La Argentina no es inviable solo porque tres o diez delincuentes juren
como senadores. Eso viene sucediendo y sucede desde tiempos
inmemoriales. En el Parlamento se han refugiado terroristas, ladrones,
amantes, traidores, imbéciles, junto con personajes que alcanzaron tal
condición por ser populares, mediáticos, o hijos de alguien: de un
guerrillero desaparecido, de una presidente, de un gobernador, de un
empresario corrupto, etc.
La Argentina es inviable porque el Poder Judicial está corrompido hasta el tuétano; con jueces puestos a dedo por el poder político y “operadores judiciales” que mueven los hilos con total impunidad.
La Argentina es inviable porque ante un problema de índole militar, los políticos cortan cabezas de militares y promueven purgas en las FFAA, pero jamás purgan las pútridas estructuras llamadas pomposamente partidos políticos.
La Argentina es inviable porque la inmensa mayoría de la jerarquía eclesiástica es tolerante con el error y la mentira y ellos y la mayoría de los curas son traidores a Cristo y dejaron de ser sacerdotes para ser activistas sociales o simples guerrilleros.
La Argentina es inviable porque la economía y las finanzas públicas están controladas por la banca usurera internacional, que pone en los cargos nacionales clave a sus ex empleados o funcionarios.
La Argentina es inviable porque insiste con fórmulas y programas que siempre fracasaron, diseñados por organizaciones y/o fundaciones mundialistas con nombres rimbombantes y pésimos resultados.
La Argentina es inviable porque olvidó sus orígenes, ignora su misión, y quiere imitar en lo peor a otros países en decadencia que solo pueden mostrar un ficticio y momentáneo bienestar económico.
La Argentina es inviable porque desprecia u olvida a sus héroes y encumbra y premia a mediocres y vulgares personajes mediáticos y populares. La Argentina es inviable porque cualquier cagatintas desaforado es leído o escuchado como si se tratara de un sabio, aunque su pasado y presente señala todo lo contrario.
La Argentina es inviable porque reniega de su pasado histórico, de sus gestas pasadas y recientes; prefiere el caos al orden, la igualdad a la jerarquía y el libertinaje a la autoridad.
La Argentina es inviable porque se hizo apóstata de la fe verdadera y abrazó entonces el marxismo cultural y el liberalismo para todo lo demás. Porque le cambió el significado a las palabras y terminó pensando según vive.
La Argentina es inviable en suma, porque los padres dejamos de ser padres, los maestros dejaron de ser maestros, los jueces dejaron de ser jueces, los médicos dejaron de ser médicos, los militares dejaron de ser militares, los estadistas dejaron su lugar a los polítiqueros… y entonces, los argentinos dejamos de ser argentinos.
La Argentina no es inviable. Es una víctima de nosotros, nuestra maldad, nuestra indiferencia, de nuestra cobardía y nuestra propia ignorancia
La Argentina es inviable porque el Poder Judicial está corrompido hasta el tuétano; con jueces puestos a dedo por el poder político y “operadores judiciales” que mueven los hilos con total impunidad.
La Argentina es inviable porque ante un problema de índole militar, los políticos cortan cabezas de militares y promueven purgas en las FFAA, pero jamás purgan las pútridas estructuras llamadas pomposamente partidos políticos.
La Argentina es inviable porque la inmensa mayoría de la jerarquía eclesiástica es tolerante con el error y la mentira y ellos y la mayoría de los curas son traidores a Cristo y dejaron de ser sacerdotes para ser activistas sociales o simples guerrilleros.
La Argentina es inviable porque la economía y las finanzas públicas están controladas por la banca usurera internacional, que pone en los cargos nacionales clave a sus ex empleados o funcionarios.
La Argentina es inviable porque insiste con fórmulas y programas que siempre fracasaron, diseñados por organizaciones y/o fundaciones mundialistas con nombres rimbombantes y pésimos resultados.
La Argentina es inviable porque olvidó sus orígenes, ignora su misión, y quiere imitar en lo peor a otros países en decadencia que solo pueden mostrar un ficticio y momentáneo bienestar económico.
La Argentina es inviable porque desprecia u olvida a sus héroes y encumbra y premia a mediocres y vulgares personajes mediáticos y populares. La Argentina es inviable porque cualquier cagatintas desaforado es leído o escuchado como si se tratara de un sabio, aunque su pasado y presente señala todo lo contrario.
La Argentina es inviable porque reniega de su pasado histórico, de sus gestas pasadas y recientes; prefiere el caos al orden, la igualdad a la jerarquía y el libertinaje a la autoridad.
La Argentina es inviable porque se hizo apóstata de la fe verdadera y abrazó entonces el marxismo cultural y el liberalismo para todo lo demás. Porque le cambió el significado a las palabras y terminó pensando según vive.
La Argentina es inviable en suma, porque los padres dejamos de ser padres, los maestros dejaron de ser maestros, los jueces dejaron de ser jueces, los médicos dejaron de ser médicos, los militares dejaron de ser militares, los estadistas dejaron su lugar a los polítiqueros… y entonces, los argentinos dejamos de ser argentinos.
La Argentina no es inviable. Es una víctima de nosotros, nuestra maldad, nuestra indiferencia, de nuestra cobardía y nuestra propia ignorancia
La Argentina es inviable porque al prójimo lo vemos como una herramienta o instrumento del que sacar ventajas o hacer uso para nuestro beneficio y prosperidad.
La Argentina es inviable porque la educación primaria, media y superior está en manos de sofistas ideologizados, indoctos, simples técnicos o ignorantes. O todo esto junto.
Nestor Daniel Veiga Gomez
2 comentarios:
Excelente, muy claro. La verdad es que intento ser lo menos pesimista posible, pero me choco con la realidad a diario.
Particularmente creo que perderé la fé totalmente en el pueblo argentino si se terminan llevando la Patagonia, si se la llevan así sin mas y la gente no reacciona ya no habrá vuelta atrás. La Patagonia está vendida pero todavía no está entregada.
Espero Dios nos permita un resurgir patriótico y un cambio radical en la sociedad.
Tenemos pensamientos gemelos tocayo y espero lo mismo.Saludos
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