SUCEDIO EN BARCELONA
LA DESMEMORIA HISTORICA DEMOLIENDO EL PASADO
ASESINARON A JOSE ANTONIO EN EL 36 PERO TODAVIA SE LE TEME
Hemos asistido esta semana a un acto más de soterramiento de la historia de España. La hemiplejía del Gobierno socialista sigue sin vacilaciones en el recorrido por la senda que su "Memoria Histórica" trazara y está consiguiendo borrar de la escena nacional, todo aquello que persigue se desconozca. Así, condenando al ostracismo a tantos literatos, a tantas figuras militares y a tantas políticas, consigue reescribir la historia a su gusto y enterrar todos aquellos nombres que no interesa conozcan las nuevas generaciones.
Como con la moral en forma de asignatura en ese caso, demuele a golpe de imposición y si hace falta inventando una ley, todo aquello que recuerda que hay personas que han pensado diferente a la ola marxista. En este caso, la destrucción ha afectado al Monumento que en los 60 se inaugurara en Barcelona, en homenaje a un hombre, que no disparara un tiro en la guerra civil, a un hombre que no se manchara las manos de sangre y al que se condenara y se matara, por parte de los socialistas, en el año 36, por liderar un Movimiento, cuyos principios, hasta desconocían en su mayoría aquellos que decidieron su muerte: José Antonio Primo de Rivera. Este mismo lunes, día 16 comenzó su gesta.
Ahora, los descendientes de aquel rencor, de aquel odio a un en verdad, desconocido, porque sus hombres apoyaron la defensa de los valores tradicionales y en definitiva, participaron del derrocamiento de todo lo que hoy triunfa, eliminan de la Avenida Josep Tarradellas un Monumento en Honor a José Antonio, mientras que el nombre de dicha avenida, en honor a un catalanista, a un hombre de izquierdas, permanece presente en las calles.
Tarradellas formó parte de la oposición contra la dictadura de don Miguel Primo de Rivera, como militante de varios grupos que, en 1931, se integraron en la coalición Esquerra Republicana de Catalunya. Fue elegido secretario general de aquel grupo, que habría de dominar la vida política catalana durante la Segunda República y fue diputado de las Cortes españolas. Tras aprobarse el primer Estatuto de Autonomía de Cataluña en 1932, también fue diputado del Parlamento catalán, consejero de Gobernación y Sanidad y estrecho colaborador del primer presidente de la Generalitat de Catalunya, Macià.
Sin embargo, fue expulsado del gobierno y del partido por desavenencias con Macià en 1933 y más tarde, encarcelado por su implicación en la Revolución de 1934 contra el gobierno derechista de la República. Tras el triunfo electoral del Frente Popular en 1936, volvió a entrar en el gobierno de la Generalidad como consejero de Servicios Públicos, Economía y Finanzas y más tarde como presidente en aquel mismo año.
Fue miembro del Consejo durante toda la Guerra Civil española, pero cayó de la presidencia por los graves enfrentamientos de la retaguardia catalana, entre las fuerzas que apoyaban a la República en 1937. Perdida la guerra en 1939, Tarradellas partió al exilio en Francia.
Tarradellas sí participó activamente en los desmanes de la República, pero a Tarradellas se le puede honrar. Tarradellas se exilió, dejando a sus compañeros en España. Pero su figura, es digna del recuerdo, sí merece ser parte de la historia que enseñar a los jóvenes.
Tarradellas volvió a España en el 77 y lo hizo, en cierta manera, de espaldas de las fuerzas políticas catalanas, que aceptaron los pactos entre el presidente de la Generalidad en el exilio y el Gobierno ucedista presidido por Adolfo Suárez. En el aeropuerto, una hermosa placa, ubicada en lo alto, recoge tan memorable momento histórico. No sólo tiene una avenida, no falta el homenaje a su retorno.
Otro ejemplo sin duda, de las figuras honorables que desde la izquierda se esfuerzan no caiga en el olvido, es el de Lluís Companys: el Presidente de la Generalidad de las Checas, que cuenta hasta con un recinto deportivo con su nombre. Ahora los secesionistas, reclaman incluso que se anule su juicio y el Gobierno socialista ha aprobado gozoso, la declaración de reparación y reconocimiento personal pertinente, que empero, no satisface las demandas radicales.
Bajo el gobierno de Companys, se desencadenó un genocidio brutal en Cataluña, amparado por la Generalidad. En la Ciudad de Barcelona, bajo su mandato, hubo una veintena de checas. Miles de catalanes pasaron por infames torturas en las mismas, algunos pasaban semanas encerrados, a otros, les torturaban cruelmente. Hasta se habla de un horno crematorio de cadáveres, para ocultar los crímenes, en la localidad barcelonesa de Montcada i Reixach.
