Fieles a nuestra costumbre de "ir directo a las cosas" publicamos este artículo del Cda. Carlos Zerda, como un esbozo de lo que podría ser un plan concreto para recuperar la soberanía sobre nuestros recursos. No es algo pétreo ni definitivo,hasta es posible que se requieran medidas mas radicales, solo es una nota aparecida en la revista MILO que nos parece excelente y que da una idea somera, de lo que podría hacerse al respecto en un eventual gobierno nacionalista
"La Argentina no tiene hipótesis de conflicto". E aquí una de las expresiones mas lapidarias y nefasta que se haya expresado desde el advenimiento de la democracia. La misma, sin lugar a dudas, tiene por objetivo esencial destruir las columnas básicas de la defensa nacional.
Nuestra patria, territorialmente hablando, es uno de los siete países más grandes del mundo; comparte sus fronteras con Brasil, que es hoy el país más poderoso y próspero de la región; con Chile, un pueblo necesitado de recursos naturales, que ambiciona la Patagonia y está al acecho de una porción de territorio antártico; y con Gran Bretaña, que usurpa las Islas Malvinas, parte del Mar Argentino, y que pretende además, usurpar nuestra Antártida.
No hay dudas que las grandes reservas naturales que posee nuestro país lo hacen realmente un territorio apetecible, y que por esta misma razón se hace imprescindible contar con una buena capacidad defensiva para evitar cualquier tipo de maniobra por parte de poderosas potencias.
Ante este panorama, no puede comprenderse como es que no existe una sola hipótesis de conflicto con terceros. Todos deseamos la paz (La verdadera paz y no como la conceptualiza la ONU) y queremos llegar a ella, pero en un momento donde nuestros países vecinos duplican su arsenal bélico, y se acelera la carrera por poseer más recursos naturales, es imposible defender las fronteras con un mensaje pacifista, con una exaltación paroxística de la Democracia, y con FF.AA. destruidas y putrefactas de excretas gramscianas y markusianas.
Mientras aquí se habla de “Paz”, el resto de las naciones vecinas han duplicado su arsenal armamentístico, y no por ello significa que quieran la guerra, sino que están protegiendo su soberanía, ante un hipotético conflicto. El mismísimo “Lula” Da Silva nos dio un enorme ejemplo de sentido común y de básica geopolítica al justificar la compra de submarinos nucleares a Francia para defender en el futuro al petróleo Brasilero, solamente nuestro país expone a viva voz la carencia de hipótesis de conflicto, y lleva adelante una política de total indefensión.
No hay dudas que con la aniquilación de nuestras FF.AA se pretende garantizar que el poder extranjero pueda, no solo extraer a través de sus empresas nuestros recursos naturales, como ya lo está haciendo; sino que tenga vía libre para ocupar lisa y llanamente nuestro territorio nacional e inclusive pueda desmembrarlo a su conveniencia.
Programa defensivo a desarrollar desde una óptica nacionalista y moderna
Para revertir esta situación es necesario llevar adelante un conjunto de acciones sinérgicas:
1º. Recuperación de la Soberanía Monetaria: Sustitución del Banco Central de la República Argentina por diferentes instituciones estatales que se ocupen de la emisión monetaria, el control de la circulación monetaria, el atesoramiento de reservas y el control cambiario, proveyendo los fondos necesarios para la recuperación de la industria argentina, sin acudir al capital extranjero, que sólo intenta depredarnos con la excusa de “invertir”; y prohibiendo todo endeudamiento estatal con la banca privada o los organismos multilaterales de crédito (Banco Mundial, BID, FMI, etc.). En ese sentido se deberá también impedir la exportación de materiales como oro, plata, litio.
En tiempos de conflicto, todo el manejo monetario debe organizarse para defender a la Nación y al Pueblo argentino. La riqueza de la Argentina debe quedar en la Argentina, y los que se la lleven no puede permanecer en el país, pues pueden ser potenciales colaboracionistas con el enemigo que nos amenaza.
