Maqueta del nuevo templo de Jerusalen |
¿DELIRIO TALMÚDICO O RELIGIÓN DEL NUEVO ORDEN
MUNDIAL?
Uno de los elementos del Nuevo Orden Mundial
es el elemento religioso. A diferencia de otros movimientos utopistas que
combatieron, muchas veces en forma cruel, las religiones, este trata
inteligentemente de incorporarlas con características propias como ya dijéramos
" se inclina por una religión
universal, en la cual, según sus creencias, cada persona lograría la perfección
(curiosamente similar al ecumenismo que
difunde actualmente la Iglesia Católica)". Al menos de esa manera lo ven
algunos estudiosos. Otros si bien asienten en esto de la licuefacción de todas
las religiones en una, son bastante mas específicos cuando hablan del tema
haciendo referencia al origen talmúdico de la supuesta religión del NOM que lo
pinta como un utopismo mesianista, ello sería lo que impulsa a ciertos personajes
encumbrados de la oligarquía financiera y al mismo Estado de Israel a financiar
proyectos delirantes como la reconstrucción del templo de Jerusalén destruido
por los romanos hace dos mil años y que según
algunas organizaciones sionistas como el Instituto del Templo "Será
entonces un polo de inspiración y
peregrinación para
todos los pueblos... reunificará a la humanidad". Subimos aquí un trabajo realizado
por sectores del tradicionalismo católico, pero que mas allá de esa
particularidad, con la que se puede coincidir o no, explica de forma simple a
que nos referimos cuando hablamos de la religión del Nuevo Orden Mundial
"Pierre Hillard es doctor en ciencias
políticas y un ensayista francés. Es un especialista del mundialismo y critica
lo que interpreta como un proceso tecnocrático de descomposición de las
naciones y de unificación del mundo. Partiendo de sus trabajos sobre las
minorías y los independentismos, remonta progresivamente hasta las fuentes
mesiánicas más antiguas del proyecto mundialista, sus ambiciones y sus metas.
¿La llegada de un Estado mundial es ineluctable? ¿Qué metafísica subace en esa
ambición totalitaria? ¿Quién quiere reconstruir Babel? ¿Qué es el noaquismo?
¿Quién quiere una nueva religión mundial?
Después de haber explorado los secretos de las
organizaciones supra e infraestatales que quieren disolver las naciones,
orienta ahora sus trabajos hacia lo que considera que es el corazón y la matriz
del mundialismo así como su meta final: el
estabelcimiento de una religión mundial dirigida por un pueblo de sacerdotes de
la humanidad.
Esta religión es el noaquismo, y no puede
extenderse plenamente más que después de la destrucción del principal obstáculo
que se encuentra en su camino: la
religión católica romana.
¿Qué es el noaquismo?
Las modificaciones del rito de ordenación de 1968
(“Pontificalis Romani”) demuestran, a partir de textos oficiales que nos
deberían hacer reflexionar, la probable extinción de la sucesión apostólica.
Como la naturaleza no conoce el vacío, esta debe ser reemplazada por otra forma
de espiritualidad llamada noaquismo o religión universal (ley de Noé) que
camina de la mano de una política universal.
El noaquismo provienen directamente del judaïsmo
talmúdico y se aplica únicamente a los gentiles (los no judíos). Esta religión
universal está subdividida en 7 mandamientos: el primero prescribe la
obligación de tener jueces (para hacer respetar las leyes), los otros prohiben
el sacrilegio, el politeísmo, el incesto, el homicidio, y el uso de un miembro
de un animal vivo.
Mientras que los gentiles están dirigidos por
esta religión, el pueblo judío regido por el mosaísmo (la ley de Moisés) es
considerado el pueblo saderdote. este sacerdocio israelita, que constituye el
corazón de la humanidad, es el intermediario entre los gentiles y el Dios único
(el monoteísmo). En este pensamiento, el catolicismo es considerado un
politeísmo a causa del concepto de la Santa Trinidad (idolatría o triteísmo)
según los rabinos talmúdicos)
Para comprender el esquema del noaquismo, la
religión católica debe proceder a una refundición completa que rechace la Santa
Trinidad y la divinidad de Cristo. Esta mutación debe desembocar en el
“catolicismo de Israel”, según la expresión del rabino Elie Benamozegh (“Israel
y la Humanidad”), obra que engloba el pensamiento talmúdico. El autor afirma:
“Todo aquel que abjure la idolatría es un verdadero judío. Todo aquel que
rechace el politeísmo confiesa toda la ley”.
Como prolongación natural de este ideal, el
judaísmo talmúdico reconstruye la unidad de la familia humana para conducirla
hacia un nuevo Jardín del Edén (la perfección se encuentra al final) en la
espera de la llegada del mesías. Lógicamente el rabino Benamozegh precisa: “De ahí
esa hermosa teoría de la Cábala que hace de la unión y de la concordía de los
espíritus en la tierra el medio de llevar a cabo la llegada y el
establecimiento de la divinidad sobre la tierra.”
Esta esperanza de felicidad puramente terrenal
reposa sobre la idea del “progreso”, que encontramos bajo formas variadas en el
marxismo y el liberalismo, se encuentra en completa contradicción con el
catolicismo. La religión trinitaria, que considera que el paso por este mundo
es una serie de pruebas y es como un trampolín, tiene una esperanza celeste.
Estos dos univesalismos son incompatibles. Esto no le ha impedido a las
autoridades de la Iglesia, desde Vativano II, afirmar en una obra titulada “El
pueblo judío y sus santas Escrituras en la Biblia cristiana”, que la “espera
judía mesiánica no es vana” (cap, II, A5). Desde un punto de vista católico,
esta afirmación es una herejía, ya que Cristo es el Mesías, llegado hace 2000
años. Esta contradicción flagrante no ha impedido que este libro, publicado en
2005, tenga como prologista… al cardenal Joseph Ratzinger.
Este noaquismo se impone cada vez más en la
estructuras mentales. El Congreso de los EE.UU adoptó en el marco de la
“Educación Day”, el 26 de marzo de 1991, el reconocimiento de las leyes
noaquidas “como zócalo de la sociedad norteamericana”. Pero parece que las
cosas se aceleran. En efecto, el 23 de septiembre de 2012, todas las
comunidades judías del mundo han llamado, por medio de una breve oración, la
llegada del Mesías (Mashia´h). Para los católicos, esto equivale a llamar al
anticristo. Si tenemos en cuenta la delicuescencia de la Iglesia desde Vaticano
II, esta oración es como una llamada a una mutación profunda. Cierto es que el
mundialismo es un mesianismo con prisas.
http://www.alertadigital.com/2013/08/09/que-es-el-noaquismo/
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