Las negociaciones por la cuestión de los holdouts en Nueva York se
aceleran, las versiones periodísticas parciales proliferan y se
considera que habría inminentes novedades al respecto pero todavía no se
cuenta con informaciones oficiales concretas, cifras desagregadas de
los puntos que están en discusión ni datos o antecedentes sobre los
mismos.
Sí se sabe, en cambio, que la administración Macri -en el
marco de su política de gobernar con deuda- está desesperada por
arreglar el asunto, que el costo financiero de tal arreglo va a ser
altísimo y que, con ello, el gobierno sólo aspira a concretar su
objetivo fundamental y expreso de volver al mercado internacional de
capitales, esto es, a tomar nueva deuda externa en gran escala.
Con
ello, a la masa impagable de deuda pública heredada de la gestión
Kirchner -más de 300.000 MD (millones de dólares)- se sumará la emisión
de nuevos bonos para pagar los juicios y reclamos de los holdouts con
toma de más deuda (por 15-20.000 MD); y a esto se le agregará después la
nueva gran ola de endeudamiento externo del Estado para financiar obras
públicas y de infraestructura cuya magnitud todavía no se conoce pero
ya está en curso como armado financiero de la deuda nueva.
Una
pieza clave dentro de estas negociaciones con los holdouts -llevadas a
través del mediador Pollack- es el punto ofrecido por el gobierno Macri y
puesto como condición del juez Griesa de que el Congreso Argentino
derogue las leyes cerrojo 26.017 y 26.984 de pago soberano (que creó
además una comisión investigadora de la deuda externa argentina) como
requisito de la propuesta, que está abierta hasta el 29.2.
Esta
instancia de tratamiento parlamentario constituye un arma de doble filo
porque si el Congreso -como parece seguro- aprueba el arreglo con los
holdouts no sólo allanaría el camino a la citada nueva política de
macro-endeudamiento Macri sino que, a la vez, tal aprobación sería usada
para tratar de hacer callar para siempre las críticas sobre
ilegitimidad, insolvencia y responsabilidades por los delitos e
irregularidades del sistema de la deuda.
Para que el gobierno
logre ese objetivo existe la variante que el Ejecutivo no pida al
Congreso una aprobación directa del acuerdo -todavía secreto- con los
holdouts sino sólo la derogación de las dos leyes que lo
obstaculizarían; de modo que el Parlamento le daría así un aval
implícito o cuasi-formal al arreglo convenido con los holdouts.
Ello
podría ser así porque la contracción de más deuda por parte del Estado
ya está autorizada por la Ley 27.198 de Presupuesto 2016 -que dejó
aprobado el kirchnerismo- y que autoriza pagar la totalidad de los
vencimientos de capital que se producen durante el ejercicio (68.000 MD)
con más endeudamiento público y tomar deuda adicional por mayor importe
(91.400 MD), de donde surge una previsión de aumento de la deuda de
23.400 MD en el año.
Esto quiere decir que el Ejecutivo puede
desdoblar el requerimiento al Congreso separando la derogación de las
dos leyes (que hoy no se aplican porque la 26.017 está suspendida y la
26.984 quedó inoperante) del pedido de autorización de la nueva deuda
para pagarles a los holdouts dado que esto último ya lo tiene acordado
por la Ley de Presupuesto 2016 y la continuidad de sus facultades
especiales conexas.
Deviene así indispensable que, en función de
la defensa de los intereses financieros del Estado frente a la nueva
toma de deuda externa en gran escala y sin demostración alguna de
capacidad de repago por parte del gobierno Macri, los legisladores
nacionales estén debidamente advertidos de la naturaleza y gravedad del
problema que va a ser sometido a su aprobación, de la magnitud de las
cifras y compromisos en juego y de la seria responsabilidad que les cabe
ante una maniobra que busca dar por terminada toda discusión
parlamentaria de fondo -todavía pendiente- sobre el problema de la
deuda.
