Como era lógico y de esperar, la
asunción de Alberto Fernandez y de Cristina Fernandez de Kirchner a la
presidencia y vice de la nación, despertó una oleada de algarabía y desenfreno
(en algunos casos pornográficos) entre sus votantes; los que inmunes a todo
dato de la realidad esperan ilusionados que la nueva dupla gobernante traiga
consigo la solución a los múltiples problemas económicos que padecemos los
argentinos.
Lo que ni estos, ni los otros, ni
casi nadie, tiene en cuenta es que, aquí y en la China, un cambio de gobierno
no significa necesariamente que el Poder cambie de manos. Menos que menos en
nuestra patria sometida desde hace décadas al imperialismo internacional de
dinero.
En ese contexto, el regreso del
kirchnerismo, luego del desastre macrista, representa simplemente el inicio de
un momento que es la continuidad lógica de otro; es decir la continuidad de un
proceso.
Esos dos momentos están dados por
la vigencia de dos modelos económicos que se alternan en la política argentina
desde el siglo pasado; como dos caras de la misma moneda.
Por un lado el modelo que propone el capitalismo liberal, que
consiste en pocas palabras, en lo siguiente: reducción del gasto público (es decir
achicamiento del Estado), rebaja de los impuestos, flexibilización laboral,
estabilidad monetaria y financiamiento externo. Es lo que hicieron en nuestra
historia reciente –salvando detalles-
los militares del Proceso, Carlos Saul Menem y Mauricio Macri.
Por el otro lado, su contraparte,
el populismo de izquierda, que propone: crecimiento del gasto público,
expansión monetaria, reestructuración de la deuda externa, altos impuestos,
retenciones al campo y planes sociales. Es lo que hizo –por ejemplo- el
kirchnerismo.
Las diferencias entre ambos
modelos son claras, pero también es claro algo, y es que ambos coinciden en
seguir atados al poder financiero internacional, a la esclavitud de la deuda,
eh ahí la cuestión. Por ende, cualquier sea el modelo que se aplique –más allá
de algún éxito inicial- está condenado al fracaso.
Los resultados están a la vista.
Periódicamente la Argentina debe enfrentarse a situaciones de
crisis que la retrotraen a su real situación de postración económica y de
sometimiento.
Dicho esto la pregunta que se
impone es la siguiente: ¿Cuál es el modelo que proponen los nacionalistas para
salir adelante?
Pues bien, la propuesta cae de
maduro. En apretada síntesis lo que se necesita es un modelo que ante todo
rompa con la esclavitud de la deuda externa y del financiamiento en desmedro de
los intereses nacionales; y que luego aplique los principios básicos de la
Doctrina Social de la Iglesia, (primacía del bien común, reciprocidad en los
cambios y subsidiaridad); más concretamente, que contemple un adecuado impuso
estatal a la industria y un proteccionismo selectivo a las actividades más
competitivas; junto con la aplicación de la teoría cualitativa de la moneda del
Dr. Walter Beveraggi Allende, es decir, crédito abundante y barato destinado a
la actividad productiva.
Demás está decir que para llevar
adelante esto es indispensable dos cosas, en lo interno, una clase dirigente
patriota y honesta; y en lo internacional, la unidad con los demás países de
nuestra América en torno a un proyecto de construcción de un poder autónomo de
los centros de poder mundial que permita el desarrollo nacional.
No hay otra alternativa, o
retomamos el control de nuestra economía o perecemos.
Edgardo Atilio Moreno
2 comentarios:
Entiendo el hecho que pese a las grandes diferencias del peronismo izquierdista con el neoliberalismo sionista tanto uno como otro se mantienen sometidos a los lobys internacionales. De modo que hoy por hoy los amos siguen siendo el atletismo creciente, la LGTBI,en fin, la Babilonia americana.Sin embargo el texto deja que desear en cuanto a que no analiza y pasa por alta el hecho de que son Néstor Kirchner logró la anulación de la deuda externa,logró nunca antes concretado en argentina. Entonces no parece verosímil esto de que ambas posturas siguen "atadas a la deuda" y sin ánimo de ofender huele a teoría de los dos demonios. Pero estoy abierto a oir más argumentos si los hay. Saludos
Estimado amigo: tiene razón Ud. Esta noticula pasa a vuelo de pájaro varias cuestiones importantes y las deja sin analizar, entre ellas la del supuesto desendeudamiento logrado por la administración kirchnerista. Sin embargo, tal como lo demostró en reiteradas oportunidades el Lic Hector Giuliano, está perfectamente comprobado que ese des-endeudamiento no es más que un mito. En efecto, según datos del Ministerio de Economía, cuando Nestor Kirchner asumió a la presidencia la deuda pública del Estado era de unos 150.000 Millones de Dólares, ahora bien, cuando Cristina Kirchner se despidió del gobierno dejo una deuda pública de más de USD 240.000 millones (https://www.infobae.com/2015/12/10/1775501-cristina-kirchner-se-despidio-una-deuda-publica-mas-usd-240000-millones/) cifra a la que ademas habría que sumarle la deuda a pagar a los holdouts por los juicios perdidos en Nueva York. Lo que paso es que la administración K pagó la deuda a los organismos financieros internacionales contrayendo deuda intra-estatal, es decir tomando los recursos de otros organismos del Estado, principalmente del Anses, del Banco Central y del Banco de la Nación; que administran fondos que no son propios sino de terceros (como son los jubilados) de tal modo que con esta operatoria creció considerablemente la deuda pública interna. Se dirá por supuesto que es mejor tener Deuda Interna, intra-Estado, que tener deuda externa con terceros, pero ello tan solo es así en lo inmediato, ya que no se elimina la cuestión de fondo del endeudamiento, pues no se trata de un “pagaré” donde acreedor y deudor son la misma persona y, por ende, su falta de cumplimiento no tiene consecuencias sobre las Finanzas Públicas, se trata de plata que se tiene que devolver, pues pende sobre nuestra economía la espada de Damocles de la descapitalización de los bancos y del desfinanciamiento del sistema previsional. En definitiva lo que sucedió aquí es que a pesar de que el kirchnerismo fue un pagador serial de los acreedores externos, el país no se libró del problema de la deuda publica, lo único que si logró hacer es poner al país de nuevo en condiciones de volver a endeudarse en el mercado internacional de capitales, que es justamente lo que buscan siempre los usureros, y es lo que Mauricio Macri hizo. De ahí que kirchnerismo y macrismo son las dos caras de la misma moneda. Saludos cordiales. Edgardo Atilio Moreno.
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