domingo, 19 de junio de 2011

EE.UU Y LOS MILITARES ARGENTINOS PRESOS

Burms y Shannon ante Kirchner: EE UU esta complacido y orgulloso de la politica de DDHH
A raíz de una serie de consultas que hemos recibido en relación al articulo que subimos sobre  la acción en Argentina de las Fundaciones Libres de ImpuestosNorteamericanas y en especial la Fundacion Ford y el tema de la ideología de los Derechos Humanos, publicamos estos artículos que aparecieran en el periódico Patria Argentina relacionados a la cuestión de las secuelas de la Guerra Revolucionaria y los Derechos Humanos. 
La finalidad es hacer ver con pruebas contantes y sonantes que aquellos que impulsan o avalan estas políticas en Argentina no son un "poder oculto de raíz comunista" como sostienen con nulas pruebas, ciertos sectores de la derecha conservadora o liberal - conservadora, absolutamente desinformados o con finalidades  que ignoramos. Los mismos que sostienen desde que los Kirchner se hicieran del poder que  están orientados por el "comunismo para imponer una dictadura socialista".Grupos estos  que se hacen eco de campañas de acción psicológica sobre "inminentes revoluciones armadas" que a la fecha han resultado absolutos bluff. El efecto de ello mas que debilitar al gobierno lo ha fortalecido pues ha desviado la atención con referencia a los objetivos de los grupos de poder internacionales que actúan  en Argentina, apoyando y financiando las políticas permanentes que impone el Sistema de Dominación una de las cuales es la de DDHH.
La política de derechos humanos- como se sostiene en estas notas- proviene del Poder Mundial, del corazón mismo de la centralidad cuya cabeza o mascaron de proa es EEUU. No existen secretos en esto para quienes al menos leen los diarios y analizan críticamente la información que reciben además por otros y diferentes medios. No se dan cuenta de ello quienes ignoran absolutamente como funciona realmente el mundo, quienes no quieren darse cuenta o   los que actúan con fines inconfesables. Lo que es peor, aquellos directamente perjudicados parecen estar en un mar de confusión al respecto.

NOTA I
 Desde hace bastante tiempo y cuando la ocasión se presenta - aunque a decir verdad con poco éxito - me esfuerzo en demostrar y fundamentar ante amigos militares y civiles, que los Kirchner, los Verbitsky, las “madres y abuelas de Plaza de Mayo”, el CELS, las organizaciones de “derechos humanos”, el izquierdo-progresismo, la partidocracia, etc., es decir, el variopinto, masivo y confuso conglomerado que persigue y condena moral, histórica y políticamente a las Fuerzas Armadas Argentinas por crímenes de “lesa humanidad” durante la guerra contra la subversión, en los años 70 hasta 1983, no son nada más que las “marionetas” o “títeres” locales o nativos que vemos en el escenario. Pero los hilos y libretos de estos últimos son manipulados a control remoto por el poder real que en la sombra controla y domina a escala mundial, no sólo a los actores y al libreto que estos les toca representar, sino también a la totalidad del público (a través de los medios de comunicación).

