Publicado en LewRockwell.com
Los gobiernos aman las crisis porque, cuando la gente tiene
miedo, más deseosa está de renunciar a sus libertades ante gobiernos que
tendrán cuidado de ellos. Después del 11-S, por ejemplo, los americanos
aceptaron una destrucción de sus libertades cuasi total, en
base a las promesas vacuas de seguridad de la llamada PATRIOT Act.
Es irónico que los mismos Demócratas que intentaron derrocar
a Trump por medio de una moción de censura (impeachment) el pasado mes,
por abuso de poder, estén ahora demandando que la administración tome más poder
y autoridad en nombre del combate de un virus que ha matado a mucho menos de
100 americanos.
Declarando una emergencia pandémica el viernes, el
presidente Trump declara el poder de mantener en cuarentena a individuos
sospechosos de ser infectados por el virus y, como se escribe en Politico,
«parar y tomar cualquier avión, tren o automóvil para impedir la expansión de
una enfermedad contagiosa». También puede llamar al ejército para acordonar un
Estado o ciudad norteamericana.
Las autoridades locales y estatales también admiran el
pánico. El alcalde de Champaign, Illinois, firmó un decreto para prohibir la
venta de pistolas y alcohol, y suspender el suministro de agua, gas o
electricidad a cualquier ciudadano. El gobernador de Ohio, simple y
esencialmente, ha cerrado su Estado entero.
El atemorizador principal de la Administración Trump es, sin
duda alguna, Anthony Fauci, jefe del Instituto Nacional de Alergia y
Enfermedades Infecciosas en los Institutos Nacionales de Salud. Fauci es todo
sobre los medios, sirviéndonos con absolutas falsedades para sembrar más pánico
aún. Él testificó al Congreso que la tasa de mortalidad del coronavirus es diez
veces superior a la gripe estacional, una afirmación sin ninguna base
científica.
En Face the Nation, Fauci dio lo mejor de sí mismo para
dañar una economía ya en desplome, declarando: «Ahora mismo, personalmente, yo
mismo, no iría a un restaurante». Apostó por cerrar el país entero por catorce
días.
¿Por qué? ¿Un virus que ha matado como mucho a solo 5000
personas en todo el mundo y menos de 100 en Estados Unidos? Por el contrario,
la tuberculosis, una antigua enfermedad no muy discutida estos días, mató a
casi 1’6 millones de personas en 2017. ¿Dónde está el pánico sobre esto?
En cualquier caso, lo que están demandando personas como
Fauci y otros atemorizadores hará, probablemente, que la enfermedad sea peor.
La ley marcial con la que sueñan dejará a la gente recluida en sus casas en vez
de salir al exterior o a la playa, donde los rayos del sol y el aire fresco les
ayudarían a mejorar su inmunidad. El pánico producido por estos atemorizadores
puede ayudar a expandir la enfermedad, en tanto que masivas aglomeraciones se
generarán en Walmart y Costco para el último rollo de papel higiénico.
La locura sobre el coronavirus no solo se limita a políticos
y miembros de la comunidad médica. El director del neoconservador Atlantic
Council escribió, esta semana, un editorial en el que exigía a la OTAN la
aprobación de una declaración de guerra contra el coronavirus, conforme al
artículo 5. ¿Vamos a enviar tanques y drones para acabar con esos enemigos
microscópicos?
La gente debe preguntarse a sí misma si la “pandemia” del
coronavirus podría ser un gran engaño, con el peligro actual de una enfermedad
masivamente exagerada por aquellos que buscan beneficiarse -política o
financieramente- del consiguiente pánico.
No quiero decir con esto que la enfermedad no sea dañina.
Sin duda, habrá gente que morirá de coronavirus. Aquellos en categorías
vulnerables deben de tomar precauciones para limitar su riesgo de exposición.
Pero hemos visto esta película antes. El gobierno exagera una amenaza como una
excusa para arrebatarnos más libertades. Sin embargo, cuando la amenaza esté
superada, ellos no nos devolverán nuestras libertades.
