EL SÍMBOLO Y LA CONFESIÓN IDEOLÓGICA DE LA MARCHA |
En el trayecto que habitualmente camino desde mi
lugar de trabajo en la zona de Recoleta hasta la plaza Constitución en la que
abordo un transporte público, he tenido la oportunidad de toparme con una
variopinta fauna que volvía de la movilización del “ni una menos”.
Antes que nada hay que aclarar algo, si bien la
consigna en sí no tiene nada de malo, incluso es reivindicable, la inclinación
política con la que fue hecha es lo repudiable. Nadie en su sano juicio
pensaría que está bien que haya violencia familiar o de género, como
gusta decir al lenguaje progresista, pero la forma en que está encarado por
estos grupos feministas, homosexualistas, lesbianistas y/o neo marxistas tiene
una intencionalidad ideológica clara.
Siendo breve, el neo marxismo, producto de una “modernización” del marxismo
clásico refiriéndolo a la cultura, en manos especialmente de la “Escuela de
Frankfurt”, extiende el concepto de lucha de clases, a esferas por fuera del
ámbito estrictamente económico político y laboral, siendo una de estas esferas
la de lucha de sexos, donde el hombre deviene en una especie de monstruo
que explota a la mujer, y por lo tanto el solo hecho de ser hombre es un
indicio de ser un explotador, mal tratador. El viejo cliché psicobolche
del falofascismo
Este es el espíritu con que los grupos
marcusianos (*) encaran el tema . Lo cierto es que la violencia de hombre
contra mujer existe, pero no es más que una de las múltiples
manifestaciones de la violencia injusta en sí, de una sociedad violenta y
violentada, corrupta y corrompida, desde arriba hacia abajo, violencia dicho
sea de paso- y esto puede ser lo tragicómico del asunto- justificada
sistemáticamente por estos mismos grupos neo marxistas que se rasgan las
vestiduras defendiendo los “derechos humanos” de cuanto asesino, ladrón o
!violador también¡ tiene la mala suerte de caer por fin ante el banquillo de un
tribunal.
Es la paradoja de esos derechos
entendidos como ideología. Los mismos que se felicitan por el garantismo
o abolicionismo penal de jueces, legisladores o funcionarios estatales , piden después
mano dura contra los agresores de un sector determinado de la sociedad.
Entienden que esos derechos son patrimonio de determinados grupos que ellos
identifican como explotados o reprimidos por la violencia institucionalizada:
delincuentes, homosexuales, mujeres, terroristas etc.
Indudablemente, esta gente no entiende que la
persona por nacer tenga derechos humanos dado que reclamaba el cese de la
violencia contra las mujeres vivas pero postulaba la licitud de esa violencia
para con las mujeres y hombres engendrados y en el seno materno. Una de las
consignas de la marcha era el derecho al aborto libre y gratuito
Hecha la aclaración voy a proseguir con mi relato
del periplo desde Recoleta hasta Constitución y que incluso duró sobre el
transporte público en el que me embarqué hasta llegar a mi hogar en la zona sur
del conurbano bonaerense. El primer encuentro con manifestantes lo tuve
llegando a la plaza de los tribunales, donde me topé de frente con una columna
de la agrupación kirchnerista Kolina que se retiraba de la misma, allí me
pregunté contra quien manifestaría esta gente, si ellos son los que administran
el Estado y salvo expresiones de deseos y resmas de leyes que jamás se cumplen
ni mínimamente, no han hecho nada salvo en multitud de casos obstaculizar la
formación de un registro de violadores "por que no se puede estigmatizar".
No voy a presumir que los que estaban allí estaban por ese motivo pero había
muchos "militantes" fumando marihuana
Pero lo mejor vino al terminar de cruzar
diagonalmente dicha plaza, al toparme con el “botón que sirve de muestra” a la
generalidad del militante promedio de esta partidocracia corrupta, el clásico
joven excedido levemente de peso y no muy afecto al trabajo (para evitar decir
gordo vago), con su remera o pechera de la JP Descamisados, su gorra o visera
en la cabeza, su barba crecida de unos días y, como frutilla del postre, dos
infaltables botellas de birra que creo ya habían sido consumidas en nombre de
la revolución "nacional y popular", todo un ciudadano modelo del
mundo progresista. Uno más que no sabe de que se trata y protesta en definitiva
contra su mismo gobierno
Terminada de cruzar la plaza, ya retornando a la
rectitud de una calle que varias cuadras más adelante desembocará en Plaza Constitución, termino llegando a avenida de Mayo, donde al mirar hacia la
derecha veo el tumulto principal abandonando plaza Congreso, donde estaba el grueso de la concurrencia : ese tipo de persona sin
el cual estas movilizaciones no tendrían sentido ni trascendencia, me refiero
al boludo útil, en sus diferentes variedades, el frívolo que sigue
cada una de las manifestaciones que aparecen en la tele, el
rebolu(cionario), generalmente un burgués que sale solo “cuando todos salen”
sino no mueve un dedo, y el que va de buena fe detrás de una consigna positiva
y que es usado por cuanto politiquero ande dando vuelta y que nunca se percata de qué se trata realmente.
Sin detenerme a analizar mucho más, seguí mi
camino ya sin toparme más que con algunas estudiantes de filosofía aisladas,
pero a las pocas cuadras ya ni rastro siquiera de esto.
También pensaba en las deplorables y demagógica declaración
de la Iglesia. Adhiriendo a una marcha, una de cuyas consignas era el aborto
libre y gratuito. Revelan la absoluta confusión en que se desenvuelve la jerarquía de esa institución,
incluso y especialmente las mas encumbradas.
Ya en la plaza Constitución esperé ese colectivo
que uno nunca sabe a ciencia cierta a qué hora va a salir. Entre Por fin subo
al mismo y ya pensando que todo estaba atrás veo a dos chicas con unos kilitos
de más sentadas en el fondo en actitud un tanto cariñosa (no quiero decir que
eran dos gordas tortilleras porque el
INADI se enoja, ¿vio?) que suelen envalentonarse cuando se dan estas
manifestaciones, pero ya sin más miré hacia afuera por la ventanilla
restándoles importancia después de todo es lo que buscan, la atención que
no les dieron desde su niñez en la casa. Pasaban si por mi mente las únicas
manifestaciones públicas y con difusión masiva con un mínimo de sentido común,
la de la presidenta de AVIVI la Asociación de Víctimas de Violación María Elena Leuzzi
"No voy a ir a la marcha
porque no soluciona nada. ¿Vos te pensás que a los jueces y fiscales les
importa esta marcha? Prefiero quedarme y usar ese tiempo para atender a las
víctimas que necesitan mi ayuda por desatención y abandono del Estado"...
"Respeto que marchen, pero la solución es
cambiar el Código Penal; hacer que los hijos de puta que violan y pegan se
pudran 40 años en la cárcel sin beneficios"
Necesitamos que se reforme el Código
Penal y que las condenas sean con cumplimientos efectivos. La mayoría de los
violadores salen libres antes de la mitad de sus condenas cuando está
comprobado que reinciden. En Provincia hay 91 comisarías de la Mujer, ¿para
qué? Si no se hace nada. El Estado no está trabajando, sino las ONG no
estaríamos rebalsadas".
"La falta de justicia y accionar
hace que cada vez más la gente haga justicia por mano propia"...
Mientras miraba los autos y la gente empecé
a pensar en esta nota que ahora está leyendo
Martín Ledesma
De la Agr. Lacebrón Guzman (Buenos Aires)
(*)Herbert
Marcuse fue un filósofo y sociólogo judío de nacionalidad alemana y
estadounidense, una de las principales figuras de la primera generación de la Escuela
de Frankfurt. Sus teorizaciones sobre marxismo y su aplicación a la cultura
presentes en sus libros "Eros y
Civilización" o "El Hombre Unidimensional" son la base de la
cultura hegemónica actual denominada cultura progresista o políticamente
correcta que impera en nuestro país de la mano del Sistema imperante.
1 comentario:
Excelente Camarada Ledesma. Muy buen relato y lo comparto 100%
Enrique Marañon
Publicar un comentario