Sostenemos que el trabajador argentino, huérfano de una honesta y digna representación, es prisionero de los intereses de unos pocos que dicen representarlos y defender sus derechos. Cuando en realidad lo único que defienden son intereses personales y políticos que atentan contra la dignidad del obrero.
Solo un fuerte espíritu nacionalista lograra restaurar y reencaminar el rumbo actual del trabajador argentino.
Primero de Mayo
¡Obrero y Nacional!
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