lunes, 13 de septiembre de 2010

BASES ESTATALES Y LOCALES DE ISRAEL EN EE.UU


James Petras [PhD]

Cualquier intento serio de comprender la configuración de la extraordinaria influencia del poder del Estado de Israel sobre la política exterior de Estados Unidos debe examinar por una parte la presencia de agentes claves que ocupan posiciones estratégicas del gobierno y por otra las actividades de las organizaciones pro-israelitas locales afiliadas a las principales organizaciones y órdenes religiosas judías.
Hay por lo menos 52 grandes organizaciones judías estadounidenses que participan activamente en la promoción de la política exterior de Israel y en la agenda económica y tecnológica en los Estados Unidos. El número de miembros de base oscila entre varios cientos de miles de militantes en la "Jewish Federation of America" [JFNA-Federación Judía de América] y cientos de miles de contribuyentes ricos, activistas y detentadores del poder en el "American-Israel Public Affairs Commitee "[AIPAC-Comité de Asuntos Públicos Israelo-Estadounidense].
Además, se establecieron cientos de círculos difusores de propaganda, denominados "de reflexión", gracias a millones de dólares de subvenciones de multimillonarios pro-israelitas como el Instituto Brookings (Haim Saban) y el Instituto Hudson, entre otros. Cientos de centros financiados por comités de acción política [PAC] han intervenido en todas las elecciones nacionales y regionales, en el control de las candidaturas e influenciado resultados electorales. Editoriales, incluidas prensas universitarias, han sido literalmente ocupadas por sionistas fanáticos, el ejemplo más atroz siendo el caso de la Universidad de Yale, que publica desequilibrados panfletos que reproducen parodias de la historia judía [según Financial Times, comentarios de libros del 28/29 de agosto de 2010].
Nuevos proyectos, en gran medida financiados por organizaciones afines, diseñados para cooptar jóvenes judíos y convertirlos en instrumentos de la política exterior de Israel incluyen el "Taglit-Birthright", que ha gastado más de 250 millones de dólares durante la última década para enviar más de 250.000 jóvenes judíos [entre 18-26] a Israel durante 10 días para un lavado intensivo de cerebro [según Boston Globe del 26 de agosto 2010].
Los multimillonarios judíos y el Estado de Israel pagan la factura. Los estudiantes son sometidos a una fuerte dosis de militarismo al estilo israelí, ya que están acompañadas por soldados israelíes como parte de su adoctrinamiento, pero en ningún momento visitan la Ribera Occidental, Gaza o Jerusalén Este [según Boston Globe, 26 de agosto 2010].
Se les insta a tomar adoptar la doble ciudadanía e incluso a servir en las fuerzas armadas israelíes. En síntesis, las 52 organizaciones miembros de la asociación de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías Norteamericanas que consideramos, son sólo la punta visible del iceberg: juntamente con la PAC, los molinos de la propaganda, las mass-medias comerciales, las prensas universitarias y los otros medios de comunicación de masa estamos en presencia de una matriz de poder que permite comprender la enorme influencia que tienen en la política exterior e interna de los Estados Unidos, en tanto y en cuanto concierna a Israel y a sus intereses en los Estados-Unidos.
Si bien toda su actividad se consagra sobre todo a asegurar que la política de los Estados Unidos en Medio Oriente sea funcional a la expansión colonial de Israel en Palestina y a sus objetivos bélicos en Medio Oriente, [lo que B'nai B'rth eufemísticamente llama a "focalizarse en Israel y su lugar en el mundo"], muchos grupos se "especializan" en diferentes áreas de actividad.
