Pasaron las elecciones y los nacionalistas, o una buena parte de ellos, no esperábamos nada de este ballotaje. Nuestra prédica fue la misma desde un principio, ninguno de los candidatos con posibilidades de llegar al gobierno ( no digo “poder”) era una alternativa..
Todos, oficialismo y oposición, responden, a grandes rasgos, a los mismos intereses internacionales. Ninguno tenía una posición fuerte en contra de los tópicos que imponen los poderes financieros internacionales en pos de lograr sus objetivos globalizadores o mundialistas.
Ninguno tuvo una abierta y decidida posición contra el aborto, la nefasta ideología de género, la inmigración descontrolada y un largo etcétera que no va al caso enumerar ahora uno por uno.
A veces los nacionalistas, vemos en este poder internacional y globalizador un enemigo invencible, pero en realidad, si bien poderoso, lejos está de ser omnipotente. Si así fuera no necesitaría enmascararse detrás de la democracia ni de "alternancias" , simplemente aplicaría una dictadura sin más vueltas, que es a lo que pretende llegar luego de licuar económica, social y culturalmente a las naciones del mundo.
Pero como su poder no es aun absoluto sino que debe hacer malabares con lo que tiene a su disposición. En cada país debe aplicar estrategias diferentes que le permitan reciclar los gobiernos para mantenerse en el poder detrás de estos, incluso a veces tiene que ceder para volver a tomar envión cuando las circunstancias estén maduras.
En Argentina parece haber encontrado “la vuelta” a la forma de perpetuarse cambiando caras de presidentes ya desgastados e imponiendo nuevas figuras que esperanzan a la gente, y que luego de llegado nuevamente el hartazgo se vuelven a cambiar.
A grandes rasgos lo que en Argentina parece darle resultado, son ciclos largos de relativa estabilidad combinados con ciclos cortos que terminan en grandes crisis económicas, para luego re-empezar nuevamente.
Podríamos ubicar un ciclo largo en lo que fue la última dictadura militar, donde los designios del poder financiero internacional se concentraron en el aspecto económico, internacionalizando la economía e intentando meternos de lleno en el modelo neoliberal posterior a la denominada crisis del petróleo.
Este ciclo durará seis años, hasta que luego de Malvinas se conjugaran el descontento popular junto a la desconfianza de los poderes internacionales a los que hasta hacía poco habían servido los militares.
El siguiente ciclo sería corto, donde toda la prensa del sistema se puso al servicio del más socialdemócrata Alfonsín, donde al principio se puede ver un intento de continuidad con el modelo económico procesista, que la realidad se encargó- a fuerza de devaluaciones brutales e hiperinflación- de hacer naufragar.
En este periodo hubo un parate en el avance neoliberal, pero se sembraría la semilla de lo que hoy sufrimos como “contracultura”, pornografía, drogas y homosexualidad tienen su origen allí y a los medios de comunicación fueron su principal propagador.Se sucedieron el Plan Austral y el Plan Primavera con idénticos fracasos económicos en tres años
El malestar social terminó con la presidencia de Alfonsín y dejó mal herida a la UCR.
Había que cambiar las caras y el candidato fue Menem, con un discurso nacionalista, productivista y antifinanciero llegó al poder para hacer todo lo contrario, nuevamente el liberalismo monetarista, más salvaje que el del Proceso estableció por decreto que un peso era igual a un dolar. La maduración de la “contracultura”, aunque con un muy bajo perfil seguía a todo trapo
Este sería el segundo ciclo largo que después de 10 años llegaría a su fin con un nuevo hartazgo debido al desastre económico, la desocupación y la corrupción enquistada en el PJ. Por mas decretos un dolar no era igual que un peso, ni la Argentina era Miami Había que hacer un nuevo recambio y la prensa nos trajo la “solución” a las pantallas. Una UCR desgastada, necesitó del ala “ progresista”. Una izquierda flotante y parásita que había emergido en los 70 apoyando al castrismo guerrillero, seguiría con Alfonsin y había conformado , el FrePaSo. Hicieron la “Alianza”, y justamente con el lema del “cambio”, se aseguraba la continuidad del régimen ya que, ni siquiera se tocó el modelo heredado de Menem. Hasta el equipo económico fue el mismo con Cavallo a la cabeza.
