sábado, 5 de febrero de 2011

LA MAFIA Y EL FASCISMO (A PROPOSITO DE LA INSEGURIDAD Y EL DELITO)

EL DUCE
Es un hecho ya bien conocido el apoyo que la Mafia ha dado siempre al sistema democrático, del que ha recibido las ayudas y las leyes necesarias para su existencia. También es bien conocida la participación de judíos en los más altos medios de la Mafia y sus negocios predilectos: droga, juego, prostitución, espectáculos, etc...

            No vamos a insistir en este tema, pero quisiéramos dar algunos datos concretos de un tema: cómo combatió efectivamente el fascismo a la mafia siciliana, que campaba por sus respetos cuando Mussolini llegó al poder. Y es interesante porque marca un ESTILO de cómo deben abordarse esos problemas que parecen irresolubles, y sólo son irresolubles porque la democracia no quiere resolverlos, ni puede con sus medios castrados por la corrupción y el interés. Incluso los errores que tuvo Mussolini en la lucha contra la Mafia nos pueden enseñar.
            Los pasos para resolver un problema grave y largamente soportado, como es la Mafia, pasa por una serie de etapas:
            1– No iniciar la resolución hasta tener el poder necesario. Mussolini no intenta acabar con la Mafia el mismo año que llega al poder. Sabe que necesita tiempo, controlar los resortes del poder, tener la confianza de la gente...
            2– Mientras no se tiene ese poder, hay que aprovechar para informarse y disponer de un plan de ataque. En 1923 Mussolini ordena al Prefecto fascista de Palermo iniciar una serie de listas de cada pueblo de Sicilia con los mafiosos, sus soportes, negocios, etc.
            Estas listas han sido publicadas hace un tiempo... pero sin poner nombres en muchos sitios. Por algo la Mafia ganó en 1945.
            3– Lograr el apoyo popular. La prensa y los medios de influencia se ponen en marcha para lograr hacer entender a una parte importante del pueblo siciliano que no pueden seguir con la aceptación tácita de la mafia.
            Se prohibe a la prensa dar noticias que puedan apoyar la idea de una Mafia “honorable”, se les llama bandidos y delincuentes, se denuncia sus miserias y en cambio se les niega cualquier propaganda, incluso sus atentados o comunicados son prohibidos de difundir. Un silencio total sobre cualquier cosa que favorezca una idea distinta de la de “criminales”.
            4– Elegir una persona honrada, y que esté decidida a llevar esa lucha sin dudas ni concesiones. Ésa es la persona que debe elegir su equipo.
            En 1925 considera Mussolini que ya tiene los medios necesarios, y elige a la persona: Cesare Primo Mori. Una persona decidida a acabar con la Mafia. Se la nombra Prefecto de Palermo.
            5– Dar a esa persona plenos poderes. Y cuando hablamos de plenos poderes quiere decirse leyes y fuerzas adecuadas para vencer. Si no se dan medios proporcionales a lo complejo del objetivo, no sirve de nada todo lo demás. Mussolini establece leyes especiales para combatir la Mafia.
            6– Mori inicia detenciones masivas, pasea a los mafiosos de cada pueblo atados por las calles para ser insultados y que la gente les pierda el miedo, se manda al exilio a los sospechosos y se ejecuta a los más peligrosos. Los alcaldes y concejales corruptos, los empresarios aliados con la mafia son detenidos y confiscados sus bienes, procesos con cientos de acusados. Se usan militares para grandes batidas y registros masivos. De 1925 a 1931 se logra un éxito total.
            7– No pararse ante los grandes resultados iniciales. Los resultados de Mori fueron espectaculares. La Mafia quedó destruida en sus grandes líneas, los delitos bajaron espectacularmente y su estructura quedó destruida. Pero Mori siguió, atacó a los “guantes amarillos”, o sea, a los mafiosos que estaban en despachos sin mancharse. Se depura incluso el Partido Fascista de mafiosos infiltrados. Pero entonces Mussolini decide ya centrarse en otros temas. Mori es ascendido pero con ello deja la acción, y se da por liquidada a la Mafia, dejando de presionarse tan directamente contra ella. Un error.
            La Mafia tuvo así un respiro. No logró recuperarse pero sí reorganizarse y a partir de 1940 espió y trabajó para los aliados, quienes pactaron con Luky Luciano, con Vitore Genovese, cuyos contactos con Hoffa (dirigente mafioso americano de los sindicatos) estableció el pacto democracia-Mafia que dura aún en Italia.
            Si vemos cómo se trata por parte del sistema el combate a ETA o la delincuencia financiera, vemos que no cumplen ni uno solo de los pasos que se deben seguir. ¿Pura incompetencia?... No, en realidad es una absoluta falta de interés real, absoluto, en resolver los problemas. Están dispuestos a aparentar, a hacer “algo”, no a resolver los problemas de verdad.
            El Sistema se basa en aceptar los problemas mientras no afecten a su esencia, el poder del dinero. Por eso cuando peligra la esencia sí usan los medios necesarios, como pasó en Argelia o Turquía cuando los integristas amenazaron de verdad en tomar el poder.
            Pero el sistema democrático-capitalista puede perfectamente convivir con la Mafia o con la usura y la estafa económica, con la delincuencia. Un terrorismo limitado o la corrupción no necesita combatirlas más que evitando que sean excesivamente generales y evidentes a la opinión pública.
            Democracia es Mafia legal.

www.elcombatiente.com.ar

3 comentarios:

Bernardo de Jujuy dijo...

Excelente nota!!!
Aca tenemos a las mafias de los gordos de los sindicatos y las drogas
Hay que liquidarlos sin piedad porque hacen mucho daño a los inocentes
Saludos!

Anónimo dijo...

ESTIMADO COMPATRIOTA: Lo que se ha publicado es perfectamente demostrable y cierto, pues la variedad de fuentes al respecto son abrumadora pero difíciles de obtener por razones obvias. Atte. ("un respiro de aire fresco ante tanto abrumador desconcierto")

Jorge

Anónimo dijo...

De acuerdo en muchos aspectos, pero no en todos, como por ejemplo con el regimen fascista. Mussolini siempre se vió arrastrado por sus emociones y no por el uso de la razón lógica para combatir la delincuencia, asi como también fué derrotado el ejercito italiano fascista en la 2da Guerra Mundial. El uso de la razón lógica argumentativa está muy carente en regimenes fascistas, no permiten la eficacia de lo que se ejecuta y conducen a la ambigüedad de las vagas ideas sin definir, por eso la derrota es inminente una y otra vez.