A pesar de tratarse de un
articulo algo tendencioso lo subimos por que ilustra sobre los protagonistas
tapados del conflicto sirio
La
realidad del conflicto sirio se ha tergiversado en la prensa occidental, que lo
ha calificado de guerra civil cuando en realidad no lo es.
Todo
este conflicto ha sido dirigido y alimentado desde fuera de Siria.
Y si
bien hay un número significativo de sirios colaborando con esta conspiración
criminal, los agentes principales que impulsan el conflicto son extranjeros.
Incluyen intereses especiales de los Estados Unidos, de Europa, y de actores
regionales como Turquía, Arabia Saudita, Qatar y Israel.
Siria
está lejos de ser un conflicto aislado. El interés de Estados Unidos en la
división y la destrucción de Siria forma parte de una agenda mucho más amplia
al servicio de sus aspiraciones, tanto en la región como a nivel mundial. La
división y la destrucción de Siria como estado-nación soberana y funcional, se
entiende como un punto de partida previo a la conquista de Irán.
Reuters
ha publicado recientemente un artículo de opinión titulado, “La
esperanza de Siria puede ser tan tenue como lo fue la de Bosnia”, que
sostiene que la única manera de que los EEUU puedan cooperar con Rusia en
relación a Siria, es si todos los implicados se ponen de acuerdo en debilitar y
fragmentar Siria.
Si este
esquema les suena familiar, es porque este artículo de opinión fue escrito por
Michael O’Hanlon, miembro de la Brookings Institution, un think-tank financiado
por grandes corporaciones que, en parte, ha ayudado a diseñar el caos que ahora
consume Oriente Medio y el Norte de África.
O’Hanlon
publicó anteriormente un artículo titulado, “Deconstruyendo Siria: Una
nueva estrategia para la guerra más desesperada de América”, en la que
también pide la división y destrucción de Siria.
En ella,
O’Hanlon pide el establecimiento de “zonas seguras”, la invasión y ocupación
del territorio sirio por parte de fuerzas especiales de Estados Unidos, Europa
y las monarquías del Golfo Pérsico, la relajación de los criterios utilizados
para financiar abiertamente a lo que esencialmente son los grupos terroristas
que operan en Siria y convertir abiertamente el derrocamiento del gobierno
sirio actual en una prioridad, a la vez que se libra la supuesta lucha
estadounidense contra el llamado “Estado Islámico” (ISIS / ISIL).
Pero
ninguno de estos métodos traicioneros debería resultar impactante. Al fin y al
cabo, O’Hanlon es también co-autor de un informe de la Brookings Institution
del año 2009 titulado: “¿Qué camino seguir hacia Persia? Opciones para
una nueva estrategia estadounidense hacia Irán”.
En esta
conspiración criminal firmada y fechada, O’Hanlon propone métodos encubiertos
para derrocar al gobierno iraní con turbas apoyadas por Estados Unidos y
reforzadas con militantes armados; el uso de organizaciones terroristas
extranjeras para librar una guerra contra Irán, la provocación de una guerra
abierta con Irán, y el uso de Israel para atacar unilateralmente a Irán
primero, antes de empujar a EEUU a una guerra inevitable poco después. Todo
ello descrito con gran detalle lo largo de un informe de 156 páginas.
Mientras
que algunos han tratado de descartar este informe calificándolo como “un mero
ejercicio teórico”,
lo cierto es que ya se han dado algunos pasos en esa
dirección.
El
informe fue escrito en 2009 y en 2012, la organización terrorista Mujahedin-e
Khalq (MEK), fue sacada del listado de organizaciones terroristas extranjeras
del Departamento de Estado de Estados Unidos; el objetivo es que EEUU pueda
armar y financiar a esta organización (que ya no considera terrorista) para que
inicie una guerra abierta contra Irán.
Además,
el informe también sugería atraer a Irán a una mesa de negociaciones en la que
Estados Unidos presentaría un trato irresistible y generoso; el objetivo sería
forzar a Irán a rechazarlo o a aceptarlo para luego violarlo, con el fin de
justificar una posterior intervención militar de Estados Unidos que sería vista
por el mundo como una opción de último recurso ante la “maldad o traición” de
Irán.
Bien,
ese acuerdo “tan generoso”, ya se ha producido: es el tan alabado “acuerdo
nuclear”.
Y casi
al pie de la letra, cada aspecto de esta conspiración criminal presentada en
este informe contra Teherán, ha sido usada a su vez contra Siria. El informe
señalaba que tanto Siria como Hezbolá en el Líbano, serían obstáculos
significativos para dividir y destruir a Irán y que cada uno de estos
obstáculos debía ser eliminado antes de actuar contra el estado persa.
