La Hispanidad y su gesta civilizadora.
Por Ismael Godoy
Red Patriótica- Lacebron (Capital y GBA)
La hispanidad se entiende como la
herencia cultural española. Y castellana por sobre todo. Hay que entender
que lo que nos une a los americanos no es la cultura nativa, sino la hispana.
Esto en especial a los defensores del “Indigenismo” quienes nos quieren hacer
creer que borrando la cultura heredada de España nos llevara a la integración.
Antes de seguir, no nos oponemos a los justo reclamos de los nativos americanos, que se consideran como marginados, en tanto que no participan de los "beneficios de la civilización", aunque sí de sus perjuicios: explotación, opresión violencia, violación de los derechos humanos, desnutrición, epidemias y pobreza. Pero si nos oponemos a todo tipo de disgregación territorial, puesto que a pueblos de la misma sangre corresponde una patria común.
Continuando, ciertos grupos de izquierda, rechazan la idea de la hispanidad por considerar a los españoles invasores y destructores de civilizaciones, olvidándose que, los incas, los aztecas, los chiriguanos, o los araucanos, eran invasores y conquistadores más despiadados que los mismos españoles. Antes de la llegada de los españoles, los americanos no tenían conciencia de sí mismos como tales, porque pertenecían a sociedades muy desiguales en cuanto a su complejidad, organización y desarrollo técnico. En los extremos estaban las tribus selváticas de cazadores y recolectores y las sociedades imperiales Incas y aztecas. La guerra permanente y el sometimiento del vencido constituían su realidad cotidiana. La multiplicidad de intereses, lenguas, y dioses impedían la convivencia pacífica y la idea de pertenencia a un tronco común. También, las distancias y los accidentes geográficos hacían lo suyo. Los aztecas no sabían de la existencia de los incas y de ningún pueblo al sur de la selva del Darién y a la inversa. Fue España la que creó los lazos de unidad en América, inventándola. Lo hizo a través de la lengua, la religión, el sexo y, también, la espada.
Prueba de ello es la historia del descubrimiento, conquista y colonización de América por parte de los españoles. Antes de 1492 el mundo desconocía América y las sociedades que allí se encontraban, fue España la que las puso al descubierto y la conecto con las demás. Nuestra Patria no nació en 1810 como dice Alberdi, nuestra patria nació al momento del descubrimiento, la independencia es un suceso de desligadura política con la metrópolis, no cultural. Y más que España, fue la Reina Isabel de Castilla la madre del Nuevo Mundo como lo conocemos hoy en día. Prueba de ello es el segundo viaje de Colon que ya no fue un viaje de exploración, sino un viaje con la intención de fundar Colonias en América. Se trataba de fundar pueblos, organizar y catequizar un Estado según el modelo castellano. Los españoles llegaban a América después de la Reconquista, lo que explica su ideal de “guerra santa”, el instinto bélico, su fe ardiente y la mística evangelizadora de los Adelantados. Frente a esto los Reyes católicos declararan al nativo americano hombre libre el 20 de junio de 1495. Puede decirse que lo más importante del descubrimiento es que el hombre americano es un hombre libre, o destinado a serlo. Esto será el sello hispano en América, la idea de tratar al nativo como a un hombre libre mas allá de del deseo de los Adelantados de esclavizarlos. Deseo que fue combatido y denunciado, por hombres como fray Bartolomé de las Casas o fray Antonio de Montesinos. Y es junto con la hispanidad que nos llega el cristianismo a estas tierras, será pues la iglesia la defensora del nativo, quien vele por él, y lo proteja del maltrato y las injusticias de los colonizadores.
Aquí queremos destacar que mediante la intervención hispana, los nativos empezaron a tener una conciencia más integral del mundo y de ellos mismo. Conciencia que es a su vez copartícipe de la conciencia del español americano, es decir la toma de conciencia criolla. El rasgo fundacional del la Hispanidad Americana es la existencia del mestizo o Criollo, que no es ni “indio” ni español, es la combinación de ambos, es un ser nuevo producto de la fusión de dos culturas. Y más específicamente la fusión de la cultura hispana con el conglomerado de culturas americanas precolombinas. En el barroco americano donde encontramos prueba de ello. Al observar los trabajos artísticos y monumentales realizados en América en los siglos XVII se aprecia la conjunción de figuras propias de América en el estilo barroco, prueba cabal de la toma de conciencia de su realidad por parte del americano.
