El cine es una poderosa arma de propaganda, eso lo sabía Griffin cuando dirigía su epopeya sobre el Ku Klux Klan El nacimiento de una nación y también lo sabía Stalin cuando ordenó la producción de Iván el terrible, una épica en la que quería levantar el nacionalismo ruso en el pueblo.
Eso lo saben muy bien quienes controlan Hollywood, la así llamada “meca del cine”. Al año Hollywood distribuye todo tipo de películas que van de la comedia, al terror, al drama, al así denominado “cine de arte”, el musical, el cine épico, etc. Casi la mayor parte de las películas que están en cartelera vienen de Hollywood.
Ahora cuando hablo de Hollywood no me refiero solamente al así llamado “cine comercial” sino al denominado “cine alternativo”, “underground” y al antes mencionado “cine de arte”—etiquetas dadas por círculos cinéfilos demasiado pretenciosos—Hollywood está conformado por múltiples estudios, productores, corporativos, organizaciones, gremios, todo relacionado con intereses financieros.
Detrás de todas esas películas, de todo el goce y enajenación se encuentra la metafísica de Hollywood; materialismo, degradación sexual y baja cultura para mantener a hombres y mujeres enajenados frente a la pantalla.
Quien piense que la maquinaria de Hollywood es puro entretenimiento es que no sabe nada ni de política ni del mundo en el que vivimos.
Se sabe que en los ochenta la administración Reagan ordeno hacer una serie de películas propagandísticas, de ahí tenemosRambo III en donde el héroe pelea contra los soviéticos, Rocky IV donde el villano es Ivan Drago un boxeador soviético, la película Red dawn que narra como un grupo de adolescentes se enfrenta a una invasión comunista. No es necesario expandirnos más en este rublo.
No vamos a negar que existen películas buenas, que hemos disfrutado en algún momento de películas y series hechas en los Estados Unidos pero eso no debe ser un impedimento para hacer una crítica.
La ideología de Hollywood es la ideología posmoderna del goce efímero por encima de cualquier noble virtud, es la supremacía de los valores capitalistas sobre los valores occidentales ancestrales.
Al año Hollywood vomita un sinfín de películas de diversos géneros en los que se hace apología de la comedia vulgar, el entretenimiento soez, el sadismo, las parafilias sexuales y los valores surgidos del Pathos de la democracia: feminismo, LGTB, marxismo cultural, igualitarismo, etc.
La élite del mundo del entretenimiento conoce bien a su público: para los adolescentes tiene películas cargadas de sexo, drogas y música de moda, para las parejas tiene películas románticas, para los idiotas tiene las comedias soeces, para los sádicos y disfuncionales tiene las películas llenas de sangre, violencia y perversiones sexuales. Todas estas películas tan diferentes y para públicos tan variados tienen algo en común: la supremacía del goce.
La misión del hombre posmoderno es este goce efímero, gozar del sexo, gozar de la comida rápida, gozar del partido de futbol, la sociedad occidental tiene por máxima el goce ilimitado, una forma de anestesia.
Todo está hecho para el goce del ser humano, la música está hecha para gozar, la televisión está diseñada para gozar y por supuesto el cine está hecho para el goce del espectador.
En las películas hay una exaltación del goce ilimitado, ya sea en el sexo, en la comida o en la tortura de un individuo, pero la supremacía del goce está ahí.
Lo vemos en la película Bastardos sin gloria de Quentin Tarantino en el que la tortura y asesinato de soldados es el objetivo del goce, lo podemos ver también en la series de películas cómicas American Pie en la que el sexo es el fin del goce.
Para lograr este preciado goce se recurre a la degradación sexual, a la despersonalización de la sexualidad masculina y femenina, a la autodestrucción del cuerpo.
