viernes, 18 de septiembre de 2009

ABORTO POR TELEFONO

Hace pocos días, un medio periodístico de nuestro país ha informado que se ha hecho presente una organización cuyo objetivo es facilitar la provisión de información -mediante un servicio telefónico- para llevar a cabo de manera segura un aborto, a través del uso del fármaco misoprostol (originariamente utilizado como protector gástrico), cuya ingesta sirve para provocar un aborto en una mujer embarazada, puesto que provoca contracciones uterinas que culminan con la expulsión del feto anidado en el seno materno. Este procedimiento es conocido popularmente como aborto químico. La intención de la iniciativa es comunicar de qué manera utilizar el mencionado fármaco «para abortar de manera segura», aunque la nota deja traslucir la falsedad de esta supuesta seguridad en el uso del fármaco[1].

Lo que no se informa en forma clara y fehaciente es el carácter imperialista de esta iniciativa, puesto que la misma es patrocinada, promocionada y alentada por una organización extranjera europea, Women on Waves[2], una organización «no-gubernamental» holandesa, presidida y dirigida por la tristemente célebre Rebecca Gomperts, médica y artista holandesa, promotora del aborto a nivel planetario, miembro a su vez de una entidad multinacional, Women´s Link Worldwide, subsidiada por organizaciones y fundaciones «privadas», subvencionadas a su vez, entre otros, por el Foreign Office británico y el Imperio Rockefeller (a través de la Ford Foundation ). En otras palabras: estamos en presencia de una iniciativa «progresista» de neto carácter imperialista, al servicio del Imperio Británico y del poder financiero depredador.

1. En principio, llama la atención el desparpajo o la impunidad con la que se promueve esta acción delictiva criminal, puesto que la misma no consiste en otra cosa, tal como reconocen al paso los autores de la nota, en hacer una especie de apología del delito, puesto que el aborto a petición, por la simple voluntad de efectuarlo, es un crimen penado por el Código Penal de la Nación. En este caso, nos encontramos con que una organización extranjera, originaria de uno de los primeros países imperialistas de Europa, alienta la comisión de crímenes en nuestro territorio patrio. ¿Cómo se justifica esta promoción criminal? Mediante el falaz argumento que «el aborto ilegal y clandestino mata a las mujeres que no tienen información o no pueden acceder a ella», razón por la cual se pretende poner al alcance de las mujeres «que no tienen capacidad de acceder a las clínicas privadas que abortan en silencio a aquellas [mujeres] que pueden pagar» un aborto la posibilidad de llevarlo a cabo. Como ya hemos demostrado en reiteradas oportunidades, esta argumentación es doblemente falaz, porque

a) en vez de combatir el crimen que cometen las mujeres pudientes que burlan la ley, en complicidad con profesionales también delincuentes, se pretende que las mujeres pobres accedan a cometer el mismo crimen que realizan las mujeres ricas.

b) repite literalmente el argumento prohijado y concebido originariamente por John Davison Rockefeller III, el patriarca del control de la natalidad y del consiguiente holocausto demográfico implementado en el mundo a partir de los años 70, para beneficio de la plutocracia angloamericana depredadora: que la restricción al aborto viola la justicia social, porque «cuando el aborto es prohibido, las mujeres recurren a abortos ilegales para prevenir nacimientos indeseados. Abortos médicamente seguros han estado siempre a disposición de las mujeres ricas, para las que pueden afrontar los elevados costos de doctores y viajes al extranjero; pero la mujer pobre se ha visto obligada a arriesgar su vida y salud con remedios caseros y practicantes con mala fama»[3]. Además de constituir un argumento falaz y mentiroso –un embarazo o nacimiento imprevisto no origina el derecho a matar a la cría-, se trata de una actitud paradójica e hipócrita: el único derecho que tanto el gran oligarca americano como los progresistas equiparan entre pobres y ricos es el «derecho de matar a los hijos», mientras que en el resto de los derechos –alimentación, vivienda, salud, trabajo, vacaciones, vestimenta, acceso a medicamentos, educación para los hijos, etc.-, conservan y eternizan las desigualdades.

2. Además de delictiva, esta campaña es mentirosa y falaz, ya que alude a una supuesta seguridad en el método que es avalada por la Organización Mundial de la Salud , pero que es puesta en tela de juicio por la Sociedad Argentina de Obstetricia y Ginecología -«muchas mujeres mueren o quedan seriamente dañadas por utilizar» el fármaco en cuestión, puesto que «no es más que un protector gástrico»[4]. Este aval de la OMS a la iniciativa criminal emprendida por Rebecca Gomperts en nuestro país muestra que el citado organismo no es otra cosa que un instrumento de la plutocracia mundial al servicio de sus intereses y proyectos.

3. Se repite una vez más la cifra inventada de 500.000 abortos anuales en nuestro país, con lo cual habría en la Argentina casi tantos abortos como nacimientos, lo cual es una mentira total, porque en este caso tendríamos una tasa de fecundidad similar a varios países africanos. En tal caso, conviene tomar en cuenta la cifra de la tasa de fecundidad total [relación hijos nacidos/mujer] que informa la CIA (controladora, entre otras instituciones, de la Ford Foundation ) respecto a nuestro país: 2,16, mientras que para España informa una tasa de 1,31 y para Nigeria una tasa de fecundidad de 7,75[5]. Si la estadística permanentemente «informada» fuera cierta, en nuestro país se matarían 5 veces más nonatos que en España, de tal forma que por cada bebé nacido habría uno asesinado (mientras que en España es de un asesinado cada tres nacimientos).

Por otra parte, si la mentira estadística de abortos fuese cierta, el aborto ilegal sería una práctica criminal mucho más segura que cualquier otro tipo de operación médica, ya que sólo se informan oficialmente menos de 100 muertes por año a causa del aborto[6], lo cual representa un índice de 0,0002% de muertes «maternas» anuales. Pero en realidad el porcentaje de muertes por abortos representa un 0,9% en el total de mortalidad femenina en edad fértil (93 muertes por aborto sobre un total de 10.159 muertes de mujeres en edad fértil)[7]. Además, en todo caso, los decesos por aborto son causados por la negativa de las mujeres de ser madres: no mueren por ser madres, sino por no querer serlo.

4. Lamentablemente, los autores del artículo ignoran o encubren que lejos de tratarse de una iniciativa privada, esta apología del delito es en realidad una nueva invasión inglesa en el ámbito cultural-ideológico y en el campo de la política demográfica, subvencionada y subsidiada en definitiva por la Corona británica y por el capital financiero internacional, representado por el clan Rockefeller.

A. La presidente de la organización que impulsa esta actividad criminal, Rebecca Gomperts, no es una humilde campesina holandesa, sino una representante de la burguesía anglo-holandesa, con una visión tan humana y tan femenina de su profesión de médica, que en una de sus visitas al Brasil "se dio cuenta" enseguida que en el país hermano no había servicios de salud reproductiva. No vio ni la pobreza endémica, ni el hambre ni la falta de servicios sanitarios que afectan a millones de mujeres y niños de Brasil, como europea de alta alcurnia sólo vio que no hay allí ni anticoncepción ni control de la natalidad, tan caros para el imperialismo anglosajón depredador. En realidad, vio y conoció la realidad de la pobreza extrema, pero eso no la conmovió, como buena burguesa europea sólo le interesó "poner a disposición" de las mujeres pobres de Brasil los mismos "beneficios" que usufructúan las mujeres europeas pudientes: evitar los hijos o matarlos antes de que nazcan.

B. La organización que esta mujer preside, Women on Waves, tiene como actividad principal ofrecer servicios de aborto en alta mar, para las mujeres que viven en países donde el aborto está penado por ley, como corresponde a todo acto criminal. Pero el poder que sustenta a esta mujer procede de Women´s Link Worldwide [WLW] de la cual es una de sus principales dirigentes. La WLW de una de las tantas organizaciones «no-gubernamentales» que pululan en el mundo para promover la salud y los derechos reproductivos de las mujeres. En rigor de verdad, este organismo constituye uno de los tantos dispositivos que varios gobiernos europeos, la Corona británica y la oligarquía financiera anglo-americana utilizan para llevar a cabo las políticas imperialistas del control de la natalidad y del holocausto demográfico en el Tercer Mundo. Entre las fundaciones que subsidian a esta red mundial se cuentan, además de Ipas, The Libra Foundation, The Open Society Justice Iniatitive, la International Planned Parenthood Federation/Federation Internacional de Paternidad Planificada [IPPF, por sus siglas en inglés] y la Ford Foundation/Fundación Ford[8].

1) Aunque pretende ser un organismo privado, en realidad la IPPF es una institución subsidiada en su mayor parte (72% de su presupuesto) por gobiernos de países desarrollados, fundamentalmente europeos -Dinamarca, Finlandia, Noruega, Alemania, Suecia y Suiza- y los países asiáticos desarrollados como China, Japón, Tailandia. En particular, subsidia y subvenciona a la IPPF el Foreign Office británico, a través del Departamento para el Desarrollo Internacional. Como si esto fuera poco, también recibe subsidios del Banco Mundial y de la Organización Mundial de la Salud[9]. Esta Federación fue fundada en 1952, tiene su sede central en Londres y constituye la red abortista más grande del mundo.

2) Entre los organismos privados subsidiantes, se cuenta el Population Council de la familia Rockefeller, fundado en 1952 por John Davison Rockefeller para estudiar y promover el control de la natalidad a nivel mundial. Formalmente privado, este organismo también es subsidiado en su mayor parte por el gobierno de Estados Unidos y otros gobiernos (63% y 10% respectivamente)[10].

3) En forma sintética, podemos decir que la Ford Foundation constituye la fundación privada más grande de Estados Unidos, históricamente controlada y dominada por la familia Rockefeller[11] (a través del nombramiento de sus presidentes –John McCloy, Eugene Black, McGeorge Bundy, Susan V. Berresford) y por el servicio de inteligencia estadounidense[12].

Que se trata de una institución interesada fundamentalmente en imponer el control de la natalidad a nivel planetario lo ha certificado ella misma, a través de la publicación de una historia de la Fundación , centralizada en el aporte que ella ha realizado a la causa de «la limitación del crecimiento poblacional mundial»[13].

C. Como si esto fuera poco, durante la década de los ´90 el Population Council formalizó un convenio de cooperación con varios gobiernos de países desarrollados, entre ellos el gobierno británico[14]. En este sentido, es innegable que el Imperio Rockefeller, el gobierno británico y la IPPF constituyen una tríada antinatalista y abortista, que tiene como uno de sus mascarones de proa las instituciones en las que participa Rebecca Gomperts. Es por eso que podemos afirmar inequívocamente que esta nueva iniciativa pro-abortista constituye una nueva invasión inglesa en el ámbito demográfico y cultural, esencialmente ilegal y criminal, violatoria de nuestra Constitución Nacional y de nuestra legislación penal.

En 1806, durante la primera Invasión Inglesa, un comerciante y contrabandista porteño –José Martínez de Hoz- se subordinó ante el ejército invasor y colaboró como Jefe de Aduanas para el “gobierno” del General Beresford. Teniendo a la vista este antecedente, ¿el matrimonio gobernante hará gala de ese mismo espíritu de colaboración con el imperialismo invasor angloamericano o sabrá mantener firme la soberanía nacional en materia demográfica y cultural?

Temperley, 3 de agosto de 2009



[1] Críticadigital, «Lanzaron un teléfono para informar como abortar de “manera segura”», 30 de julio de 2009, nota de Martín Pietruszka y Germán Alemmanni (en http://criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=27252)

[2] En http://www.womenonwaves.org/set-2023-es.html

[3] Rockefeller Commission Report, Population and the American Future, New York 1972, Chapter 11: «[…] when abortion is prohibited, women resort to illegal abortions to prevent unwanted births. Medically safe abortions have always been available to the wealthy, to those who could afford the high costs of physicians and trips abroad; but the poor woman has been forced to risk her life and health with folk remedies and disreputable practitioners».

[4] Ibidem nota 1.

[5] En https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/, datos actualizados al 30/07/2009. Para visualizar el tamaño de la mentira estadística, en España se efectúan anualmente un poco más de 100.000 abortos anuales, con una población numéricamente similar a la nuestra.

[6] INDEC, Tasa de mortalidad materna y defunciones maternas por causa, según grupo de edad. Total del país. Años 1980, 1990, 2000 y 2006.

[7] INDEC, Incidencia mortalidad materna en mujeres en edad fértil.

[8] En http://www.womenslinkworldwide.org/who_funders.html

[9] IPPF, Financial Statements 2007, p. 18. Esto prueba una vez más el carácter abortista y antinatalista de la Organización Mundial de la Salud , y de qué modo transformó su impronta sanitarista en un instrumento político al servicio del control de la natalidad. Lejos de ocuparse de la salud, lleva adelante el holocausto demográfico de los pobres, proyecto esencial para la plutocracia mundial.

[10] Population Council, Annual Report 2007, p. 20. En el año 2008, el aporte del gobierno norteamericano se redujo al 53% de su presupuesto.

[11] Gary Allen, The Rockefeller File, New York 1976, p. 24

[12] James Petras, «The Ford Foundation and the CIA: A documented case of philanthropic collaboration with the Secret Police», en http://www.rebelion.org/petras/english/ford010102.htm

[13] John Caldwell and Pat Caldwell, Limiting Population Growth and the Ford Foundation Contribution, Francis Pinter (Publishers), London and Dover, NH, 1986.

[14] Population Council, About the Population Council. Highligths in Council History (en http://www.popcouncil.org/about/timeline.html).

José Arturo Quarracino

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