Por ejemplo, los "Friends of the Israel Defense Force" [IDF-Amigos de la Fuerza de Defensa de Israel] se ocupan principalmente en sus propias palabras "velar sobre las IDF ", es decir, proporcionar recursos financieros y promover que voluntarios de los Estados Unidos integren un ejército extranjero [una actividad ilegal, salvo cuando se trata de Israel].
Hillel es el brazo estudiantil de la configuración del poder referido. Declara estar presente en 500 colegios y universidades, todos afiliados y defiende todos y cada uno los abusos contra los derechos humanos por parte del estado de Israel y organiza viajes con todos los gastos pagos para estudiantes judíos reclutados para viajar a Israel, donde son abundantemente sometidos a propaganda y alentados a "emigrar" o a convertirse en ciudadanos dobles.
Método
Existen varios enfoques para evaluar el poder de las organizaciones pro-israelitas y personas de influencia que ocupan posiciones estratégicas en el gobierno y la economía. Estos incluyen:
  1. Estrategias de reputación.
  2. Autopromoción.
  3. El análisis de la toma de decisiones.
  4. Las inferencias estructurales.
La mayoría de estos enfoques dan algunas pistas sobre el potencial de la influencia sobre la política de Estados Unidos. Por ejemplo, los analistas de la prensa y periodistas se basan con frecuencia en informaciones privilegiadas provenientes de "insiders" de Washington, del personal del Congreso y de notables que justifican la conclusión que el AIPAC tenga la reputación de ser uno de los lobbies más poderosos en Washington.
Este enfoque apunta a la necesidad de examinar empíricamente las operaciones de AIPAC para influir en las votaciones del Congreso y en la nominación de candidatos, derrotando a los operadores tradicionales que no apoyan incondicionalmente la línea de Israel. En otras palabras, el análisis del proceso de toma de decisiones del Congreso y del Ejecutivo es un elemento clave para evaluar el poder que se ejerce sobre la clase política. Pero no es el único.
¿Qué dice Wikipedia?
El poder obtenido es producto de un contexto histórico, donde la propiedad de medios de comunicación, la concentración de la riqueza y otras palancas institucionales entran en juego y dan forma al marco actual de toma de decisiones. El poder acumulado en el tiempo y en todas las instituciones crea un fuerte sesgo hacia resultados políticos favorables a agentes organizados de Israel en los Estados Unidos. Una vez más, la mera presencia de personas afines en posiciones de poder económico, cultural y/o política no nos informa acerca de cómo utilizarán sus recursos y si tendrán el efecto deseado.
El análisis estructural, la ubicación de personalidades afines en la estructura de clases, es necesaria pero no suficiente para la comprensión del fenómeno. Se debe proceder al análisis del contenido de las decisiones tomadas y no tomadas concernientes al programa de los partidarios de Israel que operan en los Estados Unidos. Las 52 organizaciones pro-israelitas principales son muy explícitas acerca de sus reivindicaciones de poder, de su prosecución de las finalidades de Israel y de su sometimiento a todos y cada uno de los gobiernos israelíes.
Algunos niegan esta influencia sobre la política exterior estadounidense en Medio Oriente, como Noam Chomsky y sus acólitos. Nunca analizan el proceso legislativo y ejecutivo de toma de decisiones, las estructuras y actividad de los millones de miembros de base y los nombramientos y antecedentes de los políticos llamados a decidir sobre las cuestiones estratégicas en el Medio Oriente. En lugar de ello, recurren a generalizaciones superficiales y a demagogia política, acusando la política de los "Big Oil" [los grandes consorcios petroleros] y del "complejo militar-industrial" o al "imperialismo de Estados Unidos". Estas categorías carecen de contenido empírico y de un contexto histórico en lo que hace a la "fabricación" de la política realmente existente en relación con el Oriente Medio