Como podrá imaginarse, se trata de una tarea harto difícil de explicar y de ser comprendida, porque ese “poder en las sombras” se ha encargado de hacer creer al mundo entero que él no existe y que toda argumentación sobre su existencia es producto de la invención de alucinados o dementes.
Resulta obvio que todos los nombrados en el primer párrafo de este escrito tienen sus responsabilidades, pero aunque todos ellos fueran súbitamente arrojados del escenario o impedidos de actuar, siempre queda en pie la voluntad inteligente del mandante o “poder en las sombras” que es el motor real de la persecución referida. De ahí la perentoria necesidad de identificar claramente al “causante” y las “causas”,  para así conocer algo tan elemental, como lo es la identidad del verdadero “victimario”.
¿Por qué hay que considerar que los referidos actores locales o nativos son movidos por un “poder en las sombras”? ¿Por qué se niega que esos actores locales o nativos puedan obrar por sí y autónomamente de ese “poder en las sombras”? Simplemente, por el enorme poder que fue necesario ejercer para: anular las leyes de “Obediencia debida” y “Punto Final”, que el mismo Congreso había sancionado; dar vuelta la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia y contradecir la anterior, respecto a la cuestión de los juicios a los militares y, finalmente, justificar lo actuado por el Congreso y la Corte, creando una opinión pública favorable a los citados cambios a través de los medios de comunicación, cuando éstos, en general, habían sido partidarios del statu quo precedente.
Como se dijo, todo ello supone la influencia o presión de un enorme poder, inexistente en la Argentina- ni antes ni ahora - por la sencilla razón de que ninguno de los actores locales en forma individual o conjunta lo tenía ni podían conformarlo. Dada esa condición, necesariamente ese enorme poder debió y debe ser externo o extranjero, no sólo para imponerlo inicialmente, sino también mantenerlo hasta el día de hoy (ocho años). A ello debe sumársele la autodemolición moral e intelectual de las propias Fuerzas Armadas, promovida y ejecutada desde el interior de las mismas antes que provocada por la acción de los poderes políticos locales. 
Entonces, ¿Quién o quiénes son los titulares de ese enorme poder? La pregunta tiene dos respuestas, según sean los planos que se consideren. En el plano del poder formal, se trata del único imperio mundial existente como consecuencia de su aparente triunfo en la “Guerra Fría” y ese no es otro que el Imperio Anglo-Norteamericano-Israelí, cuya conducción, también formal, la ejerce el gobierno de turno de Estados Unidos. Si hubiese existido el Imperio Soviético, es probable que se distinguiera con dicha titularidad a la ex URSS, por sentido común y afinidad ideológica con el objetivo buscado. Pero en el 2003, cuando Néstor Kirchner accedió a la Presidencia de la Nación, ya había dejado de imperar.
En el plano del poder real, se trata del “poder en las sombras”. Es el Poder Mundial o “imperialismo internacional del dinero” o “Gobierno Mundial de hecho”, el mismo que impuso la “globalización”, está instalando el “Nuevo Orden Mundial” y probablemente dentro de poco tiempo instaure legal, formal y definitivamente el “Gobierno Mundial”.
Como se podrá observar, resulta paradójico que el rol de “autor intelectual” de la persecución y condena moral, histórica y política de las Fuerzas Armadas Argentinas – un objetivo adjudicado desde siempre al marxismo-leninismo y al izquierdo-progresismo - fuera asumido formalmente por el Imperio Anglo-Norteamericano-Israelí, al cual se lo consideraba – falsamente - un aliado y abanderado de los valores y principios del “occidente cristiano” en la lucha contra el comunismo.
¿Sobre qué fundamentos se puede inducir de que el Imperio Anglo-Norteamericano-Israelí es el autor intelectual del libreto de los “derechos humanos” y el manipulador de las “marionetas” o “títeres” que en la Argentina actúan y operan en su nombre? Simplemente por sus actos y sus dichos.
Entre sus actos se encuentra la implementación del “Proyecto Democracia” que fuera enunciado por Ronald Reagan el 8 de junio de 1982, en plena Guerra de Malvinas, en un discurso ante el Parlamento británico. Uno de los autores intelectuales del proyecto fue Samuel Huntington, de la Universidad de Harvard, que en 1992 publicó “La tercera Ola: la democratización a fines del Siglo XX”, una especie de manual práctico para la destrucción de las Fuerzas Armadas de todas las naciones en vías de desarrollo. La tesis del Proyecto Democracia se había esbozado ya en el informe final del "Grupo de Trabajo sobre la Gobernabilidad de las Democracias", de la Comisión Trilateral, emitido en 1975. Huntington también fue uno de sus tres autores. El objetivo del Proyecto Democracia en 1982 fue el de organizar redes transnacionales que, operando bajo el nombre de "democracia” pudiese controlar el nuevo orden previsto por lo anglo-norteamericanos. Para ello se creó un instrumento de aplicación materializado en la NED (Nacional Endowement for Democracy; Fondo Nacional para la Democracia) (Ver Boletín del CCP Nro 165 NED: la Fundación estadounidense para la democracia - Las redes de la injerencia “democrática”, Thierry Meyssan”).