Para evitar un tratamiento engañoso del tema deuda pública a
través de la cuestión de los holdouts, los legisladores que quieran
cumplir a conciencia sus deberes y responsabilidades constitucionales
tienen tres requerimientos concretos -lógicos y esenciales- a reclamar
al gobierno en su condición de tales:
- Exigir al Poder Ejecutivo que eleve al Congreso el texto completo de todos los documentos pactados que forman parte del arreglo con los holdouts, acompañando los antecedentes del caso y con sus debidas traducciones al castellano.
Esto incluye los sub-acuerdos o acuerdos
parciales ya firmados, como el caso de los bonistas italianos, los
fondos Dart Management y Montreux Partners, así como con el fondo
Brecher y otros acreedores.
- Requerir -como parte específica básica del punto anterior- un listado completo, acreedor por acreedor, de los bonos incluidos en la negociación, con la identificación detallada de los títulos involucrados en el arreglo, su importe a valor nominal (capital, intereses y total) y sumas comparadas -en valor absoluto- contra el importe final ofrecido por el gobierno argentino; de modo de poder apreciar -caso por caso- cuál es la diferencia cuantitativa resultante.
En el caso de los
valores nominales, los mismos corresponderían a lo que figura en el
Informe de Deuda Pública del Ministerio de Economía (MECON) como “valor
nominal actualizado en circulación” (producto de valor residual por
coeficiente de capitalización).
Estas informaciones y datos deben
abarcar el detalle de todos los tenedores de bonos holdouts -con o sin
juicio y con o sin sentencia- y no solamente los que tienen acciones
legales contra la argentina; de modo de estar seguros que se trata de
los totales generales (aunque en algunos casos pueda tratarse de cifras
estimadas).
Además, totales aproximados a pagar por conceptos de
capital, intereses y monto, honorarios, asesoramiento, gastos y demás
ítems; para tener idea de los importes que están en juego por estos
rubros y la forma en que se los piensa pagar.
- Condicionar el tratamiento del o de los arreglos firmados con los holdouts al análisis y confección de un Informe Especial de la Auditoría General de la Nación (AGN) al respecto -no vinculante- conteniendo al final todas las observaciones, comentarios y recomendaciones del caso para que los legisladores puedan estar en condiciones de entender tales acuerdos y decidir su voto en consecuencia.
Este último punto debe
incluir además una evaluación específica de la capacidad de pago
proyectada por el gobierno para poder demostrar que el Estado argentino
pueda cumplir en tiempo y forma los nuevos compromisos de deuda firmados
por la administración Macri ad referéndum del Congreso.
La forma
de tratamiento de la cuestión de los holdouts, la transparencia y
claridad de las informaciones de apoyo del arreglo y la decisión final
del Congreso sobre el asunto van a constituir una demostración del grado
de capacidad, honestidad y coraje de la clase política argentina con
representación parlamentaria en relación al problema de la deuda.
Lic. Héctor Giuliano
1 comentario:
Licenciado Hector Giuliano, soy seguidor suyo en los programas de TLV1 y sus comentarios no los he escuchado de otros economistas, a los cuales Ud. respeta, pero creo son MÁSCARAS PAYASESCAS a su lado.
Ud., por razones obvias, no puede decirlo, pero hace muchos pero mucho años he escuchado decir al "afamado" Dr. De Pablo que "es bueno deber, porque así se preocupa el acreedor, no el deudor" (sic) o al Dr. Broda, decir que un famoso banco -del cual no recuerdo ahora el nombre- era muy fuerte y no cerraría sus puertas, días después dejó un tendal en la Pcia. de Santa Fe que hundió a miles de ahorristas, especialmente productores agropecuarios, los "titulares" desaparecieron, el Dr. Broda sigue...
Lo FELICITO por sus claros y CONSTANTES argumentos en bien de dos objetivos pocas veces destacados, la VERDAD y el BIEN COMÚN.
Con respecto a los economistas (no Ud., por supuesto) he acuñado una definición: "Un economista es una persona que vaticina que pasará con la economía y posteriormente explica porqué no pasó"
Atte.
Virulazo Benvenuto
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