TIGRE

Un día como hoy moría asesinado el Brigadier General Juan Facundo Quiroga en Barranca Yaco, Córdoba. Crimen infame urdido por los salvajes unitarios que traicionaban a la Patria con su proceder aleve y nefasto. El suceso de Barranca Yaco ha cobrado en la historia argentina dimensión propia casi autónoma de su fatal protagonista. La historiografía oficial atribuye el asesinato al General Juan Manuel de Rosas.....todas mentiras!. El bonaerense tributaba un sincero respeto y admiración por el Tigre de los Llanos. Facundo representa hoy el glorioso pasado de los riojanos que no se doblegaron a la limosna gubernamental ni al respaldo acomodaticio. Después de él, del Chacho y de Felipe Varela, la provincia de La Rioja ha entrado en un cono de sombra, a un ostracismo político que la ha desbarrancado de su itinerario de lucha e idealismo, sumergiéndose en la mediocridad y el halago altisonante hacia las autoridades nacionales de turno.

Sepan los hermanos argentinos, que los verdaderos riojanos somos así, porque La Rioja fue, es y seguirá siendo HOGAR DE HEROES, TIERRA DE VALIENTES.

Hermanos argentinos ignorad a los escribas y fariseos que son riojanos porque sólo nacieron aquí, pero que en rigor no lo son, porque para ser riojano se requiere amar a la Patria, tener Coraje y Dignidad.

Al Tigre de los Llanos no lo detuvo la muerte para defender a la Patria, lo hizo a través de sus hijos Juan Ramón Quiroga Fernández (1817-1869) y Juan Facundo Quiroga Fernández (1819-1881), combatiendo en VUELTA DE OBLIGADO a los invasores anglo-franceses en 1845. Tomemos los riojanos la tacuara federal para guerrear a los que comercian con nuestra Soberanía y a los lacayos mercenarios que los apoyan y sostienen.

El General Quiroga quiso entrar en la sombra

Llevando seis o siete degollados de escolta.

Esa cordobesada bochinchera y ladina

(meditaba Quiroga) ¿qué ha de poder con mi alma?

Aquí estoy afianzado y metido en la vida

Como la estaca pampa bien metida en la pampa.

Yo, que he sobrevivido a millares de tardes

Y cuyo nombre pone retemblor en las lanzas,

No he de soltar la vida por esto pedregales.

¿Muere acaso el pampero, se mueren las espadas?

JORGE LUIS BORGES

ENVIO DE: Luis Francisco ASIS DAMASCO (LA RIOJA)