2º. Reconciliación inmediata del Pueblo con las Fuerzas Armadas: Pueblo y ejército deben ser una sola fuerza; para ello habrá que compensar con un patriotismo a ultranza los errores históricos que se han cometido, e implantar con urgencia un sistema educativo que reinstale los sentimientos patrióticos y contrarreste las imposiciones del “Pensamiento Único”, propio de la globalización.
3º. Equipamiento bélico de primera generación: Hasta tanto no lo produzcamos internamente, este equipamiento debe adquirirse a aquellos países que consientan una total transferencia tecnológica para reconstruir nuestras fábricas militares, incluyendo vehículos, tanques, misiles, aviones, helicópteros y astilleros navales militares y civiles, de manera de controlar efectivamente lo que sucede en nuestras costas y mares. Debemos avanzar en el marco de Defensa Suramericano en la alianza con Brasil para poner a punto nuestros desarrollos nucleares y de misiles de largo alcance, desarrollando una capacidad de represalia que impida que Gran Bretaña pueda volver a amenazarnos como lo hizo en la Guerra de Malvinas.
4º. Denunciar los tratados de Londres: que consagran la rendición de las Islas Malvinas, y la entrega de la soberanía sobre nuestra plataforma continental; además de entregar toda la minería y el petróleo al Commonweath.
5º. Restaurar la Constitución Nacional de 1949: Todo lo posterior no tiene validez ya que este ordenamiento jurídico fue derogado por un bando militar en 1956, y no por una Asamblea Constituyente. Especial vigencia deberá tener lo relativo a la propiedad estatal de los recursos naturales. Además se deberá tipificar legalmente las actividades imputables a los traidores a la Patria, a fin de disponer de instrumentos para desarticular la “Quinta Columna” de aquellos que trabajen para defender los intereses de nuestros enemigos. Posteriormente se hará necesario avanzar hacia formas republicanas que contemplen la representaciónorganizaciones multinacionales que juegan en contra de nuestros intereses.
6º. Distribución de la población argentina en todo el territorio nacional, fundando nuevas ciudades autosuficientes, tanto para resolver el enorme déficit de viviendas, como para fomentar el desarrollo local y la economía social, permitiendo la inmigración de nuestros vecinos y aliados que se asimilen a nuestra nacionalidad. De este modo se podrá ocupar productivamente todo nuestro territorio.
7º. Eliminación de todas las formas de degradación de nuestros recursos naturales: Se debe suprimir todo tipo de contaminación, especialmente del agua (por el vertido masivo de agroquímicos tóxicos, y desechos industriales); y poner fin a cualquier minería a cielo abierto, así como a toda forma de desertificación y deforestación en nuestro territorio; recuperando en todo lo posible los bosques, la fauna y la flora nativas.
También debe impedirse la tenencia de tierras en manos de personas físicas o jurídicas cuyo control final se encuentre en manos de países miembros de la OTAN, de la Commonwealth, o de empresas multinacionales o personas que no utilicen su potencial productivo o degraden su capacidad de recuperación natural.
8º. Nacionalización de los servicios públicos y de las empresas estratégicas: Tenemos que hacer caducar todas las concesiones a empresas vinculadas al Imperio Global, poniendo inmediatamente todo el sistema de comunicaciones, agua y energía, y transportes esenciales en manos del Estado Nacional.
Se debe potenciar el desarrollo inmediato de todas las industrias básicas generadoras de bienes de capital, tales como la siderurgia, química pesada, minería, generación y distribución energética y de combustibles. Al mismo tiempo que reconstruir el sistema ferroviario; y poner en marcha un sistema de transporte fluvial eficaz que permita utilizar la integración de las tres cuencas principales sudamericanas.
Lo enunciado hasta aquí, obviamente, es solo un esbozo de las principales medidas que en el terreno geopolítico debería tomar un gobierno patriota para que la Argentina recupere su soberanía y su poder nacional.
