Pasolini: profeta del capitalismo gay |
Orgullo neocapitalista
Juan Manuel de Prada
Que el homosexualismo se ha
convertido en el instrumento más eficaz de la gran revolución neocapitalista es
una evidencia clamorosa.
era el
capitalismo; y profetizó que esa fuerza utilizaría las reivindicaciones de los
ilusos izquierdistas como motor de su triunfo. “El capitalismo –escribió el
genial cineasta y escritor italiano– es hoy el protagonista de una gran revolución interna:se
esta convirtien revolucionariamente, en neocapitalismo. La revolución
neocapitalista se presenta taimadamente como opositora, en compañía de las
fuerzas del mundo que van hacia la izquierda.
En cierto modo, él mismo va hacia la
izquierda. Y yendo (a su modo) hacia la izquierda tiende a englobar todo lo que
marcha hacia la izquierda”. Esta gran intuición de Pasolini lo llevaría a
afirmar, allá por 1972, que la llamada “libertad sexual” no era, en realidad,
sino una vil argucia capitalista que, concediendo “una tan amplia como falsa
tolerancia”, somete aún más y de una manera más vil a los seres humanos,
lucrándose con lo que disfraza de transgresión sexual.
Tras advertir que el neocapitalismo estaba asimilando e instrumentalizando las ideas que los ilusos izquierdistas seguían jaleando, Pasolini realizó la brutal y estremecedora Salò, que no es solamente –como sus comentaristas más lerdos pretenden– una condena del fascismo, sino sobre todo una crítica del capitalismo que se lucra con el discurso de la libertad sexual. El marxista Pasolini fue entonces tildado de “reaccionario” por los ilusos marxistas que seguían predicando la libertad sexual, sin percatarse de que era el nuevo instrumento alienante utilizado por el neocapitalismo revolucionario. Y hoy el homosexual Pasolini habría sido tildado con idéntica virulencia de “homófobo” por los orgullosos promotores del homosexualismo.
Tras advertir que el neocapitalismo estaba asimilando e instrumentalizando las ideas que los ilusos izquierdistas seguían jaleando, Pasolini realizó la brutal y estremecedora Salò, que no es solamente –como sus comentaristas más lerdos pretenden– una condena del fascismo, sino sobre todo una crítica del capitalismo que se lucra con el discurso de la libertad sexual. El marxista Pasolini fue entonces tildado de “reaccionario” por los ilusos marxistas que seguían predicando la libertad sexual, sin percatarse de que era el nuevo instrumento alienante utilizado por el neocapitalismo revolucionario. Y hoy el homosexual Pasolini habría sido tildado con idéntica virulencia de “homófobo” por los orgullosos promotores del homosexualismo.
Que el
homosexualismo se ha convertido en el instrumento más eficaz de la gran
revolución neocapitalista es una evidencia clamorosa. Si hay una batalla que el
neocapitalismo libre con denuedo es la batalla antinatalista. La automatización
de los procesos de producción favorecida por el desarrollo tecnológico necesita
disminuir de forma drástica la mano de obra. Y la revolución neocapitalista
sabe bien que sólo podrá llevar a cabo sus designios suministrando derechos de
bragueta a granel; pues una sociedad infecunda, aparte de favorecer la
disminución de mano de obra, es una sociedad ensimismada en el consumo. O sea,
la sociedad soñada por la revolución neocapitalista.
Pretender presentar la fiesta del Orgullo Gay como una fiesta “reivindicativa” es graciosísimo. ¿Alguien ha oído hablar de algún acto auténticamente subversivo que sea celebrado lo mismo por las izquierdas que por las derechas, lo mismo por las grandes corporaciones que por la prensa sistémica? ¿Alguien concibe un acto de auténtica rebeldía social que sea sufragado igualmente por empresas privadas y poderes públicos? ¿Alguien puede imaginar una fiesta auténticamente contestataria en la que desfilen carrozas patrocinadas por marcas comerciales? ¿Se imaginan una manifestación de refugiados o de trabajadores en paro con carrozas patrocinadas? El Orgullo Gay es la orgía exultante y avasalladora de un neocapitalismo que celebra su éxito arrollador; pues, a la vez que ha conseguido instaurar su modelo social anhelado, ha logrado hacerlo presentándose taimadamente como fuerza opositora. El Orgullo Gay nos confirma que aquella revolución neocapitalista avizorada por Pasolini se ha consumado.
Confundir el Orgullo Gay con un acto reivindicativo es tan surrealista, en fin, como confundir Wonder Woman con una película de Pasolini.
Publicado en ABC el 26 de junio de 2017.
Referencia de interes:
http://redpatrioticargentina.blogspot.com.ar/2015/05/puto-capitalismo.html
http://redpatrioticargentina.blogspot.com.ar/2016/06/progresismo-dogmatizacion-y.html
http://redpatrioticargentina.blogspot.com.ar/2010/10/poder-mundial-y-cultura-gay.html
http://redpatrioticargentina.blogspot.com.ar/2012/03/putos-usureros.html
http://redpatrioticargentina.blogspot.com.ar/2010/11/el-marxismo-capitalista-ataca-de-nuevo.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario