lunes, 23 de septiembre de 2019

INFLACIÓN Y DINERO BANCARIO II

Claro esta que si el crecimiento excesivo de la masa monetaria genera inflación , y el interés del dinero obliga al aumento la masa monetaria (o a la concentración de la misma en la mano del que posee el capital mayor con lo cual toda la oferta monetaria termina siendo privada y un monopolio ) , la solución propuesta por Milton Friedman es en realidad el problema .

Por Marcelo Sánchez Alonso:
El “interés” y la generación de la “inflación”, lo que los economistas liberales, y marxistas siempre callan:
Ni oposición ni liberales han dicho ni dicen una sola palabra sobre el rol de las “tasas de interés” como factor súper importante en la generación de la inflación.
En efecto, según los críticos y doctrinarios del dogma liberal, la causa de la inflación es “siempre y en todo lugar resultado de la excesiva creación de moneda”.
Por ese motivo Milton Friedman, el maestro y gurú de los monetaristas liberales, promueve la restricción monetaria en términos severísimos, acompañada del aumento enorme del interés bancario.
Para Friedman, el déficit presupuestario es el causante principal de emisión de moneda, aunque la experiencia nos ha demostrado que la eliminación de la emisión ha ocasionado que el Estado se quede sin medios para invertir, y servido para endeudarse con la Banca.
Es así como siguiendo esa doctrina, el país espejo donde se miran los liberales: Estados Unidos, es desde los años 80 y continúa siéndolo el país más endeudado del mundo.
Para colmo, la propuesta de Friedman de “aumentar el interés bancario” (teóricamente para evitar la aparición de dinero crediticio inflacionista) ha llevado a que los servicios de la deuda sean simplemente usurarios.
Veamos el caso de nuestro país Argentina, a lo largo de este último año.
El presidente del BCRA en Octubre del año 2018, siguiendo los consejos monetaristas de Milton Friedman, congelo la Base Monetaria hasta Junio del año 2019.
De manera paralela, el Costo Financiero Total del crédito se ubica por arriba del 120 %.
Vemos que a pesar de haber seguido a rajatabla los consejos de Friedman, pese a la recesión y al congelamiento de la base monetaria, la inflación sigue fuera de control en torno al 4% mensual y aumentando.
Volvamos al tema central, los adoradores del dogma liberal asumen que el interés bancario es una herramienta maravillosa para regular cualquier economía de mercado, y se equivocan de la peor manera, evidencia a la vista.
El interés bancario es el peor veneno de una economía productiva, porque atenta contra el empresario y produce una enorme transferencia de riquezas desde el que trabaja hacia el financista improductivo.
Tanto el costo financiero como los impuestos desmedidos son transferidos del costo hacia el precio y esto se transforma en inflación.
Es un error pensar que si no tomamos crédito ni nos retrasamos con la tarjeta, no hemos de pagar intereses. Pues, el interés está oculto en todos los productos que compramos y en consecuencia es parte componente importante de todos los precios.
Para terminar, lo que hizo el BCRA, institución inservible y expropiadora de riquezas, es comparable al método de la sangría usada por los médicos de la edad media, o también comparable a la copa de ginebra servida en ayunas al alcohólico por la mañana para que se componga.
Lo correcto hubiera sido, para combatir la inflación, eliminar de cuajo el interés del dinero en la economía.
Para lograr esto, es esencial emitir la base monetaria desde el Tesoro, al costo del papel y de la tinta, sin pagar un peso de interés.
Esta emisión primaria con dinero sano libre de intereses debe inyectarse solamente al sector industrial para pagar obras en curso y conforme al avance de la obra, nunca para costear el gasto político.
Con respecto a la emisión secundaria, debe eliminarse por completo, porque los bancos comerciales no deberían crear dinero, jamás, y para esto hay que exigirle a los bancos un coeficiente de encaje del 100 % sobre los depósitos a la vista.
Al no poder crear dinero bancario de la nada y sin sacrificio financiero, los bancos ya no producirían expansión monetaria al otorgar un crédito, y aparte de este beneficio, no habría más inestabilidad del sistema ante el riesgo de una corrida.
Así, el dinero de las cuentas a la vista permanecería en resguardo por el banco, y el depositante no ganaría intereses por el perjuicio que representa atesorar en lugar de invertir.
El dinero electrónico que hoy crean los bancos comerciales utilizando el multiplicador bancario del sistema de reservas fraccionarias, debería ser creado desde el estado, a costo cero como la base monetaria.
Solo así, sería factible monitorear la oferta monetaria en tiempo real, y tener control sobre la misma, también se podría decidir desde el Estado hacia donde queremos que fluya el capital.
Solo si emprendiéramos este camino, podríamos alcanzar la soberanía financiera y con esta, la libertad deseada

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