Duró poco tiempo, la Alianza se disolvió, con renuncia del vicepresidente incluida, El progresismo se ponía a salvo para retomar en el momento preciso. La UCR se quedó sola y al primer síntoma de agotamiento del modelo dejado por Menem todo explotó por el aire en el 2001, UCR incluida. La situación era delicada para el poder real, todo se desmadraba, no se sabe si esperaban semejante estallido. Pero como no hay dos sin tres el sistema jugó su carta de emergencia, la puso sobre la mesa para que la gente la perciba como una opción plausible, por si no le quedaba otra alternativa que usarla. Esta carta es el matafuegos del sistema, que curiosamente apaga incendios de emergencia y es rojo. Estoy hablando del marxismo, la última barrera de contención para aparentar que se cambia “radicalmente” las cosas para que siga todo igual. El personaje que para entonces empezó a desfilar por la televisión fue Luis Zamora. Y los actores de la protesta callejera eran nada menos que los trotkistas del PO. En base a eso se desgastaba al pueblo movilizado...quien en su sano juicio podía creer en el PO...
Finalmente la alarma fue exagerada, después de la salida de De la Rua los ánimos se empezaron a calmar y pudieron encontrar una salida no extrema luego de varios presidente y un default. La respuesta fue rejuntar los pedazos del PJ y aliado con los residuos de la subversión setentista devenidos en progresistas(los mismos escapados de la Alinza) que vendría a extremar los objetivos contraculturales que promueve el poder internacional (“matrimonio” homosexual, eutanasia, promoción de las drogas, aborto), pero moderando el capitalismo salvaje, con un cierto proteccionismo y asistencia social, no sin incurrir sistemáticamente en el más asqueroso clientelismo político, la militancia rentada con sueldos exorbitantes y el “capitalismo de amigos” para favorecer a testaferros de los gobernantes de turno. Una cueva de ladrones. El kirchnerismo se cosntituía en el gobierno mas corrupto de los 30 años de democracia
Hace pocos días nuevamente la gente se hartó del gobierno y de nuevo el sistema se recicla. Ahora estamos ante un gobierno entrante formando por una especie de “nuevos liberales” y los pocos resabios de la ya fragmentada e irrecuperable UCR.No es mas que lo mismo de siempre
Ante lo que se viene los nacionalistas nos preguntamos que hacer. Pues estar preparados, no ir detrás de los acontecimientos como gustan algunos. En esto tenemos que observar a nuestros enemigos como ven a futuro y obran consecuentemente.
Para esto tenemos que aprender del pasado. Si estos ciclos se siguen sucediendo (y hay pruebas de que el sistema es repetitivo en sus tácticas), este gobierno sería corto, ya que, se estáría en el punto de inflexión del ciclo económico, o mejor dicho financiero, y todo estallaría antes de que termine el mandato.
Ante esto el sistema ya estará planeando de nuevo el reciclaje, tal vez volver con un rejunte de lo que queda del PJ (hay que ver qué queda de éste en pie) o, si la cosa pasa a mayores, pasar a la opción marxista (se me ocurre el nombre de Del Caño) que seria solo un progresismo 2.0. Es muy alabado por la prensa del Régimen que lo pinta como un idealista
¿Por qué digo esto? Es que a cada ciclo el sistema tiene que pagar el precio de volar por el aire algún grupo político, ya lo hizo con la UCR y el PJ, y es muy difícil volver a unir los pedazos.
Entonces tenemos nosotros también que anticiparnos a los acontecimientos, ser una verdadera alternativa ante el desastre que se recicla una y otra vez. Los partidos tradicionales se van desfragmentando en cada nuevo ciclo político y ahí tenemos que aprovechar, estar organizados, para cuando la oportunidad se presente. Dicho de otra forma MILITAR abiertamente contra el Sistema, que es la única forma de darse a conocer y organizarse, definir ejes principales y, dentro de estos, ser amplios para la formación de un verdadero frente nacionalista común que sirva para dar lucha y testimonio real, en la calle,
sino dentro de cuatro años volvemos a estar debatiendo cual es el “mal menor” a votar y acusando de que “el nacinalismo no hace nada”. Queda poco tiempo, para nosotros anteds de que el Sistema destruya a la Argentina
Martín Ledesma
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