jueves, 17 de marzo de 2011

ADIVINA ADIVINADOR

Adivinanza para kirchneristas y peronistas progre:

¿Quien pronuncio este discurso?
¿Cómo se compagina con las ideas, sobre la mujer, el matrimonio, la familia, el denominado "genero", la coyunda legal de los maricones y las lesbianas, el aborto y demás "temáticas" propias del Nuevo Orden Mundial o el Poder Global, que con referencia a la familia, el sexo, el orden natural etc. se difunden desde el kirchnerismo disfrazandolos de "logros e ideales revolucionarios".
¿La que  pronunció el discurso era una fascista?
La Respuesta proximamente

"¡Mujeres de España!
Nuestro siglo no pasará a la Historia con el nombre de “Siglo de las Guerras Mundiales” ni acaso con el nombre de “Siglo de la desintegración atómica”, sino con este otro mucho más significativo de “Siglo del feminismo victorioso”.
La revolución social a que asistimos en esta hora de veloz transición, alcanza no solo al obrero, quien reclama justamente se le considere dentro de la sociedad como persona humana informada por un alma trascendente y eterna, sino también a la mujer, la cual exige todos los derechos imprescindibles para el desarrollo de sus poderosas virtualidades.
Por eso, representante como soy de un país que es la esperanza, no solo por su riqueza nativa sino por haber inaugurado como ningún otro un nuevo orden de equidad social, de armonía cristiana y de libertad, no puedo guardarme en silencio el mensaje que, por mi intermedio, envía la mujer argentina a la mujer española sobre todo a la mujer que lucha como héroe, inadvertida del mundo, en la brega cotidiana de la vida.
La mujer argentina se afana en primer lugar, por la estructuración del hogar cristiano como vínculo indisoluble. Porque si a la mujer no se le ha dado el señorío de la fuerza física, se le ha dado el imperio del amor. Y sabemos las mujeres sin necesidad de sutiles raciocinios, que solo en el hogar y en el matrimonio indisoluble, puede el amor alcanzar toda su expansión. Sabemos las mujeres que la decadencia del amor, sin duda alguna, es una de las decadencias más grandes que ahora padece el mundo; es resultado inmediato de la paganización de la familia y de la desarticulación del hogar.
La mayoría de los pensadores opuestos al cristianismo no trepidan en reconocer que el matrimonio y la familia, tales como los reclama la adusta moral cristiana, constituyen el único ideal sociológico que puede colmar las aspiraciones más profundas del amor y que todas las civilizaciones marcadas por una franca decadencia se caracterizaron por una honda crisis de vida familiar.
Cuando la corrupción de costumbres ha minado la vida de la familia, entonces junto con el amor, pierde la mujer la libertad. Porque ella sólo es libre en la esclavitud del amor y solo es esclava en la libertad del amor en el que desemboca el matrimonio no bien pierde sus dotes y prerrogativas de eternidad.
Porque la mujer argentina se ha empeñado en mantener a toda costa el hogar estructurado y porque se ha empeñado además, en conseguir que en él se respire un perfume de santuario de suerte que el esposo y el hijo sientan a Dios como en un templo pequeño, por eso sabe que no le arrebata ni un adarme de feminidad el participar en los movimientos de recuperación nacional, colaborando con todos sus recursos a la implantación de un mundo más justo, más humano y más pacífico.
Menos tememos las argentinas a la mujer que pilota automóviles, yates y aviones, que a la emancipada de la familia o a la que toma el amor y el matrimonio como un “egoísmo de dos” sin entender que de la solidez y de la fecundidad del matrimonio depende el engrandecimiento de la patria.
La Iglesia, como nos lo ha enseñado siempre, ni ha prohibido ni ha disuadido a la mujer de que ejerza de médico, o de diputado o de embajadora con tal de que no abandone sus deberes esenciales de madre, de hija y de esposa. Y si la evolución de los tiempos la lleva a participar en la vida cívica y a intervenir en las contiendas electorales, es ella quien está encargada de conspirar al triunfo de un orden social y familiar, en el que pueda compartir, el lado del hombre, los frutos de la paz y de la justicia.