Pues
bien, el informe fue escrito en 2009 y la guerra en Siria comenzó en 2011.
Todos
estos antecedentes demuestran que la guerra de Siria no es una crisis aislada,
sino que está ligada a los planes de EEUU dirigidos a la destrucción de Irán.
Y esto
demuestra también que las propuestas de O’Hanlon y de otros responsables políticos
occidentales “para impulsar una” transición política “o una partición de Siria
son inaceptables.
Esta
posible partición o transición política, no va a representar el fin del
conflicto regional, sino más bien el final de sólo el comienzo de ese conflicto.
La destrucción exitosa de Siria presagia una guerra con Irán, que puede
extenderse aún más allá.
En
cuanto a lo que afirma occidente sobre la verdadera motivación de Rusia para
intervenir en Siria, un reciente artículo de opinión de O’Hanlon en Reuters
afirmó que:
“El
verdadero objetivo de Putin en Siria, casi de forma segura, no es luchar contra
Estado Islámico. Su objetivo más plausible, como se refleja en los objetivos de
los bombardeos iniciales de su ejército, es reforzar el régimen inestable del
presidente Bashar al-Assad, atacando a los grupos insurgentes cercanos a los
bastiones de Estado Islámico, incluso si estos grupos son relativamente
moderados y no están afiliados ni con ISIS ni con al-Nusra, vinculada a
al-Qaeda. Putin quiere proteger a su aliado, mantener el acceso de Rusia al
puerto de Tartus y avergonzar a los Estados Unidos al tiempo que demuestra el
alcance global de Rusia”
Seguramente
eso es lo que O’Hanlon espera que la mayoría de lectores de Reuters crean, pero
es poco probable que se lo crea ni él mismo.
La
participación de Rusia en Siria está ligada al propio instinto de
autoconservación de Rusia. Moscú probablemente entiende que un “acuerdo” en
Siria es un término equívoco, y que el colapso de Siria como Estado-nación será
sólo uno de varios eventos en una reacción en cadena que afectará primero a los
países a lo largo de las fronteras de Rusia, y después se extenderá al interior
de sus propias fronteras.
El
artículo de opinión de O’Hanlon es escalofriante. En él se afirma:
“Assad
es responsable de matar a la mayoría de los 250.000 sirios que han muerto en la
guerra civil hasta la fecha y de causar la mayor parte del desplazamiento
masivo y del flujo de refugiados”
Es
escalofriante porque fue el propio O’Hanlon el que en su artículo para la
Brookings Institution abogaba por la destrucción que ha consumido a Siria para
después poder atacar a Irán. Sin embargo culpa al gobierno de Assad por el caos
que gente como él han ayudado a crear, lo que ilustra la depravación y la falta
de honradez de los poderes occidentales.
Sin
embargo, ni O’Hanlon, ni la Brookings Institution son los únicos responsables
de la muerte y la destrucción que Siria está sufriendo, ni de la que han
sufrido anteriormente Libia o Irak. Ellos solo son parte de una maquinaria
mucho más grande.
Para
comprender el alcance de esa máquina, hay que mirar quien financia a gente como
O’Hanlon o la Brookings Institution. De esta manera, podremos conocer la fuente
original que impulsa el caos en Siria.
El
informe anual de 2014 de la Brookings Institution, revela, entre muchos otros,
los siguientes patrocinadores del mundo de las grandes finanzas: JP Morgan
Chase & amp Co, Bank of America, Goldman Sachs, State Farm, MetLife y
GEICO.
Del
mundo de las empresas armamentísticas, sus patrocinadores son: General
Electric, Northrop Grumman, y Raytheon.
De las
telecomunicaciones: Comcast, Google, Facebook, AT & T y Verizon.
Del
Petrólero: Exxon, Chevron, ConocoPhillips, British Petroleum, y Shell.E
incluso, entre sus patrocinadores, podemos encontrar empresas de consumo como
Pepsi y Coca Cola que ayudan a financiar lo que son esencialmente documentos
que conspiran para cometer crímenes contra la humanidad, provocando la muerte
sistemática de cientos de miles de vidas inocentes.
Así
pues, se trata de la lista Fortune 500, centrada en Wall Street y en la City de
Londres, la que impulsa el conflicto en Siria. Oriente Medio y el Norte de
África.
