pueblos seminómades del sur de Rusia que se convirtieron al judaísmo en el siglo VII”. Esta afirmación significa algo así como decir “Algunos africanos, por su parte, provienen de los mormones, pueblos guerreros del sur de Nicaragua que se convirtieron al africanismo en el siglo V antes de Cristo”. Los cátaros no eran pueblos nómadas, ni existieron en el siglo VII, sea en Rusia o en cualquier otro sitio. Fueron una secta religiosa perseguida y masacrada por la Iglesia Católica en otro siglo que no el séptimo. Acaso este error, inadvertido por los cuatro autores y por un eventual corrector preocupado por otras cuestiones, devenga de confundir “cátaros” con “jázaros”, los cuales sí se convirtieron al judaísmo y vivieron en el sur de Rusia en el siglo VII.

2- Cuando se hace referencia al final de la guerra en Beirut se dice que “Se logró la paz... con el retiro de los palestinos de Líbano y de Israel hasta sus fronteras”. Los palestinos se retiraron, es cierto, pero los israelíes ocuparon el país por dieciocho años, hasta que su ocupación generó el nacimiento de Hizbulá, que los obligó a retroceder hacia sus fronteras en el año 2000. Esta sonada derrota generó que los ultraortodoxos anunciaran que Dios la había decretado a causa de haber retrocedido previamente del Sinaí, dejándolo en manos de Egipto, la revancha árabe que mencionamos más arriba.

3 - Las dos ediciones afirman que Moshe Dayan fue jefe del gobierno israelí, un disparate.

Entre los cambios perpetrados se encuentra la sistemática sustitución de la palabra
Eretz Israel, para el sionismo
“Palestina” por “Eretz Israel”
una práctica que lleva, como afirma el historiador judío israelí Shlomo Sand en “La invención de la tierra de Israel”, a sustituir automáticamente en las actuales ediciones sionistas de los clásicos judíos, sea Maimónides, sea Filón de Alejandría, sea quien fuere, las palabras “Palestina” o “Canaán” por “Israel”. Anotemos que la Intifada, que en la edición original se definía como “levantamiento popular”, pasa a ser una “agitación popular palestina”. Por más tergiversaciones que se pretenda hacer con las palabras, no se ha podido, hasta el momento, arrancar del alma de los pueblos el prestigio adquirido por las palabras “revolución” y “levantamiento popular”. Ahora bien, la palabra “agitación” no tiene la enjundia de la palabra “levantamiento”; parece más bien una actividad sin sentido, menos numerosa y propia de desequilibrados.

Para finalizar, amable lector, nos resta hacer dos consideraciones. La primera no hace referencia a lo que el texto dice, sino a lo que no dice. En ningún momento el manual se sitúa en el lugar de los palestinos, quienes en el año 48 fueron asesinados, mutilados, incendiados, violados, encarcelados y robados en una largamente preparada operación terrorista llamada Plan Dalet, por la cual se logró expulsar a ochocientas mil personas. La palabra Nakba, que significa catástrofe, pues así consideran los palestinos lo sucedido en el 48,   no aparece nunca.

La segunda consideración hace a un problema de nuestra República y la necesaria formación de ciudadanos. La enseñanza de la historia pretende brindar herramientas para pensar el mundo. En cierto sentido, la enseñanza de la física, la filosofía o la historia no son más que excusas para desarrollar ciertas habilidades cognitivas. Si eliminamos las explicaciones de índole sociológicas, el espacio vacío tenderá a ser sustituido por otro tipo de explicaciones, tal el caso de evitar las referencias históricas al reclamo palestino, aduciendo que su accionar responde al antisemitismo. Esta ubicua acusación de antisemitismo, antisemitismo que no es otra cosa que un fanatismo, responde a otro tipo de fanatismo que da lugar, entre otras enfermedades mentales, a la islamofobia. Se trata de ubicar al otro en el lado del mal, lo que nos ubica a nosotros automáticamente en el lado del bien. Se acusa al otro de estar impulsado por razones religiosas, adoptando nosotros en la acusación una actitud religiosa. Es la maniquea concepción del choque de civilizaciones, donde occidente ocupa el lugar de la libertad y la democracia y el oriente el del autoritarismo fanático.