Como se fabrica poder al interior del gobierno de los EE.UU.

Para entender la sumisión de la política de los Estados Unidos a la política belicista de Israel en Medio Oriente, tenemos que mirar más allá del rol de los lobbies que presionan al Congreso y del papel de los comités de acción política y de las contribuciones millonarias a las campañas políticas. Un elemento sumamente descuidado pero absolutamente esencial de este fenómeno sobre la política exterior de los Estados Unidos, la política económica, diplomática y militar es la presencia de personas afines a esta política en posiciones políticas claves, incluidos los Departamentos del Tesoro y del Estado, del Pentágono, del Consejo de Seguridad Nacional y la Casa Blanca.
Operando desde el interior de las más altas posiciones de decisión política, estos agentes han perseguido sistemáticamente la aplicación de políticas en consonancia con las políticas militaristas de Israel, cuyo objetivo es socavar y sacar del medio a cualquier país crítico de la ocupación colonial del Estados judío sobre Palestina, de su monopolio nuclear en la región, de la expansión de asentamientos exclusivamente judíos y, por sobre todo, de sus estridentes esfuerzos para continuar siendo la potencia dominante en el oriente árabe.
Los responsables políticos de estas posturas dentro el gobierno, están en consulta permanente con el Estado israelí, asegurando la coordinación con el comando del ejército israelí [IDF], de su Ministerio de Asuntos Exteriores y de la policía secreta [MOSSAD] y de la compatibilidad de la línea política con la del Estado judío.
En los últimos 24 meses, ni siquiera un sólo político pro-israelita estadounidense ha manifestado la mínima crítica a los más atroces crímenes de Israel, que van desde los ataques despiadados en Gaza hasta la masacre de la flotilla humanitaria y a la expansión de nuevos asentamientos en Jerusalén y Cisjordania. Un record de lealtad hacia una potencia extranjera que incluso supera el servilismo de los compañeros de viaje estalinistas y nazis en Washington durante las décadas de 1930 y 1940.
Estos políticos que ocupan posiciones estratégicas dependen del apoyo político y trabajan en estrecha colaboración con sus homólogos de los lobbies [AIPAC] en el Congreso y con las organizaciones en los planos nacional y local. Muchos de estos líderes políticos llegaron al poder a través de una estrategia deliberada de infiltración en el gobierno para implementar políticas de promoción de los intereses de Israel por encima de los intereses de la población de los Estados Unidos.
De la misma manera que un grado de cohesión resultante de una lealtad común hacia Tel Aviv puede considerarse como nepotismo y como un sospechoso mecanismo de selección, también se da el caso de que poderosos lobbies judíos desempeñen un rol en la creación de puestos claves dentro el Gobierno para asegurarse de que uno de los suyos ocupe esa posición y pueda continuar impulsando la agenda de Israel.
Stuart Levey: El principal agente de Israel en el Gobierno de los EE.UU.
En 2004, el AIPAC presionó con éxito a la administración de Bush para crear el cargo de "Undersecreatry for Terrorism and Financial Intelligence" [UTFI-Subsecretario de Terrorismo e Inteligencia Financiera] y para que se nombre a su protegido Stuart Levey, un graduado de Princeton, en tal posición. Ya antes, pero sobre todo después de su nombramiento, Levey estaba en estrecha colaboración con el Estado de Israel y era conocido como un “devoto de la causa”, aún más que los más fanáticos de la misma, con una ilimitada energía y una ciega adoración por el Estado de Israel.
Dentro de los carriles de sus anteojeras ideológicas, Levey aplicó su inteligencia a la singular tarea de convertir su oficina en una sede de política extranjera de primer orden para dictar la política de Estados Unidos respecto de Irán.