Los
esfuerzos rusos y sirios encaminadas a detener el flujo de armas y dinero en
efectivo en las fronteras sirias, por sí solo no va a conseguir resolver el
problema de Siria.
Es
evidente que el problema es más grande que Siria, e incluso más grande que el
caos geopolítico que los EEUU ha creado en Oriente Medio y Norte de África.
Son las
ansias injustificadas y desmedidas de riqueza, poder e influencia que impulsan
ese caos, las que constituyen la fuente última del problema. Interrumpir o
desplazar ese poder será difícil, y el fracaso hasta el momento para
interrumpirlo de manera significativa o desplazarlo, es precisamente la razón
principal por la que este caos continúa.
Moscú, a
raíz de las sanciones occidentales dirigidas contra Rusia, ha buscado en el
interior de sus fronteras la manera de ser más autosuficiente y menos dependiente
de las importaciones extranjeras, de las instituciones financieras extranjeras
y de otras características de Wall Street y de Washington, y con ello ha
sentado un precedente que pueden seguir otras naciones para conseguir socavar
finalmente esta amenaza global.
Comprender
la naturaleza premeditada de la guerra de Occidente contra Siria y el hecho de
que este conflicto actual sólo sirve como un trampolín hacia una estrategia
bien definida para destruir posteriormente a Irán, expone claramente por qué es
imposible una “asociación” con los EEUU para alcanzar una solución acordada
para Siria. Una “solución política” que resulte en la división de Siria o en la
eliminación del actual gobierno también es totalmente inaceptable por esta
misma razón.
La decisión
de Rusia de defender al gobierno soberano de Siria y ayudar en la eliminación
de sus enemigos dentro de sus fronteras, es la manera más inmediata de
“resolver el problema de Siria”.
Invitando
a Irán e incluso a China a participar en una campaña más amplia para asegurar
las fronteras de Siria y ayudar en la restauración del orden en el país es otro
paso indispensable. Posteriormente, ampliar esta coalición para proteger a
continuación a Irak, creará una zona de “no-intromisión” geopolítica de
Occidente.
Sin
embargo, en última instancia, la clave radica en el concepto Ruso de un mundo
multipolar que desplaza el orden internacional unipolar establecido por
Occidente.
Ese
orden unipolar occidental, engendra una dependencia servil entre todos aquellos
que se rinden a él y que trata de destruir a todos aquellos que tratan de
evitarlo.Conseguir
salvar a Siria, representa prevenir a otras naciones de sufrir su destino.
El
multipolarismo apunta directamente a la fuente de la hegemonía global
occidental: el conglomerado corporativo-financiero, político y de los
monopolios institucionales que lo sostienen. El multipolarismo enfatiza la
soberanía nacional y un balance global descentralizado del poder.
Y
mientras, Hezbolá, y las fuerzas rusas, sirias, iraníes e iraquíes están en la
primera línea del verdadero mundo libre, el resto de nosotros tenemos que
entender que la dominación completa que persigue Occidente requiere una
resistencia de amplio espectro por parte del resto de la humanidad.
Las
corporaciones que financian trabajos aborrecibles como los de la Brookings
Institution, gozan de total impunidad, inmensa riqueza, y de una influencia y
poder casi ilimitados, solo porque cada persona del mundo utiliza su sueldo
mensual comprando en sus centros comerciales, pagando las letras de sus coches
o acudiendo a sus Starbucks o sus McDonald
Un mundo
multipolar no sólo significa una distribución del poder mundial, sino también
una distribución de la responsabilidad global y de la riqueza.Y esto
se extiende no sólo a las naciones, sino también a los estados y provincias,
así como a las comunidades e incluso a los particulares.
A pesar
de que los esfuerzos individuales pueden parecer insignificantes para descentralizar
el poder y la riqueza y arrancárselo de las manos a esos monopolios existentes,
no son menos insignificantes que los esfuerzos de los soldados individuales
luchando y ganando en Siria. De hecho sus contribuciones individuales son
insignificantes, pero en conjunto conducen a la victoria.
Resolver
el problema de Siria, en realidad significa resolver el problema que se nos
presenta a todos, por un orden unipolar que prevalece.
No es
una batalla que solo atañe a Siria y a sus aliados, y que se desarrolla
exclusivamente dentro de las fronteras de Siria, sino una batalla para todos
los que se oponen a la hegemonía global unipolar.
Todos
estamos en esta gran lucha, quizás no con balas, bombas y misiles, pero estamos
luchando en esta guerra aunque no queramos.
Toni Cartalucci en
New Eastern Outlook
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