En el informe final de la Comisión Bipartidista Nacional sobre América Central (Enero de 1984), también conocida como la Comisión Kissinger, por presidirla éste (formaban parte de la misma varios miembros de la NED, tales como Lane Kirkland presidente de la AFL-CIO y Carl Gershman, de la Liga Antidifamatoria (ADL) de la B’nai B’rith y que hoy es Presidente de la NED desde 1998), considera a los militares de la región una amenaza y un obstáculo peor que los comunistas: "desviar fondos del desarrollo económico, social, médico y educativo de la región a la represión militar exacerbaría la pobreza y fomentaría la inestabilidad interna en cada uno de los países. . . La creación de Estados cuartelarios muy probablemente perpetuaría a los ejércitos de la región en el papel de élites políticas permanentes".
El National Democratic Institute (NDI) - brazo del NED-, bajo la dirección de Martin Edwin Anderson (En su rol de periodista – cuando en realidad es considerado por muchos como un agente operativo del gobierno o de la inteligencia  norteamericana - se desempeñó como director del Buenos Aires Herald durante la mayor parte del proceso militar), Director de Programas de América Latina y el Caribe del NDI, juntó un grupo de colaboradores argentinos para definir los mecanismos y normas que habrían de emplearse para destruir a los militares de la Argentina. En 1989 y 1990, el gobierno estadounidense supervisó directamente, mediante este proyecto del NDI, la reforma de las leyes argentinas de defensa y seguridad.
Además, el grupo de Anderson en el NDI preparó el borrador para la conferencia de Montevideo (1989). El documento advierte que los obstáculos que se interponen al cambio de rol de los militares "son antiguos, enormes y muchos". Enumera como primer obstáculo la ideología militar concebida en “Latinoamérica como ‘doctrina de seguridad nacional’, la cual es el centro del problema". El NDI continúa:"Cuando no existe enemigo externo, los militares enfocan sus miras en la subversión interna. Puede que vean la Patria bajo el ataque de subversivos que deben ser erradicados antes de que 'contaminen el cuerpo por completo'. Mientras tanto, partidos políticos personalistas, debilitados y fragmentados aparecen como incapaces de gobernar. La elección es entonces ‘nosotros o el comunismo’ o ‘nosotros o el caos’. El deber y el honor requieren la intervención militar”.
A lo largo de estos años, hemos publicado numerosos testimonios de hechos políticos producido por funcionarios norteamericanos respecto a la política de “derechos humanos” llevado a cabo por los Kirchner, pero las graves limitaciones de espacio impiden reproducirlos en su totalidad. Para muestra basta el botón de las declaraciones del Subsecretario de Estado Nicholas Burns, en febrero de 2007, cuando ponderó al país por “hacer justicia sobre los crímenes del pasado (no especificó de qué bando), y eso es muy importante. Recuerdo cuando siendo estudiante observaba la tragedia que pasaba en la Argentina durante los 70 y los 80”. “Admiramos a su gobierno por defender los derechos de sus víctimas y también los apoyamos en esto”. Posteriormente agregó en la conferencia de prensa: "todos los que visitamos la Argentina no podemos dejar de asombrarnos por la escala de atrocidades que se cometieron en la dictadura militar, que fue un período horrible de la historia; está bien que el pueblo argentino busque justicia. Por eso respetamos y apoyamos lo que hace el gobierno argentino en ese sentido" (12 de febrero, Ámbito Financiero).
En cuanto a los dichos, que son ideas fuerzas que luego se transformaron en hechos, Samuel Huntington - el ideólogo del “Proyecto Democracia” - en la obra citada más arriba, bajo el subtítulo “Limitaciones del poder militar; promoción del profesionalismo militar”, sentencia con sarcasmo y desprecio (sólo se transcribe uno de los varios párrafos): “Purgar o pasar a retiro rápidamente a todos los oficiales potencialmente desleales, incluidos los simpatizantes del régimen autoritario y a los militares reformistas que hayan ayudado a hacer posible el régimen democrático. Estos últimos son más propensos a perder el gusto por la democracia que el gusto por intervenir en la política. Castigar despiadadamente a los líderes de intentos de golpes…”.
Esa es la explicación de por qué el kirchnerismo no disolvió a las FF.AA. de la dictadura y del terrorismo de estado y lo reemplazó por un “ejército rojo” o “popular y democrático”. Su “modelo” no responde ni nunca respondió a las pautas del ex Imperio Soviético, sino al del Imperio Anglo-Norteamericano-Israelí. Por otro lado y en términos prácticos, con la excusa de la “democracia”, muchos intereses coinciden en que la Argentina no tenga Fuerzas Armadas (Ver Patria Argentina de abril 2011, Nro 276, Pág. 8: “Una mariposa aletea en Medio Oriente ¿Qué huracán se desatará en la Argentina?”).
Eso explica también por qué los militares norteamericanos que ejecutaron a Bin Laden y lo tiraron al mar, son aclamados y felicitados, a pesar de que cometen los mismos crímenes por los que en la Argentina, en nombre de los “derechos humanos” se mantiene presos o condenados a más de mil oficiales, suboficiales y agentes civiles de las Fuerzas Armadas, de Seguridad y Policiales (más 128 muertos en prisión).
Finalmente, es hora de que las “víctimas” conozcan la identidad de sus verdaderos “victimarios” y de esa forma se enteren que no son presos comunes, sino presos de un poder y una fuerza extranjera a través de la dócil complicidad de los que ejercen los poderes institucionales del Estado Argentino.
“Siempre es muy difícil comprender. Pero una vez que se comprende, la acción es fácil”.
                          