Levey, más que cualquier legislador u otro funcionario nombrado en el gobierno o elegido, formula e implementa políticas que influyen profundamente los Estados Unidos, la Unión Europea y las relaciones económicas de las Naciones Unidas con Irán. Levey elaboró las políticas de sanciones, cuya aceptación fue impuesta por Washington a la Unión Europea y al Consejo de Seguridad. Levey, organiza todo el personal bajo su control en el Tesoro para investigar las políticas comerciales y de inversión en todo el mundo, los principales productores, la banca, el transporte, el petróleo y las empresas comerciales. Recorre los Estados Unidos a lo ancho y a lo largo y presiona exitosamente los fondos de pensiones, las agencias de inversión, las compañías petroleras y las instituciones económicas para que retiren sus inversiones de cualquiera de las empresas que mantienen relaciones con la economía civil de Irán.
Opera además globalmente, amenazando y chantajeando empresas disidentes en Europa, Asia, Oriente Medio y América del Norte que se nieguen a perder oportunidades económicas. Todos se dieron cuenta que Levey opera a instancias de Israel, a quien Levey brinda orgullosamente sus servicios.
Levey coordina su campaña con los líderes pro-israelitas en el Congreso. Se asegura que se implemente una legislación de sanciones al unísono con sus campañas. Sus políticas violan claramente el derecho internacional y la soberanía nacional, al exceder los límites de la aplicación territorial de su mandato administrativo en contra de una economía civil.
Su violación de la soberanía económica guarda un paralelo con el anuncio de Obama de que las Fuerzas Especiales de los Estados Unidos operarán violando la soberanía política en los cuatro continentes. En todos sus efectos, Levey formula la política de Estados Unidos hacia Irán. En cada etapa, programa la escalada de sanciones, y luego las transmite a la Casa Blanca, que las hace ingurgitar por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Una vez que las nuevas sanciones aprobadas por Levey y compañía están en su lugar, también está allí para hacerlas cumplir: identificar los infractores y aplicar sanciones. El Tesoro se ha convertido en un puesto de avanzada de Tel Aviv. Ni una sola publicación de la izquierda, de los liberales o social demócratas destaca el rol desempeñado por Levey ni tampoco todo el daño económico que ese fanático del Antiguo Testamento está infligiendo a 75 millones de trabajadores civiles y consumidores iraníes. De hecho, al igual que rabinos judeo-fascistas en Israel predican una "solución final" para los enemigos de Israel, Levey anuncia nuevas y más duros "castigos" contra el pueblo iraní (Stuart Levey, "Iran's new Deceptions at Sean Must be Punished, Financiatl Times del 16 de agosto 2010, pag. 9) ["Las nuevas mentiras de Irán en el mar deben ser castigadas"].
Nota de la Redacción: Un ejemplo de tal posición extrema es la de un sionista argentino, el Dr. Carlos Escudé, doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad Yale. Escudé postulaba en Julio 2006 en la página Web de Safe Democracy, "14 consideraciones para el Medio Oriente", entre las cuales, para que aumente sus posibilidades de supervivencia, Israel debe impedir que Irán se convierta en potencia nuclear y que la única manera de evitarlo es [sic]: "a través de un ataque preventivo nuclear contra Teherán. Alcanza con un Jericó II con ojiva nuclear." [Consideración Nro.9]. Ver texto completo en:
http://spanish.safe-democracy.org/2006/07/20/consideraciones-para-el-conflicto-de-ori/
Quizás en el momento oportuno, el Estado judío bautizará con su nombre alguna avenida importante en la Ribera Occidental en agradecimiento a los extraordinarios servicios que presta a ese impío estado racista.