Sea quien fuere que haya corregido el manual, su discurso obedece al discurso del
colonialismo israelí. Los jóvenes estudiantes uruguayos, y no sabemos qué ha sucedido en los manuales de Santillana de otros países, son adoctrinados por la propaganda sionista, como si el Estado de Israel elaborara un texto para nuestros estudiantes. Así que del problema de enseñar a pensar a los futuros ciudadanos, pasamos a otra grave problemática que dejaremos planteada con esta pregunta ¿cuál es el alcance de nuestra soberanía si un texto es elaborado por una trasnacional según el discurso colonial imperialista de otro Estado?

Fuente: Rebelión
 
BLOG OTRA MIRADA

viernes, 27 de mayo de 2016

MATE Y PATRIA EN SANTIAGO


SÁBADO 28 DE MAYO A LAS 17HS. "MATE Y PATRIA", JORNADA DE DOCTRINA DEL CIRCULO NACIONALISTA DE SANTIAGO DEL ESTERO.

EXPOSITOR CAMARADA EDGARDO MORENO. 
LUGAR: PREDIO DE CIENCIAS ECONÓMICAS DE SGO. DEL ESTERO

miércoles, 25 de mayo de 2016

ROSAS Y EL 25 DE MAYO

Discurso de Rosas ante el cuerpo diplomático:

Discurso pronunciado por el Brigadier General Juan Manuel de Rosas ante el cuerpo diplomático reunido en el fuerte del 25 de Mayo de 1836.

"¡Qué grande, señores, y qué plausible debe ser para todo argentino este día consagrado por la Nación para festejar el primer acto de soberanía popular, que ejerció este gran pueblo en mayo del célebre año mil ochocientos diez! ¡Y cuán glorioso es para los hijos de Buenos Aires haber sido los primeros en levantar la voz con un orden y una dignidad sin ejemplo! No para sublevarnos contra las autoridades legítimamente constituídas, sino para suplir la falta de las que, acéfala la Nación, habían caducado de hecho y de derecho. No para rebelarnos contra nuestro soberano, sino para conservarle la poseción de su autoridad, de que había sido despojado por un acto de perfidia. No para romper los vínculos que nos ligaban a los españoles, sino para fortalecerlos más por el amor y la gratitud poniéndonos en disposición de auxiliarlos con mejor éxito en su desgracia. No para introducir la anarquía, sino para preservarnos de ella, y no ser arrastrados al abismo de males en que se hallaba sumida España.

Estos, señores, fueron los grandes y plausibles objetos del memorable Cabildo abierto celebrado en esta ciudad en 22 de Mayo de mil ochocientos diez, cuya acta deberá grabarse en láminas de oro para honra y gloria intensa del pueblo porteño. Pero ¡ah!...¡Quien lo hubiera creído!...Un acto tan heroico de generosidad y patriotismo, no menos que de lealtad y fidelidad a la Nación española y a su desgraciado Monarca: un acto que ejercido en otros pueblos de España con menos dignidad y nobleza, mereció los mayores elogios, fue interpretado en nosotros malignamente como una rebelión disfrazada, por los mismos que debieron haber agotado su admiración y gratitud para corresponderlo dignamente.
Y he aquí, señores, otra circunstancia que realza sobre manera la gloria del pueblo argentino, pues que ofendidos con tamaña ingratitud, hostigados y perseguidos de muerte por el gobierno español, perseveramos siete años en aquella noble resolución, hasta que cansados de sufrir males sobre males, sin esperanzas de ver el fin, y profundamente conmovidos del triste espectáculo que presentaba esta tierra de bendición anegada e nuestra sangre inocente con ferocidad indecible por quienes debían economizarla más que la suya propia , nos pusimos en manos de la Divina Providencia, y confiando en su infinita bondad y justicia tomamos el único partido que nos quedaba para salvarnos: nos declaramos libres e independientes de los Reyes de España, y de toda otra dominación extranjera.