                                                                                             NOTA II

El artículo del mes anterior provocó sorpresa en algunas personas, en otras el requerimiento de ampliación de algún concepto por desconocimiento de la información necesaria, hubo quienes tuvieron necesidad de que les aclarase determinados aspectos para facilitar la comprensión, y unos pocos se dejaron llevar por el  enojo porque apareció nombrado algún personaje público de su amistad. Por qué no decirlo también, sé que hubo más de un comentario despectivo, con el argumento de que si las ideas que fueron expuestas son asumidas por cierta cantidad de gente, creando una corriente de opinión, podrían originar problemas y mayores dificultades en las relaciones con los norteamericanos y, de ese modo, perjudicar a los presos militares.
Es cierto, algunos militares se asustaron, aunque la palabra más adecuada sería decir que se “espantaron” y, en tal sentido, unos pocos creen que me he vuelto “antinorteamericano” y con ello, tal vez en su intimidad y estrechez de miras, estén mal pensando que me he vuelto “zurdo”, porque en sus categorías mentales coloniales sólo los “zurdos” critican o se oponen a los Estados Unidos.
En función de la movida tan variada originada por el artículo citado, decidí resumir todas las ampliaciones y aclaraciones, y así expresarlas ordenada e integradamente y en forma progresiva, en la medida que disponga de tiempo y de espacio en este tan modesto periódico.
En mi opinión, el ambiente nacionalista y militar en general, también adolece de uno de los defectos que caracterizan a nuestro pueblo: la falta de memoria. La causa de ello podría encontrarse en el bombardeo incesante de los medios de comunicación del Sistema, que convierten en fugaz y superficial cualquier información y, por lo tanto, ésta – al no profundizarse - no se fija ni se integra con otras informaciones y con hechos del pasado y, en función de ello, mucho menos se la proyecta como conclusión o hipótesis hacia el futuro. Probablemente, esto se deba a que ya no nos preguntamos el ¿por qué? de cada hecho y de las causas o antecedentes inmediatos y remotos que lo motivaron. Hemos perdido la curiosidad, el motor más elemental de la sabiduría empírica. Sólo se vive y se observa el presente, como si éste puede acontecer aislado del ayer y no tuviera consecuencias para el mañana.
Por eso, considero que lo más atinado es volver a publicar lo que casi seguramente hoy la totalidad de nuestros lectores - cuatro años después- no lo tengan en cuenta: el artículo “Otro acierto de Patria Argentina”, que en la misma página estaba precedido por el enjundioso artículo que escribió el Dr. Hugo Esteva, “Contra los derechos humanos”, publicado en marzo de 2007 (Nro 231); Pág. 7 (Ver en Pág. 3). Claro, en ése momento todavía había pocos presos militares. Y para “rematar” reproduzco parcialmente, por razones de espacio, el artículo “Los militares todavía no saben quiénes son sus victimarios”, que fuera publicado en mayo de 2008 (Nro 144; Pág. 3) (Ver en la parte inferior de esta página)
¿En qué consistía el “Otro acierto de Patria Argentina” que nos adjudicábamos? En que finalmente se haya cumplido lo que a lo largo de los cinco años precedentes – desde el 2002 - habíamos denunciado respecto a la impostura “derechohumanista” de los Kirchner y que esa política era un instrumento de dominación del Poder Mundial, ejecutada indiscriminadamente por el gobierno de Estados Unidos y cuya finalidad era dejar inerme al país, sin ningún poder nacional, para facilitar su conquista o desintegración territorial.
¿De qué forma se materializaba ese “acierto”? Por las declaraciones en conferencias de prensa y en el CARI que realizaron en Buenos Aires el tercer funcionario en jerarquía del Departamento de Estado y el Subsecretario de Asuntos Latinoamericanos, el 12 de febrero de 2007, en una nota de Juan B. Yofre, en Ámbito Financiero; periodista y autor muy promocionado en nuestros días, pero que nunca tuve la satisfacción de escucharlo explicitar este tema específico con respecto a quiénes son los responsable mediatos de que actualmente haya en la argentina más de mil presos militares, de fuerzas de seguridad, policiales y agentes civiles.
Pero dejemos que el artículo en cuestión hable por sí mismo. Los lectores podrán darse cuenta que nada nuevo expuse en el artículo del mes anterior, excepto los aportes relacionados con el “Proyecto Democracia” y las acciones desarrolladas por los operadores norteamericanos para alcanzar los fines de sus políticas de desarme y desmovilización de las Fuerzas Armadas Argentinas.
La única diferencia con mi opinión de aquel entonces, es que en marzo del 2007 apreciaba que “los EE.UU. y las potencias subordinadas al Imperio (como se ha podido observar en la actitud de Canadá, en la cuestión de la visa al suscripto y comentada en ejemplares anteriores), mal que les pese a muchos, son aliados objetivos de las organizaciones de “derechos humanos”, en cambio hoy considero – habiendo profundizado el estudio- que las organizaciones y la ejecución de las políticas de “derechos humanos” son instrumentos de poder de los Estados Unidos y de sus aliados imperiales para desintegrar y destruir a la Argentina como Estado independiente.
 En otra oportunidad me extenderé sobre la política de poder en las relaciones internacionales para demostrar que no me anima ningún “antinorteamericanismo”, sino que lo único que me anima e inspira es la convicción de que la Argentina tiene el derecho y el deber de conservar su integridad, manteniendo su poder nacional y, si es posible, incrementarlo, aunque eso choque con los deseos o la política de poder de los norteamericanos. Lo que efectivamente no puedo negar, es mi aversión a los cipayos argentinos – que muchísimos ni siquiera saben que lo son - que hasta hace poco tiempo creía que eran “pocos”, pero que reconozco haber estado equivocado: son legiones o muchos millones los nacidos en este territorio, que no creen que la Argentina ni los argentinos podamos constituir una Nación autónoma, independiente de la dominación de otros poderes, libre, digna y soberana, tal como lo ordena expresamente el Acta de la independencia del 9 de julio de 1816.

Santiago Roque Alonso
Publicado en Patria Argentina 277 y 278


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 EE.UU Y LA CONTINUIDAD DE UNA POLITICA DE PODER

Los funcionarios del Departamento de Estado que visitaron la Argentina en febrero de 2017, Nicholas Burns y Thomas Shanon, que fueron tan pródigos en sus alabanzas a la política de los “derechos humanos” del gobierno de los Kirchner, respondían a las directivas de un gobierno republicano encabezado por George W. Bush.
La actual Embajadora de EE.UU., responde a las directivas de un gobierno demócrata encabezado por Barak Obama.
Sin embargo, las políticas de elogio y orgullo por lo realizado por el gobierno de los Kirchner son idénticas.
La más reciente de esas satisfacciones nos la ha proporcionado por partida doble el diario Ámbito Financiero, del 12 de febrero pasado. La primera está representada por la información en sí misma, que fue publicada por todos los medios del Régimen, donde se registra la visita y las declaraciones de Nicholas Burns, el tercer funcionario en jerarquía del Departamento de Estado, acompañado por el Subsecretario de Asuntos Latinoamericanos Thomas Shanon. El primero de ellos ha comunicado al “establishment” y a la dirigencia argentina, con claridad meridiana, la admiración, aprobación y apoyo de los Estados Unidos respecto a la política de los “derechos humanos” que lleva a cabo el gobierno de Kirchner 

