viernes, 27 de marzo de 2009

CRISIS GLOBAL OPORTUNIDAD PARA UNA SEGUNDA INDEPENDENCIA


Hablar de una “Segunda Independencia” en el actual contexto histórico mundial y en función de la realidad argentina, es más que una utopía: es imaginarse un sueño muy extravagante. Es que la Patria ha llegado a una situación tan minúscula y triste de decadencia, al punto de que se confunde casi como una “no existencia”.

El General San Martín sostenía, tratando de convencer a algunos de los congresistas de Tucumán, previo a la Declaración de la Independencia, “que las empresas difíciles están hechas para los hombres de coraje”. Claro que ahora se necesitaría algo más que eso, hasta diría que habría de contar con una dosis importante de temeridad y de locura. Pero acometer dicha empresa exige que el primer paso sea reconocer la realidad en que estamos inmersos, obstáculo difícil de sortear, dado que en nuestra sociedad son dominantes la ignorancia, la corrupción, el espíritu de mediocridad y la anomia.

En principio, una extraña semejanza hace que 200 años más tarde, la Argentina se encuentre en una situación estratégica y geopolítica que guarda cierta similitud general con la que imperaba en 1809/1810, aunque nos separa una diferencia decisiva con la planteada en ese entonces: ahora no tenemos un Imperio Británico interesado en promover, estimular y facilitar nuestra independencia. Nos enfrentamos sí a un mundo convulsionado, como también lo hacía España en esa época, como consecuencia de la Revolución Francesa y las guerras napoleónicas.

Hoy no es un Napoleón el que crea ese clima, sino el Poder del Dinero o “imperialismo internacional del dinero”. Éste, habiendo creado el caos, la confusión y una incertidumbre extrema, a través de la generación de una gigantesca crisis monetaria, financiera y económica - previa revolución cultural exitosa que reemplazó los paradigmas culturales de lo que hasta ahora fueron los vestigios sobrevivientes de la Cristiandad – se apresta a lanzar su asalto para imponer a la humanidad un Nuevo Orden cultural, religioso, político, económico y financiero.

El instrumento de dominación y base material, financiera, tecnológica y científica del Poder del Dinero –que por ahora es el imperio mundial judío-euro-norteamericano - está siendo sacudido por una tempestad que le crea una gran incertidumbre a su población la que, más pronto o más tarde, terminará agitando a sus sociedades en diversos y graves conflictos internos.

Esto no quiere decir que ese Imperio Mundial (judío-euro-norteamericano) esté muerto o en agonía, pero está debilitado y es altamente probable que profundice próximamente su debilidad, como lo estuvo España en ese entonces.

Por lo tanto, es claro que a los sudamericanos y a los argentinos, en particular, se nos presentan ciertas condiciones que – de mantenerse la tendencia, hasta llegar inclusive a desatar la III GM nuclear – podrían configurar la oportunidad para que los argentinos nos liberemos del yugo, de la expoliación y de la esclavitud a la que nos ha sometido el “imperialismo internacional del dinero”.

En los CCP y en Patria Argentina estamos animados de esa convicción, sabiendo que la empresa es difícil, muy arriesgada, llena de obstáculos y trampas, todo lo cual requerirá un alto grado de entrega, de generosidad y de humildad. Sin estas tres últimas condiciones y propósitos, más vale ni empezar, ni siquiera hablar.

¿Qué hay que hacer?

Sería estúpido pretender que alguien haga público una respuesta a esa pregunta, no porque no se tenga una idea sobre ello, sino porque sería proporcionar información al enemigo que “duerme con nosotros”. Además, los argentinos no tiene autoridad moral para exigirnos eso, en principio porque desde hace décadas están eligiendo, aceptado y apoyado a todo tipo de “pelafustanes” e impresentables, vendedores de ilusiones y charlatanes de muy baja condición. De lo contrario la Argentina no habría llegado al grado de postración en que se encuentra.

No obstante, se pueden enunciar ideas básicas orientativas, tales como:

· Asumir un “proyecto nacional”, claramente antagónico al Sistema o Régimen de dominación que nos ha sido impuesto a los argentinos a partir de la derrota de Caseros. A su vez, el mismo será absolutamente ajeno al patronazgo de ideas, movimientos o partidos políticos o jefaturas existentes o que existieron a lo largo de la historia. Debe ser un proyecto “base 0 y fundacional”, de forma tal que el que se adhiere al mismo lo hace con su mochila vacía de ideologías y, de hecho, renuncia a cualquier concepción política pasada. No hay tiempo para perderlo en justificaciones, explicaciones, reivindicaciones y discusiones del pasado.

