Si la Argentina quiere “ser lo que debe ser” y no lo que los demás desean que sea, es preciso reconocer, en principio, que su primer y verdadero “acto o hecho fundacional” lo constituye el “Triunfo Argentino” (Poema de Vicente López y Planes-1806) en las Invasiones Inglesas.
La eliminación física de Santiago de Liniers, artífice, conductor, caudillo y jefe de ese “Triunfo Argentino”, implicó y continúa significando la destrucción de la “memoria colectiva” de los argentinos, así como la simultánea falsificación de la “verdadera historia de la Patria”.
Anular el recuerdo y el homenaje al “Triunfo Argentino” en las dos Invasiones Inglesas y, consecuentemente, de sendas derrotas británicas, representa un hecho deliberado y perverso. Por eso es que, desde hace décadas, no hay festejos ni honores oficiales ni privados para honrar la Reconquista ni la Defensa, y mucho menos para quien fue su Jefe. A tal punto esto es así, que ni siquiera en la actualidad se argumenta su conmemoración para justificar un día feriado y, con ello, un día más para hacer turismo.
En este contexto, las auténticas fuerzas de la tradición y del nacionalismo argentino son casi inexistentes, en parte por sus propios errores, su debilidad, defección y decadencia; y en parte, también, por la acción disolvente de la confusión; por la destrucción intelectual y moral promovida por los vientos triunfantes del modernismo religioso y cultural; las perversas ideas liberal-masónicas; el progresismo en todas sus manifestaciones; la imposición del engañoso internacionalismo o mundialismo, de la globalización, del nuevo orden y del gobierno mundial; etc., todas ellas emanaciones del inicuo poder del imperialismo internacional del dinero.
Recordar, rendir homenaje y reivindicar la memoria del héroe de la Reconquista y Defensa de Buenos Aires don Santiago de Liniers - en el Bicentenario de su asesinato - y a todos los argentinos que murieron, derramaron su sangre y combatieron en esas gestas, no es otra cosa que la expresión más pura y genuina del amor a la Patria, de justicia y piedad hacia esos acontecimientos y personas gloriosas de nuestro pasado.
En consecuencia, la causa de esta celebración es más que fundada y propicia para constituirse en un motivo, en un punto de referencia y de encuentro, de todos los que aún intentamos batallar en la lucha por la Reconquista definitiva de la Nación Argentina.
De esta manera, a través de este gesto grande y piadoso que se pretende realizar, respecto a Dios y a nuestro pasado, otros compatriotas podrán comprobar que la verdadera Argentina todavía existe, que vive en la voluntad e inteligencia de por lo menos un puñado, que resistir es posible y que ese propósito puede ser acompañado también por ellos.
Y esta finalidad es especialmente válida, particularmente para quienes aún no están quebrados ni quieren rendirse; para los que todavía no se entregaron y mantienen alto el espíritu de lucha y de sacrificio; para los que no se venden ni se dejan comprar y para todos los que son conscientes de que en esta hora aciaga para el mundo y especialmente para la Argentina, tienen obligaciones que cumplir, resistiendo dónde y cómo se pueda, a pesar de la carencia de los más elementales recursos materiales y de medios de comunicación.
Sabemos que la tarea será extremadamente difícil. Los obstáculos y dificultades a enfrentar serán tremendos y mucho más, si a ello le sumamos el miedo que inspira el “enemigo de la humanidad y de la Patria”. Con nuestras solas fuerzas humanas, la victoria no será posible. Únicamente podremos alcanzarla a través de Dios y con Dios, si es que somos dóciles a su voluntad, dado que ¡para Él nada es imposible! Para ello es imperioso reavivar y mantener la Fe, poner nuestras intenciones y esfuerzos en las manos de Dios, abrazarnos a la Cruz de Cristo, Rey y Señor de la Historia, y confiar en el auxilio e intercesión de María Santísima, sabiendo que, finalmente, la victoria no será nuestra sino de Dios.
Los que así pensamos, los que vivimos conforme a lo que pensamos, los que queremos Reconquistar la Argentina definitivamente para los argentinos, a pesar del festín de corruptos y traidores, junto con la multitud de confundidos que nos rodea, tenemos la oportunidad de ponernos de pie, reunirnos e iniciar la larga marcha con la reivindicación de la memoria del héroe de la Reconquista y Defensa de Buenos Aires, don Santiago de Liniers -paradigma del hombre ejemplar y del héroe - y de todos los argentinos que murieron, derramaron su sangre y combatieron en esas gestas en las que se fundó la Nación Argentina.
Es la hora de volver a ser lo que debíamos y debemos ser, no nos queda mucho tiempo ni oportunidades para reaccionar y despertar. Tal vez mañana, o dentro de unos meses o el año que viene sea demasiado tarde. En caso contrario, seremos los que otros poderes quieren que seamos.
Usted decide.
MISA POR LA RECONQUISTA Y EL BICENTENARIO DEL FUSILAMIENTO DE SANTIAGO DE LINIERS
El día 26 de agosto a las 19.15 horas en la Iglesia San Juan Bautista ubicada en Alsina y Piedras. Lugar donde descansan los restos de los combatientes de aquella inolvidable gesta patriótica criolla
Auspician
Centros Civicos Patrióticos
Diario Patria Argentina
Red Patriótica Argentina
3 comentarios:
A la distancia,les mando un afectuoso saludo,siempre he sacado la bandera para el 12 de agosto,estoy conteste que debemos conmemorar esa fecha,como tambien la del 20 noviembre.un fuerte abrazo y estare mentalmente presente en la misa a Don.S.de Liniers.
Ruben Bayerque
Gracias por las palabras que son sentidas y compartidas. La trama es grande y su infiltración es tambien grande y se da en todo y cada uno de los puestos de liderazgo y tal vez por eso la desolación, sentimiento inicial de desaliento, Se renueva las fuerzas para seguir, en virtud de este tipo de comunciaciones, en la que uno renueva la Fe en Cristo,nuestro señor y en el recuerdo de nuestros héreos, NO ESTOY SOLO. Viva la Patria.
Jorge Montenegro
Viva Perón
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