¿Y esto Macri?

Quejas por un asentamiento a metros del Abasto

Viven unas 25 familias en construcciones precarias que tienen hasta dos pisos. Y abrieron 5 locales truchos sobre Corrientes. En la cuadra, dicen que el lugar es inseguro y piden construir una plaza.

Los vecinos de la esquina de Gallo y Corrientes tienen miedo y se quejan. Es que allí, a cien metros del Abasto hay un asentamiento en un predio que durante años fue sede del bar El Indio. En plena dictadura, el lugar fue expropiado por la Municipalidad para levantar la denominada "autopista central", que nunca se hizo. Con el regreso de la democracia, fue intrusado por un puñado de familias y se convirtió en una de las tantas villitas precarias que alberga la Ciudad. Más de veinte años después, el lugar es blanco de quejas y reclamos de los vecinos y comerciantes de Almagro. Dicen que es un foco de inseguridad, especialmente durante la noche y los fines de semana, y piden que la saquen.

Sobre Gallo, un paredón repleto de pintadas políticas funciona como límite del predio. Aunque viven unas 25 familias, sólo hay cuatro puertas. Por la de color verde, al 398, se ingresa a la casa de Viviana. El terreno comienza con un patio descubierto, donde se seca la ropa. Luego se accede a un pasillo angosto que desemboca en el living/comedor/cocina. Las paredes y el piso son de material y los techos de madera, recubiertos con membranas. "Vine hace nueve años con mis dos hijos porque no podía pagar más un alquiler", le contó a Clarín mientras le daba instrucciones a un vecino para que le arregle el techo.

Los vecinos del barrio tienen miedo de hablar, pero la mayoría admite que en el lugar se esconde un grupo de jóvenes (mujeres y hombres) que asalta a la gente de la zona. "Los fines de semana se juntan en la cuadra a drogarse y no se puede ni caminar", se queja un comerciante. "Les roban celulares a los jubilados que vienen al centro barrial (está enfrente) y se meten en la puerta de color negro", precisa un vecino que vive en la misma manzana. Todo ocurre a sólo una cuadra del Shopping Abasto.

El martes a la mañana, cuando Clarín estuvo en el lugar, la puerta negra estaba abierta y varias personas entraban y salían del lugar. "Funciona como lugar de ingreso de varias viviendas", explicó uno de sus habitantes. "En algún momento habían puesto un cartel de un comedor comunitario que nunca existió", recordó, indignado, un comerciante. Detrás de una puerta de color marrón, sólo hay cajones de madera amontonados. Ocurre que el lugar funciona como depósito de una verdulería del barrio.

Hace diez años, cuando Enrique Olivera estaba a cargo del Ejecutivo porteño, los vecinos juntaron firmas para reclamar, con más fuerza, el desalojo. "Queríamos que se construya una plaza con el nombre de Osvaldo Pugliese, pero todo quedó en la nada", se lamenta un comerciante, que llegó al barrio hace quince años y tiene como clientes a muchos de los habitantes del asentamiento. "Cada tanto ellos mismos dicen que los van a desalojar", agrega.

El predio, según cuentan los vecinos, fue expropiado durante la intendencia de Osvaldo Cacciatore para la traza de la fallida AU3, que iba a atravesar la Ciudad desde el Acceso Norte hasta el Puente Alsina. "Esos terrenos son de dominio público y nadie puede adquirir su titularidad por el paso del tiempo", destacó Carlos Regazzoni, ex coordinador Unidad Ejecutora creada para tales fines.

Actualmente, el lugar sirve de refugio para unas 100 personas, entre ellos varios travestis. Además de vivir ahí, algunos tienen negocios. Sobre la avenida Corrientes, de hecho, funcionan, de manera irregular, cuatro quioscos y una tapicería. Sólo queda espacio para un pequeño paredón, utilizado por los partidos políticos para la campaña electoral, al igual que los enormes carteles colocados en la esquina.

fuente: Blog de Clarin