El rol estratégico del Poder Local

El "Israel Lobby Archive" publicó recientemente documentos desclasificados del Consejo Americano sionista [AZC] citados durante una investigación del Senado de los Estados Unidos entre 1962-63. Los documentos revelan cómo el Estado de Israel a través de sus conexiones judías de Estados Unidos [las principales organizaciones sionistas], penetran los medios de comunicación de los Estados Unidos y propagan sus lineamientos políticos, a espaldas de la opinión pública estadounidense. Se encargaron historias escritas por una multitud de periodistas judíos y pro-israelitas y académicos y se sembraron en medios de comunicación nacionales tales como el Reader's Digest, el Atlantic Monthly, el Washington Post entre otros, incluyendo periódicos regionales, locales y estaciones de radio [Israel Lobby Archive, 18 de agosto 2010].
Mientras que las organizaciones pro-israelitas nacionales cooptaban periodistas, escritores académicos y editores, eran las filiales locales quienes transmitían los mensajes e implementaban los lineamientos. El nivel de infiltración que los documentos citados por el senado en la década de 1960 revelan, se ha multiplicado por cien en los últimos 50 años en términos de financiación, de funcionarios a sueldo, de militantes comprometidos y sobre todo, en poderío estructural y capacidad coercitiva.
Mientras los líderes nacionales en estrecha consulta con los funcionarios israelíes reciben instrucciones sobre cuáles son los temas de más alta prioridad, la implementación sigue un camino vertical hacia los líderes regionales y locales, políticos y notables que a su vez tienen como blanco los medios de comunicación locales y líderes religiosos, académicos y formadores de opinión.
Mientras los líderes nacionales aseguran la publicación de la propaganda pro-israelí, los locales reproducen y hacen circular la información en influyentes medios de comunicación locales independientes de su "periferia". Campañas de mensajes orquestadas en la cúspide son ejecutadas por miles de militantes médicos, abogados y empresarios. Elogian los escribas pro-Israel y critican a quienes los atacan, hacen presión sobre periódicos, editoriales y revistas para que no publiquen a los "disidentes".
Los dirigentes nacionales y locales promueven comentarios hostiles hacia libros que no promocionan la línea de Israel, influencian a las librerías para que den visibilidad en sus estantes a libros pro-israelíes y para que censuren o excluyan historias críticas o más imparciales. Militantes locales en coordinación con los cónsules israelíes saturan al público con miles de reuniones públicas y conferenciantes apuntando a iglesias cristianas, al público académico y a grupos cívicos, simultáneamente, los militantes sionistas locales.
Muy especialmente, personalidades “influyentes”, hacen presión en entidades locales [administraciones de universidades, autoridades eclesiásticas y asociaciones cívicas] para que no inviten a hablar a ningún crítico de Israel o sus simpatizantes. Pero dado el caso, exigen como último recurso que se conceda el mismo tiempo de exposición a un propagandista pro-Israel: ¡algo nunca visto cuando está programado para hablar un apologista de Israel!
Las organizaciones pro-israelitas locales hacen descomunales esfuerzos para reclutar alcaldes, gobernadores, celebridades locales, editores, eclesiásticos y prometedores líderes jóvenes de minorías étnicas, ofreciéndoles giras de propaganda a Israel con todos los gastos pagos para que luego escriban y/o den entrevistas repitiendo como loros lo que los funcionarios Israelíes les hagan tragar. Los líderes locales movilizan miles de activistas militantes para atacar a judíos no-sionistas tanto en público como en privado. Exigen que sean excluidos de cualquier mesa redonda con los medios de comunicación que discutan temas relativos al Medio Oriente.
Funcionarios locales pro-israelitas forman rápidamente comités de respuesta para visitar y amenazar a cualquier editor local o equipo de redacción que publique artículos cuestionando la línea política de Israel. Líderes locales ejercitan cierto poder de policía ["o sea están atentos"] a todas las reuniones locales, invitaciones de conferenciantes, análisis de comentaristas públicos, dichos de líderes religiosos y académicos para detectar cualquier "connotación anti-sionista", a las que denominan "anti-semitismo encubierto". La mayoría de las grandes órdenes religiosas judías forman la columna vertebral clerical de la oficina de recaudación de fondos israelí local, que incluye la financiación de nuevos asentamientos "exclusivamente judíos" en la Cisjordania Palestina.
Los funcionarios locales están a la vanguardia de las campañas para que se nieguen a especialistas en Medio Oriente y expertos en política pública, independientes: nombramientos, el mantenimiento en sus cargos o promociones, independientemente de la calidad de su carrera académica. Por otra parte, aquellos académicos mercenarios que apoyan la línea pro-Israel, mediante la publicación de libros atacando los críticos de Israel, sean cristianos o los musulmanes y a países como Turquía, Irán o a quien quiera que sea un blanco de la política israelí, son promovidos, alabados y puesto en las listas de "mejores ventas". Cualquier libro o escritor crítico del poderío sionista o de Israel es puesto en un "index" local y nacional y pasible de una inquisición por "calumnias" de parte de un establo de Torquemadas judíos.