Antes de seguir, no nos oponemos a los justo reclamos de los nativos americanos, que se consideran como marginados, en tanto que no participan de los "beneficios de la civilización", aunque sí de sus perjuicios: explotación, opresión violencia, violación de los derechos humanos, desnutrición, epidemias y pobreza. Pero si nos oponemos a todo tipo de disgregación territorial, puesto que a pueblos de la misma sangre corresponde una patria común.
Continuando, ciertos grupos de izquierda, rechazan la idea de la hispanidad por considerar a los españoles invasores y destructores de civilizaciones, olvidándose que, los incas, los aztecas, los chiriguanos, o los araucanos, eran invasores y conquistadores más despiadados que los mismos españoles. Antes de la llegada de los españoles, los americanos no tenían conciencia de sí mismos como tales, porque pertenecían a sociedades muy desiguales en cuanto a su complejidad, organización y desarrollo técnico. En los extremos estaban las tribus selváticas de cazadores y recolectores y las sociedades imperiales Incas y aztecas. La guerra permanente y el sometimiento del vencido constituían su realidad cotidiana. La multiplicidad de intereses, lenguas, y dioses impedían la convivencia pacífica y la idea de pertenencia a un tronco común. También, las distancias y los accidentes geográficos hacían lo suyo. Los aztecas no sabían de la existencia de los incas y de ningún pueblo al sur de la selva del Darién y a la inversa. Fue España la que creó los lazos de unidad en América, inventándola. Lo hizo a través de la lengua, la religión, el sexo y, también, la espada.
Prueba de ello es la historia del descubrimiento, conquista y colonización de América por parte de los españoles. Antes de 1492 el mundo desconocía América y las sociedades que allí se encontraban, fue España la que las puso al descubierto y la conecto con las demás. Nuestra Patria no nació en 1810 como dice Alberdi, nuestra patria nació al momento del descubrimiento, la independencia es un suceso de desligadura política con la metrópolis, no cultural. Y más que España, fue la Reina Isabel de Castilla la madre del Nuevo Mundo como lo conocemos hoy en día. Prueba de ello es el segundo viaje de Colon que ya no fue un viaje de exploración, sino un viaje con la intención de fundar Colonias en América. Se trataba de fundar pueblos, organizar y catequizar un Estado según el modelo castellano. Los españoles llegaban a América después de la Reconquista, lo que explica su ideal de “guerra santa”, el instinto bélico, su fe ardiente y la mística evangelizadora de los Adelantados. Frente a esto los Reyes católicos declararan al nativo americano hombre libre el 20 de junio de 1495. Puede decirse que lo más importante del descubrimiento es que el hombre americano es un hombre libre, o destinado a serlo. Esto será el sello hispano en América, la idea de tratar al nativo como a un hombre libre mas allá de del deseo de los Adelantados de esclavizarlos. Deseo que fue combatido y denunciado, por hombres como fray Bartolomé de las Casas o fray Antonio de Montesinos. Y es junto con la hispanidad que nos llega el cristianismo a estas tierras, será pues la iglesia la defensora del nativo, quien vele por él, y lo proteja del maltrato y las injusticias de los colonizadores.
Aquí queremos destacar que mediante la intervención hispana, los nativos empezaron a tener una conciencia más integral del mundo y de ellos mismo. Conciencia que es a su vez copartícipe de la conciencia del español americano, es decir la toma de conciencia criolla. El rasgo fundacional del la Hispanidad Americana es la existencia del mestizo o Criollo, que no es ni “indio” ni español, es la combinación de ambos, es un ser nuevo producto de la fusión de dos culturas. Y más específicamente la fusión de la cultura hispana con el conglomerado de culturas americanas precolombinas. En el barroco americano donde encontramos prueba de ello. Al observar los trabajos artísticos y monumentales realizados en América en los siglos XVII se aprecia la conjunción de figuras propias de América en el estilo barroco, prueba cabal de la toma de conciencia de su realidad por parte del americano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario