Hace 66 años, José Luís Torres (1901-1965) publicaba el primer trabajo de denuncia sobre la creación espuria del Banco Central de
Torres ya había mencionado el hecho en sus primeros libros: Algunas maneras de vender la patria(1944) y Los perduellis: los enemigos internos de la patria (1943), pero es en el libro de marras en donde se dedica puntualmente a denunciar los intereses fraudulentos que están atrás de la creación del Banco Central.
Cuenta que cuando viajó a Londres el presidente de
¿ Y que hay de la ley del Banco Central?. Hasta mi salida de Buenos Aires ninguna noticia, respondió. Cómo - manifestó asombrado Mr. Follet Holt, al tiempo que sacaba de una gaveta el proyecto de creación del Banco Central redactado en inglés – Aquí está el proyecto que se envió hace ya algún tiempo a Buenos Aires.
Es decir, que la creación del Banco Central se daba por organizado en Londres, de acuerdo a directivas londinenses, antes que los legisladores argentinos consideraran la posibilidad de su creación. No sólo sabía en Londres Mr. Follet Holt antes que el presidente de
Cuando Federico Pinedo, ministro de economía en la época de creación del Banco Central se queja por la nacionalización del mismo realizada por la revolución del 4 de junio de 1943 afirma: El Banco Central es mi obra, porque aún cuando recibiéramos el proyecto en inglés y lo hicimos traducir, nunca permití que se transformara en una oficina del Estado, pues fue creado intencionalmente como un ente separado del gobierno. El Banco Central de
Si esto que denunció Torres y confesó Pinedo hace más de medio siglo fuera verdad, nosotros estaríamos hoy ante un dilema: Si el Banco Central sigue siendo concebido como un ente separado del gobierno, quedaría Redrado al servicio de Inglaterra, y si el gobierno actual coloca en su presidencia a un ex director del Banco de Inglaterra, quedaría Mario Blejer al servicio también de Inglaterra.
Esperemos que el gobierno argentino actual no coloque en su presidencia a un ex director del Banco de Inglaterra como lo ha sido Mario Blejer.
Alberto Buela
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