sábado, 3 de noviembre de 2012

DEUDA Y FRAGATA

EL EMBARGO DE LA FRAGATA LIBERTAD
(Una advertencia cumplida)

Club Brady
  
Los gravísimos problemas que aquejan a la República han pasado desde hace rato a manos incompetentes, desprovistas en especial  de la sensibilidad indispensable ante cualquier acechanza foránea. Y en el revoltijo de las emociones ingratas, asoma a la memoria el  “Plan Brady”, famoso suceso celebrado como una conquista, cuando en rigor significó la ratificación de una deuda espuria; para peor con nuevas ataduras que beneficiaron a los acreedores. Los cuales —triste ironía— “se habían mordido las uñas” temiendo que la Argentina iniciara un Club de deudores… según  lo destacaba  por entonces el Wall Street Journal. De tal modo el país perdió una excelente ocasión, apareciendo en cambio un verdadero Club de Acreedores.
  
Así como en aquellos tiempos disfrazaron de conquistas a las declinaciones —incluso de la soberanía— luego vino la teatralización del manejo de la deuda externa.    Aparentándose un enfrentamiento personal del presidente de la República con el FMI, como el caballero andante contra un ogro poderoso.     Pero resulta que el monstruo consiguió todo lo que exigía; quedando la secuela de elfos, gnomos y duendes acreedores, a los cuales el paladín resolvía pagarles la cuarta parte de sus pretensiones.                                                                                          
 
Lo adicionalmente más grave de aquellos manejos realizados para consumo local, es que en el exterior hay quienes razonan  con sus propias premisas. Y ahí reside el peligro de jugar con fuego, en lugar de enarbolar las verdaderas razones para considerar críticamente la totalidad de la deuda externa.  Empezando porque ella fue inducida desde el exterior, a raíz del colosal shock petrolero que produjo gran afluencia de recursos y enorme liquidez generadora de serias perturbaciones. Por lo cual, la solución se encontró encomendándoles a los bancos  internacionales la colocación de esos recursos en países que pudieran merecer crédito.
  
Razón esencial
  
Como se ve, gravísima clave de la crisis provocada. Pero además, cumplía desentrañar la sensacional denuncia del prestigioso investigador Guy Sorman, quien en 1987 afirmó que la deuda externa argentina era la estafa del siglo. La razón esencial —decía— por la cual la Argentina no puede pagar es que los miles de millones de dólares prestados por los bancos occidentales fueron, en lo esencial, reexportados a cuentas privadas en Estados Unidos y en Suiza.
  
“En el caso de la Argentina, el Fondo Monetario Internacional estima en un 70% el monto de dichas malversaciones, récord absoluto…” “Pero esta estafa financiera va acompañada de una impostura moral, pues los pobres de América Latina son quienes, en este momento, se ven obligados a pagar esta deuda con una reducción brutal de su nivel de vida” (confrontar “La Nación” del 15/11/87, 4a. Secc. Pág. 6).
Advertencia
  
Otro comentario aparecido en “La Nación” el 8 de febrero de 2004, expresaba que hubo reflexiones críticas en el extranjero por la decisión presidencial de no modificar la quita del 75% para los tenedores de bonos de deuda en default. Y allí vino la advertencia: el “Wall Street Journal” señala que la Argentina no ha mostrado interés en la reestructuración de la deuda con el sector privado extranjero. “En el siglo XIX una demora en pagar una deuda tan grande bien hubiera podido provocar un ataque militar”. Ello acaba de cumplirse con el embargo de la Fragata Libertad…
  
Frente a lo cual la reacción altiva parece consistir en el abandono de la nave… para preservar la soberanía nacional. De tal modo alguien podría decir: “Todo se ha perdido… y además la razón”.
 Extraido de  El Blog de Cabildo

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