jueves, 15 de febrero de 2018

LA REVOLUCIÓN NACIONAL

Por:Horia Sima
 
«Se necesita la revolución -dice José Antonio - cuando al final de un proceso de decadencia, el pueblo ha perdido ya, o está a punto de perder, toda forma histórica» (1). Un pueblo pierde toda forma histórica cuando ha perdido el contacto con su alma metafísica. Apartándose de su línea de vida, dentro de su cuerpo empiezan a obrar los fermentos de la disgregación. Al alterarse el cimiento que une a todos los miembros de una nación -su destino histórico-, ésta se convertirá en un agregado amorfo. El proceso de autodestrucción sólo puede ser parado por un salto a otro orden. Esta transición de un orden antiguo en descomposición a una nueva estructura política, económica y social, se llama revolución.
Una revolución se corona con el éxito solamente si cumple con estas dos condiciones:
- Reponer la nación sobre el camino universal de los grandes destinos.
- Asociar las masas a esta empresa común, reorganizando la economía nacional sobre bases más justas.
Una revolución nacional afecta de manera igual los dos frentes de la nación: el frente interior y el frente exterior. Una revolución tiene una cara dirigida hacia la Historia y otra hacia las realidades internas de la nación. Todas las revoluciones que han tenido lugar hasta ahora en España han sido incompletas, acentúa José Antonio, «en cuanto ninguna sirvió, juntas, a la idea nacional de la Patria y a la idea de la justicia social» (2).
Pero la revolución no es revuelta, advierte José Antonio. El cambio por violencia del antiguo orden social no constituye más que su aspecto preliminar. La verdadera obra revolucionaria empieza en el momento en que el vacío político existente comienza a llenarse con el «nuevo orden». La transición, desde una situación a otra, no se puede conseguir sino con orden: «La revolución bien hecha, la que de veras subvierte duramente las cosas, tiene como característica formal «el orden» (108). El tumulto revolucionario debe cesar lo antes posible, para que sobre las ruinas del antiguo Estado se levante la arquitectura política nueva.
 
1.- Obras completas de José Antonio Primo de Rivera, pág. 543
2.-  Obras compleias de José Antonio Primo de Rivera, pág. 166.
 
Fragmento del libro "Dos Movimientos Nacionales "

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