viernes, 10 de julio de 2020

MANIFESTACIÓN CONTRA LA CUARENTENA


DISCURSO (9 DE JULIO 2020)

Queridos amigos:
Primero muchos lo sospechábamos. Muchos al principio creían en que realmente vivimos una crisis sanitaria y hoy ya están completamente desengañados. Cada minuto la gente cree menos en esta cuarentena, cada segundo que pasa hay más gente que se da cuenta de que lo han estado estafando en los últimos 100 días. Que ha sido una cuarentena excesiva, que las cifras están infladas, que hay un aprovechamiento político, que esto es una falsa pandemia. Que se presentan muertes por neumonía como muertes por coronavirus.
La acumulación de evidencias, de datos, de testimonios. Las contradicciones del Presidente de la Nación, sacándose selfies y rodeado de multitudes. Los absurdos de la OMS, que oficialmente ha reconocido que los test por coronavirus arrojan “falsos positivos” y “falsos negativos”. UNICEF diciendo que la cuarentena puede ser más dañina para algunos países que la difusión del coronavirus. El propio Pedro Cahn, médico que responde a Fundacion Huesped (abortista), diciendo que el tapabocas no es necesario y que incluso es contraproducente. Los protocolos para detección de COVID son tan amplios y tan elásticos que prácticamente todo es coronavirus. Recientemente, la propia Carla Vizzotti ha llegado a decir la barbaridad de que “hasta que se demuestre lo contrario, todo resfrío en este invierno es coronavirus”.
El absurdo que estamos viviendo lo vemos todos los días en la calle: policías que deben hacer cumplir la cuarentena hostigando a gente normal que anda en auto. La Gendarmería Nacional, reducida a un brazo del Poder Ejecutivo de Alberto –el presidente abortista y aliado de Cristina Kirchner–, le es dócil. Por lo bajo, todos, todos, nos dicen lo mismo: “Esto es todo un verso, esto es mentira, esto es un circo”. Circovid. Nadie lo cree pero muchos o casi todos se someten.
Las consecuencias son nefastas para la sociedad argentina y también para varios lugares del mundo: miles de empresas quebradas, cientos de miles de puestos de trabajos perdidos, problemas psicológicos, prisión domiciliaria disfrazada de cuarentena, familia que no se ve, que no se abraza hace meses, amigos que no pueden encontrarse, personas que han muerto sin la presencia de sus familias en el momento final. Templos cerrados y Supermercados abiertos. La insolencia de los periodistas en los medios de comunicación, que nos dicen “Quedate en casa” en el mismo momento en que ellos incumplen el distanciamiento social. Como si el periodismo fuese actividad esencial. Sí: es esencial para aterrorizarnos. Para eso sí es esencial el periodismo.
Los tribunales de justicia cerrados. Los colegios paralizados. Los profesores y docentes, en heroica labor, haciendo lo posible para dar clases a través de la virtualidad. Las prepagas han establecido un sistema infame, una estructura en la cual privilegian los posibles casos de COVID por sobre otras enfermedades de dolencias. De repente, no hay en el universo otro enemigo de la salud que el coronavirus. Si te morís por desnutrición no pasa nada. Si te morís porque te mata un delincuente liberado por Zaffaroni no pasa nada. Si se matan personas por nacer con pastillas de misoprostol, compradas por el Gobierno de Kicillof, no pasa nada. Si morís por sobredosis de drogas, sos un número en una estadística. El Gobierno Nacional puede dormir tranquilo, aunque haya desnutrición, delincuencia, aborto, narcotráfico. Esas muertes no importan.
Pero si alguien tiene síntomas, ¡Válgame Dios! ¡Que el mundo entero se detenga! ¡Que el país se congele! ¡Que todos los organismos del Estado se pongan a rastrear a ese pobre desgraciado (y a quienes ese desgraciado haya contactado)!
Todo esto se enfrenta de una sola manera: con lucidez y coraje. Tenemos que organizarnos. Ser sistemáticos. Ser ordenados. Estar unidos y trabajar codo a codo. Esto es el principio apenas. Tenemos el valor para organizarnos, para una batalla prolongada, para no aceptar migajas de libertad. Tenemos el deber de luchar por nosotros, nuestras familias, nuestros hijos, nuestra patria. Con la ayuda de Dios Todopoderoso, sigamos adelante.

JUAN CARLOS MONEDERO (H)

No hay comentarios: