ARGENTINO, PATRIOTA Y SOLDADO
Por Ricardo Martín Bustamante
El 28 de mayo se cumplen los 25 años de la caída en combate de un argentino ilustre. Ilustre no por que lo adornaran las luminarias del éxito mundano y el reconocimiento publico, sino todo lo contrario, podemos decir que es tan heroico como anónimo. Como esas obras de arte medievales que los autores no firmaban, pues solo les interesaba el reconocimiento que Dios le pudiere dar a la misma y que por ello la hacían, para agradarlo.simplemente
El 28 de mayo se cumplen los 25 años de la caída en combate de un argentino ilustre. Ilustre no por que lo adornaran las luminarias del éxito mundano y el reconocimiento publico, sino todo lo contrario, podemos decir que es tan heroico como anónimo. Como esas obras de arte medievales que los autores no firmaban, pues solo les interesaba el reconocimiento que Dios le pudiere dar a la misma y que por ello la hacían, para agradarlo.simplemente
Mas desconocido sería este soldado sin par, si alguien no hubiera tenido el buen tino de colocar un recordatorio de la postrer y admirable carta que le enviara a su padre, en una estación de Subterráneos de la Capital Federal, para que algún argentino bien nacido pudiera investigar y asombrarse de que aquí mismo y hace poco, había hombres comparables con los guerreros de Termopilas, con los caballeros españoles, los cruzados o los guerreros japoneses seguidores de Bushido. El espíritu heroico es algo universal
En esta Argentina democrática donde cualquier héroe es “desmitrificado” por los O'donell o los Gracia Hmilton, parecería que es mejor que nuestro Tte. Estevez sea casi ignorado. No hace falta ser conocido para ser héroe y si parece hacer falta autógrafos y focos de luz para los antihéroes, de costumbres degradadas y alma negra, a los que se les dice Dios y para peor se lo creen.
Por todo ello queremos hoy rescatar algunas cosas importantes de este joven que viviera una corta y fecunda vida, mas fecunda que la de muchos viejos que han pasado la suya tratando de salvarla, sustrayéndose al riesgo, al peligro, a la lucha.
La caída en combate de nuestro Teniente en la batalla de Ganso Verde durante la gesta de Malvinas nos lo muestra como un gaucho argentino cabal, con todo lo que conlleva ello, la espiritualidad netamente católica. La valentía: Va al primer lugar del combate a poner el pecho al fuego del invasor colonialista para cubrir la retirada de sus camaradas. El resignado espíritu de sacrificio que nos recuerda aquella frase evangélica “ No hay nada mas hermoso que dar la vida por los amigos”. Le dice al capellán que era “justamente lo que esperaba” estar en la primera línea de combate cubriendo el repliegue de una compañía, aquella terrible noche del 28 de mayo, cuando los ingleses se empeñaron a pleno con los paracaidistas y la infantería de marina apoyados por el cañoneo de las fragatas.
Nuestro teniente, como los míticos soldados de Obligado les enseñaría como lucha y como muere un gaucho argentino. No rindió su posición cuando cualquier otro militar la hubiera evacuado, estando el enemigo a menos de 100 metros, perforado por varios balazos seguía combatiendo y dando ordenes a sus subordinados. Claramente manifestó que no se replegaría. Ante su heroica muerte podríamos parafrasear a Martín Fierro ante la muerte de Cruz:
En esta Argentina democrática donde cualquier héroe es “desmitrificado” por los O'donell o los Gracia Hmilton, parecería que es mejor que nuestro Tte. Estevez sea casi ignorado. No hace falta ser conocido para ser héroe y si parece hacer falta autógrafos y focos de luz para los antihéroes, de costumbres degradadas y alma negra, a los que se les dice Dios y para peor se lo creen.
Por todo ello queremos hoy rescatar algunas cosas importantes de este joven que viviera una corta y fecunda vida, mas fecunda que la de muchos viejos que han pasado la suya tratando de salvarla, sustrayéndose al riesgo, al peligro, a la lucha.