Ing. Carlos Alberto Zerda
Nuestra patria, territorialmente hablando, es uno de los siete países más grandes del mundo; comparte sus fronteras con Brasil, que es hoy el país más poderoso y próspero de la región; con Chile, un pueblo necesitado de recursos naturales, que ambiciona la Patagonia y está al acecho de una porción de territorio antártico; y con Gran Bretaña, que usurpa las Islas Malvinas, parte del Mar Argentino, y que pretende además, usurpar nuestra Antártida.
No hay dudas que las grandes reservas naturales que posee nuestro país lo hacen realmente un territorio apetecible, y que por esta misma razón se hace imprescindible contar con una buena capacidad defensiva para evitar cualquier tipo de maniobra por parte de poderosas potencias.
Ante este panorama, no puede comprenderse como es que no existe una sola hipótesis de conflicto con terceros. Todos deseamos la paz (La verdadera paz y no como la conceptualiza la ONU) y queremos llegar a ella, pero en un momento donde nuestros países vecinos duplican su arsenal bélico, y se acelera la carrera por poseer más recursos naturales, es imposible defender las fronteras con un mensaje pacifista, con una exaltación paroxística de la Democracia, y con FF.AA. destruidas y putrefactas de excretas gramscianas y markusianas.
Mientras aquí se habla de “Paz”, el resto de las naciones vecinas han duplicado su arsenal armamentístico, y no por ello significa que quieran la guerra, sino que están protegiendo su soberanía, ante un hipotético conflicto. El mismísimo “Lula” Da Silva nos dio un enorme ejemplo de sentido común y de básica geopolítica al justificar la compra de submarinos nucleares a Francia para defender en el futuro al petróleo Brasilero, solamente nuestro país expone a viva voz la carencia de hipótesis de conflicto, y lleva adelante una política de total indefensión.
No hay dudas que con la aniquilación de nuestras FF.AA se pretende garantizar que el poder extranjero pueda, no solo extraer a través de sus empresas nuestros recursos naturales, como ya lo está haciendo; sino que tenga vía libre para ocupar lisa y llanamente nuestro territorio nacional e inclusive pueda desmembrarlo a su conveniencia.
Programa defensivo a desarrollar desde una óptica nacionalista y moderna
Para revertir esta situación es necesario llevar adelante un conjunto de acciones sinérgicas:
1º. Recuperación de la Soberanía Monetaria: Sustitución del Banco Central de la República Argentina por diferentes instituciones estatales que se ocupen de la emisión monetaria, el control de la circulación monetaria, el atesoramiento de reservas y el control cambiario, proveyendo los fondos necesarios para la recuperación de la industria argentina, sin acudir al capital extranjero, que sólo intenta depredarnos con la excusa de “invertir”; y prohibiendo todo endeudamiento estatal con la banca privada o los organismos multilaterales de crédito (Banco Mundial, BID, FMI, etc.). En ese sentido se deberá también impedir la exportación de materiales como oro, plata, litio.
En tiempos de conflicto, todo el manejo monetario debe organizarse para defender a la Nación y al Pueblo argentino. La riqueza de la Argentina debe quedar en la Argentina, y los que se la lleven no puede permanecer en el país, pues pueden ser potenciales colaboracionistas con el enemigo que nos amenaza.
2º. Reconciliación inmediata del Pueblo con las Fuerzas Armadas: Pueblo y ejército deben ser una sola fuerza; para ello habrá que compensar con un patriotismo a ultranza los errores históricos que se han cometido, e implantar con urgencia un sistema educativo que reinstale los sentimientos patrióticos y contrarreste las imposiciones del “Pensamiento Único”, propio de la globalización.
