Lección de hipocresía
Por Martín Ledesma
Los nacionalistas solemos decir que este es un sistema perverso. El mismo consta de la ficción de ser un sistema “plural” y, por lo tanto, donde las opiniones y posiciones de los distintos actores que se manejan en nuestra sacrosanta democracia son totalmente independientes unas de otras. Nosotros, los nacionalistas, siempre señalamos que esto es una pantalla, y que la independencia de estos actores (partidos políticos) no son independientes, sino manejados por el verdadero poder detrás de ellos, a través de dádivas, extorsiones, financiamiento y, cuando no, la amenaza, sobre todo a la lapidación pública en los grandes medios de comunicación. Este es el poder que denominamos "poder financiero internacional"
Dicho esto, se entenderá más fácilmente que dentro de esta
verdadera obra de títeres llamada parlamento cada títere tiene un papel, un rol
que cumplir, y, como todos sabemos, una obra de títeres tiene un desarrollo y
un final ya pautado por el escritor de la obra. Los títeres no se salen de lo
que tienen que decir y hacer para llegar al desenlace ya pautado.
En este reparto de papeles a la izquierda o progresistas le corresponde el papel de “defensor de
los desvalidos”, o lo que el sistema considera desvalidos o quiere hacer creer
que son los desvalidos. Pero como vengo diciendo, esto no es un fin en sí mismo,
es la parte del papel que les toca jugar para llegar al final (objetivo)
deseado por el titiritero. No es por mero amor a la humanidad que la izquierda
siempre enarbola la bandera de la defensa de lo más marginal de la sociedad, esa
es su función, cubrir en un halo de heroísmo a los agentes principales de la
decadencia del denominado occidente.
Entre este conjunto de marginales “desvalidos” defendidos
por los progresistas se encuentra, como la niña mimada de la izquierda, los
delincuentes de toda laya, preferentemente los asaltantes y asesinos. Son
defendidos con mil argumentos, entre los que se destaca que son “victimas
sociales”, que no tuvieron oportunidad a la educación, que son personas que lo
hacen para sobrevivir, etc. Todo lo que ya hemos escuchado mil veces de los
pretendidos “defensores de los derechos humanos” y los defensores de la tesis
de la “lucha de clases”. Y en última instancia la culpa “es de todos”, de “la
sociedad”, licuando la responsabilidad de un delincuente en todo el conjunto
social como argumento efectivo para dejar impune al mismo.
En realidad, les importa nada la causa de la marginalidad de
estos sujetos, es todo una excusa para que estos agentes de desorden sigan
libres causando caos social y hacer más manejable la población para los
verdaderos dueño del poder detrás de las instituciones políticas formales (lo
que más arriba llamamos poder financiero internacional).
Otro ítem que suele usar la izquierda como caballito de
batalla es la de la “defensa de la mujer”, y otra vez la utilizan no porque les
interese realmente la mujer, sino como otra arma de división social, la del feminismo como excusa de constante
conflicto con su supuesto enemigo, el hombre. Toda una maraña de argumentos de
supuesta opresión histórica del hombre sobre la mujer para justificar una lucha
de sexos absurda y autodestructiva.
El problema llega cuando una mujer es violada y asesinada por
un delincuente. ¿A quién va a defender la izquierda? A la “oprimida” en la
lucha de sexos o al “oprimido” en la “lucha de clases”. Pues esto se
resuelve muy ingeniosamente por los progres. Se organiza una marcha denominada “ni una menos”, donde gente ingenua
acude pensando que realmente tiene por objetivo defender a la mujer, y se grita
y chilla a los cuatro vientos contra la causa de los asesinatos y las
violaciones. El sentido común nos diría que los culpables son los asesinos y
los violadores… pues no para los progresistas, la culpa es, según ellos, del “patriarcado”,
del “machismo” y también de todos los
hombres, quienes en el imaginario feminista vendríamos a ser como una
especie de perpetuadores y aplaudidores de la “cultura del machismo” y por lo
tanto alentamos y aprobamos el accionar de gente (si así se le puede llamar) que
viola y asesina mujeres.
Y así se queda bien con Dios y con el diablo. El violador impune mientras se vocifera a
los cuatro vientos la aberración de la violación. El asesino suelto, mientras se hacen tan ridículas como ineficaces exhibiciones
de senos por parte de feministas en contra del asesinato de mujeres.
¿No me cree que es así? A las pruebas me remito. Veamos cómo
votaron los denominados progres, incluyendo sus más reconocidos y más acérrimos
defensores del feminismo y adherentes al “ni una menos”, el proyecto de ley
para endurecer las penas de los violadores y asesinos entre otros delitos. (Esto
los grandes medios lo ocultan sistemáticamente, no quieren “levantar la perdiz”
de la hipocresía detrás de toda esa parafernalia del “ni una menos”).
El hijo de la abu...
Victoria Donda Perez, de Libres del sur, votó en contra
Vicky: Ex cristinista, actual anticristinista, habil en el arte de panquequear
Máximo Kirchner, De Frente para la victoria, votó en contra
Quedó exhausto después de levantar la mano para votar en contra
Ella ya ganó el concurso de doble discurso
Además, hubo referentes importantes que estuvieron ausentes
en la sesión como:
Por la UCR:
Ricardo Alfonsín y Alejandro Echegaray
Por el Frente para la Victoria:
Julio Devido, el “Aguanta Dictadura” Juan Cabandié, el ex
ministro de economía Axel Kicilloff y el ex montonero Carlos Kunkel.
Hermes Binner por el Partido Socialista
El banquero (o funde bancos impune) “rebelde” Carlos Heller por el partido Solidario Sí.
La denunciadora que vaya a saber uno de donde saca la info (¿Embajada de EEUU?) Elisa Carrió, de la Coalición Cívica.
El banquero (o funde bancos impune) “rebelde” Carlos Heller por el partido Solidario Sí.
La denunciadora que vaya a saber uno de donde saca la info (¿Embajada de EEUU?) Elisa Carrió, de la Coalición Cívica.
1 comentario:
Excelente nota.
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