El Cielo, señores, oyó nuestras súplicas. El cielo premió aquel constante amor del orden establecido, que había excitado hasta entonces nuestro valor, avivado nuestra lealtad, y fortalecido nuestra fidelidad para no separarnos de la dependencia de los Reyes de España, a pesar de la negra ingratitud con que estaba empeñada la Corte de Madrid en asolar nuestro país. Sea pues nuestro regocijo tal cual lo manifestáis en las felicitaciones que acabáis de dirigir al gobernador por tan fausto día; pero sea renovando aquellos nobles sentimientos de orden, de lealtad y fidelidad que hacen nuestra gloria, para ejercerlos con valor heroico en sostén y defensa de la Causa Nacional de la Federación, que ha proclamado toda la República. De esta causa popular bajo cuyos auspicios en medio de las dulzuras de la paz, de la tranquilidad, podamos dirigir nuestras alabanzas al Todo Poderoso y aclamar llenos de entusiasmo y alegría. 
Viva el Veinte y Cinco de Mayo
Viva la Confederación Argentina
Mueran los Unitarios impíos. 
Excmo. Señor Ministro de Su Majestad Británica:

Las amistosas felicitaciones que los señores del Cuerpo Diplomático, por órgano de V.E dirigen en este augusto día al gobierno encargado de las relaciones exteriores de las Provincias de la Confederación, son un testimonio cierto del interés particular y sincero que toman los suyos por la prosperidad de esta República.

Esta franca expresión de mis sentimientos, manifiesta cuánta benevolencia los habré acogido, y cuales serán mis constantes deseos porque las relaciones de este país con las naciones amigas continúen regidas por un mismo espíritu de justicia que ningún accidente perturbase la unión de ellas y que sean conducidas en una reciprocidad perfecta. 
(*)

(*) Cit. por la Gaceta Mercantil del 27 de mayo de 1836, en la Crónica de las Fiestas Mayas. En la ceremonia de la recepción del cuerpo diplomático, hablaron el Presidente Accidental de la Excma. Cámara, Miguel Villegas, el Inspector Gral. del Ejército Agustín de Pinedo, el Deán de la Catedral, Zabaleta, el rector de la Universidad, Paulino Gari, y Mandeville, en representación del susodicho cuerpo. (IRAZUSTA, Julio “Vida política de Juan Manuel a través de su correspondencia”, Tomo III LA SUMA DEL PODER Y LOS CONFLICTOS EXTERIORES 1836-1841, pág. 83. Edición corregida y aumentada. Jorge E. Llopis. Buenos Aires1975.

Interpretación histórica.

No se podrá negar que este discurso encierra una notable hermenéutica de la revolución argentina. Tal vez la más próxima a la verdad. Ella es la que mejor enlaza los destinos del país independiente, con las tradiciones del pasado colonial. La que mejor concilia el hecho de la emancipación, con el lealismo imperial y monárquico de nuestro primer gobierno autónomo. La única que salva la dignidad nacional de la tacha de perfidia colectiva en la declaración de la independencia por los mismos hombres, sobre poco más o menos, que habían jurado lealtad a Fernando VII. Jamás el Estado argentino se pensó a sí mismo, por el órgano de uno de sus magistrados supremos, con más nobleza y racionalidad que en la alocución maya de Rosas.

(*) Getileza de Diego Gutierrez Walker

Fuentes:

- (Irazusta, Julio “Vida política de Juan Manuel a través de su correspondencia”, Tomo III La suma del poder y los conflictos exteriores 1836-1841, pág. 83. Edición corregida y aumentada. Jorge E. Llopis. Buenos Aires1975).
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar

VIENE ASOMANDO...


CONVOCATORIA

¡Lucha por tu Patria, Lucha a Nuestro Lado!


