El espionaje a los opositores y periodistas fue una política instaurada por José Alperovich apenas asumió el poder, hace 9 años. La empresa que se ocupa de ésto es una firma integrada por agentes de la Mossad que el gobernador abona con fondos reservados
 
El
 14 de noviembre de 2003 firmó el Decreto 344/1, expediente Nº 
2214/110-D- 2003. mediante el cual se contrataron los servicios de una 
organización privada de inteligencia. Según reza el decreto para 
“servicios de seguridad e inteligencia en el despacho del titular del 
Poder Ejecutivo y en dependencias de la Gobernación, como así también en
 la sede de la Representación Oficial de la Provincia en la Capital 
Federal”.
Se trata de la firma SIA, Security and Intelligence Addvising,
 con domicilio en avenida General Indalecio Chenaut 1793,  ciudad de 
Buenos Aires, una organización paramilitar internacional conformada por 
agentes del Mossad, el servicio secreto del Estado de Israel, según la 
propia organización declama en su página web www.siacorp.com.
 La SIA tiene filial en Buenos Aires y en varios otros países del mundo 
entre los que se cuentan Chile, Uruguay, Brasil, México y Colombia.
La SIA se describe a si misma como una organización dedicada a “asistir a nuestros clientes para que desarrollen exitosamente sus negocios en ámbitos complejos, y, así, permitirles controlar y erradicar todos los riesgos a través de la preparación de un portfolio en seguridad, inteligencia y protección que sea flexible y a su medida".
La SIA se describe a si misma como una organización dedicada a “asistir a nuestros clientes para que desarrollen exitosamente sus negocios en ámbitos complejos, y, así, permitirles controlar y erradicar todos los riesgos a través de la preparación de un portfolio en seguridad, inteligencia y protección que sea flexible y a su medida".
Los 
agentes entrenados por el Mossad, como otros servicios de inteligencia, 
camuflan sus actividades en todo el mundo por medio de mercenarios, 
empresas fantasmas y sustitución de identidades.
Según afirmó en 
el libro “El Zar” Jaime Salamon, presidente de la Kehilá (comunidad 
judía) en Tucumán, al asumir la gobernación Alperovich se preocupó mucho
 por su seguridad. “Como habían estado Miranda y Bussi en el mismo 
despacho, lo primero que hizo Alperovich fue limpiar todo. No confiaba 
ni en su sombra. Por eso recurrió a una empresa privada que se llamaba 
el Mossad. En la empresa trabajan ex oficiales y se encargó de 
supervisar que no hubieran micrófonos en la Casa de Gobierno por temor a
 las escuchas”, expresó Salamon, que además es dirigente de la DAIA. 
Según
 los periodistas José Sbrocco y Nicolás Balinotti, autores de “El Zar”, 
en verdad a la empresa “que habría recurrido el gobierno tucumano sería 
Security and Intelligence Advising (SIA), que estaba situada en la 
Capital Federal. Se trataba de una empresa especializada en consultoría 
en seguridad, inteligencia y protección”.
“La SIA vino primero a 
inspeccionar el despacho del gobernador para verificar que no hubieran 
micrófonos ocultos. Luego, capacitó a mi gente, en lo que fue una 
capacitación común y corriente”, contó Carlos Suárez Vila, ex jefe de la
 custodia de Alperovich entre 2000 y 2007.
Por otra parte, según 
se relata en el mismo libro, “auditores del Tribunal de Cuentas y 
empleados del área contable de la Casa de Gobierno reconocieron que el 
Mossad continúa trabajando para Alperovich”.
“Escuchan los 
teléfonos, te siguen por la calle. A veces tenemos que hablar desde 
otros teléfonos o reunirnos a escondidas”, dijo un contador que sigue de
 cerca los números de la provincia. 
 
“Les pagan con los gastos reservados”, aseguró la misma fuente.   
 

 
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