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30
años de democracia en Argentina
Testimonio de un
«cipayo», Guido Di Tella:
“La derrota en
Malvinas ocasionó la felicidad de la Democracia”
Testimonio
de David Steel, (ex ministro
del Foreign Office):
“La democracia no habría llegado a la
Argentina si no hubiera sido por el coraje y el
sacrificio de nuestros bravos muchachos”
Próxima
aparición: Miércoles 16 de enero de 2014
Artículos
-
Desquicio -
Por Guillermo Rojas
-
Odio y resentimiento antimilitar de un
periodista y escritor
-
Por
Santiago Roque Alonso
-
Gobierno Modelo -
Por Enrique Díaz
Araujo
-
Camino a la tragedia: "Guerra Social" y
desintegración territorial
- Por la redacción CCP
Córdoba y Patria Argentina
-
Acto
en conmemoración del 168º Aniversario del
glorioso "Combate de la Vuelta de Obligado",
realizado en la ciudad de Córdoba
-
Alocución pronunciada por el
Mgter. Juan Manuel Lozita, Presidente de la
Fundación“20 de Noviembre
-
Una extraña y provocadora
presencia
-
Entre creo y me parece -
Por Hugo Esteva
-
"Esencia del Liberalismo"-
Por el Rvdo Padre Leonardo Castellani
-
Los
30 años de la democracia y sus logros: vacío de
poder y fragmentación social
- Por Santiago Roque Alonso
¡FELIZ y SANTA NAVIDAD
y un mejor año 2014!
...les desean Patria Argentina
y los
Centros Cívicos Patrióticos
La Virgen y el Niño (Murillo)
A sus lectores, subscriptores,
colaboradores, amigos y a todos aquellos
que - directa o indirectamente- han contribuido,
apoyado, alentado, difundido y posibilitado con su
opinión o ayuda económica para que Patria
Argentina continuase siendo publicada
durante todo el año que está finalizando.
Reiteramos nuestros ruegos para que
el Niño Dios y el Padre,
por intercesión de María Santísima y San José,
continúe asistiéndonos a través del Espíritu
Santo en nuestra empresa cultural,
patriótica e histórica entregándonos confiados,
mansos y dóciles a su voluntad.
Rogamos la intercesión de nuestro
Santo Patrono San Luís Orione, y el
auxilio de San Pío de Pietralcina para
que podamos afrontar el nuevo año fortalecidos en la
Fé, con el ánimo templado, nuestra esperanza
renovada, dotados de una paciencia inagotable y
alejados de nosotros el miedo, el desaliento y el
cansancio.
¡Quién como Dios!
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Boletín CCP
Nro 193
Artículos
-
Introducción
- Por Santiago
Roque Alonso
-
Moses
Hess, fundador del comunismo y del sionismo
-
Bibliografía principal:
Jüri Lina, “Under the Sign of the Scorpion” (The
rise and fall of the Soviet Empire)
-
La revolución comunista en Rusia -
Bibliografía principal:
Douglas Reed, “The Controversy of Zion”
-
El verdadero origen y naturaleza de la
Revolución Rusa
-
La última declaración de un hombre público
-
El caso de Robert Wilton, corresponsal del The
Times
-
El asesinato de la familia de los Romanoff
Próxima
aparición:
Miércoles 16 de enero de 2014
Un ejemplo claro
de cómo la "prensa libre, valiente e independiente"
sigue
"Pateando a un
muerto"
Odio y resentimiento
antimilitar de un periodista y escritor
El 8 de diciembre Jorge Fernández Díaz
(Secretario de Redacción de la Nación), en el último párrafo de su artículo
"Se acabó la Plata, empezó el lío y nadie tiene un plan", se
refiere al actual descontento social, la necesidad de evitar una dinámica de
violencia y desborde, y que a todos les parece convenir el dialogo.
A partir de ese punto, el autor realiza una analogía con su
vivencia en la conscripción, realizada "bajo la peor dictadura
militar, una experiencia única", como si la dictadura hubiese tenido
algo que ver en la calidad de su servicio militar, algo simplemente absurdo.
Luego Fernández Díaz, afirma "que los
militares nos hostigaban y vejaban durante la instrucción de
campo, pero que eran extrañamente amables en los polígonos de tiro".
Atribuye esa actitud al hecho de que en la instrucción diaria
los soldados llevaban las armas descargadas, a diferencia de los polígonos,
en los que disponían de munición de guerra; y que esa era la causa de la
diferencia en el trato. Concluye afirmando que cuando desarrollaban la
instrucción habitual, los soldados eran vapuleados, pero
cuando estaban en la línea de tiro "el poder estaba emparejado (porque
los soldados disponían de munición de guerra) y entonces nuestros
verdugos se volvían dialoguistas y simpáticos". Es decir, el autor
da a entender que los militares eran más amigables en los polígonos,
por miedo a la reacción de los soldados que estaban armados con munición de
guerra. Esta inducción que realiza el autor no sólo es un disparate,
sino un "gran disparate", digno de ser utilizado en alguna de
sus próximas novelas.
En toda mi carrera militar, sólo en una oportunidad, siendo
cadete de primer año del Colegio Militar escuché a manera de leyenda, que
muchos años antes un cadete había disparado en una sesión de tiro contra su
oficial instructor y se habría suicidado inmediatamente. Ahora bien, en las
innumerables oportunidades que dirigí o supervisé sesiones de tiro nunca
percibí ni siquiera escuché alguna vez, que oficiales o suboficiales
tuvieran un trato más blando hacia sus subordinados, por miedo a que estos
reaccionaran pegándole un tiro.
Lamentablemente el señor Fernández Díaz no
aclara, ante tamaña dislate, quiénes fueron sus instructores, en qué unidad
estaba incorporado y el año en que hizo el servicio militar, con lo cual
dicha denuncia pasa a ser una generalización gratuita y aplicable a todos
los militares del Ejército sin distinción.
Seguramente, la deficiente formación militar que recibió el
ex soldado Fernández Díaz, le hicieron creer que lo que él
considera hostigamiento, vejamen y la
calificación de verdugos que asigna a sus superiores,
oficiales y suboficiales, no eran actividades que formaban parte de su
adiestramiento y preparación para la guerra, que todo superior tiene la
obligación y el deber legal de exigir a sus subordinados en el proceso de
instrucción para preservar su vida en combate y, a la vez, de ocasionar el
mayor daño posible a los enemigos que enfrenta A ello se suma, además, el
proceso de educación que lo debe preparar para soportar las vicisitudes muy
sacrificadas y extremas a que puede verse sometido un soldado en el campo de
combate.
Sin embargo, lo que realmente Fernández Díaz
destila, indisimulablemente, abusando de su imaginación, es odio y un gran
resentimiento a lo militar, así como la pretensión de desprestigiar a las
personas que ejercen dicha profesión.
Por suerte Fernández Díaz no estuvo bajo mis
órdenes, ya que siempre he tratado de llevar a mis subordinados hasta el
límite de sus resistencias físicas y psíquicas. Perdió así la oportunidad de
concretar el deseo subconsciente de matar a un superior en un polígono o,
tal vez, de encontrar un personaje y sus circunstancias que le sirvieran
para escribir una novela y denostar a los militares.
Santiago Roque Alonso
(Teniente Coronel – R)
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