A nadie se le escapa, como su nombre lo indica, que Ámbito Financiero – fundado en los albores del proceso militar de 1976, tal vez para apoyar la política económica de Martínez de Hoz-  es tradicionalmente la voz para y de los intereses de los más grandes grupos económicos nacionales y multinacionales, así como habitualmente de las embajadas anglo-norteamericano. No obstante, seguramente para demostrar su amplitud democrática, normalmente publica y comenta las editoriales del órgano de prensa del partido trotskista Poder Obrero, dirigido por el señor Altamira.

La segunda satisfacción, radica en la critica que con tono ácido e irónico realiza Ámbito Financiero en el mismo ejemplar, respecto al contenido de las mencionadas declaraciones, con la firma de Juan B. Yofre, probablemente uno de los periodistas de mayor influencia en el diario, bajo el título: “Cinismo norteamericano en última visita a Kirchner” y “Enviado de Bush ignora consejos de Chuck Berry” (Tapa, contratapa y Pág. 19  .

Que un periodista destacado del “establishment” se atreva a denunciar y se contraríe, por las declaraciones de un alto funcionario norteamericano, indica el grado de estupor, indignación y hasta de ira que le deben haber provocado los dichos de Burns. No es que Yofre profundice ni desentrañe la quinta esencia de la política de los “derechos humanos” de Washington como instrumento de poder y desarme de otras naciones, simplemente se limita a señalar su “cinismo” en comparación a lo que ellos hacen actualmente en Guantánamo, en Irak y en otros países en los que operan.

De este modo, vemos confirmado por boca de los propios norteamericanos, sin leer entre líneas, lo que desde hace largo tiempo estamos afirmado, en relación a que la política de los “derechos humanos” es un política del Poder Mundial, al cual los Estados Unidos están subordinados y de la que son sus principales ejecutores respecto a otros países. El Imperio se ha sacado la máscara y ahora ya no quedan dudas.

Resulta obvio que esto resultó un cachetazo sin eufemismo para algunos sectores del “establishment” y de la derecha liberal-masónica. De ahí la reacción airada de Yofre y de Ámbito Financiero, quejándose de que nuestros ex-aliados contra el comunismo internacional no reconozcan que el proceso militar evitó que la Argentina fuera una República Soviética o un enclave castrista. Como si eso le pudiera importar al Poder Mundial y a su Imperio.

De necios o ignorantes

Es que todavía hay sectores del “establishment” y algunos nacionalistas o personas muy próximas a nuestras ideas que no pueden entender que el seudo enfrentamiento con el comunismo durante la “guerra fría” fue una creación dialéctica artificial del Poder Mundial, para producir por distintas vías las condiciones para el sometimiento y dominación de la inmensa mayoría de los  países a un Nuevo Orden Mundial o Globalización, que no es otra cosa que la vieja aspiración de las logias masónicas iluministas y de los banqueros internacionales de constituir un Gobierno o Tiranía Mundial. Tal fue la ficción del comunismo soviético, que cuando dejó de ser útil a los fines del Poder Mundial, su imperio fue disuelto en pocas semanas sin que se disparara un sólo tiro, constituyendo el único caso en la Historia Universal en que un imperio se disuelve pacífica y ordenadamente. La misma plutocracia internacional que financió y dirigió la Revolución Rusa de octubre de 1917, que además alimentó financiera y tecnológicamente a la URSS durante 70 años, es la misma que ordenó su disolución.