A vos que estas leyendo esto.
A vos que cada vez que salís a laburar o a estudiar tenes miedo de saber si volves vivo a tu casa
A vos que cada vez que salís de tu casa, te das vuelta cada 5 segundos a ver si no viene nadie para afanarte.
A vos que cada vez que escuchas que viene una moto se te frunce todo.
A vos que cada vez que vas al super o al almacén todo esta mas caro, o cuando vas a una estación de servicio te duelen los bolsillos.
A vos que cuando pasas por la esquina de tu casa los "pibes" se falopean a dos manos y nadie sale por temor a que te desconozcan.
A vos que cada vez que prendes la TV ves asesinatos, inflación, abortos, y al final de la noche te mandan Tinelli, culos o algún maricón mediático (pan y circo) y todos se olvidan mágicamente de lo acontecido durante la jornada.
A vos que ya estas cansado de que todos se queden de brazos cruzados, esperando a que alguien nos rescate de este precipicio sin fin.
.
Vos que estas leyendo esto, si te sentiste identificado con algo de todo lo antes expuesto, te cuento que podes tener muchas coincidencias con nosotros y ayudarnos a promover nuestros valores, credos y costumbres que año tras años los gobiernos de turno (sin importar color político) nos han ido quitando, llevando así a nuestra Nación a las ruinas y arrancándonos nuestro orgullo de sentirnos ARGENTINOS.
No esperes mas, únete a nosotros.

Agrupación Nacionalista Jacinto Lacebrón Guzmán


martes, 24 de mayo de 2016

IDEAS SOBRE EL ESTADO

Estas notas sobre el Estado parten de un hecho histórico: ahí está, vencido e inane ante nosotros, el concepto liberal-burgués del Estado, vigente en Europa como avanzada revolucionaria, es decir, como meta ilusionadora de pueblos, todo un larguísimo siglo de vida política.
Así, pues, esta convicción moderna, actual, de que son inservibles y absurdas las bases que informaban las instituciones políticas superiores de los grandes pueblos, nos sitúa en presencia de una formidable época subversiva. Se han desplomado las supuestas gruesas columnas que desde la Revolución francesa sostenían el mito de la eficacia y del progreso revolucionarios.
Hasta aquí, todos hemos vivido aceptando como normas para comprender el Estado, la existencia y vigencia del Estado, unas ideas cuya trayectoria precisa derivaba de los momentos mismos en que se incubaron el Estado liberal, la política constitucional moderna y el parlamentarismo. El Estado apareció entonces como un utensilio, una mera forma, un marco donde encuadrar la actividad nacional de un pueblo con objeto de lograr un funcionamiento cómodo. Estaba entonces presente un tipo de hombre, el burgués, que una vez rotas las vigencias tradicionales, los imperativos que la historia y el alma misma de cada pueblo imprimían a su futuro, se encargó de propagar un nuevo concepto de las instituciones públicas. Es el que ha permanecido hasta los aledaños de nuestra propia época, para convertirse ahora en el verdadero peso muerto, retardatario, que hoy cruje ante el vigor, la disciplina y el optimismo nacional, uniformado y rígido, de los nuevos jerarcas europeos.
El Estado liberal se asienta sobre una desconfianza y proclama una primacía monstruosa. Sus partidarios, los burgueses, buscaban instituciones para su servicio, preferían las que les permitiesen realizar mejor sus propios y peculiares intereses, ignorando desde luego, o señalándolos como secundarios, los que podemos denominar con pureza fines e intereses nacionales. Así el Estado, repito, venía a ser un mero utensilio, sin ligazón fundamental a nada que trascendiese al afán individualista de los supuestos ciudadanos. Todas las libertades frente al Estado eran, pues, lícitas, por lo menos de un modo teórico, ya que el Estado mismo era modificable, revisable en su más honda entraña, a cualquier hora del día parlamentario, sin sujeción ni respeto a compromisos tradicionales, incluso los sellados con la sangre, el heroísmo, la grandeza y el genio creador del propio pueblo en los siglos y años precedentes.
Nace el Estado liberal cuando triunfaba en Europa la cultura «racionalista». Una Constitución es, ante todo, un producto racional, que se nutre de ese peculiar optimismo que caracteriza a todo racionalista: el de estar seguro de la eficacia y el dominio, sobre toda realidad posible, de los productos legislativos de su mente. Y es que la vida nacional, el genio nacional, la auténtica vibración de los pueblos, era desconocida, ignorada, y se legislaba, se especulaba sobre el hombre, así en abstracto, sobre el individuo, y lo «nacional» –esta palabra sí circuló en tales períodos políticos, pero ahora veremos en qué erróneo sentido– era cuando más la totalidad, el grupo social, cosa de números, lo que luego se llamaría en la lucha de grupos y partidos la mayoría.
Y si el Estado era tan sólo un utensilio, pudo concebirse la posibilidad de montar algo así como una fábrica de tales objetos, de artefactos constitucionales, materia de exportación para los pueblos cuyo «atraso o mediocridad revolucionaria» impidiesen construirlos o realizarlos por sí. Todo el mundo sabe que el moralista inglés Bentham se prestaba de muy buena gana a hacer Constituciones de encargo, con destino a pueblos de las más varias latitudes.
La primera consecuencia de todo esto, el efecto inmediato y seguro del Estado liberal-parlamentario fue entregar a los grupos y partidos políticos la tarea de marcar en «cada hora» la ruta que seguir; y el hacer del Estado y de la vida nacional objeto de botín transitorio, sin fidelidad esencial a nada, originó todas las miserias políticas, todas las pugnas vergonzosas, todos los injuriosos atropellos sobre el cuerpo y el alma del genio nacional que pueden seguirse fácilmente en cualquier período de cualquier pueblo donde haya regido un Estado liberal-parlamentario.
