UN AJUSTADOR DE PALADAR NEGRO |
Desde una de las centrales de la oligarquia financiara global desembarca un personaje con intenciones de colaborar con el actual ministro Prat Gay, quien fuera ejecutivo, al igual que él, de JP Morgan. Viene a darnos "la buena nueva" del ajuste sin fin. Su discurso económico es similar al de la época de Menem o la de Martinez de Hoz. Pelicula repetida.
Una nueva estrella del firmamento financiero global, acaba de desembarcar en el Gobierno Nacional, se trata de Vladimir Werning, Director ejecutivo y jefe para Latinoamérica de JP Morgan.
el mismo Werning le confirmó a Infobae que dejará el banco estadounidense para unirse al Ministerio de Economía como jefe de asesores del minsitro Prat Gay. El especialista, dice el portal: “goza de alta reputación en Wall Street”.
En una entrevista en el diario español El Mundo, Wening, asegura que los países emergentes como el nuestro deben si o si, promover un ajuste y bajar el consumo para sortear la “crisis” global.
Continua el economista: “Creo que varios Gobiernos tenían esa
impresión a principios de año. Los precios son volátiles e igual que
sorprenden a la baja podrían eventualmente rebotar. Pero, con el ajuste
de precios internacionales más reciente y la incertidumbre sobre China,
ha aumentado la conciencia de los funcionarios sobre la mayor
probabilidad de escenarios difíciles para el crecimiento. Reconocer un
diagnóstico más realista es sólo la mitad del desafío;el siguiente paso supone aplicar ajustes, lo que no es sencillo.
En la época de bonanza se hicieron muchas promesas, se extendieron
derechos económicos que ahora se perciben como adquiridos y creció el
tamaño del Estado del bienestar. Reajustar las expectativas a la realidad es políticamente incómodo.”
“Los datos del segundo trimestre muestran contracciones en las tres
regiones emergentes. Eso sí: la caída de los precio de materias primas
afecta negativamente a América Latina y debería beneficiar a la Asia
emergente. Así, el ajuste de Asia resulta relativamente más
sorprendente. En América Latina, a diferencia de la crisis de 2008-2009,
no hay espacio para relajar la política monetaria
-debido a inflación alta o a los déficit de cuenta corriente- y tampoco
la fiscal -por el alto nivel de gasto y la pérdida de recursos debida a
la caída de los precios de materias primas-. Así que la inversión está
deprimida y, debido a los déficit por cuenta corriente, hay poco espacio
para que rebote. La única opción es que se modere el consumo,
y en esa transición se encuentra hoy la región. Encima, estas economías
también están en un proceso de ajuste de costos en dólares, pues perdieron mucha competitividad por la inflación generada por las políticas procíclicas fiscales y monetarias de años pasados.”
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