El caso argentino es paradigmático en cuanto modelo de autodestrucción inducida. Desde el derrocamiento de Perón en 1955, el país se despeñó en un conflicto interno permanente, en falsas contradicciones dialécticas que se renovaban siste­máticamente y por turnos entre los diversos sectores sociales, pero que siempre tuvo como protagonista estable a las Fuerzas Armadas, las cuales culminaron siendo absolutamente derrotadas en el conflicto de Malvinas, condición necesaria e indispensable para que la explotación de esa victoria no lo hiciera la Inglaterra triunfante, sino la perversa combinación “democracia” - “derechos humanos”. La derrota, desarme, desmovilización, humillación y persecución política-jurídica de las Fuerzas Armadas fue el objetivo estratégico-político de los conquistadores, con la ayuda de los cipayos argentinos de izquierda (izquierdo-progresismo) y de derecha (liberal-masónico), para quebrar de una vez y para siempre la capacidad de “resistencia espiritual del pueblo argentino”, debilitar al mínimo su poder nacional y dejar inerme al país, ya sea para su desintegración territorial o su sometimiento como mero territorio productivo de materias primas, sin identidad, sin independencia, sin soberanía, apenas con gobiernos títeres y anodinos, simples gerenciadores y tributarios – a través del pago de la “deuda externa” - de las ordenes del Poder Mundial o plutocracia internacional. En otras palabras, la Argentina ha dejado de ser una Nación, una Patria, para ser una ficción a merced de lo que otros quieren hacer con nosotros, apenas un  territorio sobre el cual por ahora sólo viven 40 millones de habitantes esclavizados, creyendo que son libres.

Conclusiones

Con anterioridad me he referido detalladamente a esta cuestión y por lo tanto no tiene sentido seguir insistiendo sobre lo que ya es obvio. El que quiera entender que entienda.

En síntesis, las declaraciones Burns confirman nuestras apreciaciones:

·            La política de los “derechos humanos” es una política del Poder Mundial y los Estados Unidos, en su función de Policía Universal, es el responsable de hacerla cumplir, sin interesarle las motivaciones que provocaron su violación e inclusive las violaciones que en su condición imperial está llevando a cabo en varias partes del mundo.

·            Seguir batiendo el parche de la dialéctica comunismo-anticomunismo, que alimentó la “guerra fría” carece de seriedad y revela o una extrema necedad o una gran ignorancia de la realidad histórica.

·            La idea de que el señor Kirchner es un feroz dirigente comunista y que su objetivo es imponer una tiranía marxista en el país es simplemente absurda.

·            Sin lugar a dudas, para Patria Argentina, los EE.UU. y las potencias subordinadas al Imperio (como se ha podido observar en la actitud de Canadá, en la cuestión de la visa al suscripto y comentada en ejemplares anteriores), mal que les pese a muchos, son aliados objetivos de las organizaciones de “derechos humanos”, tales como las “Madres de Plaza de Mayo”, “las abuelas”, la “Secretaría de Derechos Humanos de la Nación”; “Hijos” y cualquier otro tipo de grupo o movimiento con similar finalidad política e ideológica, particularmente el “izquierdo-progresismo-castrochavista”. Es coherente con el “doblepensar” y el “do­blediscurso” del Imperio y del Poder Mundial, que las Madres de Plaza de Mayo sean aliadas de los norteamericanos y al mismo tiempo aparezcan patrocinando un acto de Chávez en contra de Bush en pleno Buenos Aires el próximo viernes. Todos ellos despotrican contra el imperialismo por izquierda pero cobran o hacen negocios con ellos por derecha.

·         El señor Kirchner, “no odia, ni sobreactúa respecto a las Fuerzas Armadas” y a la política de los “derechos humanos”. Simplemente, como buen gerente estaría cumpliendo un pacto con el Poder Mundial o con un grupo muy poderoso dentro del Poder Mundial, para mantenerse en el poder. Kirchner, que práctica desde el inicio de su gestión el “doblepensar” y el “doblediscurso”, termina obedeciendo siempre al Imperio y a sus agentes, y a través de éste, al Poder Mundial.
P Publicado en Patria Argentina 231


 LOS MILITARES TODAVIA NO SABEN QUIENES SON SUS VICTIMARIOS

Recientemente, con motivo de la aceptación de las cartas credenciales de nuestro embajador en Washington, el señor Héctor Timerman, que fue recibido en el Salón Oval por el Presidente Bush, vuelve a confirmarse lo que ya debió ser una certeza. Ahora, ya no se trata de lo que expresa un funcionario de segunda línea, sino lo que escribe con su puño y letra el propio Presidente de los Estados Unidos, en una carta de agradecimiento por el obsequio del libro Prisionero sin nombre, celda sin número” que le había obsequiado Timerman eecribió: Elogio al Gobierno por los pasos que está ahora tomando para juzgar a numerosos oficiales que fueron previamente perdonados por abusos de derechos humanos” (Infobae.com; 10/04/2007).