Dr. RON PAUL
Medico y político del Partido Republicano de EEUU
Publicada por ambito,com
No se trata de cargar las tintas
con nadie. No. Ni con los economistas, ni con los políticos ni con los
periodistas ni mucho menos con los pobres médicos que por guardar nuestra salud
aconsejan arrasar con todas nuestras libertades y derechos civiles. Pero lo
cierto es que algo no funciona en el maremágnum noticioso acerca del monotema
que campea hoy en los medios de todo el planeta: el coronavirus.
Resulta que la producción china
cayó cerca de 13% en el primer bimestre del año contra primer bimestre del año
pasado y las ventas minoristas se desplomaron, Europa muestra caídas abismales
en sus PBI, en Estados Unidos cunde el desconcierto en la administración Trump
y país tras país, región tras región y provincia tras provincia cierran sus
fronteras. Sin embargo, en los medios es poco lo que podemos saber de nuevo de
esta peste que oficialmente mata a solo el 3% de los casos detectados con lo
que la cifra sobre los casos reales es entonces muy inferior. Para colmo el 3%
de pacientes de más de 65 años con antecedentes graves de otras
enfermedades…¿Mata realmente esta peste? ¿O las consecuencias económicas van a
matar muchas más personas? Es difícil saberlo. Lo cierto es que poco se puede
avanzar en el saber acerca del coronavirus más allá de aprender a como lavarse
las manos cantando dos veces seguidas el “Cumpleaños Feliz”, advertir que nos
debemos ubicar a más de un metro uno de otro, saludarnos con los codos y tener
la cortesía de no estornudarle en la cara al prójimo.
Quienes quisieron enterarse de más seguramente se
zambulleron en la web y accedieron así a un cúmulo de leyendas urbanas, de
mitos, medias verdades y falsedades. Entre estas falsedades figuran la “tesis
conspiranoica norteamericana” y la “tesis conspiranoica china”. La primera
esboza que los chinos inventaron este virus con el fin de conquistar Occidente,
enfermar a su población y hacerse de las acciones, bonos y empresas
occidentales a precio vil. La segunda en cambio postula que los militares
norteamericanos introdujeron la enfermedad en China en oportunidad de
celebrarse las Olimpíadas Militares en la ciudad de Wuhan entre el 18 y el 27
de octubre de 2019 (1). Obviamente se trata de dos teorías falsas que no
merecen mayor consideración. Pero mientras conspiranoicos de uno y otro lado se
tiran con munición gruesa, algunos datos relacionados con una empresa biotecnológica
norteamericana y con una droga antiviral en particular pasaron inadvertidos
para el gran público o al menos, la información no fue conectada.
Pues bien: la empresa biotecnológica en cuestión se llama
Gilead Sciences ( BCBA: GILD) y el medicamento, que sería nada menos que la
cura para el coronavirus se llama Remdesivir. Las acciones de la empresa en
cuestión valían u$s1000 hacia fines de septiembre de 2019, y ayer, tras la
terrible corrección bursátil a la baja de semanas valían u$s1690. O sea, un alza
de casi 70% callada y silenciosamente, en medio de una debacle, cosa que
difícilmente ceda mientras el Nasdaq siga titulando en su propio sitio web:
“Gilead Sciences podría ser la primera en derrotar al coronavirus” (2). ¿En que
estado está el testeo del antiviral Remdesivir patentado por Gilead? Pues bien,
lo suficientemente desarrollado como para que el propio Pentágono haya decidido
hace días firmar un contrato con la biotecnológica para proveer esta droga a
todas las tropas norteamericanas (3).
Pero las cosas no quedan allí. El lector seguramente se
vendrá preguntando últimamente como puede ser que China haya comenzado a
derrotar esta peste poco mortal físicamente pero letal para la economía si los
chinos caían enfermos – si no muertos - como moscas. Pues bien, según informa
la revista Time en febrero la biotecnológica china Bright Gene comenzó a
fabricar de manera masiva Remdesivir aún cuando aún no tenía comprados los
derechos a Gilead Sciences, lo que dio origen a una agria discusión entre las
partes lo que sin embargo no impedía que los médicos chinos distribuyeran
masivamente a todo vapor el medicamento (4). Lo cierto es que a inicios de
febrero comenzaron los tratamientos masivos con Remdesivir en China (5) Hasta
aquí, una parte de la información.
