“Confieso abiertamente todas las ambiciones de fines del siglo XIX. Yo, como otros solemnes chiquilines, traté de anticiparme a la época. Como ellos, intenté adelantarme por diez minutos a la verdad, y encontré que ella se me había adelantado unos 1 800 años. Esforcé la voz gritando mis verdades con una penosa exageración juvenil, y recibí el castigo más adecuado, porque yo conservé mis verdades, pero descubrí luego que si bien mis verdades eran verdades, mis verdades no eran mías.
Me hallé en la ridícula situación de creer que me sostenía sólo: estando en realidad sostenido por toda la cristiandad.
Posiblemente, (y el cielo me perdone) traté de ser original; pero sólo llegué a inventar una copia imperfecta, de las ya existentes tradiciones de la religión civilizada.”
G. K. Chesterton ( Ortodoxia)
G. K. Chesterton ( Ortodoxia)
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