Los yanquis, quieren "promover el debate" sobre desincriminación del consumo de drogas, o sea hablando mal y pronto quieren la despenalización. El mega-buitre Soros lo había "recomendado" y nuestro gobierno "esta abocado al tema". Ya sabemos cual será el resultado
"NUEVA YORK.- En un cambio de sus posturas históricas,
Estados Unidos, artífice de la guerra contra las drogas, planteó que
está dispuesto a exhibir una mayor "tolerancia" hacia las políticas
antinarcóticas que ensayen otros países y a adoptar una interpretación
más "flexible" de las convenciones de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU).
La posición, fijada por William Brownfield,
secretario adjunto del Departamento de Estado para Narcóticos, coincide
en la Argentina con el debate que promueven ciertos sectores del
Gobierno, y que terminó de instalar el titular de la Sedronar, Juan
Carlos Molina, respecto de promover una ley de despenalización del consumo de drogas.
"Las
cosas han cambiado desde 1961", graficó Brownfield en referencia al año
cuando se aprobó la Convención Única sobre Estupefacientes, sobre la
que se montó el andamiaje actual de leyes para controlar las drogas y el
narcotráfico. "Debemos tener suficiente flexibilidad para integrar esos
cambios en nuestras políticas", agregó.
Brownfield, el
funcionario de mayor rango del Departamento de Estado para la política
de drogas y la lucha contra el narcotráfico, se reunió en Nueva York con
medios extranjeros, entre ellos, LA NACION, para discutir las
tendencias globales a dos años de una sesión especial de la Asamblea
General de la ONU (Ungass, según sus siglas en inglés), la primera gran
cita global del debate actual sobre la prohibición y la legalización.
Pulido
y preciso en sus palabras, Brownfield ratificó el compromiso de Estados
Unidos con las convenciones de la ONU y la lucha contra el crimen
organizado, pero dijo que debía haber una "interpretación flexible" de
esos acuerdos globales y había que "aceptar" y "tolerar" que algunos
países legalizaran drogas.
Nunca antes un funcionario del gobierno
federal de Estados Unidos había aludido a tolerancia y flexibilidad al
hablar de alternativas a la prohibición de drogas.
"Ése es nuestro
mantra", señaló. "Todos estamos obligados, porque hemos firmado y
ratificado las convenciones sobre control de drogas, a obedecer las
convenciones. Pero dentro de la flexibilidad de esas convenciones,
tenemos que ser tolerantes con los diferentes países que, en respuesta a
sus propias circunstancias y condiciones, exploran y usan diferentes
políticas de control de drogas", puntualizó luego.
El matiz
brindado por Brownfield no hace más que reconocer una realidad que ha
llegado, literalmente, hasta la puerta de la Casa Blanca: el Distrito de
Columbia, Alaska y Oregon se encaminan a legalizar el cannabis en las
próximas elecciones legislativas. En Washington y Colorado, que
legalizaron en 2012, ya se puede comprar marihuana como si se comprara
una botella de vino.
Las declaraciones de Brownfield marcan un
nuevo distanciamiento del gobierno de Barack Obama respecto de la guerra
contra las drogas, muy desprestigiada dentro de Estados Unidos: ocho de
cada diez norteamericanos creen que ha fracasado. Brownfield dijo que
no hay una ley, política o estrategia que sea perfecta y que no requiera
ajustes.
La actualización de la postura de Estados Unidos llega
además en momentos en los que el debate acerca de la despenalización o
la legalización de drogas ha cobrado relevancia en América latina,
principal productor y exportador de cocaína y marihuana del planeta.
El
gobierno de Cristina Kirchner se ha mostrado partidario de avanzar
hacia la despenalización del consumo de drogas, una iniciativa que no
fue bien recibida por la oposición ni la Iglesia, donde consideran que
en la Argentina no existe el contexto apropiado para ese debate. El papa
Francisco se opone, según dijo el "padre Pepe", José María Di Paola,
uno de los curas reconocidos por su acción en las villas.
En
México, que ha sufrido como ningún otro el golpe del narcotráfico y ha
despenalizado la tenencia, se debate la legalización de la marihuana en
el Distrito Federal. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos,
impulsor del debate, ha dado el visto bueno para el uso medicinal del
cannabis en su país. Uruguay se convirtió el año anterior en el primer
país del mundo en legalizar el consumo, la distribución y la producción
de la hierba.
Brownfield se preocupó por insistir en que, más allá
de la política por la que se opte, los países deben recordar que el
objetivo primordial de la política de drogas es prevenir el abuso y
proteger a los sectores más vulnerables.
"El mensaje que quiero
entregarles es que el gobierno de los Estados Unidos está abordando esta
cuestión de una manera pragmática", definió el diplomático.
"Nuestro
objetivo es asegurar que, pase lo que pase, recordemos que nuestras
políticas, nuestras estrategias, nuestros acuerdos internacionales sean
coherentes con el deseo de reducir, no aumentar, sino reducir el número
de personas que abusan de drogas que son tóxicas y adictivas", enfatizó.
La
Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (Onudd),
que dirige el ruso Yuri Fedotov, ha mantenido una línea dura respecto de
las flexibilizaciones en las políticas de drogas, aunque ha reconocido
que la despenalización puede ser eficaz para descongestionar las
cárceles y destinar más recursos al tratamiento de la adicción."
Fte.Diario La Nación
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