LAS DEUDAS SE HONRAN, LAS ESTAFAS SE DENUNCIAN
Ante las horas críticas que vive la Nación Argentina la Confederación de Agrupaciones Nacionalistas declara:
1) Oposición absoluta al pago de los distintos conceptos que forman
parte de la llamada Deuda Externa (ya sean servicios, intereses o
arreglos parciales).
2) Denuncia e investigación de los compromisos
y de la deuda contraída desde la época del llamado Proceso de
Reorganización Nacional hasta nuestros días.
3) Denuncia
internacional en todos los foros posibles de la Deuda como una maniobra
política de sometimiento amparada en los organismos de crédito y en los
intereses de la alta finanza.
4) Proceso penal a quienes fueron
protagonistas en nuestro país de llevar adelante la magna estafa
(Presidentes, Ministros, Legisladores, Jueces, comisionistas, etc).
5) Políticas regionales para fortalecer la denuncia internacional.
Porque estamos convencidos que la Nación Argentina tiene recursos
extraordinarios para hacer frente a la finanza que ahoga los Estados
creemos que es necesario e imperioso romper con la trampa que nos
mantiene esclavizados desde hace muchísimos años.
Porque no es cierto que quedamos “fuera del mundo” o que nos hundiremos por falta de inversiones. El “mal ejemplo” y el “honrar las deudas” proclamados por las distintas vertientes del liberalismo es el mismo dogma que desde el siglo XIX vienen promoviendo para mantener encadenado al país detrás del interés extranjero y sus poderes usurarios.
La Argentina no es un país más. Puede levantar su voz y hacerse respetar en el concierto de las naciones. Una clase dirigente desinteresada y amante de su país, que no robe los dineros públicos y que trabaje por el bien común podrá levantar la Nación al lugar que por sus recursos debe ocupar en el mundo.
Porque no es cierto que quedamos “fuera del mundo” o que nos hundiremos por falta de inversiones. El “mal ejemplo” y el “honrar las deudas” proclamados por las distintas vertientes del liberalismo es el mismo dogma que desde el siglo XIX vienen promoviendo para mantener encadenado al país detrás del interés extranjero y sus poderes usurarios.
La Argentina no es un país más. Puede levantar su voz y hacerse respetar en el concierto de las naciones. Una clase dirigente desinteresada y amante de su país, que no robe los dineros públicos y que trabaje por el bien común podrá levantar la Nación al lugar que por sus recursos debe ocupar en el mundo.
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