Más claro, imposible. Si así son los “conservadores y republicanos” cómo serán los “liberales y demócratas”.

Nadie puede impedir que un país tenga una política determinada respecto a los “derechos humanos” o que la modifique ante ciertas circunstancias, pero que el señor Bush pontifique sobre ese tema, interviniendo en los asuntos internos de la Argentina, después de las masacres que se realizaron y se realizan en Irak, como consecuencia de la invasión y ocupación norteamericana de dicho país, es una burla a la inteligencia y al sentido común.

La actitud de Bush es coherente con los objetivos y políticas de los que realmente controlan al Imperio Norteamericano. De ahí la lógica de la logia masónica judía B´nai Brith cuando premia al Juez Carlos Rozanski que presidió el Tribunal Nro 1 de la Plata, que juzgó y condeno al Comisario Miguel Etchecolaz y al Padre Christian Von Wernich por sus “responsabilidades en el genocidio perpetrado por la última dictadura militar argentina” (Agencia de Noticias Judías, 10/12/2007) (Ver Patria Argentina de enero 2008; Nro 241; Pág. 8).

Los “incoherentes” son el “establishment” (o lo poco que queda de él), la poca clase que se cree dirigente y también algunos nacionalistas, a los cuales todavía no les ha caído la “ficha”.
Obviamente, los más incoherentes son los militares, que todavía no saben quiénes son sus victimarios ni entienden nada o apenas un poco de lo que pasó en los años del proceso. Lamentable. Muy lamentable y doloroso, pero es el precio que hay que pagar por la necedad y la ignorancia

Santiago Roque Alonso
Publicado en Patria Argentina 231 (reproducción parcial)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Por un estrecho pasadizo,
pasa la guerra
pasa la intemperancia
pasan, irrefrenables, las horas.

Veo el fin de la nieve.
Por la hendija maloliente
se detuvo el lenguaje
se detuvo el pan
se detuvieron los ancianos
despreciados por la muerte.

La mano que entreabrió la fisura
me señala el fin de la nieve.
Rosalía

Anónimo dijo...

Tiene lugar en la red patritica älguien como yo muy identificado con el nacional socialismo alemán sin llegar a extremos como el exterminio, pero sí con una xenofobia marcada por la libre entrada por nuestras fronteras de quién quiera sin ningún requisito previo y en muchos casos hasta trabajando sin pagar impuestos como coreanos, chinos, evadiendo como bolibianos, peruanos, paraguayos y chilenos, encima tan caraduras que en vez de agradecer que vienen a matar el hambre nos miran siempre de reojo y nunca son parte del pueblo argentino. Me lo pregunto por que casi nunca se toca éste tema que nos come por dentro y nos quita identidad.

Red Patriotica Argentina dijo...

1.- El nacional socialismo es un nacionalismo de raiz germanica que en su versión integra no tiene aplicacion aqui.- Si es aplicable en algunas cuestiones de tipo economico.
2.- El termino xenofobia es propio del enemigo y seria conveniente no emplearlo para autodefinirse pues tiene una connotacion peyorativa.
3.-La inmigración ilegal o la falta de controles sobre la misma no es causa sino consecuencia de la naturaleza misma del Sistema de Dominación y lo que se denomina desnacionalización de la Argentina. Para el mundialismo propio de este Sistema la nacionalidad y la identidad carece de importancia. Lo que hay que combatir el al Sistema no solo a las consecuencias del mismo. Hay que combatir la enfermedad no solo tomar calmante para los dolores.

Anónimo dijo...

Muy buena la explicación pero no veo por que no se puede aplicar a la argentina teniendo en cuenta nuestra idiosincracia, cultura, nuestras debilidades y fortalezas estratégicas. Perfecta la aclaración sobre la palabra xenofobia, estoy de acuerdo.

Anónimo dijo...

Amigo anonimo no veo como aplicar a la Argentina un nacionalismo que sustenta la defensa preferencia de lo ario germanico, habida cuenta del componente racial nuestro, de raiz criolla (hispano-indigena)a lo que se agregaron inmigrantes de variada nacionalidad.
Una cosa es lo que a Ud le podria gustar y otra la realidad en si.