En el último tercio del siglo XIX algo vino a perturbar la fácil y simple ideología política que informaba al Estado liberal. Fue el acontecimiento marxista, la presencia del marxismo. Con una nueva consigna revolucionaria y al hombro de un tipo humano totalmente distinto del que impulsó y realizó la Revolución francesa. El marxismo alumbró para el proletariado unas metas revolucionarias diferentes. Apartó a los obreros de las ideas de la burguesía liberal en cuanto a los fines, y sobre todo –lo que interesa destacar en estas notas rápidas que ahora hacemos– los hizo insolidarios, esto es, los orientó en una táctica política que dio en tierra con los artilugios liberales. Pues el marxismo proclamó la lucha de clases e introdujo la violencia en los pacíficos medios constitucionales que el Estado liberal presentaba precisamente como su mayor gloria: la tolerancia, la solidaridad de la discusión, la inclinación respetuosa ante la opinión de la mayoría, el compromiso de la lucha electoral como único camino para las disidencias, etc., etc. Todo este equilibrio mediocre es lo que hizo temblar el marxismo con su sola presencia. Los partidos obreros marxistas iban, sí, a las elecciones, pero no borraban de su encabezamiento la denominación de revolucionarios, no renunciaban a la actuación violenta, a la imposición coactiva de sus masas, burlando así la doctrina liberal ortodoxa, a la que se acogían sin embargo cuando les resultaba conveniente.
Durante la vigencia del Estado liberal, el marxismo era, pues, un luchador con ventaja. Y así resulta que terminó casi por imponerse. Ponía a su servicio todos los medios legales que la candidez liberal-parlamentaria proporcionaba a sus propagandas antinacionales, y además contaba con la eficacia rotunda que corresponde a todo partido que posee fachada y modos revolucionarios, que predica la subversión violenta para alumbrar «un mundo nuevo donde no haya injusticias ni dolores». He aquí el juego con ventaja del marxismo en su pugna con los demás grupos que practiquen en un Estado liberal, con un poco de sinceridad, sus convicciones y propagandas, o los que se recluyen en la farsa que emana de una red de caciques y de argucias abogadescas, o también los que utilicen una violencia transitoria sin raíz de ideales ni justificación ante la Patria. De todo esto, contra todo esto, el marxismo apareció invulnerable. Así aconteció que al filo de la guerra se impuso en Rusia y canalizó tales agitaciones e impulsos subversivos en otros pueblos, que su culminación produjo la presencia en escena de una nueva eficacia, de una táctica, de una resurrección del genio nacional de un pueblo, de un nuevo Estado, en fin, de tal cariz histórico, que tiene derecho a la máxima atención universal. Aludimos al fascismo italiano, hoy –en 1933– ya casi triunfante en su afán de alumbrar instituciones políticas nuevas. Entre ellas, al frente de ellas, el Estado fascista.
* * *
Ya no es, pues, para nosotros el Estado lo que era y representaba para la sociedad liberal-burguesa de nuestros abuelos, e incluso de nuestros padres. El hombre actual, y más aún mientras más joven sea, encuentra en el Estado un sentido diferente, lo vincula a nuevos valores y tareas, lo que significa la reintegración plena de su jerarquía a la sustancia nacional, a la expresión nacional que yace en la entraña de los grandes pueblos.
Estamos, pues, ahora, en presencia del Estado nacional. Su primera ejecutoria es batir al enemigo marxista con triunfal denuedo y despojo inteligente. Es decir, resucitando el culto de la Patria y reivindicando para sí la auténtica angustia social de nuestra época.
Para destruir la maraña de particularismos viciosos que un siglo de librecambio ideológico, de orgía partidista, había creado en torno al fecundo concepto del Estado, la política europea más reciente se ha servido de esta rotulación victoriosa: el partido único. Esto es, un partido totalitario interpreta por sí la vigorosa resurrección de la vida nacional, hasta entonces desconocida o injuriada por los partidos, y rechaza la colaboración de estos partidos, aniquila la base misma que servía de sustentáculo legal a los partidos, o sea el derecho a revisar el problema de la existencia nacional misma, y, por último, proclama e impone su propia dictadura. Y he aquí cómo esa inmediata contradicción de partido único, etapa imprescindible para el alumbramiento del Estado nacional, aparece resuelta en su transitoria faena polémica de destruir a los partidos, en su empírica y forzada utilidad como realizador estratégico de la revolución contra el orden antiguo.
Ejemplos mundiales de esa ruta son hoy el partido fascista italiano y el nacional-socialismo alemán, entre los resucitadores y alentadores de la idea nacional contra la negación marxista, y el partido bolchevique ruso, como embestida ciega y catastrófica, pero con línea y espíritu peculiares de este siglo.
El Estado es ya para nosotros la suprema categoría. Porque o es la esencia misma de la Patria, el granito mismo de las supremas coincidencias que garantizan el rodar nacional en la historia, o es la pura nada. En el primer caso, el Estado es y debe ser una jerarquía inaccesible a la disidencia. La Nación en su plenitud de organismo histórico. Así, pues, son cada día más absurdos esos afanes de presentar Estado y Nación como algo diferente e incluso enemigo, como seres en pugna y defensa diaria, uno contra otro. Esa concepción, que nos resulta inexplicable advertir en plumas de carácter y sentido tradicionalista, es hija directa de los tópicos políticos que sirvieron de base al Estado liberal. Pues si Nación es el conjunto de «intereses y apetencias individuales que nutren y forman una sociedad», según estima el liberalismo, claro que hay y puede haber pugna entre ella y el Estado. Pero una Nación no es eso. Es un manojo de coincidencias superiores, trascendentes al individuo y a su destino, que representan un espíritu histórico. Es una Patria. Y la idea de Patria, el sentimiento humano de la Patria, es en los grandes pueblos un orbe imperial, algo que por su misma esencia rechaza la idea de un enemigo interior en sus recintos, de un disconforme, de un disidente. El Estado nacional se nutre, pues, de elementos indiscutibles, innegables. Su simbólica es la Unidad, la disciplina, el sacrificio y la fe militante en sus creaciones.