Por eso, ¡mujeres españolas! , os digo a todas, a través del éter, lo que quisiera decir a cada una de corazón a corazón, con esa efusión y medias palabras con que nos entendemos las mujeres; Si no han faltado agitadoras que soliviantaran las clases sociales unas contra otras, con flamas incendiarias, ¿porqué han de faltar otras mujeres que, de alma a alma, se digan un mensaje de amor y de paz?
Faltaría a mi deber, el deber que me impone la Gran Cruz de Isabel, si no secundara la misión de la gran reina, quien como ninguna mujer de España se afanó por dar unidad y libertad a esta tierra, batallando no solo contra los invasores de su suelo, sino también contra los invasores de su fe. Por eso, mujeres de España, a cuyo lado he vivido los días más emocionantes de mi vida, quiero hacer extensivo a vosotras cuanto dije no ha mucho a las mujeres de América:
Trabajemos por la paz que libra a los pueblos de las amenazas y de las agresiones y nos permite cerrar las heridas abiertas por contiendas fraticidas. Trabajemos para afianzar la paz y por impedir que una nueva guerra vuelva a asolar la Humanidad con nuevos estragos y nuevos odios. Trabajemos por implantar en el mundo los derechos fundamentales debidos a los seres humanos y por desarmar los espíritus de los odios y prevenciones originados por la diversidad de las razas, de los idiomas y de las formas sociales de la vida. Se ha dicho que hemos venido a formar un eje Buenos Aires-Madrid. Mujeres españolas, no hemos venido a formar ejes, sino a tender arco iris de paz con todos los pueblos, como corresponde al espíritu de la mujer.
Trabajemos por la conquista de un mundo mejor, fundamentado en el amor y no en el odio, mundo en el que anhelamos todos construir y no destruir, y en el que florezca como una bandera fulgurante de luz la libertad y la soberanía de los pueblos. Trabajemos por la implantación de un orden de justicia social cual lo requieren los principios proclamados por el general Perón, en el que todas puedan gozar de una retribución justa, en el que el obrero viva en condiciones dignas de trabajo y pueda preservar su salud, elevar su “standard” económico y desarrollar libremente las actividades lícitas en bien de los intereses profesionales.
Unamos nuestros esfuerzos para que nadie padezca, para que nadie se vea envuelto por miserias enervantes. Unamos nuestros corazones para que los humanos, cualesquiera que sea su nacionalidad , su fortuna, su ideario, puedan vivir, réprobos y elegidos, satisfechos y desheredados, de suerte que el mundo se trueque en una gran familia bendecida por Dios en la que no resuene otro canto que el canto del trabajo y de la paz.
Somos nosotras parte de una nueva fuerza que entra en las corrientes humanas empeñada en sostener la civilización y la cultura a que pertenecemos. En la lucha gigantesca en que nos hallamos envueltas, las grandes y las pequeñas, las afortunadas y las humildes, todas las mujeres debemos estar dispuestas a cumplir nuestro deber, a fin de que el mundo se vuelva lo que debe ser: Una gran confraternidad de todos los pueblos, con trabajo y con paz.
Y antes de terminar, permitidme que os diga la impresión que he recogido en vuestras ciudades y vuestros campos. He venido por primera vez a España y, sin embargo, me ha parecido retornar a ella después de una ausencia de mucho tiempo. Como si mi alma, por misteriosas reminiscencias, se despertara de un sueño de inconsciencia a las visiones de mis antepasados, los cuales nacieron y gastaron sus ojos en la contemplación de esas mismas ciudades y de estos campos de ensueño.
Me siento más argentina que nunca, precisamente porque me encuentro en la madre patria. La suprema efusión y amor sólo lo experimenta la mujer cuando une las trepidaciones de su corazón efímero al ritmo eterno de las armonías divinas. Por eso me siento ahora embriagada de amor y de felicidad, porque mi sencillo corazón de mujer argentina se ha puesto a vibrar en consonancia con los acordes eternos de la España inmortal"

11 comentarios:

Antonio, de Carapa City dijo...

Lo dijo Eva Peron?

Red Patriotica Argentina dijo...

jajaja mañana la respuesta....

Pablo dijo...

¡Esperen! Dénle tiempo al cyber K Jorge Luis para que adivine.

Anónimo dijo...

gracias.gracias.gracias cada vez que leo este mensaje de AMOR me emociono hasta las lagrimas....que grandeza y que verdad.
Agustina Esperón

Anónimo dijo...

ESTIMADO COMPAÑERO/COMPATRIOTA: EXCELENTE RECORDAR AQUELLAS PALABRAS DE EVA DUARTE ( de PERÓN), hoy más que nunca: "el peronismo será revolucionario o NO SERÁ NADA¡ dicho y hecho. Gracias como todas las mañanas espero sus reflexiones y se archivan y difunden.Jorge

¿Quienes somos? dijo...

Agreguemos tambien como carajo se compagina ese discurso con el discurso de los progres indigenistas tan anti-catolicos y anti-hispanicos.

Anónimo dijo...

cuando llegó de Europa mi padre la fué a buscar a Montevideo, desde donde vinieron a BsAs. con toda la comitiva en barco...no creo haberme equivocado en la respuesta jaja o.l. ahijada de los más grandes Juan y EvaPerón

Anónimo dijo...

Estimados,seguro que ese discurso lo dijo Eva Duarte de Peròn,en la España de Franco,seguro,que diriàn los progre peronistas si lo supieran,hablo del pueblo ,seguro que Cristina y Nestor lo leyeron alguna vez,pero no lles conviene recordarlo,saludos,alicia

Anónimo dijo...

Para Pablito, tan engalonadamente intolerante: Ese discurso de Evita lo dijo en España luego de su gira por Europa, en la España del fascista Franco, fue una circunstancia ´´unica y excepcional; al mismo tiempo pidiò al regimen del dictador la libertad de presos republicanos condenados a muerte. Me quedo con los discursos de Evita contra la puta oligarquìa y en favor de la Revoluciòn Social; discursos que seguramente ustedes (apologistas de Franco o cualquier otro dictador de derecha) se negaràn a publicar.
Soy K a mucha honra pero no ciber sino un luchador militante de la Causa.
Jorge Luis

Anónimo dijo...

Mirá Jorge Luis, los discursos de Evita los conocemos todos con referencia a la puta oligarquia compartimos absolutamente eso, pero le damos el sentido que tendria ahora como le damos el sentido al discurso sobre la mujer durante el gobierno de Franco, donde Peron viviría su exilio sin problema alguno...hasta una avenida la nombraron como del Gral Perón.
Como le damos el sentido actual preguntamos como se compadece lo que dijo Evita con la politica de los K (cosa que solo respondes hablando de una "situación muy especial")
Por que ese-el que dice Evita- es el concepto de familia que toma el Peronismo real y que tomaba Perón que mil veces hablo de la decadencia moral y del fin de los imperis por esa circunstancia. Hoy la decadencia moral la legalizan y encarnan ustedes y a la oligarquia se agregan y se asocian personajes como los que vos alabas que son una manga de delincuentes comunes o sea los K y el aparato de la partidocracia en su conjunto.
Ademas la libertad de los presos politicos es un pedido humanitario que siempre se hace. Ahora contame que Peron hubiera estado con el casamiento de los putos hablando del genero, asi me haces reir un rato.
Ademas no te olvides de donde tomo Perón las ideas de la Comunidad Organizada...o me vas a decir que se las robó a Palacios como dicen todos los gorilas????

Pablo dijo...

No me hagas reir Jorge Luis, estás rompiendo las bolas desde hace tiempo en este blog y no te das cuenta de que aquí no se apoya ni a la izquierda NI A LA DERECHA. Además ya se han publicado artículos en contra de la oligarquía y del liberalismo, pero convenientemente te hacés el boludo y no los tenés en cuenta.

Y tu excusa para el discurso de Eva Perón es lo más ridículo que leí en mi vida. No creo que la llevaran a España a punta de pistola y la obligaran a darlo. Lo que pasa es que los zurdos como vos son maniqueístas y tienden a dividir al mundo en dos: los que están con ustedes y los "fachos", que el mundo del zurdaje es sinónimo de derecha. Por lo tanto si no pueden encasillar a alguien en alguna de estas posiciones comienzan a delirar y a inventar boludeces, para que no se les derrumbe su mundo de fantasía. Sin embargo, aunque hagas tu mayor esfuerzo, lamento informarte que, como decía Perón, "la única verdad es la realidad".