De julio de 1936 a mayo de 1937, los anarquistas recorrieron Barcelona quemando iglesias, deteniendo a carlistas, católicos, gente de toda índole, por simplemente, creer en Dios, por ser gente de orden.
Se torturó en las checas con hierros candentes, picanas eléctricas en genitales, levantamientos de uñas e introducción de objetos punzantes bajo sus restos o bajo las mismas, mutilaciones, etc. Se recluyó a personas en zulos, con suelos minados de tejas que obstaculizaban poder moverse. Las paredes se calafeteaban de alquitrán por dentro y por fuera, con lo que el calor era sofocante y en algunas paredes se pintaban espirales, círculos, etc, para marear al preso. Todo ello, por supuesto, desaparece de nuestras asignaturas de historia.
n un libro de César Alcalá: "Miles de catalanes padecieron las checas", se recogen estos datos, así como incluso la terrible muerte de un señor: Eusebio Cortés –a modo de ejemplo-, que fue descuartizado en la checa de San Elías –la más monstruosa de las que hubiera en la Ciudad Condal-: Fue descuartizado y alimento de cerdos. Su delito no fue otro que ser católico.
Lluís Companys fue condenado a muerte y fusilado por el Gobierno Franquista, acusado de dos Golpes de Estado y de criminal y por ello, desde posturas secesionistas, tiene todo el beneplácito como víctima, obviándose todas sus fechorías.
Todas estas líneas de la historia de España se borran, igual que las que enaltecerían a José Antonio, si mínimamente se conociera su doctrina. El tratamiento es paradójicamente diferente: a un criminal, se le honra, a un político inteligente, que incluso quiso transmitir sus ideas para evitar la contienda, se le condena al ostracismo.
La historia de España corre grave peligro, sin lugar a dudas.
Frente a lo que queda del Monumento a José Antonio, apenas una docena de Patriotas se congregaron en lo que presuntamente, iba a ser una Concentración Patriótica, a las 11 de la mañana. FE JONS aportó la mayoría de los asistentes. También estuvieron escasos patriotas procedentes de FE La Falange, España 2000 y AJE, amén de 60 ó 70 rojos que insultaban desde el otro lado de la calle. Se rezo un Padre Nuestro frente al Monumento en recuerdo de José Antonio y ahí quedó todo. Desconocemos si la chavalería que acusaba de 'asesinos' a los patriotas conoce la historia, a José Antonio y quiénes son y qué defienden estos. Lamentablemente, tenemos motivos para creer que no, por lo que fueron pasadas por alto sus afirmaciones, lanzadas desde la ignorancia.
Para Agencia de Noticias Nacionales Hispanoamérica Pilar Samper, desde Barcelona, España
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A CONTINUACIÓN UN RELATO DE UN OBSERVADOR DE LOS EVENTOS PRODUCIDOS EN EL LUGAR
QUE SABOR A TRISTEZA TENIA AYER EL VINO
Que tristeza. Ayer desfilaban sonámbulas
Si usted hubiera pasado a eso de las 11 de la mañana habría visto a tres esmirriadas figuras, dos mujeres y un hombre. Ellos si eran España.
El hombre era pequeño, delgado, débil, con su brazo izquierdo vendado, tenia una mirada brillante y si el observador tuviera una gran sensibilidad hubiera visto una luminosidad que lo rodeaba. Los rostros de los tres se mostraban adustos, enojados. Se recostaban a un alambrado que rodea una obra en demolición sobre el cantero central.
Si usted se hubiera quedado en el lugar habría visto que el hombre pequeño y delgado colgaba una gran bandera roja y negra con el símbolo de los reyes católicos en su centro. Las multitudes, accidentalmente nacidas en estas tierras, seguían pasando
Enfrente se juntaban jóvenes, que deberían ser españoles, que tristeza, y que insultaban a las tres figuras esmirriadas. Las figuras no se movieron. A sus espaldas tres obreros bolivianos, ignorantes de lo que hacían, cumplían las ordenes de quienes ordenaron seguir matando a España. Golpes de herramientas destruían poco a poco aquel monumento.
A eso de las once y cuarto unos ocho hombres llegaron apresurados a guarnecer las tres figuras, a guarnecer la bandera, a guarnecer la obra, a guarnecer a España. Venían con su jefe a la cabeza. Las multitudes seguían pasando
Eran 9 militantes de F.E. de las J.O.N.S. con su jefe al frente, un militante de La Falange y una mujer de España 2000, la obra usted ya lo sabe, es el ultimo monumento que queda en Barcelona de José Antonio. El hombre pequeño era nuestro Pater y la luz que lo rodeaba el espíritu inmortal de España.
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