3º. Equipamiento bélico de primera generación: Hasta tanto no lo produzcamos internamente, este equipamiento debe adquirirse a aquellos países que consientan una total transferencia tecnológica para reconstruir nuestras fábricas militares, incluyendo vehículos, tanques, misiles, aviones, helicópteros y astilleros navales militares y civiles, de manera de controlar efectivamente lo que sucede en nuestras costas y mares. Debemos avanzar en el marco de Defensa Suramericano en la alianza con Brasil para poner a punto nuestros desarrollos nucleares y de misiles de largo alcance, desarrollando una capacidad de represalia que impida que Gran Bretaña pueda volver a amenazarnos como lo hizo en la Guerra de Malvinas.
4º. Denunciar los tratados de Londres: que consagran la rendición de las Islas Malvinas, y la entrega de la soberanía sobre nuestra plataforma continental; además de entregar toda la minería y el petróleo al Commonweath.
5º. Restaurar la Constitución Nacional de 1949: Todo lo posterior no tiene validez ya que este ordenamiento jurídico fue derogado por un bando militar en 1956, y no por una Asamblea Constituyente. Especial vigencia deberá tener lo relativo a la propiedad estatal de los recursos naturales. Además se deberá tipificar legalmente las actividades imputables a los traidores a la Patria, a fin de disponer de instrumentos para desarticular la “Quinta Columna” de aquellos que trabajen para defender los intereses de nuestros enemigos. Posteriormente se hará necesario avanzar hacia formas republicanas que contemplen la representaciónorganizaciones multinacionales que juegan en contra de nuestros intereses.
6º. Distribución de la población argentina en todo el territorio nacional, fundando nuevas ciudades autosuficientes, tanto para resolver el enorme déficit de viviendas, como para fomentar el desarrollo local y la economía social, permitiendo la inmigración de nuestros vecinos y aliados que se asimilen a nuestra nacionalidad. De este modo se podrá ocupar productivamente todo nuestro territorio.
7º. Eliminación de todas las formas de degradación de nuestros recursos naturales: Se debe suprimir todo tipo de contaminación, especialmente del agua (por el vertido masivo de agroquímicos tóxicos, y desechos industriales); y poner fin a cualquier minería a cielo abierto, así como a toda forma de desertificación y deforestación en nuestro territorio; recuperando en todo lo posible los bosques, la fauna y la flora nativas.
También debe impedirse la tenencia de tierras en manos de personas físicas o jurídicas cuyo control final se encuentre en manos de países miembros de la OTAN, de la Commonwealth, o de empresas multinacionales o personas que no utilicen su potencial productivo o degraden su capacidad de recuperación natural.
8º. Nacionalización de los servicios públicos y de las empresas estratégicas: Tenemos que hacer caducar todas las concesiones a empresas vinculadas al Imperio Global, poniendo inmediatamente todo el sistema de comunicaciones, agua y energía, y transportes esenciales en manos del Estado Nacional.
Se debe potenciar el desarrollo inmediato de todas las industrias básicas generadoras de bienes de capital, tales como la siderurgia, química pesada, minería, generación y distribución energética y de combustibles. Al mismo tiempo que reconstruir el sistema ferroviario; y poner en marcha un sistema de transporte fluvial eficaz que permita utilizar la integración de las tres cuencas principales sudamericanas.
Lo enunciado hasta aquí, obviamente, es solo un esbozo de las principales medidas que en el terreno geopolítico debería tomar un gobierno patriota para que la Argentina recupere su soberanía y su poder nacional.
Ing. Carlos Alberto Zerda
Partido Fuerza Patriótica (La Banda)
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo, lamentablemente po fuera del Peronismo y el Radicalismo no hay estructura capaz de ganar en Argentina, faltaría incluir secundario obligatorio con dos años extras para terminarlo por parte de repetidores y en caso de que no cumplan lo terminan en colegios del ejercito donde se le sumaran dos años para formarlos en algún oficio, como a tambien a los que lo concluyen y no sigan la universidad.Hay tantas ideas y tan pocos políticos que las quieran usar, en fin. saludos JORGE.
Tu pais tiene que recuperar la hegemonia del cono sur tiene que usurpar a Chile esta pocision.
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