Las películas de Adam Sandler ilustran esta ideología, si lo vemos con un punto crítico todas sus películas siguen un mismo patrón, una misma tendencia, en el que el protagonista un tipo mediocre, algo estúpido después de muchos enredos accede al happy ending y al triunfo del goce. Pongo este ejemplo porque los personajes de Sandler ilustran al hombre posmoderno actual—adicto al sexo, a lo banal, sin identidad, un Hombre-Masa—un triste reflejo del hombre occidental de esta época.
La película Spring breakers de Harmony Korine sigue esta misma tendencia en la que se mezcla la apología por el crimen y el erotismo en la que cuatro chicas siguen a un traficante rapero del tipo wigger como un héroe posmoderno (el cretino, el patán, el criminal como héroe para una civilización agonizante), en lo que se ha convertido en un himno a la generación MTV.
La industria del entretenimiento tiene dos objetivos: mantener al hombre en una anestesia colectiva y como arma de propaganda.
Dentro de la metafísica de Hollywood el enemigo está representado por los antiguos valores occidentales, por eso la maquinaria del entretenimiento los pisotea, los mancilla y los pone ante el espectador como algo retrogrado, un enemigo del goce.
Un ejemplo seria la escena en la que se produce una matanza de vietnamitas con música de Wanger de fondo en Apocalypse now de Francis Ford Coppola, de esta manera el espectador relaciona música clásica, opera wagneriana con muerte, racismo y guerra.
Hollywood sigue la metafísica del arte moderno y posmoderno, en el que existe una ausencia de belleza, una carencia de complejidad cambiada por lo grotesco, lo insano y lo vacío. Actualmente muchas películas carecen de ser un arte elevado, es un “arte” para el Hombre-Masa en el que prima lo más bajo del alma sobre los altos valores de un arte elevado. El humor soez, el sadismo gratuito, el sexo vacío visto como mercancía para atraer al público, las peores patologías humanas expuestas como algo natural.
En una película ya no se necesita un motivo para matar o torturar solo es necesario mostrarlo de la forma más explícita para satisfacer al espectador.
La violencia y el sexo venden, por eso las películas de Tarantino son consideradas “obras maestras” al mostrar a mafiosos negros siendo sodomizados y jóvenes alemanes siendo torturados. La película Naranja mecánica de Kubrick en la que la violencia de forma sádica es vista como algo divertido.
Kubrick—quien se decía era un judío que se odiaba a sí mismo—tergiverso la novela original, que era una dura crítica del conductismo de Skinner, en una fantasía psicodélica de violencia, sexo y drogas.
Esta oscura metafísica nos pone en letargo al entretenernos con estas películas mientras manipula nuestra forma de ver la vida y nuestra cultura.
La película Woodsman mueve al espectador a sentir simpatía por un pedófilo en rehabilitación, adelantándose a los planes del lobby LGTB de declarar la pedofilia como una “orientación sexual” más.
La película Milk con Sean Penn en el papel de un político homosexual fue estrenada en 2008, año del primer triunfo electoral de Barack Obama, el primer presidente afroamericano de ese país, relacionando a ambos personajes como héroes de las “minorías oprimidas” y de esta manera nuestra visión del mundo está siendo manipulada.
Sí estamos siendo manipulados, sí Hollywood es un arma de control mental que envenena a la población occidental con libertinaje, materialismo, relativismo moral, degradación del cuerpo humano y todas las patologías más enfermas vistas como algo “normal”.
Y esta manipulación se extiende a la televisión, la música, el arte, los videojuegos, toda forma de entretenimiento esta de alguna u otra forma manipulada.
Quién quiera creer que es sólo entretenimiento está en su derecho, eso no va a quitar el hecho de que la metafísica de Hollywood esta de alguna u otra manera en nuestro cerebro.
No se trata de hacer un boicot a esta industria, se trata de formarse culturalmente, leer a autores disidentes, tener un criterio propio y ser sobre todo crítico ante las grandes mentiras de Hollywood.
FERNANDO TRUJILLO
Filosofía Disidente
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