Conclusión

El poder de Israel en los Estados Unidos no reside sólo en la influencia y liderazgo de los poderosos lobbies "pro-Israel" establecidos en Washington como el AIPAC. Sin los cientos de miles de militantes de base locales entre los que se cuentan dentistas, podólogos, corredores de bolsa, corredores de bienes raíces, profesores y otros, el "lobby" sería incapaz de mantener y aplicar sus políticas a cientos de millones de estadounidenses que viven fuera de las grandes metrópolis.
Como hemos visto en los documentos desclasificados del Senado, hace ya más de medio siglo, las organizaciones locales pro-israelitas comenzaron una campaña sistemática de penetración, control e intimidación que ha alcanzado su punto culminante en la primera década del siglo 21. No es un accidente ni una mera coincidencia que funcionarios de la Universidad de Minnesota o en Nueva York están conminados a excluir conferenciantes o licenciar miembros de sus facultades críticos de Israel. Los pro-israelitas locales tienen bases de datos informatizados con listas de oradores "prohibidos", como los sionistas mismos lo reconocen y se jactan, contrastando con los sionistas "liberales", propensos a calificar de "antisemitas" o de "teóricos de la conspiración" a escritores que citan documentos oficiales sionistas que demuestren la perversión sistemática de nuestras libertades democráticas.
Enlaces de Interés
A lo largo de las décadas, la distinción entre el poder pro-israelita ejercido por un "lobby" fuera del gobierno y por los agentes "dentro" del gobierno prácticamente ha desaparecido. Como hemos visto, el AIPAC se procuró el cargo de subsecretario del Tesoro, impuso el nombramiento de un miembro clave del movimiento sionista [Stuart Levey] y acompaña su cruzada global de condenar a Irán al hambre y la miseria. La siembra de agentes en posiciones claves en el gobierno relacionados con Medio Oriente no es el simple resultado de una decisión individual de carrera. El ascenso de tantos funcionarios pro-Israel a los puestos de gobierno es parte de su misión de servir los intereses de Israel por lo menos durante algunos años de su carrera. Su presencia en el gobierno impide que tenga lugar cualquier investigación del Senado o del Congreso de los sobre las organizaciones que actúan como agentes de una potencia extranjera, como sucedió en la década de 1960.
Dado que las principales organizaciones pro-israelitas y personas de influencia han acumulado poder y abusado del mismo en el interés de un Estado racista cada vez más sanguinario, que por otra parte hace alarde de su dominio sobre las instituciones de los Estados Unidos, la oposición pública es cada vez mayor. El Boicot, la desinversión y las campañas en pro de la aplicación de sanciones están tomando fuerza, incluso en los Estados-Unidos. [Véase la desinversión respecto empresas israelíes de Harvard].
Según todos los indicadores, la opinión pública favorable a Israel en los Estados-Unidos, ha caído por debajo del 50%, mientras que las encuestas en Europa occidental muestran un marcado aumento de la hostilidad hacia el gobierno de ultra-derecha israelí. Judíos anti-sionistas están ganando influencia, especialmente entre los judíos jóvenes, consternados por la masacre israelí en Gaza y por el asalto a la flotilla humanitaria. Igualmente importante es la presencia de judíos anti-sionistas en paneles y foros, que ha dado coraje a muchos judíos de otra manera intimidados, ya que temían ser tildados de "anti-semitas".
La configuración del poder pro-israelita se apoya sobre una base poblacional en declive: la mayoría de los judíos jóvenes se casan fuera de los confines del nexo étnico-religioso judío-israelí y es poco probable que muchos de ellos integren bases de campañas de rabia en nombre de un estado racista. Los esfuerzos intensivos y abundantemente financiados para cercar a los jóvenes de ascendencia judía a través de escuelas privadas, de "programas de verano" subvencionados en Israel, etc., hacen caso omiso de la deriva del chovinismo religioso, tanto como los intentos de reclutar una generación nueva de militantes pro-Israel de primer orden.
El peligro radica en que el apoyo de los Estados Unidos al régimen  racista de Israel está llevando a esos jóvenes a que aúnen fuerzas con la extrema derecha estadounidense. Hoy por hoy, se fomenta entre los "rednecks" [1] judíos y cristianos de Manhattan la fermentación del odio hacia las masas islámicas [por ejemplo con la llamada "controversia de la Mezquita"] como una maniobra de distracción frente a la crisis económica y al creciente desempleo.
La promoción de la "islamofobia" masiva, tan cerca de Wall Street, donde operan muchos de los peces gordos que se benefician con el saqueo de los activos de los Estados Unidos, es un juego peligroso: Si las mismas masas enfurecidas abren sus ojos y en lugar de mirar hacia abajo a negros y musulmanes miran hacia arriba, a los ricos y poderosos, el tiro puede salirles por la culata, trayendo muchas desagradables e inesperadas sorpresas. No sólo para los agentes de Israel sino para todos aquellos erróneamente identificados como emparentados con una equívoca Madre Patria judía. 

El Dr. James Petras, es Profesor emérito de Sociología de la Universidad de Binghamton, en Nueva York, Estados Unidos.

3 comentarios:

Martín dijo...

Buen articulo, buena información, pero no coincido con esa tendencia de los autores anti-sionistas anglosajones de tildar al sionismo como un "fascismo" que pone en peligro su "estilo de vida democrático", cuando justamente la democracia es la vía mas usada hoy en día por el sionismo para encumbrarse en todos los países.

Red Patriotica Argentina dijo...

Exelente observación, estamos totalmente de acuerdo en lo que dice amigo Martin. Publicamos el articulo justamente por la buena info que tiene. Lo que Ud. resalta, es un criterio político del autor que no compartimos en absoluto y esperamos que los lectores separen la paja del trigo como bien hace Ud.Saludos

Observador dijo...

Martín:

La Democracia, el Sionismo y el Sionismo Cristiano, entre otros Poderes Fácticos, son tentáculos de la Sinagoga de Satanás. Y por más de que hayan autores hebreos anti-sionistas, los mismos no dejan de profesar su milenario odio contra la Cruz, como producto de su herencia espiritual trasmitida de generación en generación.