jueves, 4 de septiembre de 2008

ARDE TBA

Esta empresa, propiedad de la familia Cirigliano, posee también el Grupo Plaza de colectivos y los talleres ferroviarios Emfer. Entre los ramales Mitre y Sarmiento concentran el 40% del movimiento de pasajeros de los trenes metropolitanos.

El grupo Cirigliano, como casi todas las empresas de transporte del país, recibe mensualmente millonarios subsidios para contener lo que ha sido una de las obsesiones desde que Néstor Kirchner llegó a la Casa Rosada: el precio del boleto de colectivo y de los trenes, que fue retocado en enero por primera vez en siete años.
Según la última información disponible en el sitio web de la Secretaría de Transporte que conduce Ricardo Jaime, recibió en junio último subsidios por 11.929.321,50 de pesos. Por otro lado, según el portal de TBA, la empresa lleva hoy, entre las dos líneas y con un servicio saturado, 191,6 millones de personas. En 1998, viajaban 194 millones de usuarios.
Por supuesto, gago, vocero de TBA deslindó responsabilidades y colocó la culpa de la interrupción del servicio a "un grupo de inadaptados" para concluir, junto con las autoridades, que obra de "infiltrados de izquierda organizados"
El gobierno nacional y provincial -para variar- quiere explicar en forma conspirativa otra reacción popular a la penosa situación que deben sufrir los millones de trabajadores que día a día viajan como ganado en el ex Ferrocarril Sarmiento , achacándola a "algo armado" donde habría integrantes de grupos de izquierda.
Fueron miles los usuarios que paralizaron durante horas el servicio en Castelar para repudiar las escandalosas condiciones en las que deben viajar diariamente, que tuvo su colmo hoy cuando se detiene el tren antes de llegar a la estación y son los propios pasajeros los que lidiando con el humo deben evacuar la formación.
Lo que quiere esconder el gobierno de los Kirchner es que durante los cinco años de su gestión con crecimiento económico récord, el transporte de los trabajadores está en la ruina pese a los multimillonarios subsidios que el Estado aporta para que los inescrupulosos empresarios que detentan las concesiones puedan seguir obteniendo ganancias. Los Kirchner mantuvieron intacto el núcleo de las privatizaciones menemistas.
La furia popular sucede en la semana en que la Presidenta anunció el pago de casi 7.000 millones de dólares al Club de París, una ilegítima deuda entablada en su mayor parte por grupos privados durante los años del Proceso.
Mientras día a día los trabajadores viajan en pésimas condiciones para llegar a sus lugares de empleo, el oficialismo insiste con el proyecto del Tren Bala, un emprendimiento faraónico hecho a medida de los acreedores franceses que nada tiene que ver con las necesidades del pueblo.
Con el dinero que se destina al pago de la deuda y con los millones que se presupuestan para el Tren Bala se podría tener un servicio de transporte de pasajeros eficiente y de calidad. Pero esto no sucederá mientras distintos grupos capitalistas mantengan las concesiones.
Los ramales de carga deben dejar de estar bajo la propiedad de los agroexportadores y empresarios gremialistas como Pedraza y Moyano (Belgrano Cargas) o empresas brasileras como ALL (América Latina Logística) que están destruyendo el tendido de rieles y no se responsabilizan ni reponen; y pasar a ser parte de una plan nacional al servicio de las necesidades populares.
Fte: Diaspora Noticias

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