Forster: ya tiene comisario el pueblo |
Guillermo Rojas
Mi formación es de la tradición europea, de la Escuela de Fráncfort y en
particular seguí el pensamiento de Walter Benjamín.
Ese es el distintivo del nuevo comisariato de
Corrección Política establecido por el kirchnerismo quien contratara para ese
cometido de dudoso gusto al “intelectual” profesional Ricardo Forster. El
progresismo kirchnerista es lo más concentrado en la materia, reúne la soberbia
propia de los marxistas sabelotodo que durante años hemos detestado en la
universidad, con el cometido de disculpar, tapar o explicar para la gilada la
corrupción política del gobierno desde las lavadoras de Báez hasta la mugre hoy
enjuiciada de Boudou. Reúne en si la perversión intelectual y la corrupción de
la conducta, desde que justificar o sea volver justo lo que es de por si
injusto es la máxima corrupción, Llamar al mal bien y al bien mal.
Esa será parte de su tarea como cuando afirmo
elípticamente de que investigar los chanchullos de vicepresidente es conspirar
para que no haya una sociedad democrática institucionalizada, máxima descalificación con que el sistema
trata de defenderse de los ataques de quienes
quieren desenmascararlo. Solo superado por el clásico “insulto” de fascista.
El
pensamiento “nacional” del kirchnerismo
No resulta curioso que se haya echado mano para
representar al pensamiento nacional a alguien formado justamente en las
antípodas del mismo. El pensamiento de la Escuela de Frankfurt. Totalmente
integrada por judíos paranoicos con el tema del nazismo, es un pensamiento
moldeado por el marxismo, que ha repudiado siempre la nacionalidad declarándose
internacionalista, pero para peor esta variante del marxismo tiene elementos
como para corroer desde las raíces al verdadero pensamiento nacional. Es
esencialmente anticatólico- enemigo de lo judeocristiano- como dirían sus
máximos epígonos como Teodoro Adorno y Max Horkheimer y en una guerra contra
ello centraron todas sus teorizaciones. Con la excusa del pensamiento crítico
no dejarían en pie ninguna de las bases en la que pudiera asentarse un
pensamiento y una cultura auténticamente nacional. Los blancos predilectos son la
familia, las tradiciones y, sobre todo, la creencia en ello, puesto que para
estos teóricos lo que no está de acuerdo con sus tesis simplemente es fascismo o nazismo
No sorprende del kirchnerismo pues este siempre se
ha declarado admirador de todo aquello que tuviera que ver con una visión
revulsiva y tergiversante tanto de la historia como de la cultura en general.
La tendencia a vivir en el mundo del revés: Para ellos la seguridad ciudadana
es el imperio del delito, un matrimonio puede ser celebrado por personas del
mismo sexo, la corrupción de las conductas es sinónimo de institucionalización política. Por lo tanto lo lógico, para esta
gente, es defender el pensamiento nacional destruyéndolo desde la raíz. Ese es
el imperio de lo políticamente correcto según los cánones del progresismo
imperante. Lo gracioso es que para los no kirchneristas, liberales o tan progres como estos la nueva área del estado
es una muestra del “fascismo” del gobierno. Una vuelta más de tuerca a lo
absurdo.
La
nube radioactiva
Forster, representa a lo mas “fana” del espectro K,
los intelectuales orgánicos de Carta Abierta, la gran mayoría tributarios del
mismo pensamiento progresista neo marxista de Frankfurt, y como diría Volkov en
ese pensamiento conviven diferentes cosas disimiles y no fácilmente
compatibilizables En él encontramos restos de un
cristianismo degradado, de un socialismo reivindicativo, de un economicismo
marxista, y de un freudismo en permanente rebelión contra la moral del yo. Si
comparamos el hundimiento del comunismo con una explosión atómica, diríamos que
lo políticamente correcto constituye la nube radioactiva que sigue a la
hecatombe. Nada más
acertado para definir o caracterizar al pensamiento (si es que puede llamárselo
así) del gobierno.
Este
pensamiento concentra el maniqueísmo en la observación de la sociedad. La
cultura y la historia de manera tal que Lo políticamente correcto (siguiendo
a Volkov) representa el bien y lo
políticamente incorrecto representa el mal. El
summun del bien consiste en buscar en las opciones y la tolerancia en los
demás, a menos que las opciones del otro no sean políticamente incorrectas; el
summum del mal se encuentra en los datos que precederían a la opción, ya sean
éstos de carácter étnico, histórico, social, moral e incluso sexual, e incluso
en los avatares humanos. Lo políticamente correcto no atiende a igualdad de
oportunidades alguna en el punto de partida, sino al igualitarismo en los
resultados en el punto de llegada. Los medios que se empleen para lograr
esto no interesan mucho.
Si
tenemos en cuenta que la mayoría de los aficionados a esta tara ideológica son
en su mayoría intelectuales desarraigados comprendemos con la lógica
kirchnerista el por qué de la designación de este personaje como comisario del
pensamiento “nacional”. La forma de pensar de Forster es supra nacional y
anti-nacional mas precisamente. Es una forma de pensar que nació del marxismo
en Alemania, fue difundida por universidades norteamericanas y hoy contamina al
mundo entero predicada por personajes que se dicen tolerantes pero que no
practican la tolerancia. Que hablan de socialismo y militan en el bando del
capitalismo y la democracia burguesa.
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