Con lo que hemos dicho pareciera que deberíamos vaciar
nuestros bolsillos para levantar un monumento a los científicos que
descubrieron esta droga en tan poco tiempo de forma tal que este virus que no
mata tanto como corta lazos sociales y daña con poder mortífero las economías,
pueda ser rápidamente desterrado de la faz de la tierra. Antes de que el lector
se abalance a buscar los teléfonos de la firma con sede en Foster City,
California, para dar las gracias, es mejor contar con cierta información adicional.
Lo primero que en este punto vale la pena preguntarse es ¿Cómo es que hay una
cura tan rápidamente? Bueno, una primera aproximación a la respuesta es que no
debe extrañar que en esta fase de la globalización las curas aparezcan mucho
tiempo antes que las enfermedades…. Es ese precisamente el caso.
El Remdesivir dista de ser una nueva droga. Gilead la
patentó allá por el 2002 cuando el mundo se aprestaba a luchar contra otro
coronavirus: el del SARS. En aquella época las noticias también provocaron una
fuerte suba en las acciones de Gilead al mismo tiempo que surgían acusaciones
acerca del posible “diseño de laboratorio” del virus del SARS. Eran épocas de
Bush invadiendo Afganistán e Irak. En Gilead el exsecretario de Estado de
Ronald Reagan, George Schultz hacía y deshacía, según lo reconoce la propio
firma en su sitio web (6) Parecía que el SARS invadiría el mundo entero. Pero,
aunque la enfermedad probaba ser muy seria y ciertamente muchísimo más letal
que el Covid-19, aquel virus poseía un claro “talón de Aquiles”: contagiarse el
SARS no era fácil. Era muy mortal….pero muy poco contagioso. Fue así que lo que
parecía un auténtico despegue de la acción de Gilead terminó por ser un fiasco,
de manera tal que el secretario de Defensa de Bush, Donald Rusmfeld,
expresidente de la biotecnológica ( sí: presidente) (7) y principal accionista
de la misma se privó de ganar fortunas con aquella pandemia porque terminó en
breve tiempo con pocos muertos. Así dadas las cosas, Gilead y sus contactos del
Pentágono tenían “el pescado sin vender”. Se lo intentó utilizar entonces en
varios brotes casuales del ébola en África (8), pero hete aquí que los
resultados no fueron nada auspiciosos. El Remdesivir no curaba el ébola.
Así llegamos a la actualidad, con un antiviral que tenía
casi 20 años de vida pero que aparentemente no servía para nada, hasta
que…¡zas! ¡Casualidad! ¡Aparece el coronavirus! Y de la mano del pánico
colectivo por una enfermedad que al revés del SARS no mata a casi nadie, pero
contagia muy fácilmente, la biotecnológica californiana y su accionista
principal el casi nonagenario y muy belicoso Donald Rumsfeld ahora sí parecen
frotarse las manos: ya tienen un contrato con el Pentágono, ganarán fortunas
con China - país que seguramente no querrá ni escuchar hablar acerca de
gallardas olimpíadas militares de nuevo - y seguirán seguramente facturando
altas sumas incluso en Argentina. La acción podrá así seguir subiendo y
subiendo hasta la estratósfera.
Sin embargo….¿Quiere el lector saber la opinión del autor? Pues
bien: la primera salió mal, la segunda salió mal, la tercera es de un tamaño
descomunal por el pánico colectivo causado, así que…. La verdad que esta
historia puede terminar pareciéndose a la película “Los Desconocidos de
Siempre” que allá a finales de los 50 filmó el genial Mario Monicelli y
protagonizaron nada menos que Vittorio Gassman, Marcello Mastroianni, Claudia
Cardinale y el inmortal Totó. Vale la parábola. Si los italianos se despabilan
a tiempo seguramente podrán dirigirse a la sede de Gilead en…¡Milano! En Vía
Melchiore Gioia 26 (9) y “hacerles ver la película” a los directivos de la
biotecnológica. Ojalá no haya que esperar a que los españoles se despierten y
sean ellos quienes lo hagan en la sede madrileña de Gilead en Calle Vía de los
Poblados 3 (10).