He aquí el Estado militante que perfila nuestro siglo. Su lógica y su justificación. Su batalla y su brío. Un Estado impetuoso y fuerte, que se acerca a las jerarquías absolutas. Y ahora conviene destruir otro tópico que nubla asimismo a algunos espíritus tradicionalistas. Se cree erróneamente que el Estado liberal-burgués es el Estado fuerte por excelencia, ya que aniquiló o sometió a su yugo a las corporaciones y gremios económicos. Pero no es esto. Su supuesta fuerza es una fuerza adventicia, de gendarmería, pero sin realidad alguna honda. Y este bagaje armado a su servicio reconoce, como señala Sorel, un origen pintoresco. Cada triunfo revolucionario demoliberal traía consigo un aumento de fuerza pública para consolidarse y una centralización –no unificación– frenética en las débiles manos de los gobiernos.
Estas notas sobre el Estado tienen un sentido tan actual que las da origen el acontecer político europeo de estos años, casi de estas horas. Pero no quiero dejar de insinuar un ejemplo vigoroso acerca de estos conceptos que hoy presiden las elaboraciones políticas más nuevas: el Estado español del siglo XVI. La arquitectura funcional del imperio católico de Felipe II. No se ha insistido en este antecedente –no en lo externo y superficial, sino en la eficacia creadora e incluso en la lógica autoritaria– directo del Estado fascista de Italia, romano de gesto y de fachada, pero con tendencia al vigor, la disciplina y el espíritu de unidad de cultura, de conciencia nacional, que caracterizaban al Estado español del siglo XVI.
No se trata, pues, de crear y dar nacimiento a nacionalidades de artificio, falsas, según el ejemplo balcánico o las normas que en Versalles presidieron el aniquilamiento de Centroeuropa y las que aquí manejan los deshacedores de la unidad española. Lo que aparece hoy como imperativo dramático que nos conduce al nuevo Estado, frente a las avanzadas rotundas y violentas del marxismo, es el grito de salvación nacional, de resurrección nacional que se advierte en los pueblos dotados de responsabilidad y de tradición fuerte, en los grandes pueblos creadores de historia.
Y hay otro elemento, otra columna fundamental del Estado. Es la angustia social que hoy domina con justicia a las masas. El nuevo orden económico entrega al Estado inexorablemente la plena función de presidir con decisión las peripecias de la pugna. Y sólo en nombre de unos fines nacionales, acudiendo a la primera raíz que suponen las coincidencias que han dado origen y vida nacional a una Patria, encuentra el Estado autoridad y justificación a sus designios. El nuevo orden corporativo tiende a servir, no éstos o los otros intereses de sentido particularista ni aun de clase, sino unos fines que trascienden a todo eso, fines de imperio, de marcha, de vida nacional plena. El marxismo encrespa hoy las clases con idéntica consecuencia subversiva y perturbadora que el liberalismo encrespó en rebeldía económica a los individuos. Pues bien, he aquí la tarea del Estado nacional, con su cortejo de atributos a los que no alcanza siquiera la posibilidad de que sean ignorados como justos: la jerarquía de fines, disciplinando los factores de la producción –no la producción como tal– y del consumo. Pues una economía es algo que no agota su sentido al producir riqueza a unos individuos o a unas clases. Son los suyos fines nacionales, que afectan a la existencia nacional en su base más honda. Tiene, pues, razón el nuevo Estado frente a la concepción liberal-burguesa y frente a la concepción marxista. (Esta última, etapa maldita –si bien por fortuna truncada– en el proceso de desnacionalización de la idea del Estado.)
Y acontece que esos movimientos que surgen al paso del marxismo oponiéndole la autenticidad popular, la eficacia distributiva de sus economías y la decidida voluntad de resistir son ahora los que enarbolan en el mundo los mitos optimistas de la revolución. Se hacen hoy revoluciones para subvertir el orden liberal-burgués y aniquilar la oleada marxista. Los grupos nacionales son hoy, pues, los que manejan la iniciativa revolucionaria, los que practican en la etapa previa a la conquista del Estado la acción directa contra las organizaciones rojas. Y los que mantienen con pulso armado, en la etapa posterior al triunfo, el derecho a una cultura y a una dignidad nacionales.
Ramiro Ledesma Ramos

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