Por: Gideon Levy
Los israelíes no pagan nada por la injusticia de la ocupación, por eso la ocupación no acabará nunca. Sólo puede terminar cuando los israelíes paguen y aprendan el coste de la ocupación. Nunca acabarán con la ocupación por su propia iniciativa, ¿por qué deberían hacerlo? Ni el ataque terrorista más cruel de los que han ocurrido en el país ha conseguido que los israelíes entiendan la relación de causa y efecto entre la ocupación y el terror. Bajo las alas de la prensa y de los políticos, las dos fuentes de atontamiento y ceguera más importantes de la sociedad israelí, aprendimos a pensar que los árabes nacieron para matar, que todo el mundo está contra nosotros, que el antisemitismo es lo que predomina en las relaciones con Israel, que no existe relación entre nuestras acciones y el precio que pagamos de vez en cuando.
Ya sea un boicot internacional o un terrible derramamiento de sangre, no se ven en el horizonte cercano, entonces, ¿de qué deberíamos preocuparnos? Es cierto que el mundo comenzó a mirar con mala cara a Israel, pero, ¿qué importa? Los israelíes están convencidos de que de todas formas el mundo los odia. Todo el tiempo que puedan seguir disfrutando de los placeres, no hay razón para preocuparse.
Intenten preguntar a los israelíes por qué se encierran, sólo oirán desdén, nunca una autocrítica. Los israelíes no sólo disfrutan, sino que también están muy satisfechos de sí mismos, de su alto grado de moralidad, de su ejército y de su país.
Todo esto sería estupendo si no fuese porque la ceguera es peligrosa y se prevé un final poco feliz. Otro verano genial en Tel Aviv -y en Gaza y en Jenin- pero una parte del mundo nos lo escupirá al rostro. Y entonces pondremos caras de sorpresa, de pobres víctimas, eso que a nosotros nos gusta tanto.
(fragmento de un articulo de Haaretz)
www.ponerologia.blogspot.com
Los israelíes no pagan nada por la injusticia de la ocupación, por eso la ocupación no acabará nunca. Sólo puede terminar cuando los israelíes paguen y aprendan el coste de la ocupación. Nunca acabarán con la ocupación por su propia iniciativa, ¿por qué deberían hacerlo? Ni el ataque terrorista más cruel de los que han ocurrido en el país ha conseguido que los israelíes entiendan la relación de causa y efecto entre la ocupación y el terror. Bajo las alas de la prensa y de los políticos, las dos fuentes de atontamiento y ceguera más importantes de la sociedad israelí, aprendimos a pensar que los árabes nacieron para matar, que todo el mundo está contra nosotros, que el antisemitismo es lo que predomina en las relaciones con Israel, que no existe relación entre nuestras acciones y el precio que pagamos de vez en cuando.
Ya sea un boicot internacional o un terrible derramamiento de sangre, no se ven en el horizonte cercano, entonces, ¿de qué deberíamos preocuparnos? Es cierto que el mundo comenzó a mirar con mala cara a Israel, pero, ¿qué importa? Los israelíes están convencidos de que de todas formas el mundo los odia. Todo el tiempo que puedan seguir disfrutando de los placeres, no hay razón para preocuparse.
Intenten preguntar a los israelíes por qué se encierran, sólo oirán desdén, nunca una autocrítica. Los israelíes no sólo disfrutan, sino que también están muy satisfechos de sí mismos, de su alto grado de moralidad, de su ejército y de su país.
Todo esto sería estupendo si no fuese porque la ceguera es peligrosa y se prevé un final poco feliz. Otro verano genial en Tel Aviv -y en Gaza y en Jenin- pero una parte del mundo nos lo escupirá al rostro. Y entonces pondremos caras de sorpresa, de pobres víctimas, eso que a nosotros nos gusta tanto.
(fragmento de un articulo de Haaretz)
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