¿Cómo era la comedia de Monicelli? Un grupo de pillos se
propone robar una casa de empeño con tan mala suerte que a poco de comenzado el
operativo tienen que ir reduciendo sus ambiciones más y más, hasta que se les
acaba el tiempo y lo único que pueden hacer es comerse una cacerola de pasta
con garbanzos que el dueño dejó en la heladera. Cuando están por saborear el
triste plato deben retirarse a las corridas porque están por pescarlos, por lo
que uno de ellos solo alcanza a manotear un reloj despertador, con tan mala
fortuna que el mismo empieza a sonar ruidosamente en medio de la fuga por lo
que deben tirarlo mientras huyen despavoridos.Al día siguiente, un periódico,
desconcertado titula que un grupo de desconocidos entró a una casa de empeños a
robar un plato de pastas con garbanzos…Como bien dice uno de los personajes:
“Rubare è un mestiere impegnativo, ci vuole gente seria, mica come voi! Voi, al
massimo, potete andare a lavorare!” (“Robar es un emprendimiento. Se necesita
gente seria, no como ustedes, en el mejor de los casos ustedes podrían ir a
trabajar”) Seguramente con el tiempo recordaremos estas historias de otro modo.
Como tras un derrumbe, los escombros se asienten y el polvo se disipa. Y quizás
caeremos en la cuenta de que toda esta alocada historia tenga un objetivo
adicional de orden superior al de ganar dinero: frustrar la reelección de un
auténtico “outsider” en el Partido Republicano: el presidente Donald Trump.
Lic. WALTER GRAZIANO
Economista escritor, periodista y consultor
empresario
1) The Human Price of Wuhan’s Military World Games:
https://bitterwinter.org/the-human-price-of-wuhans-military-world-games/
(2) Gilead Sciences Could Be the First to Beat the
Coronavirus:
https://www.nasdaq.com/articles/gilead-sciences-could-be-the-first-to-beat-the-coronavirus-2020-03-08
(3) Pentagon Strikes Deal With Biotech Firm to Make
Coronavirus Drug Available to Troops:
https://www.voanews.com/science-health/coronavirus-outbreak/pentagon-strikes-deal-biotech-firm-make-coronavirus-drug
(4) A Chinese Drugmaker Has Started Mass-Producing an
Experimental Drug for COVID-19: https://time.com/5782633/covid-19-drug-remdesivir-china/
(5) Coronavirus: Gilead’s Remdesivir Begins Trials as
Researchers Publish Positive In Vitro Results:
http://www.natap.org/2020/newsUpdates/020620_02.htm
(6) George P. Shultz:
https://www.gilead.com/about/leadership/board-of-directors/george-shultz
(7) Donald H. Rumsfeld Named Chairman of Gilead Sciences:
https://www.gilead.com/news-and-press/press-room/press-releases/1997/1/donald-h-rumsfeld-named-chairman-of-gilead-sciences
(8) As the coronavirus spreads, a drug that once raised the
world’s hopes is given a second shot:
https://www.statnews.com/2020/03/16/remdesivir-surges-ahead-against-coronavirus/
(9) Gilead in Italy:
https://www.gilead.com/utility/global-operations/europe/italy
(10) Gilead in Spain:
https://www.gilead.com/utility/global-operations/europe/spain/spanish-translation
1 comentario:
Muy buenos ambos artículos. En nombre de este pánico manufacturado, el maldito régimen de la partidocracia detiene gente a diestra y siniestra por el "gravísimo delito" de estar en la calle (y para muchos, eso equivale a ganarse el pan de cada día). Mientras tanto, muchos de los mismos pelotudos que se rasgan las vestiduras por los desaparecidos de la dictadura, festejan estas detenciones ilegales y arbitrarias.
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