La caída en combate de nuestro Teniente en la batalla de Ganso Verde durante la gesta de Malvinas nos lo muestra como un gaucho argentino cabal, con todo lo que conlleva ello, la espiritualidad netamente católica. La valentía: Va al primer lugar del combate a poner el pecho al fuego del invasor colonialista para cubrir la retirada de sus camaradas. El resignado espíritu de sacrificio que nos recuerda aquella frase evangélica “ No hay nada mas hermoso que dar la vida por los amigos”. Le dice al capellán que era “justamente lo que esperaba” estar en la primera línea de combate cubriendo el repliegue de una compañía, aquella terrible noche del 28 de mayo, cuando los ingleses se empeñaron a pleno con los paracaidistas y la infantería de marina apoyados por el cañoneo de las fragatas.
Nuestro teniente, como los míticos soldados de Obligado les enseñaría como lucha y como muere un gaucho argentino. No rindió su posición cuando cualquier otro militar la hubiera evacuado, estando el enemigo a menos de 100 metros, perforado por varios balazos seguía combatiendo y dando ordenes a sus subordinados. Claramente manifestó que no se replegaría. Ante su heroica muerte podríamos parafrasear a Martín Fierro ante la muerte de Cruz:
Hombre que tanto sirvió/ varón que fue tan prudente/ por criollo y por valiente/ en el desierto murió
Desde chico demostró inclinaciones nacionalistas y patrióticas, lo cuenta en la carta póstuma que dirige a su padre. Ya en aquel entonces el anhelo de Roberto era a servir a algo que intuía superior, a esa unidad de destino que luego amaría locamente por amor a Dios: La Argentina.
Ya en aquel entonces la causa Malvinas estaba presente en su espíritu. Hasta sus juegos de niño estarían orientados a la recuperación de la soberanía conculcada de la Patria y así se rebelaría su vocación tendiente a defenderla.
En el momento supremo de luchar no se preguntó si era oportuno hacerlo. No actuó con la mente de un político, sino con la de un patriota dispuesto a entregarlo todo sin pedir absolutamente nada. Es que el patriotismo llevado a la heroicidad implica la magnanimidad. Aplicar la grandeza del alma ordenada a las necesidades superiores de la Patria y de ser necesario como en el caso de nuestro Teniente a morir por ella. Nada tenia mas valor para él que cumplir con ese mandato, ni su propia vida ofrendada si se quiere con terquedad y empecinamiento, un santo empecinamiento.
Su patriotismo no era meramente sentimental sino que era esclarecido sabia perfectamente quien era el enemigo y cual era el poder que tenia. Sabia que ese poder era el sionismo, el imperialismo norteamericano y el Poder Internacional del Dinero y finalmente sabia que iba a enfrentarse a ese poder encarnado en los británicos.
Una anécdota nos ilustra al Estevez soldado y su espíritu de sacrificio. Sus ansias de tener conocimientos y dotes técnicas lo llevaría a seguir el curso de Comandos en la Escuela de Infantería de Campo de Mayo. Durante uno de los durisimos ejercicios sufre un paro cardio respiratorio. Ante esto casi siempre los alumnos abandonan el curso. Estevez continuo y pese a todo concluyo con éxito el mismo. Ya era conocido desde el Colegio Militar como un soldado de tomo y lomo que no solo ordenaba y marcaba el camino a seguir sino que era el primero en recorrerlo. Si bien era férreo en el mando también era al mismo tiempo un gran camarada. Ser soldado, esa era su misión. No le interesaba y le parecía detestable seguir la carrera militar para tener una profesión de prestigio y un sueldo relativamente pasable o como era común en ciertos casos para practicar equitación o aprender a jugar al polo, lograr ascenso social y revestirse de oropeles de falsa aristocracia.
Una anécdota nos ilustra al Estevez soldado y su espíritu de sacrificio. Sus ansias de tener conocimientos y dotes técnicas lo llevaría a seguir el curso de Comandos en la Escuela de Infantería de Campo de Mayo. Durante uno de los durisimos ejercicios sufre un paro cardio respiratorio. Ante esto casi siempre los alumnos abandonan el curso. Estevez continuo y pese a todo concluyo con éxito el mismo. Ya era conocido desde el Colegio Militar como un soldado de tomo y lomo que no solo ordenaba y marcaba el camino a seguir sino que era el primero en recorrerlo. Si bien era férreo en el mando también era al mismo tiempo un gran camarada. Ser soldado, esa era su misión. No le interesaba y le parecía detestable seguir la carrera militar para tener una profesión de prestigio y un sueldo relativamente pasable o como era común en ciertos casos para practicar equitación o aprender a jugar al polo, lograr ascenso social y revestirse de oropeles de falsa aristocracia.
Tenia una clara visión política, ante el hecho Malvinas. Advierte sagazmente y evaluaba que había un retorno a la Religión Católica, se producía una unidad en Hispanoamérica que contradecía a la “farsa liberal”. Se lograba unidad nacional ante la causa común y especulaba con tirar por laborda 132 años de claudicaciones para que brillara de nuevo la Argentina Católica e Hispánica.
Ese es el modelo de soldado al que aspiramos como nacionalistas. Ese será el modelo en el que forjaremos las futuras Fuerzas Armadas Argentinas si Dios nos lo permite
Como podemos ver el espíritu del Teniente es el espíritu de la Gesta de Malvinas, espíritu de gauchos, de patriotas y de soldados, Ese espíritu que nos hizo ver que debajo de la hojarasca, debajo de la basura que ya se descargaba contra nuestra Patria, aun había un resplandor de gloria esperando ser rescatado. Un resplandor que hoy a un cuarto de siglo después, y mas allá de la traición y la destrucción sufrida, aun se encuentra allí destellando bajo la turba junto a los huesos sagrados de nuestros queridos muertos.
Digamos entonces en homenaje a este argentino ilustre y a los demás que descansan en suelo de Malvinas
CAMARADA Tte. PRIMERO D. ROBERTO NESTOR ESTEVEZ: CAÍDO EN EL CAMPO DEL HONOR, VIVE EN NUESTROS CORAZONES.
CAMARADA Tte. PRIMERO D. ROBERTO NESTOR ESTEVEZ: CAÍDO EN EL CAMPO DEL HONOR, VIVE EN NUESTROS CORAZONES.
¡¡¡ARRIBA ARGENTINA!!!! ¡¡¡VENCEREMOS!!!
Carta póstuma del Tte. Estevez a su padre
“Querido papá:
“Cuando recibas esta carta, yo estaré rindiendo cuentas de mis acciones a Dios Nuestro Señor. El, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera en el cumplimiento de mi misión. Pero, ¡fijate vos qué misión! ¿No es cierto? Te acordás cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y armas, todos destinados a recuperar las islas Malvinas y restaurar en ellas Nuestra Soberanía? Dios, que es un Padre generoso, ha querido que éste, su hijo, totalmente carente de méritos, viva esta experiencia única y deje su vida en ofrenda a nuestra Patria.
“Lo único que a todos quiero pedirles es: que restauren una sincera unidad en la familia bajo la Cruz de Cristo. Que me recuerden con alegría y no que mi evocación sea la apertura a la tristeza. Y, muy importante, que recen por mí.
“Papá, hay cosas que en un día cualquiera no se dicen entre hombres, pero que hoy debo decírtelas: gracias por tenerte como modelo de bien nacido, gracias por creer en el honor, gracias por tener tu apellido, gracias por ser católico, argentino e hijo de sangre española, gracias por ser soldado, gracias a Dios por ser como soy, y que es el fruto de ese hogar donde vos sos el pilar.
“Hasta el reencuentro, si Dios lo permite. Un fuerte abrazo. Dios y Patria o Muerte. Roberto.”
Artículo reproducido del periódico El Objetivo mayo de 2007
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