· Establecer el conjunto de “ideas-fuerza” rectoras, homogéneas y coherentes entre sí, que determinarán las pautas espirituales, morales y culturales sobre la que se basará el sistema político orgánico-funcional del verdadero Estado Nacional Argentino, así como sus principios, derechos y garantías de los ciudadanos y elementos constitutivos del mismo, de forma tal de conformar un “cuerpo doctrinario básico”, sobre el cual se desarrollará la acción de “convencer y educar” al pueblo argentino.

· Procurar la conformación de una “masa crítica” – de ningún modo implica la mayoría - de consenso, que permita influir directa o indirectamente en la opinión pública nacional y se instale como expresión del desaparecido “interés nacional argentino”.

· No participar en el sistema electoral del Sistema o Régimen de dominación, bajo ninguna circunstancia ni causa, alentando la “abstención electoral o no voto”, la “anulación del voto” y en último caso el “voto en blanco”, como las formas más aptas para “deslegitimar el Sistema o Régimen”.

· Instrumentar un “órgano de prensa público, gráfico y radial nacional”, que contribuya periódicamente – desde el punto de vista del interés nacional - a informar sobre la visión de los problemas mundiales y nacionales, así como proporcionar las herramientas culturales, históricas, económicas y políticas que mejor sirvan y se adecuen al “proyecto nacional”.

· Crear “centros de formación” institucionales e informales, destinado a la educación y preparación de los cuadros, a la difusión de las ideas y a la elevación cultural de la población, de forma tal que contribuya a superar la ignorancia y el desinterés por la “cosa pública” y la necesidad de conocer y participar en la vida política.

· Establecer “centros de estudios e investigación” que se dediquen a la consideración de los problemas y soluciones específicas y concretas de los mismos.

· Difundir, denunciar y explicar, en todos los sectores y niveles sociales, buscando la colaboración de organizaciones, instituciones, entidades, grupos de interés privado o público, sociedades, elementos educativos de todo tipo, institutos religiosos, etc., respecto a la “perversidad de la deuda y del endeudamiento personal como estatal”, a la “esencia antinatural de la práctica de la usura y del interés”, en el concepto de que como lo señala el proverbio “el que toma prestado es esclavo del que presta” (22-7).

Resulta obvio que se pueden agregar otras ideas y consideraciones a las enunciadas precedentemente. Estas sólo sirven como punto inicial y al sólo efecto de dar un ejemplo.

Pero tan importante como eso es la calidad y disposición espiritual y de ánimo para encarar la tarea. Es necesario romper la inercia y la indiferencia que nos impone el Sistema o Régimen de dominación o las pseudos soluciones que continuamente nos van proponiendo a través de sus voceros ideológicos u operadores del “establishment”.

Se debe tener conciencia que un proyecto político de esta naturaleza resultará absolutamente incompatible y su existencia inaceptable para los intereses y objetivos del “establishment”. En consecuencia deberá preverse las primereadas del “izquierdo-progresismo” – tropa de choque de la usura internacional y del capitalismo liberal- para adueñarse de las banderas de cualquier proyecto nacional, para luego esterilizarlas o desnaturalizarlas en aras de la nada, como ya lo hicieron con la subversión de los años 70 o más recientemente en diciembre de 2001. Tampoco debería descartarse que apareciera una versión de la “derecha” e inclusive de algún grupo “nacionalista” que obrara en igual sentido y finalidad que el “izquierdo-progresismo”.

La alerta está dada y la llamada está hecha. Pero hay que hacerlo.

¿Y si no se hace? ¡Que Dios nos ampare!

Mientras tanto, desde los CCP y de Patria Argentina seguiremos con nuestro accionar con lo que tengamos y cómo podamos, por lo menos esclareciendo y predisponiendo las voluntades para servir a una causa justa y vital: nada menos que “Reconquistar la Argentina para Dios y para los argentinos”.

Aparentemente y en términos humanos, sabemos que continuamos “arando en el mar”. No tenemos la suerte de ver resultados espectaculares, aunque intuimos que algunas semillas han caído en tierra fertil. Pero la germinación es un misterio de los planes y tiempo de Dios. Nada hay más oculto que lo que germina.

SANTIAGO ROQUE ALONSO

Publicado en Patria Argentina 253 del 11 de marzo del 2009

No hay comentarios: